Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales Nº2 Vol. 2, Año 2015 pp. 79-101 ISSN 2362-1958 POR HOYADA, VALLES Y QUEBRADAS. EL USO DEL ESPACIO A TRAVÉS DE LA TECNOLOGÍA LÍTICA EN EL NORTE DE LA SIERRA DE VALLE FÉRTIL (SAN JUAN) Ana Gabriela Guráieb, Diana Carro y Marcos Rambla1 RESUMEN Se exponen los resultados del análisis lítico de los materiales de superficie de siete sitios arqueológicos del Parque Provincial Ischigualasto ubicados en dos ambientes bien diferenciados: la hoyada de Ischigualasto y los valles y quebradas interserranos que la flanquean por el sureste. El análisis muestra que cerca de 1.000 años AP se observan diferencias en la expresión de variables de la tecnología lítica entre la hoyada y los valles y quebradas interserranos, avalando la propuesta de uso diferencial de estos ambientes. El interior de la hoyada evidencia un uso principalmente logístico, con énfasis en la circulación y el aprovisionamiento de materias primas. Los valles y quebradas contienen campamentos residenciales de mayor duración, localizados en terrazas cercanas a ríos estacionales. Sus conjuntos muestran mayor cantidad de actividades representadas, equipamiento del espacio, cerámica decorada de muy buena calidad, arte rupestre y círculos de piedras de colores. Se postula su vinculación con otros nodos residenciales mayores como El Chiflón, distante aproximadamente 20 km en línea recta. PALABRAS CLAVE: movilidad; conjuntos líticos; materias primas. ABSTRACT We outline the results of the analysis performed on lithic assemblages from seven archaeological surface sites located in two different environments at the Parque Provincial Ischigualasto: the basin (“hoyada”) of Ischigualasto and the valleys and ravines that surround it. The results show that around 1.000 years BP there is some differences in the expression of lithic variables between the two environments, reinforcing the proposal of its differential use. The interior of the basin shows mainly logistical use, with emphasis on circulation and supply of raw materials. On the contrary, valleys and ravines contain longer-term residential camps, located on terraces near seasonal rivers. These assemblages have greater numbers of represented activities, space equipment, decorated pottery finely made and geogliphs as colored stone circles, probably used as territorial landmarks. We hypothesize its interconnection with other major residential nodes as El Chiflón archaeological locality, placed at a distance of 20 km to the east. KEYWORDS: mobility; lithic assemblages; raw materials. RESUMO Este trabalho apresenta os resultados da análise lítica dos materiais superficiais de sete sítios arqueológicos do Parque Provincial Ischigualasto. Eles se localizam em dois ambientes distintos; a Hoyada do Ischigualasto y os vales e ravinas interserranos que a flanqueam pelo sudeste. A análise mostra que cerca de 1.000 anos BP existem diferenças na expressão de variáveis tecnológicas entre Hoyada e vales e ravinas interserranos, propondo um uso diferencial desses ambientes. O interior da Hoyada evidência uma utilização maiormente logística, com ênfase na circulação e fornecimento de 1 Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, Ministerio de Cultura de la Nación. E-mail: gabriela.guraieb@inapl.gob.ar; elbacelta@gmail.com; marcosrambla@hotmail.com 79 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. matérias-primas. Os vales e ravinas contêm sitios mais residenciais, localizados em terraços perto de rios sazonais Seus conjuntos representam um maior número de atividades, equipamento do espaço, cerâmica decorada de boa qualidade, arte rupestre e círculos de pedras coloridas. Postula-se sua ligação com outros nós residenciais como El Chiflón, distante cerca de 20 km em uma linha reta do PPI. PALAVRAS-CHAVE: mobilidade; conjuntos líticos; matérias primas. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS Los remanentes físicos de las sociedades del pasado son mayoritariamente productos de la tecnología y la información que proveen ha tenido un papel significativo en la investigación arqueológica a través del tiempo. Esta información, utilizada como componente central de la interpretación o bien generando hipótesis, ha permitido aproximaciones e interpretaciones muy diversas respecto de la vida cotidiana en el pasado. En el ámbito de las sociedades productoras de alimento, el registro tecnológico cerámico ha desempeñado históricamente un papel preeminente debido a su potencial para la ubicación espacio-temporal de los contextos arqueológicos. Contrariamente, hasta hace algún tiempo, la valoración del aporte de los conjuntos líticos de estas mismas sociedades a la interpretación de su devenir histórico era sensiblemente menor. Esta situación se ha revertido notablemente en los últimos años, ya que diferentes propuestas teóricas y metodológicas han devuelto al registro lítico su potencial para explicar determinados aspectos de la vida de las sociedades aldeanas y posteriores (Aschero y Hocsman 2004; Babot 2004; Elías 2012; Elías y Escola 2007; Rivero y Srur 2006; entre muchos otros). Algunos autores proponen que, con el comienzo de la economía productora y debido al mayor sedentarismo y la mayor variedad y complejidad de tareas, las sociedades agropastoriles modificaron sus estrategias tecnológicas líticas, enfatizando la expeditividad y el carácter utilitario de sus conjuntos artefactuales (Elías 2012; Escola 2000; Hocsman 2006). Consistentemente con la progresiva revalorización de los aportes de esta línea de evidencia en los estudios de las sociedades productoras de alimentos, en esta oportunidad ampliamos el análisis del registro lítico del Parque Provincial Ischigualasto (PPI), comenzado ya hace algunos años. El Parque Provincial Ischigualasto (PPI) y su zona de amortiguación (figura 1) se ubican en la zona limítrofe entre las provincias de San Juan y La Rioja. Sus ocupaciones arqueológicas han sido propuestas como subsidiarias a un nodo residencial mayor, situado hacia el este, a unos 20 km, en la actual Reserva Natural El Chiflón (Dpto. Independencia, provincia de La Rioja) (Guráieb et al. 2010). En este artículo, compararemos los resultados del análisis de ciertas variables del registro lítico recuperado en siete sitios de superficie del área de estudio. Su objetivo consiste en identificar variabilidad en las estrategias tecnológicas representadas en los conjuntos artefactuales de sitios ubicados en ambientes diferentes dentro del PPI. ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL PARQUE PROVINCIAL ISCHIGUALASTO Y ÁREAS ALEDAÑAS 80 A lo largo de su historia, las investigaciones arqueológicas en la provincia de San Juan se han concentrado principalmente en la franja montañosa occidental. Los estudios realizados en diferentes valles de la Cordillera Frontal y Principal, la Depresión Longitudinal Andina y la Precordillera han dado cuenta de la riqueza de los desarrollos culturales de la región, como se puede apreciar en las síntesis de arqueología sanjuanina de Mariano Gambier (2000) y Alejandro García (2011). Hasta el año 2001, las menciones arqueológicas sobre el PPI eran muy pocas. Algunos datos sobre esta zona pueden encontrarse en los trabajos de Monetta y Mordo (1995-1996), Sanchidrián Torti Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. y Márquez Alcántara (1998) y Gambier (2000), mientras que el relevamiento sobre el arte rupestre prehispánico realizado por Riveros y Varela (2001) es el único artículo detallado publicado sobre el tema hasta ese momento. El equipo del INAPL dirigido por Diana Rolandi comenzó las investigaciones en el PPI en 1999, en el marco de la elaboración del plan de manejo general del Parque que, a partir del año 2000, pasó a integrar la lista de Bienes del Patrimonio Natural de la Humanidad. A partir de ese momento, los trabajos realizados tuvieron como objetivo la generación de herramientas para la construcción de dicho plan destinado a la gestión sostenible de los recursos históricos y arqueológicos que contiene el PPI. Con tal fin se implementaron diferentes líneas de investigación, con énfasis en el estudio de los grabados rupestres prehispánicos e históricos, la evidencia lítica y cerámica de sitios superficiales y la arquitectura, principalmente histórica (Guráieb et al. 2007, 2010; Podestá y Rolandi 2000, 2001; Podestá et al. 2006, 2011; Re et al. 2009, 2011; Rolandi et al. 2003, 2005a y b, 2008; Rotondaro 2008; Rotondaro et al. 2006; entre otros). En la última década se han desarrollado diferentes líneas de investigación arqueológica en áreas cercanas al PPI. Entre éstas, las de mayor continuidad están representadas en los trabajos sobre el arte rupestre en el Parque Nacional Talampaya (provincia de La Rioja) (Ferraro 2005; Gonaldi et al. 2003), las investigaciones en la porción meridional de la sierra de Valle Fértil (Cahiza 2007; Cahiza et al. 2008) y los recientes aportes de la arqueología de la Reserva Natural El Chiflón (Guráieb et al. 2013). LA PROBLEMÁTICA ARQUEOLÓGICA DE LAS INVESTIGACIONES EN EL PPI Referencia de las siglas de los sitios arqueológicos: ADLP: Agua de la Peña; KO: Kiosko; CERI: Campo de las Estructuras del río Ischigualasto; ADI: Agua de Ischigualasto; LP: Los Pasantes; LT: La Toma; PQC: Puerta Quebrada de las Casas. Figura 1. Mapa de ubicación del Parque Provincial Ischigualasto (PPI) y las áreas colindantes de Talampaya y El Chiflón. 81 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Considerado como un ambiente desértico y, por ende, con un bajo potencial para la ocupación permanente, el PPI ha sido postulado como de utilización logística, subsidiario respecto de otros nodos residenciales relativamente cercanos (Guráieb et al. 2010; Re et al. 2011). El estudio de la habitación y circulación por paisajes desérticos asume que los desiertos no pueden ser tratados como un paquete homogéneo de rasgos físicos. Suelen albergar gran diversidad ambiental, conteniendo espacios aptos para la habitación humana, ya sea permanente o transitoria. En ese sentido, Smith et al. (2005) sostienen que, en función de las características y patrones de variación climática locales, las áreas inmediatas a los núcleos más secos ofrecen una variedad de posibilidades para diferentes formas de ocupación humana así como para la circulación y la obtención de recursos tales como productos de la caza o materia prima. El actual PPI puede ser considerado un ambiente desértico en comparación con áreas colindantes. No obstante, la topografía llana de la hoyada, sumada a la presencia de aguadas y cursos semipermanentes en su recorrido a través de los valles y quebradas lo convirtieron en un paso importante para sortear las estribaciones septentrionales de la sierra de Valle Fértil en dirección al oeste. El ámbito ocupado por el PPI y su área de amortiguación puede dividirse en dos ambientes claramente diferenciados por sus características geográficas y su biota: la hoyada de Ischigualasto, el núcleo del Parque, y los valles y quebradas interserranos, que la circundan por el sur y el este. En diferentes trabajos se ha propuesto que cada uno de estos ambientes habría tenido diferentes potenciales de aprovechamiento e intensidad de utilización en lo concerniente al tránsito y/o el asentamiento permanente o semipermanente, principalmente durante el Holoceno Tardío (Guráieb et al. 2007, 2010; Re et al. 2009, 2011; Rolandi et al. 2003; entre otros). La hoyada habría constituido un espacio de tránsito, mientras que los valles y quebradas podrían haber albergado ocupaciones residenciales de mayor duración. La posibilidad de transitar por una vía de escasa resistencia hacia el oeste parece haber sido una particularidad de este ambiente. Ya en tiempos históricos, el valle de Ischigualasto fue utilizado con bastante continuidad para movilizar ganado vacuno desde el norte hacia la zona de Jáchal y el río Bermejo (Podestá et al. 2006; Rolandi et al. 2008). Los sitios Campo de Estructuras del río Ischigualasto (CERI), Kiosko (KO) y Agua de la Peña (ADLP) se encuentran dentro de la hoyada, mientras que los sitios Los Pasantes (LP), Aguas de Ischigualasto (ADI), La Toma (LT) y Puerta Quebrada de las Casas (PQC) se localizan en el entorno de valles y quebradas interserranos. En una escala mayor, las diferencias existentes entre el registro arqueológico de esta área de estudio y el de otras cercanas podrían responder a la mencionada utilización particular del espacio en el valle de Ischigualasto y su entorno inmediato. Por ejemplo, en Ischigualasto es marcada la ausencia de conglomerados habitacionales así como la relativa escasez de cerámica y material lítico en las concentraciones superficiales. Asimismo, también es notoria y distintiva la presencia de círculos de piedras de colores, especialmente ubicados en el ambiente de valles y quebradas, que podrían interpretarse como mojones o marcadores territoriales. Igual interpretación sugieren los abundantes grabados rupestres, especialmente vinculados a la circulación por pasos y abras dentro de la sierra de Valle Fértil (Podestá et al. 2011; Re et al. 2011). Cronología y adscripción cultural 82 En el momento de evaluar cronológicamente estos contextos, es necesario contemplar que los materiales superficiales de los sitios considerados representan rangos temporales mucho más amplios que los expresados por cualquier fechado. Por otra parte, no siempre las señales cronológicas de los estilos cerámicos son claras y concluyentes (Guráieb et al. 2010; Re et al. 2011). Con esta salvedad, las dataciones por termoluminiscencia ubican a las ocupaciones del área de estudio dentro de un rango temporal aproximado de 700 años (ver tabla 1). En lo concerniente a la periodificación regional (González y Pérez [1972] 1993; Raffino 1988), al menos parte de Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. las ocupaciones de los sitios PQC y LT pueden ubicarse tentativamente en el Período Formativo Medio o de Integración Regional (entre ca. 550 y 1.100 AD aproximadamente). El resto de los sitios considerados en este trabajo: ADI y LP, así como el sitio Río Ischigualasto (no incluido en el presente trabajo, excepto como referencia temporal, por su escasísima muestra lítica) pueden enmarcarse en el Período Tardío o de Desarrollos Regionales (entre 1.100 y 1.450 AD aproximadamente). Las dataciones por termoluminiscencia sobre tiestos cerámicos se realizaron en el Laboratorio de Dosimetría de la Facultad de Física de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Los sitios fechados se encuentran en el ambiente de valles y quebradas interserranos, no contando aún con dataciones para los sitios ubicados dentro de la hoyada de Ischigualasto. El sitio fechado más cercano a aquéllos del sector medio de la hoyada es Río Ischigualasto, bastante tardío, como puede observarse en la tabla 1. Algunos contextos arqueológicos cercanos, situados en territorio riojano, muestran cierta N° DESCRIPCIÓN contemporaneidad con los fechados del PPI expresados en la tabla 1. Por ejemplo, hacia el este, los fechados radiocarbónicos de dos recintos del pucará El Chiflón (ChiE1: 716–744 cal d.C. y ChiE25 940–1.034 cal d.C., p: 0,883; Guráieb et al. 2010), son compatibles con los fechados de los sitios PQC, LT y ADI, siendo los de RI y LP más claramente tardíos. Por su parte, en el actual Parque Nacional Talampaya, dos sitios tienen fechados comparables a los considerados en este trabajo: Quebrada Don Eduardo -fechado en 990 d.C.