4 Una composición del grupo adecuada para la atención de necesidades individuales y colectivas de los niños L os niños de educación preescolar requieren de la ayuda de los adultos para satisfacer algunas de sus necesidades básicas y para garantizar su cuidado y bienestar.1 También se ha comprobado que alcanzan mejores resultados de aprendizaje y desarrollo cuando tienen la oportunidad de realizar trabajo individual y en pequeños grupos con sus compañeros, y cuando las interacciones con los docentes son continuas, afectivas e intelectualmente desafiantes.2 Es necesario que los alumnos de educación preescolar obtengan una atención personalizada, por lo cual es indispensable “que los maestros estén continuamente disponibles para interactuar de manera individual o con un grupo pequeño”.3 Dichas interacciones son necesarias para los procesos de enseñanza- aprendizaje, y llevarlas a cabo de manera adecuada requiere que los grupos reúnan ciertas condiciones de composición para la prestación del servicio de educación preescolar, pues participan en la construcción de los contextos para el aprendizaje de los niños, el trabajo de los docentes y las relaciones que se puedan establecer entre ambos. Se ha señalado que éstas influyen de manera importante en la calidad con la que son atendidas las necesidades educativas de los niños.4 De hecho, las características de los grupos constituyen una de las condiciones más importantes para el desarrollo de las competencias de los alumnos y las prácticas de los mestros. 1 Seefeldt, C. & Wasik, B. (2005). Preescolar: Los pequeños van a la escuela. México, D. F.: SEP/ Pearson Educación de México; Bowman, B., et al. (2001). Eager to learn. Educating our preschoolers. Washington, D. C.: EE.UU.: National Academy Press. Véase: Hamre, B. & Pianta, R. (2001). Early teacher-child relationships and the trajectory of children’s school outcomes through eight grade. Child development, 72 (2), pp.625-638; véase también capítulo 12 de este informe. 2 Seefeldt, C. & Wasik, B. (2005), op. cit. 3 Munton, T., et al. (2002). Review of international research on the relationship between ratios, staff qualifications and training, group size and the quality of provision in early years and child care setting. Research on ratios, group size and staff qualifications and training in early years and childcare settings. TCRU. Norwich, Queen’s Printer. 4 83 Los estudios demuestran que para ofrecer una educación preescolar de calidad se requiere de grupos reducidos, que faciliten las interacciones entre maestros y alumnos, la atención de las necesidades individuales y colectivas de los niños del grupo y su cuidado.5 También se ha observado que los grupos integrados por estudiantes de diferentes edades, o que incluyen a preescolares con necesidades educativas especiales, requieren de otras condiciones como: apoyo de otros docentes, menor cantidad de estudiantes en el grupo, materiales adicionales, formación permanente especializada y acompañamiento de la práctica docente. En este apartado se muestran las condiciones que reúnen los grupos de educación preescolar en el país con relación a dos características de su composición: tasa de niños por docente y aulas con niños de distintos grados. La tasa de alumnos por docente se refiere a la cantidad de estudiantes que cada profesor tiene a su cargo. Este indicador es importante porque condiciona el tiempo que los maestros dedican a cada niño y el tipo de relación que se establece entre estos dos. Algunos estudios demuestran que en el nivel preescolar esta variable es una de las más importantes para predecir la calidad del servicio.6 Para identificar la tasa de alumnos por docente se recopiló información sobre el número total de niños que se encontraban en los grupos y la presencia de asistentes de apoyo en éstos. En este apartado también se explora la atención a preescolares de diferentes grados en una misma aula; es decir, la multigralidad. Esta exploración se realiza por dos razones. La primera, es que la atención brindada