Cartilla N°° 247 Agosto de 2006 LA IMPORTANCIA DE NUESTROS HIJOS “El que educa bien a su hijo encontrará satisfacción en él y se sentirá orgulloso entre sus conocidos. El que instruye a su hijo dará envidia a su enemigo y se sentirá dichoso entre sus amigos. Mientras vive se alegra de verlo, y a su muerte no siente ningún pesar. Un caballo sin domar se vuelve reacio, y un hijo consentido se vuelve insolente. Malcría tu hijo, y te hará temblar; juega con él, y te llenará de tristeza. Educa a tu hijo y fórmalo bien, para que no tengas que soportar tu desvergüenza” (Eclesiástico 30, 2.3.5.8-9.13) P. Ricardo Facci Con ocasión del próximo Congreso Internacional de los Hijos de Hogares Nuevos, deseo reflexionar sobre la importancia de los hijos. Es evidente que la vocación matrimonial conlleva la vocación de ser padre y madre. Vocación hoy tan despreciada. Por un lado, no se quiere concebir nuevos hijos, muchas parejas nuevas ni siquiera el primero. Por otro, en esta sociedad materialista e individualista, en la que cada uno busca su propia realización, los padres suelen estar en lo suyo, y encomiendan la tarea educativa de sus hijos a los muchos compromisos que los hijos pueden adquirir, a la televisión, a los juegos electrónicos, a las amistades no controladas. En fin, mil modos de evadir el ser padre o madre. Los hijos son importantes. Este acontecimiento -como otros- organizados por la Obra Hogares Nuevos, no quiere otra cosa que llamar la atención y ocuparse en el acompañamiento a los padres en esta noble tarea de educar. La actual coyuntura social exige mucho de los padres. Ya no bastan los consejos. Hoy hay que saber para dar repuestas a los hijos ante los cuestionamientos que genera esta sociedad que prescinde de Dios, que ha trastocado el valor del hombre y que ha invertido a los mismos valores que sostienen y dan sentido a la vida del hombre. En la construcción de una verdadera familia los hijos son deseados, pedidos, esperados, y por ellos se sufre. Son una exigencia concreta para acumular tesoros, no materiales, sino tesoros de virtudes, de gracia, de oraciones, para que cuando vuelen hacia el mundo lleven consigo esta gran riqueza, la riqueza espiritual de sus padres. Hoy más que nunca sin espiritualidad no puede sostenerse el ser humano en el peregrinar por esta tierra. Un ejemplo que nos toca de cerca, en la coyuntura actual es imposible llevar adelante un matrimonio y una familia sin espiritualidad, sin trascendencia, sin visión de eternidad. Como muchos jóvenes han iniciado su vida matrimonial sin espiritualidad, se destruyen sus familias. Es la hora de enfrentar decididamente la tarea educativa. Muchos que tienen hijos grandes, están cumpliendo una nueva función de padres, por eso no es tema sólo para padres sino también para abuelos. Es fundamental retomar viejos preceptos de la tarea educativa. Uno de ellos los hábitos y las virtudes. No se puede educar sin metas y objetivos claros. Comencemos por el hecho de que los hijos deben tener ordenado su día. Acostarse a un horario determinado y levantarse temprano. En lo posible, las comidas a la misma hora. Darles responsabilidades de trabajo en la familia, junto a la madre o al padre. Trabajos pequeños, pero destinados a su valoración, y a la modelación de su personalidad. La falta de hábitos en los jóvenes es alarmante, lo que conduce a grandes fracasos en el futuro. La formación en las virtudes. Las virtudes se consiguen con la repetición de buenas acciones. A falta de virtudes abundan los vicios. Es lo mismo, pero se adquieren repitiendo actos malos. Los hijos deben poder enfrentar un mundo que los conduce inexorablemente a la destrucción desde la cultura de la muerte, que no es sólo producto de la guerra, la anticoncepción y el aborto, sino de mil modos de matar: el individualismo, el desamor, el odio, la indiferencia ante los valores, el egoísmo, la baja estima de sí mismo. Esto último en muchos va de la mano de la poca profundización de la vida de fe. Elemento esencial de toda tarea educativa. Es necesario explotar la relación filial con el Creador. Sin fe, ni la misma tarea educativa tiene sentido. Es necesario formar hombres y mujeres libres, capaces de decir si o no. La sociedad actual ha generado esclavos aprovechando la escasez de hombres y mujeres que puedan actuar libremente. Los hijos son importantes. Perdón, queridos padres, ¡son lo más importante de sus vidas! Quiera Dios que actúen siempre en consecuencia. En esta peregrinación a La Colmena, Paraguay, lo podremos descubrir. ¡Los hijos son lo más importante! Oración Señor Jesús, nos regalaste los hijos que soñábamos, los recibimos en nuestra casa con gran fiesta, le brindamos todo nuestro ser, son lo más importante en nuestra vida. Ayúdanos a educarlos como Tú lo quieres, como hombres y mujeres libres, fruto de tu entrega liberadora de la cruz; fortalecidos en las virtudes y con gran capacidad de amar. Danos la gracia de conducirlos y enseñarles a conducirse, desde el objetivo primordial de la vida: la eternidad. Amén. Trabajo Alianza 1. Los hijos, ¿son lo más importante en nuestras vidas y opciones? Hacer una lista de signos que reafirman una repuesta positiva. ¿Qué nos falta aún para que lleguen a ser lo más importante? 2. Luego convocar a los hijos y preguntarles: ¿Ustedes creen que para sus padres son lo más importante? ¿En qué descubren que si lo son? ¿Qué esperan aún de sus padres? Trabajo Bastón 1. Viendo en general nuestra sociedad, ¿se puede decir que los hijos son lo más importantes para los padres? 2. Realizar una autocrítica de la tarea de padres que cada uno de ustedes ejerce, descubriendo los aciertos y errores. 3. ¿Por qué muchos hijos mayores de 20 años y hasta de 30, aún reclaman a los padres, refugiándose en ellos, sin capacidad de tomar decisiones, aburguesados en una vida sin grandes metas, con actitudes totalmente inmaduras? 4. ¿Cómo trabajar para aportar a la madurez de las nuevas generaciones? SÉ SOCIO DE LA OBRA HOGARES NUEVOS De este modo contribuyes a la tarea evangelizadora de la familia y de la formación de los Sacerdotes Misioneros de la Familia y de las Consagradas Misioneras de la Familia Informes: secretariasedecentral@hogaresnuevos.com