- y Las Cuchillas -con una cronología de 1.180 d.C. (Gonaldi et al. 2003). En lo concerniente a la adscripción cultural de estos fechados, al igual que lo que se observa para los sitios del PPI, pueden ubicarse los más tempranos dentro del Período de Integración Regional o Período Agroalfarero Medio, cuya expresión estilística es Aguada, mientras que los más tardíos se encuentran en el momento de Desarrollos Regionales o Agroalfarero Tardío, que estaría representado regionalmente por el estilo Sanagasta o Angualasto (Spengler y Callegari 2010). P (Gy) D (Gy/año) EDAD (años AP) FECHA UCTL 1863 1 Aguas de Ischigualasto ADI - 1,60 ± 0,15 Sector 2 1,65*10-3 970±100 1.035 DC UCTL 1864 2 Río Ischigualasto 1,60 ± 0,15 RI 2,61*10-3 615±60 1.390 DC UCTL 1865 3 3,21 ± 0,25 3,20*10-3 1.005±100 1.000 DC UCTL 1866 4 Puerta Quebrada de 3,47 ± 0,33 las Casas. B1- PQC 2,64*10-3 1.315±130 690 DC UCTL 1867 5 Los Pasantes – S2 1,70 ± 0,13 LP 1,92*10-3 885±90 1.120 DC La Toma - LT Tabla 1. Dataciones por termoluminiscencia del PPI y área de amortiguación. El conjunto lítico del sitio Río Ischigualasto no ha sido considerado para este trabajo por ser muy exiguo, lo que resulta en una distorsión estadística de los resultados. 83 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. ASPECTOS BIOGEOGRÁFICOS PALEOAMBIENTALES Y El paisaje actual del área de estudio es el resultado de la acción de diferentes eventos geológicos. En el Precámbrico se originaron las sierras de Valle Fértil, cuyas estribaciones septentrionales constituyen el límite sudoccidental del Parque Provincial Ischigualasto, mientras que del Triásico provienen las formaciones Ischichusca, Ischigualasto, Los Rastros y Los Colorados, que le otorgan su singularidad como reservorio paleontológico. Finalmente, en el Cuaternario, se formaron los depósitos sedimentarios aterrazados que caracterizan al interior de la hoyada (Ente Autárquico PPI 2005-2010). Todos estos procesos han incidido también en la composición y particularidades de su biota. En el Parque confluyen las provincias fitogeográficas del Chaco, del Monte y de la Prepuna (Cabrera 1994), lo que determina gran riqueza florística, aún cuando toda la región es considerada un desierto edáfico (Roig 1982 en Ente Autárquico PPI 2005-2010). En la hoyada predomina la cobertura vegetal xérica arbustiva, característica de la provincia del Monte. Entre otras muchas, las especies animales presentes en el PPI con mayor potencial para el aprovechamiento humano son Lama guanicoe (guanaco), Rhea americana (ñandú) y Dolichotis patagonum (mara). La acción antrópica, especialmente la ganadería en tiempos históricos, ha tenido fuerte impacto sobre la fauna y flora nativas. La hoyada de Ischigualasto, un valle de 10 km de ancho por unos 40 km de largo, con rumbo SENO, abarca gran parte del PPI y está delimitada al sur por la sierra de Valle Fértil y al norte por las Barrancas Coloradas. Dentro de la hoyada, varios ríos de carácter temporario integran una red centrípeta y drenan en el río Agua de la Peña, donde además existe una vertiente de agua con bajo contenido salino. Este río cruza transversalmente la sierra y desemboca en el río Bermejo a través de un cauce muy encajonado, con numerosos saltos. Hacia el NO, el río de la Chilca o del Salto también desemboca en la planicie aluvial del Bermejo a través de una quebrada de altos paredones, conocida como quebrada de la Chilca (Leiva de Lochbaum 1993). El ambiente de valles y quebradas interserranos, que conforma el área de amortiguación del PPI, se localiza en el piedemonte este de la sierra de Valle Fértil. Ésta, junto con la sierra de La Huerta, constituye la expresión más occidental de las Sierras Pampeanas en la provincia de San Juan (Paredes et al. 2001). Tiene diferentes alturas, y de acuerdo con ellas, varía la composición de la vegetación. En su aspecto hidrográfico, la cuenca de la quebrada del río Durazno, de aproximadamente 310 km2, integra cauces estacionales (Leiva de Lochbaum 1993). Los valles y quebradas, que son parte de la porción septentrional de la sierra, tienen mayor diversidad de vegetación, tanto arbustiva como arbórea en función de la topografía, la altura y los diferentes gradientes de humedad. Dos eventos con diferentes pulsos y variaciones climáticas de importancia incidieron en la habitabilidad de los paisajes áridos de la región, aunque tuvieron efectos diversos en función de la mayor o menor presencia de precipitaciones y cuerpos de agua. En primer lugar, la Anomalía Climática Medieval (ACM) (ca. 800-1.350 AD) (Beguelin et al. 2006), cuya expresión puede rastrearse en muchos ambientes cordilleranos, habría generado un proceso de aridización y mayor presión poblacional sobre aquellos espacios con agua permanente y recursos suficientes (Durán et al. 2006 en Morales et al. 2009). En la macrorregión del NOA Sayago y colaboradores (2001) estiman que la ACM tuvo condiciones especialmente secas. Cronológicamente serían contemporáneas con la aparición de nuevas formas de ocupación del espacio, de organización sociopolítica como así también con evidencias de movilidad hacia zonas más bajas y húmedas limítrofes con las llanuras del Chaco (Sayago et al. 2001). En segundo lugar, el área de estudio podría haber sufrido los efectos de la Pequeña Edad del Hielo (ca. 1.350–1.800 AD) (Morales et al. 2009), caracterizada por oscilaciones climáticas frías. Las consecuencias de ambos procesos son aún poco conocidas en la región cuyana y, en particular, en la provincia de San Juan. 84 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS a) Sitios ubicados dentro de la hoyada de Ischigualasto Rolandi et al. 2003). Kiosko (KO) (Lat. S 30° 6' 16.3'' y Long. O 67° 55' 27''). El sitio se ubica a 2 km hacia el SE de ADLP. La recolección de materiales arqueológicos se realizó en dos sectores de 20 m por 20 m. El primero se encuentra frente a un conjunto de bloques de arenisca, dos de los cuales presentan 22 motivos de arte rupestre grabado prehispánico en algunas de sus caras patinadas, similares a los de ADLP (Re et al. 2009). El sector dos se encuentra en una terraza aledaña a los bloques (figura 2). Campo de Estructuras del río Ischigualasto (CERI) (Lat. S 30° 7' 57.4'' y Long O 67° 52' 12.8''). La localidad arqueológica CERI, caracterizada por una dispersión de 37 estructuras circulares de piedra, se extiende a lo largo de 2 km aproximadamente, a ambas márgenes del río Ischigualasto. De ellas, 36 son del tipo común, con contorno simple, o bien rellenas, construidas con rocas de colores homogéneos, principalmente volcánicas; la restante, es también circular, rellena de piedras de colores (cuarzo, basalto y feldespato) cuyo sondeo no produjo ningún tipo de evidencias (Guráieb et al. 2007; Rolandi et al. Agua de la Peña (ADLP) (Lat. S 30° 5' 21,3'' y Long. O 67° 55' 57,8''). Es una de las escasas localizaciones dentro del PPI y zonas aledañas que cuenta, la mayor parte del año, con agua surgente y del río. La recolección de materiales, predominantemente líticos a excepción de cuatro tiestos cerámicos, se realizó sobre una terraza del río homónimo, de aproximadamente 150 m de largo por 50 m de ancho. Por debajo de la misma, en la planicie aluvial del río y a unos 200 m del cauce, hay un gran bloque de arenisca con 21 motivos grabados prehispánicos. A 100 m de la terraza se encuentran un refugio (alojo) y restos de un palenque; ambas estructuras eran parte del equipamiento del espacio para facilitar el tránsito de los arrieros. Durante el siglo XIX y parte de siglo XX éstos cruzaban con ganado vacuno por la hoyada rumbo al valle del río Bermejo y más hacia el oeste (Podestá et al. 2006; Re et al. 2009; Figura 2. Sitio Kiosko. Interior de la hoyada de Ischigualasto. 