a alumnos de más de un grado supone un trabajo adicional de la docente, debido a que la diferencia de edades de los niños está relacionada con distintas necesidades que deben ser atendidas de manera individual. La segunda, es que la conformación de grupos multigrado conlleva ventajas derivadas del trabajo con grupos heterogéneos, aunque para que éstas sean realmente efectivas requieren condiciones especiales de aprendizaje y enseñanza. Este capítulo se divide en dos secciones. La primera sección explora la cantidad de alumnos por grupo, la presencia de educadoras auxiliares en las aulas y la tasa de niños por docente. En la segunda, se aborda la situación de multigralidad de las aulas. 4.1 Cantidad de alumnos por grupo y por docente El número de alumnos a cargo de un docente es una variable que condiciona los procesos que suceden en el aula. A través de juegos, interacciones verbales y contacto afectivo, los adultos median la relación del niño con el mundo social y físico, y ofrecen oportunidades para que desarrollen capacidades sociales, intelectuales y afectivas.7 5 Seefeldt, C. & Wasik, B. (2005), op. cit.; Munton, T. et al. (2002), op. cit.; Montie, J., Xiang, Z. & Schweinhart, L. (Eds.). (2007). The role of preschool experience in children’s development. Longitudinal findings from 10 countries. The IEA preprimary project phase 3. Ypsilanti, Michigan: High/ Scope Press. 6 Peisner-Feinberg, E.S, et al. (1999). The children of the cost, quality, and outcomes study to go to school: Executive Summary. Chapel Hill: University of North Carolina at Chapel Hill, Frank Porter Graham Child Development Center. Phillips & Howes (1987). Citado por Montie, J., et al. (2007), op. cit. 7 84 A partir de los resultados de múltiples investigaciones, se ha concluido que la cantidad de alumnos por docente constituye una aproximación a la calidad de las interacciones y a las dinámicas del aula:8 un menor número de niños por docente facilita las interacciones positivas entre ambos.9 En materia de educación preescolar existen diversos criterios sobre el número de estudiantes por maestro y por grupo. La organización que establece criterios mínimos más estrictos es la National Association for the Education of Young Children (NAEYC), que señala que para grupos de niños de cuatro y cinco años, se deben tener, como máximo, diez alumnos por docente; sin embargo, la conformación de éstos no debe ser mayor de veinte alumnos, al menos que haya dos maestros, o una docente y un auxiliar por grupo. No obstante, la NAEYC reconoce que estas proporciones pueden cambiar dependiendo del currículo, la inclusión de niños con necesidades educativas especiales, el horario en que se atiende a los alumnos y otros factores.10 Las regulaciones sobre el número de alumnos por docente también varían de acuerdo con la edad de los niños y existen diversos criterios para su valoración. Con respecto a los de cuatro años, en 17 estados de la Unión Americana se adopta el criterio de la NAEYC, en algunos de ellos no se tienen regulaciones y, en otros, sólo se establece un máximo de veinte alumnos por grupo (19 estados). En la Unión Europea las regulaciones para la atención de niños de cuatro años también son variadas: en Dinamarca existe un criterio de seis alumnos por docente; en Suecia, la relación oscila entre dieciocho y veinte por cada dos o tres maestros; en Francia y España las relaciones son de 27 y 25 por maestro, respectivamente. Por otra parte, algunas investigaciones señalan un óptimo de ocho alumnos por educador.11 Es importante apuntar que, si bien es cierto que la tasa de alumnos por docente y por grupo tiene gran importancia para predecir la calidad de los centros escolares, no se debe asumir que en los grupos con pocos alumnos se ofrece un buen servicio y que en los grandes no, pues éste se relaciona con otras variables, como la formación inicial y en servicio de los profesores, sus condiciones salariales, entre otros.12 Por lo tanto, para emitir un juicio sobre la calidad de la oferta educativa