Fauvismo Explosión de color

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Fauvismo Explosión de color
A principios del siglo XX aparece en el escenario pictórico francés un
variado grupo de artistas que a pesar de orientar sus obras hacia distintas
direcciones, compartieron un sentimiento: una desmedida pasión por el
uso violeto y salvaje del color.
Agrupados en una nueva corriente los fauvistas no siguieron el común denominador
de todo movimiento o propuesta artística; no redactaron un manifiesto, no
establecieron reglas ni pautas que debieran de seguirse de manera celosa. La
libertad era una premisa importante, sin directrices que la mermaran o
condicionaran. Por ello, comparten el título de fauvistas artistas con propuestas de
origen y caracteres tan disímiles. Mientras franceses como Matisse y Derain
representan en sus obras una tranquila cotidianidad, la obra de su compatriota
Rouault muestra un contenido ampliamente expresionista, lleno de drama, con un
alto grado de cristiandad.
Sin embargo, la ausencia de directrices en común más allá del amor por el color
condenó al Fauvismo a una existencia efímera que no alcanzó mucho más que un
par de años de vida, tomando los artistas rumbos hacia diversas propuestas y en
algunos casos nuevas vanguardias, como fue el caso del francés Georges Braque,
quien sentaría las bases del Cubismo junto al español Pablo Picasso.
Las obras fauvistas dejan de lado la representación de la realidad y dan paso a
formas planas, sin perspectiva, que buscan transmitir la carga emotiva del autor
exclusivamente mediante un uso del color, siendo los temas principales inocentes
paisajes, vistas campestres y retratos. Claro ejemplo de esto son las obras de
Matisse, principal representante de la corriente, cuyos cuadros llegan a semejarse a
pinturas infantiles. Las obras del francés alcanza en plenitud el carácter decorativo
atribuido al Fauvismo. "Me gustaría que el individuo cansado, agobiado, quebrado,
encontrara paz y quietud en mis cuadros", señaló alguna vez Matisse, quien
consideraba que la pintura debía despertar una experiencia sensorial placentera con
la sola percepción del color, los cuales contaban con una belleza propia.
Además de "La raya verde", del pintor galo son reconocidas las obras "La ventana
abierta", "Estudio rojo", "La dama azul" y un retrato de su esposa llamado "Mujer
con sombrero", donde retrata a su esposa, son algunas de sus obras más
significativas.
Por su parte, Raoul Dufy popularizó una técnica muy seguida por las demás "fieras"
del color que consistía en invertir el orden tradicional en la ejecución pictórica. En
un primer término, Dufy aplicaba el color al lienzo y luego se dedicaba a recrear las
figuras que deseaba. Este método, que divorciaba el elemento color del objeto
representado, pretendía conservar toda la fuerza expresiva del artista.
El holandés Maurice de Vlaminck aportó al movimiento dramáticos paisajes
inspirados en las obtras de Van Gogh. Sus obras, de temática paisajista
exclusivamente, se caracterizaron por espesas pinceladas que recreaban obligados
contrastes. Comúnmente, la obra de Vlaminck mostraba un camino o carretera en
el centro de la composición, que, rompiendo la conducta de los fauvistas, respetaba
los principios de perspectiva. Al igual que Matisse, Maurice Vlaminck se interesa por
elementos del arte africano, tomando en cuenta que las manifestaciones primitivas
no parten de la imitación.
Hacia 1908 el Fauvismo se disuelve, desapareciendo súbitamente del escenario
artístico y tomando sus autores caminos en distintas direcciones, principalmente
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hacia el Expresionismo, que a pesar de no contar con un carácter ampliamente
racionalista, como es el caso del Cubismo, devolvía a las formas una amplia
importancia, contrariamente a los principios fauvistas.
OBRAS
André Derain:
"El puerto de Londres"
Henri Matisse:
"La raya verde"
Raoul Dufy:
"La regata"
Georges Rouault:
"Tres payasos"
http://www.mipunto.com/temas/3er_trimestre04/fauvismo.html
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