85 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. 2003, 2005a). Este tipo de estructuras de piedras de colores son más frecuentes en el ambiente de valles y quebradas, lo cual la convierte en el único ejemplo en el interior de la hoyada. Las estructuras de CERI se encuentran en un terreno más o menos plano, con gran visibilidad del entorno. La función de estos círculos de piedra todavía no ha podido ser dilucidada a partir del registro arqueológico que los acompaña aunque una posibilidad es la instalación sucesiva de estructuras de habitación livianas (sensu Gambier 1974). Aún desconociendo si ésta fue su función, la misma existencia de los círculos da cuenta de la apropiación de estos espacios por parte de los grupos humanos que los transitaron, generando un paisaje que se fue conformando a través del tiempo (Guráieb et al. 2007). Por otra parte, la ausencia total de materiales cerámicos en superficie podría ser indicativa de un espacio con funcionalidad diferente pero también, podría señalar una mayor antigüedad para el uso de este espacio de la hoyada (figura 3). b) Sitios ubicados en los valles y quebradas interserranos Agua de Ischigualasto (ADI) (Lat. S 30° 10.127' Long. O 67° 51.711'). En un área baja rodeada por afloramientos rocosos de escasa altura y un ambiente con mayor humedad, se encuentra el sitio ADI, a la entrada del Parque Provincial (figura 4). La presencia de agua surgente permite que este lugar sea, aún hoy, abrevadero para el ganado y la fauna silvestre. Los materiales que se encuentran en superficie son variados: lítico y principalmente tiestos cerámicos, metal, vidrio y loza, revelando una larga historia ocupacional desde momentos prehispánicos hasta la actualidad. La utilización subactual de este manantial está avalada por la presencia de cuatro recintos y un corral edificados con piedras y lajas de arenisca, que conformaron un puesto o parador que, según los pobladores locales, habría estado vinculado al arrierismo. Los Pasantes (LP) (Lat. S 30º 10,39’ 13’’S y Long. O 67º 48,23’ 82’’). Ubicado en la terraza de la margen derecha del río El Durazno, que desciende desde los contrafuertes de la sierra. Se realizó una recolección en cuatro sectores aledaños, recuperándose material lítico y cerámico en todos ellos. Figura 3. Campo de Estructuras del río Ischigualasto. Interior de la hoyada de Ischigualasto. 86 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Figura 4. Sitio Agua de Ischigualasto. Valles y quebradas interserranos. La Toma (LT) (Lat. S 30º 13’ 49,37’’ y Long. O 67º 46’ 82’’). Se sitúa sobre una terraza cercana al cauce medio del río El Durazno. A unos 15 m de la ribera hay un conjunto de tres bloques con arte rupestre prehispánico. Igualmente, se encuentra cercano a los sitios más grandes del área con grabados prehispánicos: Portezuelo de las Piedras Marcadas y Puerta de las Quebradas, situados por encima de los 1.300 m, en abras que conectan valles y bolsones interiores de la sierra (Guráieb et al. 2010; Re et al. 2009). Los materiales arqueológicos (líticos y cerámicos) fueron recolectados en dos transectas de 30 m de longitud por 5 m de ancho desde la ribera hasta el piedemonte y un sector de 15 m de lado. Puerta Quebrada de las Casas (PQC) (Lat. S 30º 16' 17,3’’ y Long. O 67º 44' 37,1’’). En las cercanías del río del Salto, PQC se ubica en un llano adyacente a una serie de lomas de mediana altura. Hacia el este se encuentra la planicie aluvial de los ríos Los Baldecitos y Las Moraditas, ambos de régimen estacional. En relación con los sitios descriptos más arriba, PQC presenta una mayor diversidad de materiales y equipamiento del espacio: dos áreas con morteros fijos ubicados en un sector de rincón, un molino con evidencias de uso intensivo y dos bloques con motivos grabados abstractos. A esto debe sumársele una estructura circular de piedras de colores en forma de anillo, relativamente conservada. Los sectores con evidencia arqueológica parecen organizarse en los alrededores de un afloramiento bajo de arenisca (figura 5). ASPECTOS METODOLÓGICOS Y MUESTRAS UTILIZADAS Escalas 87 Las escalas, tanto espacial como temporal empleadas en este trabajo son de nivel medio (sensu Dincauze 2000). En lo espacial, se analiza una región pequeña y heterogénea, mientras que desde el punto de vista temporal, tomamos como rango los aproximadamente 700 años que existen entre los fechados TL más tempranos y más tardíos Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Figura 5. Sitio Puerta Quebrada de las Casas. Valles y quebradas interserranos. obtenidos para el área de estudio (tabla 1). Muestras utilizadas la segmentación inicial de las muestras en clases tipológicas tomó los conceptos de Aschero y Hocsman (2004). Las variables generales consideradas fueron materia prima, estructura de composición de los conjuntos de las diferentes clases tipológicas y variables métricas para todas las piezas enteras. Para el caso específico de los artefactos formatizados, las estructuras tipológicas de cada conjunto se segmentaron a nivel de grupo tipológico. Por otra parte, la relación entre filos/ puntas y piezas efectuada para los artefactos formatizados se utilizó como una medida de aprovechamiento de los soportes, con la finalidad de detectar variaciones entre los ambientes del área de estudio. Del mismo modo, el tipo de núcleos fue empleado para dirimir una utilización diferencial de las masas iniciales en función de la forma en que las materias primas se presentan en la naturaleza. La estructura de composición de la clase tipológica artefactos formatizados fue comparada entre los Los materiales fueron objeto de una recolección sistemática por medio de transectas o sectores en cada sitio. Los muestreos para obtener los materiales fueron diseñados en función de la densidad superficial de hallazgos y la extensión de las dispersiones percibidas en cada uno de ellos. Las muestras obtenidas son disímiles en tamaño, con un extremo en PQC y el otro en ADI. En todos los casos, con la excepción de CERI, los materiales líticos están acompañados de evidencia cerámica en diferentes cantidades (tabla 2). Análisis de variables El análisis de variables tecnológicas y morfológicas de los materiales líticos siguió los lineamientos generales de Aschero (1975, 1983). Por su parte, 88 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Sitio Agua de la Peña (ADLP) Kiosko (KO) Campo de Estructuras del Río Ischigualasto (CERI) Agua de Ischigualasto (ADI) Los Pasantes (LP) La Toma (LT) n 83 91 130 10 103 131 Puerta Quebrada de las Casas (PQC) Total 300 848 Tabla 2. Muestra de materiales líticos por sitio. sitios utilizando los índices de riqueza (H) de Shannon Weaver (Shannon y Weaver 1964) y equitatividad (J) de Pielou (1969), utilizados en la bibliografía de distintas disciplinas, especialmente biología y ecología de poblaciones. En un trabajo anterior (Guráieb et al. 2010) se utilizó una de las tres expresiones de la fórmula de Shannon, presente en Lanata (1996). Utilizando esta fórmula se obtienen valores de riqueza más bajos. En este trabajo optamos por utilizar la fórmula del programa estadístico Past v.2.05. (Hammer et al. 2001). Este utiliza la fórmula H=-Σ [(ni/n)ln(ni/n)]. En este índice, el rango de valores para la riqueza varía entre 0 y 4,5, siendo este