deberán tomarse en cuenta también otros factores. Con respecto al número de alumnos por grupo, en la gráfica 4.1 se presenta la tasa divida en rangos y se aprecia que en México 17% de éstos cuenta con más de 30 estudiantes. Los grupos numerosos están concentrados en su mayoría en escuelas urbanas, particularmente las ubicadas en un contexto desfavorable, donde más de la tercera parte se conforma por más de 30 niños. Cabe señalar que, incluso en las modalidades indígena unitaria y rural no unitaria, más de 10% de los grupos están compuestos por más de 30 estudiantes. Seefeldt, C. & Wasik, B. (2005), op. cit. 8 Munton, T. et al. (2002), op. cit. 9 Ibidem. 10 11 Howes, Phillips & Whitebook (1992); Howes, et al. (1998). Citados por Montie, J., et al. (2007), op. cit. 12 Munton, T. et al. (2002), op. cit. 85 Gráfica 4.1 Porcentaje de alumnos por grupo en rangos, por modalidad educativa 100 1.8 4.2 90 80 12.8 7.0 7.6 5.3 12.4 33.7 23.1 25.2 31.7 70 36.6 54.7 46.3 60 42.3 50 40 17.0 22.1 64.6 70.9 30 51.1 45.7 43.7 20 51.6 28.6 34.1 37.5 10 15.1 6.9 0 13.5 7.2 0.8 Comunitaria Indígena unitaria Indígena no unitaria Más de 30 Rural unitaria Entre 21 y 30 Rural no unitaria 11.9 1.7 1.4 Urbana en contexto desfavorable Urbana en contexto favorable Entre 11 y 20 18.0 Privada 12.1 Nacional Menos de 10 En la gráfica 4.1 también se observa que 42.3% de los grupos del país tiene de 21 a 30 alumnos, siendo ésta la categoría donde se ubica el mayor porcentaje de grupos. Es importante señalar que a nivel nacional 40.7% de éstos cumple con las regulaciones de la NAEYC, y tienen como máximo veinte alumnos, aunque esta situación es muy distinta entre modalidades educativas. En las escuelas urbanas públicas menos de 20% de los grupos está dentro de estos rangos, mientras que en el resto de las modalidades públicas por lo menos 38.3% cumple con esta condición (fluctúa entre 38.3% y 94%). Con relación al número de docentes que atienden a los grupos, se puede observar que la mayoría de las escuelas públicas cuentan con un educador para cada uno de éstos, y únicamente en 17.2% de aulas a nivel nacional participa una asistente o educadora auxiliar (ver tabla 4.1). La proporción más alta de grupos que tiene el apoyo de un educador asistente o auxiliar se presenta en la modalidad privada, 41.9% de los salones cuenta con este apoyo. En las escuelas públicas 22.3% y 11.2% de los salones de las urbanas en contexto favorable y desfavorable, respectivamente, cuentan con este apoyo. En el resto de las modalidades, la ayuda de un docente o educador auxiliar en las aulas es prácticamente inexistente. 86 Tabla 4.1 Porcentaje de grupos con educadoras auxiliares, por modalidad educativa Modalidad Nacional Porcentaje de grupos con educadoras auxiliares 17.2 Comunitaria NA Indígena unitaria 1.1 Indígena no unitaria 0.0 Rural unitaria 2.4 Rural no unitaria 2.6 Urbana en contexto desfavorable 11.2 Urbana en contexto favorable 22.7 Privada 41.9 De acuerdo con el número de estudiantes por grupo y la cantidad de maestros, asistentes o educadores auxiliares se obtuvo la tasa de alumnos por docente. Como puede verse en la gráfica 4.2, la tasa promedio de niños por educador a nivel nacional es de 20.3%. Sin embargo, esta estimación varía considerablemente por modalidad. Los docentes de escuelas urbanas en contexto desfavorable son quienes atienden, en promedio, más alumnos, seguidos de los maestros de la modalidad urbana en contexto favorable. En cambio, las modalidades con menos alumnos por docente son la comunitaria y la privada; la primera responde a una característica propia de la modalidad educativa, y la segunda al gran porcentaje de docentes que cuentan con el apoyo de un asistente o educador auxiliar. Por su parte, las modalidades indígenas y rurales tienen medias cercanas a 20 alumnos por docente. 