La compleja relación entre el caos y la complejidad

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La compleja relación entre el caos y la complejidad
Eduardo Ibáñez, Argentina, eduardotrece@yahoo.com.ar
En esta ponencia abordo el problema de la demarcación entre los sistemas caóticos
deterministas, y los sistemas complejos. Ambos tipos de sistemas poseen semejanzas y
diferencias, y en líneas generales, pueden considerarse complementarios, no
contradictorios. Tanto el caos como la complejidad pueden ser analizados bajo un
enfoque común: el de la Teoría General de los Sistemas ideada por von Bertalanffy.
Esta perspectiva teórica posee la ventaja de unificar el análisis de ambos sistemas, ya
que tanto el caos determinista como la complejidad se presentan de este modo como
subsistemas de dicha Teoría General.
Actualmente los sistemas caóticos deterministas poseen características bien definidas:
a) No linealidad (ecuaciones diferenciales deterministas no lineales o exponenciales).
b) No proporcionalidad causa-efecto (ruptura de simetria)
c) Sensibilidad a las condiciones iniciales ("efecto mariposa").
d) Inestabilidad (alejamiento del equilibrio).
e) Fractalidad (simetrías recursivas en distintos niveles de escala) de sus atractores.
g) Predictibilidad temporalmente limitada ("horizonte temporal de predictibilidad")
h) Posesión de mecanismos de retroacción (positivos y negativos).
i) Imposibilidad de especificar con exactitud infinita las condiciones iniciales
j) Irreversibilidad inherente a la dinámica interna del sistema.
k) Autoorganización (el caos puede generar orden complejo).
Los sistemas complejos, según Roger Lewin, poseen al menos diez características
bien definidas:
1.Comportamiento impredecible: el sistema va a derivar azarosamente por: a) una
dependencia sensitiva de las condiciones iniciales, b) una alta sensibilidad a ciertas
situaciones.
2. Numerosas partes constitutivas y una densa red de interacciones y sutiles mecanismos
de retroalimentación positiva y negativa.
3.Los puntos de control del sistema están dispersos, difusos, en toda la estructura del
sistema .
4.Conectividad: todas las partes de un sistema complejo se afectan mutuamente a pesar
de que no tengan conexión directa .
5.Autoorganización: tendencia constante y espontánea para generar patrones de
comportamiento global a partir de las interacciones entre sus partes constituyentes y a
partir de las interacciones de éstos con su entorno.
6. Organización jerárquica: cualquier cambio que afecta a un elemento o componente
del sistema complejo, afectará también a cada uno de los elementos restantes y al
conjunto jerárquicamente organizado, es decir, variará su estructura integral.
7. Sistemas contexto-dependientes: los sistemas complejos varían para adecuarse al
medio externo, es decir, adquieren características o propiedades diferenciadas en
contextos distintos de los cuales dependen, para poder sobrevivir. Las propiedades
internas del sistema están en función de las características externas del entorno.
8. Sistemas histórico-dependientes: los sistemas complejos adquieren características
estructurales y de funcionamiento en estricta dependencia del tiempo, es decir, de las
variaciones que acaecen en su transcurso.
9 . Irreductibilidad : los sistemas complejos poseen un nivel de riqueza estructural o
complejidad organizacional que no se puede reducir a mecanismos más simples, es
decir, no se pueden simplificar mediante el análisis reductivo del conjunto a sus partes o
elementos. En particular, las propiedades cualitativas de la complejidad son
irreductibles cuantitativamente a elementos de mayor simplicidad.
10. Cantidad de información: La complejidad de un sistema está en relación estrecha
con la cantidad de información que el sistema posee. A mayor cantidad de información,
mayor complejidad, y viceversa.
Ahora bien, ¿cómo diferenciar los sistemas caóticos deterministas de los sistemas
complejos, si poseen tantas características semejantes?
En términos generales, los sistemas complejos son más amplios que los sistemas
caóticos deterministas. Por una parte, no necesariamente el caos determinista implica
que el sistema deba ser complejo, con puede ilustrarse con el ejemplo del juego del
flipper, un sistema caótico determinista simple. Por otra parte, no necesariamente un
sistema complejo debe ser caótico determinista. Sin embargo, la conexión entre ambos
tipos de sistemas es muy estrecha. Y además, en el estado actual del conocimiento
científico, el caos determinista, por ser menos amplio y más específico, está mejor
definido que la complejidad.
La complejidad superficial global emerge de la simplicidad local profunda, el orden
surge del desorden, la estabilidad estructural de la inestabilidad individual. En el caso de
los sistemas caóticos deterministas, cuando son además complejos, exhiben un
comportamiento teleológico, pues están orientados hacia estados atractores cuya
morfología es fractal. En dichos estados el sistema se estabiliza en función de sus
propiedades emergentes. De allí la gran similitud existente entre los sistemas caóticos y
los sistemas complejos. Pero también sus diferencias: un sistema caótico determinista
puede ser simple, un sistema complejo no. Y no necesariamente un sistema complejo
debe ser caótico determinista.
En primera instancia, la complejidad aparenta ser un fenómeno cuantitativo, una
cantidad extrema de interacciones e interferencias entre un número muy grande de
elementos o variables. Pero la complejidad no comprende solamente cantidades de
unidades e interacciones; comprende también cualidades que se expresan mediante
conceptos que designan propiedades inherentes tales como incertidumbre,
indeterminación, aleatoriedad, irreversibilidad, inestabilidad. En cierto sentido, la
complejidad siempre esta relacionada con el azar. De este modo, la complejidad
coincide con un aspecto de incertidumbre, ya sea en los límites de nuestro
entendimiento, ya sea inscrita en los fenómenos mismos. Pero la complejidad no se
reduce a la incertidumbre, sino que es la incertidumbre en el seno de los sistemas
altamente organizados. Esta organización o estructuración es muy rica o abundante.
Tiene que ver con los sistemas semi-aleatorios cuyo orden es inseparable de los azares
que incluyen.
Mucho antes de que científicos de la talla de Prigogine, Lewin o Morin se ocuparan de
los sistemas caóticos y de los sistemas complejos, Ludwig von Bertalanffy se había
ocupado de buscar los principios universales y las reglas fundamentales que modelan
todos los sistemas. Es, pues, un claro predecesor: su Teoría General de los Sistemas data
aproximadamente de la década del '40 o aún antes. La teoría general del sabio vienés es
una teoría lógico-matemática, es decir, está completamente formalizada: trata de las
propiedades, relaciones y funciones, de sistemas abstractos. Su alcance es pues aún
mayor que el de las teorías del caos y la complejidad. Podemos apreciar, de este modo,
un orden de generalidad creciente en las teorías: caos, complejidad, sistemas. O dicho
más brevemente, si el caos es un subproducto de la complejidad, ambos están regidos
por las reglas universales de la teoría sistémica.
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