último muy alto para cualquier muestra. Complementariamente, se empleó el índice de equitatividad J, que se obtiene dividiendo el valor de H por el logaritmo del número de clases. Mide la equidad con que los ítems se reparten entre los grupos tipológicos presentes en los conjuntos. Las tendencias que siguen las diferentes variables se graficaron mediante Excel, generando la tendencia lineal a partir de los puntos de datos (diagrama de dispersión). De esta forma, se logra una representación generalizada de la trayectoria de cada variable. RESULTADOS PQC presentan un patrón espacial con porcentajes mayores de desechos de talla (tabla 3). Una tendencia inversa presentan los núcleos (figura 6), cuyos porcentajes son mayores en los sitios de la hoyada y decrecen paulatinamente en aquellos ubicados en los valles y quebradas interserranos. El caso extremo en este sentido es el de PQC, ya que sólo presenta tres núcleos en un total de 300 artefactos. Los artefactos formatizados se encuentran presentes en todas las muestras con valores porcentuales que en ningún caso superan el 18,1% (ADLP) o descienden por debajo de 12,0% (KO). Serán tratados con mayor detalle en acápites posteriores. En todos los conjuntos son escasas las piezas pertenecientes a la categoría “artefacto de filos naturales con rastros complementarios” (AFNc/ RC). Esta particularidad puede ser atribuida principalmente a las restricciones que se aplicaron en el momento de su recolección, habida cuenta de que, al ser materiales de superficie, han estado más expuestos a la incidencia de agentes de modificación de los bordes como el pisoteo de animales y el desplazamiento por escorrentías. Por último, las superficies modificadas por uso, como molinos y morteros, solo están presentes en muy baja cantidad en dos de los sitios de los valles y quebradas (LT y PQC). La figura 6 ilustra la tendencia lineal de representación de cada clase tipológica en los sitios ordenados espacialmente de NO a SE, desde la hoyada hacia los valles y quebradas. Las diferentes categorías de clases tipológicas tienen comportamientos particulares. Por ejemplo, se aprecia una tendencia creciente de los desechos de Clases tipológicas Ya sea en total o por sitio, predominan ampliamente los desechos de talla respecto del resto de las categorías de clases tipológicas, con los porcentajes menores por encima de 50% y un promedio general de 72%. Los sitios LP, LT y 89 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Clases tipológicas/sitio Art. Formatizados AFNc/RC ADLP % KO % CERI % ADI % LP % LT % PQC % Total % 15 7 18.1 8.4 11 - 12.1 - 19 1 14.6 0.8 6 1 60 10 18 - 17.5 - 18 - 13.7 - 37 - 12.3 - 124 9 14.6 1.1 Núcleos Sup.modificadas por uso 13 15.7 16 17.6 43 33.1 1 10 8 7.8 11 8.4 3 1 95 11, 2 - - - - - - - - - - 2 1.5 2 0.7 4 0.5 Desechos de talla Total 48 83 57.8 100 64 91 70.3 100 67 130 51.5 100 2 10 20 100 77 103 74.8 100 100 131 76.3 100 258 300 86 100 616 848 72.6 100 Tabla 3. Clases tipológicas por sitio. Figura 6. Tendencias lineales de representación de clases tipológicas en los sitios de la hoyada y valles y quebradas del PPI. talla desde el interior de la hoyada hacia los sitios de los valles y quebradas, con un comportamiento inverso en los núcleos expresado en una tendencia decreciente de los porcentajes desde la hoyada hacia los valles y quebradas. A partir de estos datos podríamos inferir que al menos en parte, las tareas de la producción lítica estuvieron desagregadas en el espacio, siendo la hoyada el lugar de la formatización inicial, con mayor representación de núcleos. Por su parte, las tareas de extracción habrían sido menores en los valles y quebradas, con un ingreso probable de un porcentaje de núcleos en proceso de reducción y formas base para su regularización. Los artefactos formatizados muestran bastante similitud de porcentajes, por debajo del 20%, con la excepción de ADI, que debido a su muestra escasa, tiene una representación que sesga los resultados. Aún así, la tendencia los reitera, con una línea plana. Algo similar ocurre con la escasa representación de AFNc/RC. Materias primas 90 En la cuenca Ischigualasto–Villa Unión, las formaciones Talampaya y Tarjados (Triásico Inferior) que afloran en el sector occidental del PPI, muestran alternancia entre sedimentitas rojizas y estratos conglomerádicos inmaduros, producto de regímenes de corriente medios a altos, lo que impidió la selección del material (Ente Autárquico PPI 2005-2010). Por esta razón, en el área de estudio la mayoría de las materias primas se presentan en la forma de nódulos o guijas, con mayor representación en los lechos secos de los ríos y en el camino de las torrentosas escorrentías Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. estivales. Hasta el momento, la única fuente potencial de aprovisionamiento de tipo primaria (sensu Nami 1992) es la de cuarzo, que aparece como un filón, próximo al sitio PQC, hoy en día explotado artesanalmente por los habitantes del cercano poblado sanjuanino de Baldes del Rosario. Sobre la base de la información disponible hasta este momento, creemos que el aprovisionamiento de la mayoría de las rocas, ya sea de fuentes primarias o secundarias, fue local (sensu Civalero y Franco 2003), incluyendo las sílices, predominantes en el sitio LP. En el nivel de producción lítica general y considerando el total de la muestra, predominan las cuarcitas en casi todos los conjuntos (34,6%), seguidas por el cuarzo (24,7%) y las rocas silíceas (18,3%). El resto de las materias primas posee valores porcentuales por debajo del 10% y distribución desigual entre los sitios. Por ejemplo, en algunas muestras del interior de la hoyada también se encuentra representada la cuarcita metamórfica de colores grisáceos (7,8%), que decrece hacia los valles y quebradas. Otras rocas con menor presencia en la producción total son las riolitas (6,9%), las rocas volcánicas no diferenciadas (6,3%), las sedimentitas (0,4%) y un grupo mínimo y heterogéneo denominado “Otras” (1%) (figura 7). En los artefactos formatizados la representación de las materias primas mantiene relaciones porcentuales similares, aunque levemente más atenuadas, a las presentes en la producción total entre cuarcita (31,6%) y cuarzo (28,6%). Las rocas silíceas ocupan el tercer lugar en la selección (17,6%). En los núcleos también predomina la cuarcita (37,5%) seguida de la metacuarcita (26%) y la sílice (12,5%). Con la excepción del cuarzo (9,4%), el resto de las materias primas de núcleos no supera el 5% de la muestra. En los conjuntos de artefactos formatizados, la presencia de las distintas materias primas en los sitios alineados guarda un importante paralelismo con las tendencias graficadas para los conjuntos totales. De igual forma, muestran una tendencia de distribución de materias primas que evidencia las diferencias entre hoyada y valles. Los artefactos de cuarcita y metacuarcita generan dos líneas descendentes desde el interior de la hoyada hacia los valles y quebradas. Inversamente, la sílice y el cuarzo tienen líneas prácticamente paralelas que muestran su mayor representación en los sitios de los valles y quebradas, decreciendo hacia la hoyada (figura 8). Por su parte, la clase tipológica núcleo expone una tendencia inversa para la cuarcita, debido básicamente a la gran incidencia del efecto numérico distorsivo de PQC. En ese sitio los núcleos son únicamente tres, de los cuales dos son de cuarcita (66,6% del total) (figura 9). Si se retira PQC de la representación, la línea que se genera carece de pendiente, lo cual es compatible con la ubicuidad de la cuarcita. Por su parte, la línea Figura 7. Tendencia de representación de materias primas en la producción total. 