87 Gráfica 4.2 Tasa promedio de alumnos por docente, por modalidad educativa 30 25.9 25 21.0 22.4 21.4 20.3 23.4 20 19.0 15 10 13.3 9.6 5 Comunitaria Indígena unitaria Indígena no unitaria Rural unitaria Rural no unitaria Urbana en contexto desfavorable Urbana en contexto favorable Privada Nacional Al dividir en rangos la tasa de estudiantes por maestro, se observa que hay mayor concentración de grupos con más de 30 alumnos en las modalidades urbanas públicas (ver gráfica 4.3). Esta situación se presenta en mayor medida en las escuelas urbanas en contexto desfavorable, donde 30.2% de los grupos tiene más de 30 alumnos por docente. La que presenta la menor tasa es la comunitaria, 70.9% de los instructores comunitarios atiende a menos de 10 niños. En la privada, la mayoría de grupos tiene una tasa menor a 20 alumnos por maestro. En esta sección se mostró que las características de los grupos varían de acuerdo con las modalidades de prestación del servicio. Destaca el alto porcentaje de aquellos con más de 30 alumnos existentes en las escuelas urbanas y, particularmente, en las de contexto desfavorable, pues ésta no es una condición deseable para la prestación del servicio educativo en preescolar, y en lugar de ser un factor promotor del desarrollo de los niños, puede ser un obstáculo para su educación y tener efectos adversos.13 13 Myers, R. (2004). In Search of Quality in Programmes of Early Childhood Care and Education (ECCE). EFA Global Monitoring Report. 88 Gráfica 4.3 Porcentaje de grupos de acuerdo con la tasa de alumnos por docente en rangos, por modalidad educativa 100 1.8 4.2 90 80 2.3 7.0 12.8 7.6 18.7 54.7 44.7 45.7 35.8 50.9 50 30 14.9 30.9 36.3 60 40 12.4 30.2 23.1 70 12.4 46.3 45.0 70.9 31.1 43.9 34.7 20 37.5 19.0 10 16.6 7.0 0 8.2 24.4 39.7 18.3 4.6 6.0 Urbana en contexto desfavorable Urbana en contexto favorable 0.8 Comunitaria Indígena unitaria Indígena no unitaria Rural unitaria Más de 30 Rural no unitaria Entre 21 y 30 Entre 11 y 20 Privada Nacional Menos de 10 4.2 Grupos multigrado El trabajo en grupo con alumnos de diversas edades puede ser una condición favorable para el aprendizaje. En las investigaciones realizadas sobre este tema, se han encontrado algunos beneficios para los preescolares inmersos en grupos multigrado, como el desarrollo de independencia para aprender y la cooperación con otros niños.14 A pesar de las ventajas que los grupos multigrado pueden traer consigo, se reconoce que los niños de diversas edades, especialmente los que son muy pequeños, imponen desafíos de trabajo a los docentes cuando éstos no cuentan con condiciones adecuadas para atenderlos, como: tener un menor grupo de alumnos a su cargo, contar con la capacitación especial que se requiere para trabajar con alumnos de diferentes edades, disponer de materiales diversos para atender las necesidades de las diferentes etapas de desarrollo de los niños, entre otras. De hecho, en las tasas de estudiantes por docente establecidas en algunos países, se considera la edad como un elemento crucial para formular criterios. Así, éstos fijan tasas menores de alumnos por maestro para quienes tienen grupos con niños más pequeños.15 Esto se debe a que los de menor edad usualmente necesitan más atención y Miller, B. (1990). A review of the Quantitative Research on Multigrade Instruction. Research in Rural Education, 7 (1), pp. 1-8. 14 Seefeldt, C. & Wasik, B. (2005), op. cit. 15 89 cuidados, pues no son completamente capaces de satisfacer algunas de sus necesidades básicas por sí mismos.16 Además, los docentes que atienden grupos con niños de diferentes edades requieren organizar, de manera especial, las actividades en las aulas: necesitan mayor tiempo para elaborar la planeación, aulas con vasto equipamiento de materiales que respondan a las necesidades de los estudiantes17 y una capacitación especial, pues deben utilizar estrategias para que las diferencias de edad puedan ser capitalizadas y conseguir que la situación de un grupo multigrado se convierta en una condición favorable para la enseñanza y el aprendizaje. La tabla 4.2 presenta la distribución de grupos unigrado y multigrado en el país por modalidad. Ésta no incluye la comunitaria porque en ella se atiende, principalmente, a