ACTUALIDAD REGIONAL Entrevista al Lic. Roberto Kozulj, Prosecretario y Profesor Titular del Instituto de Economía Energética, Fundación Bariloche. “El futuro rol de ENARSA dependerá de la voluntad política y de los recursos que se le asignen” La creación de ENARSA despierta inquietudes entre quienes participan del debate energético del país. El Lic. Roberto Kozulj, Prosecretario y Profesor Titular del Instituto de Economía Energética de la Fundación Bariloche, nos distingue, en esta oportunidad, con sus comentarios ¿Cree que ENARSA contribuirá a que el Estado recupere parte del rol que perdió en el sector energético a lo largo de la última década? Roberto Kozulj (RK): Es muy difícil debido a que el grueso de las reservas descubiertas comprobadas y probables se hallan en áreas bajo concesión. No se debe olvidar que en 1990 YPF y Gas del Estado, en lo que atañe a la producción y distribución de hidrocarburos líquidos y gaseosos, e Hidronor, Agua y Energía y SEGBA en lo atinente al sector eléctrico eran empresas estatales prácticamente monopólicas. La privatización de estas empresas durante los ‘90 y el marco legal promulgado, han facilitado la creación de monopolios y oligopolios privados. Revertir esa situación requeriría de una decisión política de alto riesgo debido a que enfrentarían una ola de demandas judiciales sobre la base de sus derechos adquiridos y con un énfasis sobre el tema de la "Inseguridad Jurídica" de carácter menos defendible del que se originó a raíz de la transitoria pesificación de los contratos. Por otra parte el futuro rol de ENARSA dependerá de la voluntad política y de los recursos que se le asignen. Podría ser una forma de ir retomando parcialmente la propiedad y el control de los recursos energéticos, en especial si se crean los mecanismos para invertir en concesiones existentes a cambio de un control equivalente sobre la propiedad de las empresas privatizadas. Varios especialistas consideran que quedan aún muchas cosas por resolver dentro del sector, no siendo una prioridad la creación de una empresa controlada por el Estado, sino que el mismo debería primero fortalecer y reestructurar los organismos ya existentes (Secretaría de Energía, Entes Reguladores, Organismos de Control interno y externo, etc.) y encarar un replanteo del actual marco normativo. ¿Qué opina al respecto? (RK): No creo que sea un orden de prioridades, si simultáneamente se refuerzan y reorganizan los organismos existentes y se encara un replanteo del actual marco normativo. Algo de esto esta en marcha, por ejemplo a través del Proyecto de Ley de Servicios Públicos y de ciertos cambios en los Entes Reguladores. Pero la acumulación de poder técnico y político es un proceso lento, en particular para un gobierno que ha tenido que enfrentar oposiciones internas y externas. Estoy de acuerdo en que lo primero debería haber sido fortalecer los equipos de la Secretaría de Energía y lanzar un Plan Energético Integral. Sin embargo, ¿qué sentido puede tener tal plan en un contexto dominado por actores privados bien plantados y con un enorme poder de crear crisis energéticas? Creo que las correlaciones de poder son el quid de la cuestión y, en tal sentido, en Argentina no existe hoy una cohesión política y social capaces aún de desafiar seriamente el modelo de los noventa. Si hoy se habla de participación público privada ello debe inscribirse en el marco del nuevo entorno macroeconómico nacional e internacional. De todos modos es un paso adelante, aunque coincido queda mucho por hacer en particular en torno a la distribución de la enorme renta petrolera. En esto hallo una contradicción seria entre los sectores regulados y desregulados, pero ello es cierto, también se relaciona con el tema del marco legal vigente y el espacio para modificarlo. Pensemos sólo en la ley de GLP y tendremos un buen ejemplo de las dificultades concretas de modificar el marco legal ¿Qué alianza sería necesaria y qué voluntad para resistir a los embates? Por otra parte la fragmentación de la oposición y la debilidad de sus cuadros técnicos, aunados a la confusión, no facilitan mucho tal cambio, si se desea que el mismo sea exitoso. Teniendo en cuenta la realidad interna de los países de la región, desde la Venezuela de Chávez, a los planes separatistas de la zona gasífera de Bolivia ¿Qué futuro le ve al Petrosur impulsado por Venezuela? ¿Considera factible un proceso de integración energética entre los países de América del sur? (RK): Le podría responder con otra pregunta ¿Cuál será la estabilidad de Venezuela y Bolivia en un mundo unipolar cuyo liderazgo está desarrollando una capacidad militar para sostener siete Iraks por año bajo una identificación de que los conflictos prolongados en tierras distantes son atractivos para la economía caracterizada por una crisis estructural de largo plazo? En este contexto, aunque deseable, la integración tiene sus riesgos. Sin embargo la idea en sí es una vieja aspiración latinoamericana. Todo dependerá de la voluntad política, del contexto internacional y del grado real de control de los gobiernos sobre las empresas. El caso de Venezuela es distinto al de Bolivia y al de Brasil, y el de Argentina también. Hay una mezcla increíble, en estos casos, de actores: Repsol YPF dominante en Bolivia, Petrobrás en Brasil y Bolivia, secundariamente en Argentina y PDVSA, que si bien maneja más recursos, tecnológicamente se halla retrasada respecto a ambos. Si el proyecto tiene dimensiones geopolíticas claras es altamente conveniente pero suscitará reacciones. Si no lo tiene puede tratarse de una estrategia de maximización de beneficios y en tal caso vuelve sobre el tapete la cuestión de las reglas de reparto de la renta. ¿Considera que ENARSA se constituirá en un polo de atracción para los capitales del exterior? ¿En un agente que promueva negocios e inversiones en el sector energético? (RK): Podría serlo, es muy pronto para opinar aún. Al menos no dispongo de información para brindar una respuesta. En cambio sí podría decir lo que me parece deseable. Esto es, que atraiga otro tipo de capitales con una visión de mas largo plazo, podría o no ser el caso de actores como Statoil, o la misma PDVSA. La cuestión es saber claramente si estarían dispuestos o no a incursionar en la exploración de las áreas que los actores hoy no exploran o, retacean en la producción como en el caso de Loma la Lata. Allí, en el año 2000, Repsol presentó un plan de incremento de la producción y hoy dice que el área está en declinación. ENARSA podría intervenir asociada a otra empresa para realizar una auditoría y sobre la base de esos resultados aplicar la Ley vigente de Hidrocarburos e invitar a estos socios. Para terminar, en el actual contexto de crisis ¿Cómo ve hoy al sector energético, y que perspectivas tiene para el mediano y largo plazo? ¿Qué papel podrá jugar una empresa como ENARSA dentro del mismo? (RK): Habrá que esperar los nuevos anuncios en estos días. Mi preocupación no es el corto plazo, sino el año 2008-2010-2012. Allí ciertamente estaremos en problemas si no hay una definición más contundente, hoy, de la política energética que garantice un nivel de exploración e inversiones que los privados no están realizando. Con todo soy optimista respecto a las reservas, el tema es cuanto pulso tendrán las autoridades para manejar precios compatibles con el crecimiento y la equidad.