La cumbia “cheta”: el nuevo fenómeno que llegó

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LATERCERA Sábado 27 de agosto de 2016
Sociedad
Espectáculos
RR Márama en pleno,
con su líder, Agustín
Casanova (segundo desde
la der) y con su facha de
boy band. FOTO: SONY MUSIC
La cumbia “cheta”: el
nuevo fenómeno que llegó
desde Uruguay
Claudio Vergara
La cumbia villera se canta
así: “Sale pintada bien perfumada/ sus amigos dicen
que nunca se baña/ Usa
siempre el mismo pantalón/
y la remera de los Rolling
Stones/ La colorada/ Está
tan buena por delante y por
detrás/ pero de agua y jabón
ni hablar”, narra el tema La
colorada, de Pibes Chorros,
conjunto emblemático de
ese movimiento nacido en
las villas miserias argentinas y que dibuja un mundo
agitado por la violencia, el
consumo de drogas, la crítica social y la parranda.
En cambio, la cumbia cheta o cumbia pop prefiere
cantarlo así: “A ella le gusta
salir/ caminar y seducir/
Vestir muy elegante/ Apasionante/ La he visto en la
playa/ y le da curva la malla/ Todo el mundo da vuelta pa’ mirarla/Me enteré de
algo muy interesante/ ahora entiendo porque está tan
provocante”, rezan los versos de Era tranquila, tema de
los uruguayos Márama, la
banda más exitosa de ese estilo tropical reciente que los
tiene como sus estrellas.
Se trata de una fórmula
bautizada por la prensa con
el modismo rioplatense que
define a una persona acomodada y pudiente (los
“chetos”), creada precisamente en Uruguay y que replica los modos de la música pop, con mensajes positivos y relatos de guión
romántico, en contraparte a
la mirada pendenciera de la
cumbia villera.
Sus integrantes son todos
veinteañeros, muchos de
ellos universitarios de clase
alta o media alta, y lucen
como jóvenes en pleno casting para suceder a los
miembros de One Direction
y Jonas Brothers. También
en lo visual, sus videos
muestran una exuberante
producción –fiestas con
champaña, yates en Punta
del Este- y apuntan al mismo
público adolescente flechado con los héroes bisoños del
pop anglo.
“Es música alegre y divertida, intentamos transmitir
un mensaje bueno cada vez
que hacemos un show. Es la
mezcla entre dos estilos tan
pegadizos como la cumbia y
el pop, lo que hace una combinación explosiva. De cierta manera, queremos transmitir que la cumbia no es un
mal género. En algún momento se puede haber visto
mal, pero ya no, como le sucedió al reggaeton”, teoriza
Agustín Casanova, cantante
de Márama, esta semana de
promoción en Santiago, en
otra fase de su plan maestro:
ahora vienen por la conquista del mercado chileno, donde disfrutan de un sólido y
progresivo arrastre.
Antes, el suceso estalló en
el verano de 2015 en su país
natal, a raíz de productores
de buen olfato que armaron
la escena y que de modo fulminante contagiaron a otros
conjuntos, como Rombai,
Toco para Vos y Tocama. No
fueron los únicos en caer a
la fiebre.
Los argentinos que repletan las playas uruguayas en
cada temporada estival –partiendo por Punta del Este,
balneario que el folclor popular podría encasillar como
“cheto”- se fascinaron con
el ritmo y lo trasladaron a
su tierra, donde se convirtió
en el género más rentable
del año pasado.
Por ejemplo, Márama escaló entre los 10 artistas más
escuchados de Spotify Argentina, aparecieron en
Showmatch, uno de los espacios televisivos más vistos
de ese país, y junto a sus coterráneos de Rombai reple-
FRASES
“Queremos transmitir
que la cumbia no es un
mal género. Es música
alegre y divertida”.
Agustín Casanova
Cantante de Márama
“La cumbia villera
denigra a la mujer y
tiene un contenido
violento; esto no”.
Federico Lemos
Cineasta uruguayo
taron cuatro veces el Luna
Park bonaerense. En el
mapa de la dominación artística regional, la avanzada
simboliza la actual supremacía uruguaya sobre sus
vecinos, hegemonía poco
habitual en un gallito donde los vencedores casi siempre llegaron del lado sur del
Río de la Plata.
El cineasta Federico Lemos,
autor del documental Márama-Rombai: el viaje, película que con éxito de taquilla intentó explicar el huracán cumbiero, acota: “Como
nunca antes en la historia, la
música uruguaya ha invadi-
R Lucen como One Direction y cantan
versos románticos: es la nueva
música pop que avanza en la región.
R Ya conquistaron Argentina, y aquí
musicalizan el tema central de
Ambar y vienen a fin de año.
do Argentina, porque coincide con una baja del rock y
otras corrientes en ese país.
Ha habido una apertura muy
grande hacia Uruguay en los
últimos años, donde se le
mira de otra forma. La última tendencia que pegó en
Buenos Aires fue la cumbia
villera, pero denigra a la mujer y tiene con contenido
muy violento, ya no está bien
visto. Había un vacío ahí de
gente que quería escuchar
música bailable más romántica y sin tanta apología a las
drogas o el alcohol”.
Casanova sigue: “No sé si la
cumbia pop está en contra de
la cumbia villera. Tenemos
un lenguaje picante, pero
siempre respetuoso. Y también no sé si corresponde decirle ‘cheta’, porque nosotros somos gente muy normal. Es muy loco saltar de
Uruguay a toda Latinoamérica, es un país chico y donde las oportunidades musicales son bastante malas, por
lo que es una muestra de que
cualquier persona, de cualquier lugar, puede triunfar”.
Al menos la tesis también
se aplica a Chile. Los grupos
llegados del Atlántico empezaron a sonar con fuerza
durante este año y hoy Márama figura con 235 mil
oyentes mensuales en plataformas digitales. Uno de sus
éxitos, Noche loca, alcanzó
el séptimo puesto en el top
50 de Spotify Chile. Pero el
mayor espaldarazo lo encarna el single Nena, convertido desde esta semana en la
canción principal de la teleserie Ambar, de Mega, la más
vista del horario vespertino.
Igual que en otras latitudes,
el grueso de su audiencia oscila entre los 6 y los 20 años.
Además, DG Medios –una
de las más importantes productoras de conciertos del
país- ya tomó el manejo del
grupo para sus shows en el
país y antes de fin de año se
espera su debut en grande en
la capital. De hecho, ya hay
fechas reservadas en un recinto de convocatoria media, el Teatro Caupolicán.
Todos los involucrados en
la misión ruegan lo de siempre en estos casos: que los
sucesos que huelen a espíritu adolescente puedan extender lo máximo posible su
vida útil, como un chicle que
se estira y se estira para que
nunca pierda el sabor. “No
pienso en el día en que esto
termine”, cuenta el líder de
Márama: “Yo prefiero pensar
que cada día es el día en que
esto recién empieza”.b
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