grupos multigrado y se organiza en dos etapas, la primera comprende a los niños de tres y cuatro años, y la segunda a alumnos de cinco años. Los resultados muestran que, a nivel nacional, los grupos multigrado varían de acuerdo con el contexto. En los medios urbanos existen, casi exclusivamente, grupos con niños que cursan un solo grado. En las escuelas no unitarias, tanto indígenas como rurales, cerca de la cuarta parte de los grupos son multigrado. En cambio, en la modalidad indígena unitaria 82.7% de los grupos tienen alumnos de los tres grados, y en la rural unitaria equivale a 54.2%. Al considerar esta información junto con los resultados expuestos en la sección anterior, es notable que no todas las escuelas de educación preescolar indígenas y rurales reúnen las condiciones de composición de grupo adecuadas para la atención de niños de diferentes edades. En ambas modalidades hay grupos numerosos y las tasas de alumnos por docente son altas. En otros capítulos de este informe también se observa que en estas modalidades existen otras condiciones que podrían dificultar el aprovechamiento de las ventajas que posee la enseñanza multigrado; entre ellas destacan: el alto porcentaje de docentes que no cuentan con la formación necesaria para ejercer la docencia en este nivel (ver capítulo 7) y aulas con poco abastecimiento de materiales para el trabajo con los niños (ver capítulo 3). Los resultados también mostraron que en las escuelas urbanas públicas existen grupos con alumnos de diferentes edades. Aun cuando en estas modalidades el porcentaje de grupos multigrado es bajo (oscila entre 6.5% y 10%), se ha visto que la mayoría de ellos tienen más de 20 alumnos, y aproximadamente la tercera parte están compuestos por más de 30 niños. Como ya se mencionó, estas condiciones dificultan el trabajo con estudiantes de edades similares y aún más la labor con los de edades heterogéneas. Es necesario llevar a cabo otras indagaciones para explorar las condiciones que enfrentan los docentes al realizar el trabajo con preescolares de edades diferentes. Como Ibidem. 16 Miller, B. (1991)., op cit., pp. 3-12; Aina, O. E. (2001). Maximizing Learning in Early Childhood Multiage Classrooms: Child, Teacher and Parent Perceptions. Early Childhood Education Journal, 28 (4), pp. 219-224. 17 90 Tabla 4.2 Porcentaje de grupos unigrado y multigrado, por modalidad educativa, sin incluir la comunitaria Grupos con niños de un grado Modalidad Grupos multigrado 1° 2° 3° 1° y 2° 2° y 3° 8.9 29.2 40.1 5.4 7.9 0.4 8.1 0.3 0.0 1.4 1.2 12.8 1.7 82.7 13.7 21.7 38.7 15.7 4.1 0.8 5.3 Rural unitaria 0.5 0.7 2.6 0.3 41.6 0.2 54.2 Rural no unitaria 6.4 21.4 42.4 17.0 9.4 0.2 3.2 Urbana en contexto desfavorable 5.1 35.3 49.6 3.6 5.2 0.5 0.7 Urbana en contexto favorable 5.4 39.0 49.2 2.2 3.5 0.3 0.5 21.8 33.5 37.3 3.3 2.6 0.2 1.4 Promedio nacional sin incluir la modalidad comunitaria Indígena unitaria Indígena no unitaria Privada 1° y 3° 1°, 2° y 3° se mencionó antes, estos grupos pueden representar una ventaja para el aprendizaje, pero es necesario que los maestros estén acompañados, cuenten con capacitación sobre las estrategias para el trabajo con niños de distintas edades, y dispongan de los recursos educativos suficientes. Sólo así se podrá capitalizar la ventaja que representa la diversidad de edades en este tipo de aulas. Por ello, se torna indispensable estudiar si la formación inicial, la formación permanente y las figuras educativas que acompañan la práctica docente están proporcionando las herramientas necesarias para que los maestros de educación preescolar puedan trabajar con alumnos de diversas edades. Además, es importante valorar si los docentes cuentan con el material necesario para el trabajo con grupos multigrado. Conclusiones Los resultados de este capítulo permiten concluir que la mayoría de los grupos de preescolar en nuestro país no cuenta con las condiciones de composición de grupo indagadas, y que son consideradas adecuadas para la atención de los niños en edad preescolar. A nivel