Porque nuestras necesidades primordiales y anhelos frecuentemente corren enrevesados de las expectativas sociales, Freud concluyó que reprimimos nuestros verdaderos anhelos a la parte inconsciente de nuestras mentes. Para que los individuos disfruten de salud psicológica, él sentía, que debían apreciar estos anhelos ante la mente conciente. Freud creía que a pesar de la necesidad abrumadora de reprimir estos anhelos, el inconsciente aun se revela-particularmente cuando la mente conciente relaja su poseer-en sueños, mitos y extraños patrones de comportamiento, tropiezos de lengua, accidentes, y arte. Bettleheim, Bruno.