BIENES PRIVATIVOS1 Hoy vamos a continuar hablando de las normas que en Aragón regulan la economía dentro del matrimonio. Como sabemos, el matrimonio aragonés que no ha pactado un régimen especial en capitulaciones matrimoniales se rige por el sistema previsto en la Ley aragonesa que es el régimen llamado “consorcio conyugal”. En este caso, en el que no existe pacto hay que distinguir tres patrimonios. En primer lugar, mi patrimonio personal. En segundo lugar, el patrimonio de mi marido ; y, en tercer lugar, el patrimonio común o consorcial, que nos pertenecerá a mi marido y a mí por partes iguales. Damos el siguiente paso y nos tenemos que preguntar qué bienes son los que forman parte de esos tres patrimonios, es decir, qué bienes son propiedad exclusiva de cada uno de uno de los cónyuges –bienes privativos- que es como se llaman, y qué bienes van a pertenecer al patrimonio consorcial –bienes comunes-. Como regla general podemos decir que son bienes privativos de cada cónyuge los que le pertenecían antes del matrimonio. Es decir, yo al casarme, mantendré la propiedad de mis bienes. Durante el matrimonio, se harán comunes los frutos de mi trabajo y de mis bienes (las ganancias) mientras que me pertenecerán en exclusiva los inmuebles que reciba por donación o herencia. Pero veamos con más detalle qué bienes se consideran privativos y, por lo tanto, no pasan a formar parte del patrimonio común o consorcial. 1 Arts. 37 a 40 de la Compilación Bienes privativos. R5 La Ley aragonesa, la Compilación, dispone que son privativos de cada cónyuge los bienes de los que fuera propietario antes de contraer matrimonio. Es decir, si mi marido era propietario de un piso antes de casarse conmigo, él seguirá siendo el propietario y ese piso no entrará a formar parte del patrimonio común. También son privativos los inmuebles que reciba un cónyuge por herencia o donación. Si durante el matrimonio recibo en herencia una finca esta será de mi exclusiva propiedad y no se integrará en el patrimonio conyugal. También son privativos los bienes que vienen a reemplazar a otros propios así como el dinero que obtenga de la venta de un bien privativo. Por ejemplo, si soy propietaria de una casa en Zaragoza y la vendo el dinero que obtenga será privativo y no entrará a formar parte del patrimonio consorcial. Si con ese dinero decido comprar un apartamento en Jaca, este apartamento también será de mi exclusiva propiedad. Quiero recordarles a ustedes, aun a riesgo de resultarles demasiado insistente, que el respeto a la libertad y a la voluntad de los particulares tan presente en nuestro Derecho se refleja también en el régimen matrimonial aragonés, en el consorcio conyugal. Hemos visto que la Ley nos dice qué bienes son privativos y cuales comunes, pero esta regulación cede ante la libertad de los cónyuges para atribuir en todo momento carácter común o privativo a los bienes que deseen. Bienes comunes. R5 2