DISCURSO DEL DEFENSOR DEL PUEBLO, ROLANDO VILLENA, EN EL ENCUENTRO CON NIÑAS, JÓVENES, DIRIGENTAS, AUTORIDADESY LÍDERES DEL MUNCIPIO DEL CERCADO EN COCHABAMBA Cochabamba, Marzo de 2013 Queridas niñas y jóvenes que hoy nos honran con su presencia Estimadas autoridades, lideresas, dirigentas, amigas, madres, esposas… Debo confesar que esta es una de las actividades más especiales de las que participo en mi calidad de Defensor del Pueblo. Agradezco a Raúl, nuestro Representante Departamental, a la Fundación Fé y Alegría y al Concejo Municipal del Cercado, por la iniciativa que concreta uno de los anhelos prioritarios que nos hemos propuesto en la institución y es precisamente abrir espacios de reflexión y de aprendizaje conjunto, a través del diálogo intergeneracional. Un espacio donde todos y todas aprendemos y compartimos nuestros sueños y anhelos hermanados a partir de la necesidad de construir un país con mayor justicia, equidad y solidaridad. Y esta actividad me emociona doblemente porque aplica uno de nuestros principios de conciencia que intentamos llevar adelante en lo que nos resta de la gestión, y ojalá se convierta en una constante de vida y de acción para las autoridades y en general para todos y todas… me estoy refiriendo a la necesidad de escuchar, atender y entender la voz de los niños, niñas y adolescentes. Este principio, que considero tan importante, nos debe impulsar a que todas las acciones que emprendamos a nivel de políticas públicas, actividades y decisiones que atingen a los niños, niñas y adolescentes, tomen como necesidad escuchar primero lo que ellos y ellas opinan, reflexionan y sienten respecto a sus necesidades, anhelos y demandas. Hace unos meses atrás, gracias al apoyo de UNICEF, realizamos 57 encuentros con niños, niñas y adolescentes entre 7 y 15 años, en ocho departamentos del país y les preguntamos qué les hace feliz y qué les hace tristes en sus casas, sus escuelas y sus barrios. Las respuestas mayoritarias sobre qué les provoca felicidad fueron que la familia esté unida, que se sientan queridos por sus padres, profesores y amigos, que los escuchen y que los respeten. Y sobre los qué les pone tristes, la mayoría nos dijo que era principalmente la violencia, los golpes, los gritos, la falta de seguridad, las peleas y el abandono. De esa experiencia confirmamos lo que nos decían los estudios que hicimos durante muchos años: que nuestro país está muy afectado por la violencia en todas sus formas. Nuestras investigaciones y las que han realizado otras instituciones que trabajan el tema, nos señalan por ejemplo que ocho de cada diez niños y niñas en Bolivia sufren algún tipo de maltrato en su propia familia; seis de cada diez niños y niñas recibió alguna vez un grito o golpe en la escuela; que casi la mitad de los y las estudiantes de todo el país participa de actos de acoso escolar, ya sean como víctimas, como agresores o como espectadores. A esto debemos añadir que los niños y las niñas son las principales víctimas de la explotación comercial y laboral y de la trata y tráfico de personas y que hay más de 1.500 niños y niñas que viven en las cárceles junto a sus padres o madres. Aunque la violencia contra los niños y niñas se practica en todos los lugares del país sin distinción, hemos descubierto que las principales víctimas son las niñas y las adolescentes. ¿Sabe por qué ocurre esto? Porque lamentablemente en nuestro país, vivimos todavía bajo una forma de entender la relación entre hombres y mujeres que se llama el patriarcado, es decir que los hombres asumimos que somos superiores y más fuertes, los que mantenemos el hogar y por lo tanto las mujeres tienen menos derechos. Eso es una de las causas más graves de la violencia. El día de mañana, vamos a celebrar el día internacional de la mujer y ese día lo vamos a recordar con dos cosas que son muy importantes, por un lado recordaremos a las miles y miles de mujeres que sufren todos los tipos de violencia por el solo hecho de ser mujeres, y por otro vamos a comprometernos como sociedad y como autoridades a iniciar el largo camino para cambiar las cosas, ya que ese día se va a promulgar una norma que llamamos “Ley integral para Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia”. Pero aunque las leyes son muy importantes, todos y todas sabemos que no son suficientes. Esta ley debe servirnos a todos para exigir, denunciar y castigar todas las formas de violencia que se ejercen contra las mujeres, desde las niñas hasta las mujeres adultas mayores. Pero sobre todo, debe servirnos para tomar conciencia que primero tenemos que cambiar esta mentalidad machista y violenta que impide que hombres y mujeres podamos vivir en igualdad, respeto y justicia; esa actitud que se refleja todos los días y a todas horas en el interior de nuestras casas, en las aulas de nuestros colegios, en el trabajo, en la calle, en la televisión, en el mercado, en las ciudades y en el campo y en casi todos los sitios que podamos imaginar. Solamente cuando hayamos cambiado esta situación tan terrible, podemos pensar que Bolivia está cambiando de verdad; que todo lo que podamos mejorar en disminuir la pobreza y la discriminación tiene un sentido y una orientación hacia una sociedad mejor, donde todos y todas podamos mirarnos con esperanza y con fe en el futuro. Por eso me siento emocionado en este espacio, donde puedo vislumbrar esa decisión y esa firmeza; primero en nuestras autoridades y lideresas pero también en los ojos de ustedes, niñas y adolescentes de esta hermosa ciudad; porque puedo sentir que la esperanza está renaciendo en estos espacios donde reflexionarán y escucharán a las otras con respeto y con profundo sentido de identidad. Les deseo todo lo mejor en esta jornada que sin duda va a marcar un momento de gran importancia en la vida de ustedes y estoy seguro que impulsará aún más ese sentido de compromiso de las mujeres que hoy cumplen el papel de dirigentas y que, de alguna manera, tienen la responsabilidad de escuchar y de atender sus demandas y sus anhelos. Por mi parte, quiero renovar mi compromiso de vida y de conciencia de trabajar sin descanso para que nuestros objetivos, que son los objetivos de todas ustedes se hagan realidad a través del trabajo conjunto y sin pausa. Muchas gracias.