91 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Figura 8. Utilización de materias primas en artefactos formatizados. que representa la tendencia para la metacuarcita experimenta un brusco descenso, desapareciendo en los sitios de valles y quebradas. Media de dimensiones de los conjuntos de artefactos formatizados, núcleos y desechos de talla enteros Otra variable tecnológica seleccionada para la comparación entre los sitios fue la media de las dimensiones absolutas de artefactos formatizados, núcleos y desechos de talla enteros. (figuras 10, 11 y 12). Las tendencias de los valores medios de las dimensiones absolutas de los artefactos formatizados enteros descienden hacia los valles y quebradas, con una mayor pendiente para la longitud y el ancho, que prácticamente no muestran diferencias importantes entre ellas. El espesor, aunque con una pendiente también significativa, disminuye más suavemente desde la hoyada hacia los valles y quebradas (figura 10). En los núcleos, con valores medios más altos en la hoyada, las medias de longitud, ancho y espesor muestran una tendencia con un descenso muy suave de la pendiente de las tres mediciones hacia los valles y quebradas (figura 11). En este caso, la Figura 9. Utilización de materias primas en núcleos. 92 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Referencias: la: longitud; aa: anchura; ea: espesor de artefactos formatizados. Figura 10. Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de artefactos formatizados. Referencias: ln: longitud; an: anchura; en: espesor de núcleos. Figura 11. Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de núcleos. pendiente de las medias del espesor de los núcleos tiene una pendiente mayor que las de las otras dos mediciones, lo que podría indicar una mayor reducción de las masas en los sitios de los valles y quebradas. En los desechos de talla, por su parte, el descenso se da en el mismo sentido aunque el largo y ancho de los desechos enteros desciende más abruptamente hacia los sitios de los valles y quebradas. Las dimensiones registradas muestran una selección de soportes poco elongados, lo cual resulta consistente con la observación de escasa presencia de hojas en los sitios relevados hasta este momento en el área (figura 12). 93 Caracterización de los conjuntos de artefactos formatizados Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Figura 12. Tendencias de las medias de longitud, anchura y espesor de desechos de talla. Referencias: ld: longitud; ad: anchura; ed: espesor de desechos Los conjuntos de artefactos formatizados, que no son muy numerosos (tabla 3), tienen pocas categorías artefactuales con representación en todos los sitios. En los grupos tipológicos predomina la manufactura unifacial marginal y ultramarginal. Las puntas de proyectil, que se encuentran en baja cantidad pero consistentemente representadas en los tres sitios de los valles y quebradas y en ADLP, son los únicos exponentes de la manufactura bifacial (tabla 4). La cantidad de grupos tipológicos presentes aumenta hacia los valles y quebradas, con la excepción de ADLP, que tiene las características de composición de los conjuntos de un sitio de actividades múltiples. Los grupos tipológicos con presencia en todos los sitios son pocos, con prevalencia de los muy generalizados filos de formatización sumaria, seguidos de las raclettes, los raspadores, los artefactos burilantes y puntas entre muescas, y las puntas de proyectil (tabla 5). Como se dijo, estas últimas se encuentran presentes en los sitios de los valles y quebradas y en ADLP, mientras que los artefactos burilantes tienen mayor representación en los sitios de la hoyada. Para establecer una medida de la diversidad de los conjuntos se graficaron los resultados de la comparación de los índices de riqueza y equitatividad de los artefactos formatizados. En este caso los valores de riqueza (eje Y) en los sitios no superan los 2,4 lo cual indica una riqueza artefactual media a baja para toda el área, siendo más baja en los sitios del interior de la hoyada (siempre con excepción de ADLP). Por su parte, la forma en que estas categorías se reparten en el conjunto se mide de 0 a 1,5 y en ese sentido son bastante equitativas, es decir, están distribuidas uniformemente en los conjuntos (figura 13). La intensidad diferencial con que se aprovecharon ADLP KO CERI ADI LP LT PQC Muestra total 16 11 18 6 18 20 39 Form. Bifacial 1 2 1 2 Form. Unifacial 15 11 18 6 16 19 37 N grupos tipológicos 10 6 10 6 9 13 13 Referencias: Form.: Formatizado. Tabla 4. Información tecnológica general de los conjuntos de artefactos formatizados. 94 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Sitios/grupos tipológicos ADLP KO CERI ADI LP 2 3 6 1 3 Artef .formatización sumaria 3 1 1 1 3 Raclette 2 2 3 1 Raspador 4 3 1 2 1 Punta burilante / entre muescas 1 2 Punta de proyectil 16 11 18 6 18 Total muestra LT PQC Total 2 7 24 2 5 16 2 5 15 2 2 15 1 2 6 20 39 137 Referencias: Artef: artefacto. Tabla 5. Artefactos formatizados: grupos tipológicos predominantes. las formas base de artefactos formatizados entre la hoyada y los valles y quebradas se midió empleando la razón existente entre la cantidad de filos y puntas de cada conjunto y la cantidad de artefactos, esta vez sin discriminar por materia prima. En la graficación, cada una de estas razones se contrastó con la media muestral para observar las variaciones existentes entre los sitios (figura 14). Aún cuando la razón es baja en todos los casos (no llega a dos filos y/o puntas por pieza), se observa un decrecimiento de la misma desde los sitios de la hoyada hacia los de valles y quebradas. En estos últimos, la razón ronda el valor 1, por lo que se estima que predominan los artefactos de filos simples, producto de una tecnología totalmente expeditiva. Probablemente la variación entre hoyada y valles, que no es mucha, se deba a que en los sitios del interior de la hoyada eran necesarios artefactos de formas generalizadas más versátiles (sensu Nelson 1991) que los que se requerían en los campamentos con mayor permanencia de los valles y quebradas. RESUMEN DE RESULTADOS Y DISCUSIÓN Aún cuando en ambos ambientes se observa una tecnología expeditiva (Nelson 1991, Escola 2000), con baja inversión de energía en la manufactura, pueden percibirse ciertas diferencias entre los sitios de la hoyada y de los valles y quebradas (tabla 6). Los conjuntos de los sitios de los sectores interiores de la hoyada son menos diversos, respondiendo a una utilización del espacio orientada a menor cantidad de actividades, con porcentajes mayores de núcleos y menores de desechos de talla. Contienen conjuntos artefactuales más versátiles, con mayor cantidad de filos por soporte, consistente Figura 13. Artefactos formatizados. Relación entre índices de riqueza y equitatividad. 