nacional, la mayoría de los grupos donde estudian los preescolares son numerosos y sólo una minoría cumple con las tasas de alumnos por docente que se estiman deseables para el trabajo con los niños de entre tres y cinco años. 91 Aun cuando en las escuelas indígenas, rurales y comunitarias las tasas de alumnos por grupo y por docente no son tan elevadas, los grupos cuentan con otras características que hacen más complejo el trabajo docente, pues atienden a niños de diversas edades, con nivel socioeconómico desfavorable y, en las escuelas indígenas, a preescolares con lengua y cultura diversas. Los grupos numerosos y las altas tasas de alumnos por docente pueden tener implicaciones en varios aspectos de la vida escolar: la disminución de las posibilidades de interacción entre los niños, y entre éstos y los docentes, así como la posibilidad de recibir atención individualizada. Por otra parte, la labor de las educadoras en grupos numerosos puede quedar reducida al manejo disciplinario de éstos, y tanto el espacio como los materiales pueden resultar insuficientes o inadecuados para la atención de todos los estudiantes, e influir en su comportamiento y actividad física. Sumado a lo anterior, las aspiraciones para el cumplimiento del PEP 2004 se pueden ver afectadas, debido a que la evaluación y seguimiento de las competencias de cada uno de los niños en grupos con altas tasas de alumnos por docente es más difícil de llevarse a cabo. En este sentido, se hace evidente la importancia de contar con condiciones de organización acordes a las necesidades de los niños en edad preescolar. Por ello, convendría que en nuestro país se revaloraran las actuales políticas de asignación de alumnos por grupo y por docente, para garantizar que los ambientes donde éstos se encuentran no pongan en riesgo el cumplimiento de los propósitos educativos. Se reconoce que el establecimiento de los criterios óptimos de tasas de alumnos por docente y por grupo, de manera generalizada en las aulas, es difícil de realizar en el corto plazo, pues podría requerir, por ejemplo, la contratación de un mayor número de docentes o la ampliación de la infraestructura educativa, entre otras acciones, y éstas, a su vez impactarían en el gasto educativo. Se prevé que las debilidades presentes en la composición de los grupos en nuestro país no podrán ser solucionadas en el corto plazo; por lo tanto, se requiere de la toma de medidas, factibles de implementar de manera inmediata, para garantizar el cumplimiento de los propósitos educativos. Una medida emergente que el sistema educativo puede impulsar es una formación inicial sólida para los candidatos a maestros que se encuentran estudiando en torno a temas relacionados con la docencia multigrado y grupos numerosos, y fortalecer las competencias para el trabajo educativo durante el ejercicio profesional en las condiciones actuales de composición de grupo. Cabe señalar que, a la par de la implementación de medidas emergentes, sería deseable aplicar mecanismos que reduzcan de manera paulatina las tasas de alumnos por docente y alumnos por grupo, y contribuyan a optimizar la prestación del servicio educativo en el largo plazo. Finalmente, los resultados muestran la necesidad de efectuar otras indagaciones encaminadas a conocer los efectos que tienen las condiciones actuales de composición de los grupos de preescolar en nuestro país: en las prácticas docentes, en las interacciones docente-alumno, en el ambiente educativo de las aulas y en el comportamiento, 92 aprendizaje y desarrollo de los niños. De la misma manera, es necesario estudiar si la formación inicial y en servicio recibida por los maestros los provee de herramientas suficientes para desarrollar su trabajo con grupos multigrado y con grupos numerosos, ya que el trabajo con niños de diferentes edades es reconocido como uno de los desafíos más importantes de práctica docente, y la enseñanza en grupos numerosos es, sin duda, una condición que los educadores enfrentan en la mayor parte de las modalidades. 93