95 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. Figura 14. Razón entre cantidad de filos y puntas y piezas por sitio. con un uso logístico del espacio. Por su parte, los sitios de los valles y quebradas aparecen como espacios de actividades múltiples, con mayor diversidad de grupos tipológicos, expeditividad en el diseño de los artefactos formatizados y bajo aprovechamiento de los soportes. El empleo de las materias primas también muestra variaciones. Por ejemplo, el cuarzo, con fuente de aprovisionamiento conocida en el piedemonte de la sierra de Valle Fértil, dentro del ambiente de valles y quebradas, tiene una representación que covaría negativamente con la distancia a dicha fuente. Contrariamente, la cuarcita, que se presenta ubicuamente en forma de nódulos en los dos sectores analizados, está mucho más representada en los sitios de la hoyada. Sobre la tendencia de la sílice opera la alta incidencia del conjunto de LP, compuesto en un 70% de esta roca. De todas formas, aparece como una elección importante Ambiente y características Inversión de tiempo y energía en la manufactura para la confección de artefactos formatizados en casi todos los conjuntos. Hasta este momento, la información arqueológica y específicamente la de la tecnología lítica muestra diferencias en la expresión de variables entre la hoyada y los valles y quebradas interserranos alrededor de ca. 1.000 años AP, avalando la propuesta de un aprovechamiento diferencial de estos ambientes (Guráieb et al. 2010; Re et al. 2009, 2011). El interior de la hoyada habría tenido un uso logístico, con énfasis en el abastecimiento y circulación de materias primas y el tránsito de personas y bienes, como se vio en el comienzo del trabajo. En este sentido ADLP, postulado por sus características topográficas como un campamento semipermanente, constituye el sitio con mayor potencial residencial dentro de la hoyada, corroborado por la información de la tecnología Hoyada Valles y Quebradas Baja Baja Unifacial marginal Unifacial marginal Bifacial Regularización Bifacial 0,02% 0,07% Intensidad de uso de las formas bases de Por encima de la media Por debajo de la media artefactos formatizados muestral de 1,3 muestral de 1,3 Riqueza/Equitatividad Baja Levemente mayor Abastecimiento, procesamiento inicial y Abastecimiento y formatización Utilización de materias primas procesamiento inicial Tabla 6. Resumen del comportamiento de variables. 96 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. lítica, que lo diferencia de CERI y KO. Por su parte, los valles y quebradas, ecológicamente más apropiados para uso residencial en la forma de campamentos semipermanentes, muestran mayor cantidad de actividades representadas, equipamiento del espacio, cerámica ordinaria y también decorada de muy buena calidad, arte rupestre, círculos de piedras de colores y una tecnología lítica más orientada a la captura y procesamiento de recursos (Guráieb et al. 2010; Rolandi et al. 2005b). En conclusión, en este trabajo hemos utilizado los resultados de la tecnología lítica como indicadores para comprender más cabalmente el uso diferencial del espacio regional. En este sentido, las ocupaciones prehispánicas del PPI y su área de amortiguación muestran una tecnología de escasa inversión aunque con significativas diferencias en el uso y aprovechamiento del espacio, concordantes con las variaciones ecológicas existentes entre la hoyada y los valles y quebradas. En una escala espacial más amplia, durante los períodos Medio y Tardío el valle de Ischigualasto y su entorno habrían estado relacionados con otros nodos poblacionales con mayor densidad residencial como la cercana localidad arqueológica El Chiflón, situada a distancia geodésica de no más de 20 km de PPI. El Chiflón presenta además, dataciones congruentes con las de los sitios de valles y quebradas y se encuentra en una inmejorable situación para controlar el tránsito desde el NE hacia el SO (Guráieb et al. 2013). Una de las vías de circulación podría haber sido a través de la actual Reserva Natural El Chiflón, el paso del Portezuelo, los valles y quebradas y la hoyada que componen el PPI, emergiendo por la Quebrada de la Chilca hacia el valle del río Bermejo. La integración de resultados entre ambas áreas permitirá, en un futuro, ampliar nuestro conocimiento acerca de la forma en que, gradualmente, se fue construyendo el paisaje regional. Ontiveros por el apoyo logístico durante las campañas realizadas en la zona. BIBLIOGRAFÍA ASCHERO, C. A. 1975. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos aplicados a estudios tipológicos comparativos. Informe de investigación a CONICET, Buenos Aires. Ms. 1983. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos. Apéndices A y B. Cátedra de Ergología y Tecnología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Ms. ASCHERO, C. A. Y S. HOCSMAN 2004. Revisando cuestiones tipológicas en torno a la clasificación de artefactos bifaciales. En Temas de Arqueología. Análisis Lítico, compilado por A. Acosta, D. Loponte y M. Ramos, pp. 7-25. Universidad Nacional de Luján, Luján. BABOT, M. DEL P. 2004. Tecnología y Utilización de Artefactos de Molienda en el Noroeste Prehispánico. Tesis de Doctorado. Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, Universidad Nacional de Tucumán, S.M. de Tucumán. Ms. BEGUELIN, M., V. BERNAL, M. DEL PAPA, P. NOVELLINO Y G. BARRIENTOS 2006. El poblamiento humano tardío del sur de Mendoza y su relación con el norte de Patagonia: una discusión bioarqueológica. Anales de Arqueología y Etnología 61 (volumen especial): 5-25. AGRADECIMIENTOS CABRERA, A. L. 1994. Regiones fitogeográficas argentinas. En Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería, tomo II (2° edición), editado por W. F. Kugler, pp. 1-85. Editorial Acme, Buenos Aires. Al personal y autoridades del PPI y a los pobladores de las localidades Baldes del Rosario y Los Baldecitos, con especial mención a Miguel CAHIZA, P. 2007. Las sociedades formativas tardías del Valle Fértil, San Juan. Comechingonia 10: 79-94. 97 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. CAHIZA, P., J. GARCÍA LLORCA Y J. P. AGUILAR 2008. Aportes para el estudio de la configuración espacial colonial temprana de Valle Fértil, San Juan. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana 2: 79-113. Informe. Ms. CIVALERO, M. T. Y N. V. FRANCO 2003. Early human occupation at the west of Santa Cruz Province, southern end of South America. Quaternary Internacional 109-110: 77-86. GAMBIER, M. 1974. Primitivo poblamiento Agrícola Prehispánico del Valle de Iglesia. Revista Hunuc Huar II: 1-42. 2000. Prehistoria de San Juan. Ansilta Editora, San Juan. DINCAUZE, D. F. 2000. Environmental Archaeology. Principles and Practice. Cambridge University Press, Cambridge. GARCÍA, A. 2011. Arqueología Prehistórica de San Juan. La Conquista Indígena en los Dominios del Cóndor y el Guanaco. Editorial Fundación Universidad Nacional de San Juan, San Juan. ELÍAS, A. 2012. Tecnología lítica en el período Tardío (ca. 1100–550 años AP) de Antofagasta de la Sierra (provincia de Catamarca, Puna meridional argentina). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXXVII (1): 19-41. GONALDI, M. E., GIORDANO, A. Y A. CALLEGARI. 2003. Manifestaciones rupestres del Cañón de Talampaya (Dto. Felipe Varela-La RiojaArgentina). En Libro de Resúmenes VI Simposio Internacional de Arte Rupestre, pp. 103-104. Universidad Nacional de Jujuy, S. S. de Jujuy. GONZÁLEZ, A. R. Y J. A. PÉREZ [1972] 1993. Argentina Indígena. Vísperas de la Conquista. Editorial Paidós, Buenos Aires. ELÍAS, A. Y P. S. ESCOLA 2007. Estrategias de aprovechamiento y uso de recursos líticos en sociedades agrícolas-pastoriles de la puna meridional argentina. Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales 32: 111-133. ENTE AUTÁRTICO PARQUE PROVINCIAL ISCHIGUALASTO 2005-2010. Plan de manejo del Parque Provincial Ischigualasto. Fase I. Información básica. Diagnóstico. Secretaría de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Gobierno de San Juan. Ms. GURÁIEB, A. G., M. M. PODESTÁ, D. ROLANDI Y O. DAMIANI 2007. Estructuras prehispánicas de piedras del Parque Provincial Ischigualasto y su área de amortiguación, Prov. de San Juan. En Actas XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Tras las Huellas de la Materialidad, tomo III, pp. 529-535. Universidad Nacional de Jujuy, S. S. de Jujuy. ESCOLA, P. 2000. Tecnología Lítica y Sociedades Agropastoriles Tempranas. Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Ms. GURÁIEB, A. G., M. RAMBLA Y D. CARRO 2010. Primera aproximación al estudio del registro lítico y cerámico del Parque Provincial Ischigualasto (PPI). En Arqueología del Centro Oeste Argentino: Aportes desde las IV Jornadas Arqueológicas Cuyanas, editado por R. Bárcena, pp. 91-105. XAMA Serie Monografías, Mendoza. FERRARO, L. 2005. Arte rupestre de Los Pizarrones: análisis y prospección del valor cultural extraordinario de los Parques Ischigualasto-Talampaya. Primer 98 GURÁIEB, A. G., D. ROLANDI, D. CARRO Y M. RAMBLA 2013. Reserva Natural El Chiflón y áreas aledañas: Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. un paisaje arqueológico del Periodo Medio o Integración Regional en el Dpto. Independencia (provincia de La Rioja). Ponencia presentada en las V° Jornadas Arqueológicas Cuyanas. INCHIHUSA–CONICET, Mendoza. 1992. El subsistema tecnológico de la confección de instrumentos líticos y la explotación de los recursos del ambiente: una nueva vía de aproximación. Shincal 2: 33-53. HAMMER, Ø., D. A. T. HARPER Y P. D. RYAN 2001. PAST: Paleontological statistics software package for education and data analysis. Palaeontologia Electronica 4: 1-9. http://www. aebiom.org/IMG/pdf/Brochure_BiogasRoadmap_ WEB.pdf (30/04/2012). NELSON, M. 1991. The study of technological organization. En Archaeological Method and Theory 3, editado por M. Schiffer, pp. 57-100. University of Arizona Press, Tucson. HOCSMAN, S. 2006. Producción Lítica, Variabilidad y Cambio en Antofagasta de la Sierra ca. 5500-1500 AP. Tesis de Doctorado. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, La Plata. Ms. PAREDES, J., G. SUVIRES Y J.J. ZAMBRANO 2001. Síntesis del Cuaternario de la Provincia de San Juan. Revista Ciencias, 2° edición. Formato digital. FCEFN, San Juan. LANATA, J. L. 1996. La diversidad artefactual en el norte de Península Mitre, Tierra del Fuego. Arqueología 6: 159-198. PIELOU, E. C. 1969. An Introduction to Mathematical Ecology. Wiley-Interscience, Nueva York. LEIVA DE LOCHBAUM, A. 1993. Geomorfología del Alto de Ischigualasto. Trabajo Final de Licenciatura. Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Universidad Nacional de San Juan, San Juan. Ms. PODESTÁ, M. M. Y D. S. ROLANDI 2000. Sobre dinosaurios y marcas de ganado. Prospección arqueológica en Ischigualasto (Valle de la Luna-Provincia de San Juan). Novedades de Antropología. Boletín Informativo del INAPL 37: 3-6. 2001. Marcas en el desierto. Arrieros en Ischigualasto (San Juan, Argentina). Boletín de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia 15: 63-73. MONETTA, A. Y C. MORDO 1995-1996. Ischigualasto-Talampaya. Tiempo de Dinosaurios. Editorial Manrique Zago, Buenos Aires. MORALES, M. R., R. BARBERENA, J. B. BELARDI, L. BORRERO, V. CORTEGOSO V. DURÁN, A. GUERCI, R. GOÑI, A. GIL, G. NEME, H. YACOBACCIO Y M. ZÁRATE 2009. Reviewing human environment interactions in arid regions of southern South America during the past 3000 years. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology 281 (3–4): 283–295. PODESTÁ, M. M., A. RE Y G. ROMERO 2011. Visibilizando lo invisible. Grabados históricos como marcadores idiosincráticos en Ischigualasto. En En Ruta. Arqueología, Historia y Etnografía del Tráfico Sur Andino, editado por L. Núñez y A. Nielsen, pp. 341-372. Encuentro Grupo Editor, Córdoba. NAMI, H. PODESTÁ, M. M., D. ROLANDI, A. RE, M. P. FALCHI Y O. DAMIANI 2006. Arrieros y marcas de ganado. Expresiones del arte rupestre de momentos históricos en el desierto de Ischigualasto. En Tramas en la Piedra. Producción y Usos del Arte Rupestre, editado por D. Fiore y M. Podestá, pp. 169-190. SAA- INAPLWAC, Buenos Aires. 99 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. RAFFINO, R. A. 1988. Poblaciones Indígenas en Argentina. Urbanismo y Proceso Social Precolombino. Emecé, Buenos Aires. RE, A., M. M. PODESTÁ Y D. ROLANDI 2009. Arte rupestre prehispánico en valles y quebradas del Parque Provincial Ischigualasto y de su área de amortiguación (Provincia de San Juan, Argentina). En Crónicas sobre la piedra. Arte Rupestre de Las Américas, editado por M. Sepúlveda, L. Briones y J. Chacama, pp. 413-429. Ediciones Universidad de Tarapacá, Arica. 2011. Ocupaciones humanas y grabados rupestres del norte de la sierra de Valle Fértil, (provincia de San Juan). Comechingonia 15: 65-92. RIVERO, D. Y G. SRUR 2006. El estudio de los artefactos líticos como indicadores de funcionalidad de sitios. Un caso de estudio en las sierras de Córdoba. http:// www.comechingonia.com/Trabajo%20de%20 antecedentesII/Rivero%20y%20Srur%202006. pdf (18/2/2014). RIVEROS, G. Y A. VARELA 2001. Ischigualasto: estudio preliminar del arte rupestre. Publicaciones del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo-UNSJ (Nueva Serie) 25: 131-147. ROLANDI, D., M. M. PODESTÁ, G. GURÁIEB, A. RE Y A. VIDAL 2003. El patrimonio cultural en un área protegida de valor excepcional: Parque Provincial Ischigualasto (San Juan, Argentina). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXVIII: 231-240. ROLANDI, D., A. G. GURÁIEB, M. M. PODESTÁ, M. P. FALCHI, A. RE, R. ROTONDARO, O. DAMIANI, J. MÁRQUEZ Y R. RAMOS 2005a. Patrimonio cultural y actividad turística sostenible. Bases para la elaboración de planes de manejo. Taller Internacional “Desplazamientos, Contactos, Lugares”. Instituto de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. CD. ROLANDI, D., R. ROTONDARO, M. M. PODESTÁ, G. GURÁIEB, A. RE 2005b. Recursos culturales del Parque Provincial Ischigualasto y su área de amortiguación. Provincia de San Juan, Argentina. Informe al Ente Autártico Parque Provincial Ischigualasto. Ms. ROLANDI, D., M. PODESTÁ, G. GURÁIEB, A. RE, M. P. FALCHI Y M. TORRES 2008. Tiempos Pasados en Ischigualasto. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica– Asociación Amigos del INAPL, Buenos Aires. ROTONDARO, R. 2008. Arquitectura Tradicional en la Región de Ischigualasto, Provincia de San Juan. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica– Asociación Amigos del INAPL, Buenos Aires. ROTONDARO, R., R. RAMOS, G.GURÁIEB Y D. ROLANDI 2006. Arquitectura, patrimonio y turismo cultural en zonas rurales de San Juan y La Rioja, Argentina. En V Seminario Iberoamericano de Construcción con Tierra y I Seminario Argentino de Arquitectura y Construcción con Tierra. INCIHUSA-CRICYT, Mendoza. SANCHIDRIÁN TORTI, J. L. Y A. M. MÁRQUEZ ALCÁNTARA 1998. Informe sobre la primera fase de intervención del proyecto de investigación. Documentación del arte rupestre de Ischigualasto (San Juan, Argentina). Ms. SAYAGO, J., M. ZINCK, M. COLLANTES Y M. TOLEDO 2001. Environmental changes in the Pre-Andean Valleys and Chaco Plain (Northwest Argentina) during the Late Pleistocene and Holocene. Neues Jahrbuch für Geologie und Paläontologie 236: 245-265. SHANNON, C.A. Y W. WEAVER 1964. The Mathematical Theory of Communication. 100 Guráieb et. al. - CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 2 (2): 79-101, 2015. The University of Illinois Press, Urbana y Chicago. SMITH, M., P. VETH, P. HISCOCK Y L. WALLIS 2005. Global Deserts in Perspective. En Desert Peoples. Archaeological Perspective, editado por P. Veth, M. Smith y P. Hiscock, pp. 1-13. Blackwell Publishing Ltd., Massachusetts. SPENGLER, G. Y A. CALLEGARI 2010. Manifestaciones del Período Tardío (8501480 DC) en el Noroeste Riojano. En Arqueología del Centro-Oeste Argentino. Aporte desde las IV Jornadas Arqueológicas Cuyanas, editado por J. R. Bárcena, pp. 233-252. INCIHUSA-CONICET, Mendoza. 101