“Un daltónico vería Las Ventas de un modo parecido al que yo muestro, posiblemente” 22-24 TD49_Maquetación 1 02/04/13 13:08 Página 22 ENTREVISTA 22 22-24 TD49_Maquetación 1 02/04/13 13:08 Página 23 Javier Abella Su página web se inicia con una cita de Marcel Proust en la que puede leerse: “El verdadero acto del descubrimiento no consiste en salir a buscar nuevas tierras sino en aprender a ver la vieja tierra con nuevos ojos”. Estarán con nosotros que la elección de la cita desvela mucho sobre el personaje con el que a continuación nos vamos a encontrar. Francamente, Javier Abella es un invitado de difícil engranaje en esta sección; sí, difícil mas no imposible. Suya es la imagen que ilustrará esta temporada las entradas con las que accederemos a Las Ventas. Texto: Laura Tenorio Fotos cedidas por Javier Abella S u fotografía fusiona imagen y arquitectura con una intensidad donde el negro es protagonista. Negro, negro toro, que diría aquél. Pero no, en su obra no asoma burel alguno. Solo fachadas, que no trapío. Solo ángulos, planos, cielos y perfiles – skyland, que pronuncian los más cosmopolitas entre los que no solemos habitar los taurinos. También en sus negativos –que son siempre positivos- vemos gente, gente que contempla la monumentalidad inacabada de una catedral –la Sagrada Familia-, gente como la que ocupa los tendidos de otras catedrales de piso redondo y cielo a la intemperie. Aunque él: Javier Abella, fotógrafo profesional con gran predicamento entre los de su gremio, jamás ha dirigido su objetivo al interior de una plaza de toros. De momento. Pregunta | Una vez debutado en los medios (por su acercamiento a los toros en estos últimos tiempos), ¿cómo enfocaría desde su cámara a los protagonistas de la Fiesta? Respuesta | Con la curiosidad de un nuevo reto. Sería curioso realizar una serie de retratos en negativo. Cuando hago ese tipo de trabajo, me gusta jugar con distintos colores en el sujeto fotografiado, que me dé pie a buscar una composición más artística quitándole importancia a las caras. La policromía de los trajes de luces es para ello estupenda. Las caras no resultan muy agraciadas en el arte del negativo, pero que se lo digan a Picasso con sus retratos. Al observar su obra, Otras realidades, es fácil concluir que para usted traducir en curvas lo que a la vista de un observador de a pie es pura geometría es casi inevitable. ¿Cómo lo hace? Carl Jung decía: “Todo depende de cómo ve- mos las cosas y no de cómo son en realidad”. El negativo reafirma esa frase, ya que mis “Otras realidades” no alteran la realidad. La muestran de otro modo realzando aspectos más imperceptibles. Posiblemente un daltónico vea Las Ventas de un modo parecido al que yo muestro. ¿Qué forma geométrica ve, entiende, observa en el toreo? ¿Por qué? Juan Barjola y Picasso plasmaron magistralmente la geometría en el Toreo. Incluso el gran Francis Bacon parece como que estuviera pintando el toreo en redondo del propio Morante, en sus pinturas en movimiento. Cuando un pintor se enfrenta a un lienzo, suele hacer una geometría para una correcta composición. Como fotógrafo busco en las composiciones el equilibrio, y la geometría siempre ayuda a encontrarlo. Ramón Masats y Anya Bàrtels, más recientemente, dan una lección con sus fotografías taurinas. Cualquier lance del torero ante el toro es un devenir de líneas y curvas trazadas, compuestas estratégicamente para captar la atención del toro. Como fotógrafo el arte estaría en saber plasmar ese baile. En un catálogo de una de sus exposiciones (sobre la Flor del Ceibo) decía que “las heridas de lo real se hacen luces al invertirlas”. ¿Cómo fotografiaría una taleguilla desgarrada, un muslo herido? ¿Sería capaz de invertir también el dolor que tales imágenes generan? Supongo que trataría de buscar composiciones abstractas que al aparecer como luces y sombras invertidas nos hicieran olvidar el dolor del desgarro producido. Nunca me he visto en ese lance. De cualquier modo, no todo vale en negativo y me cuesta imaginarme ese ejemplo a no ser de un modo abstracto. El embroque –momento en el que el toro entra en la jurisdicción del torero, se reúnen ambos en el mismo espacio– entre toro y torero, digo que a veces en ese embroque se crean tensiones imposibles, al tiempo que la faena va narrando su discurso, tanda a tanda. Entre cámara e imagen, ¿cómo se produce ese embroque, es espontáneo, o es buscado y provocado como la embestida del burel? Con la fotografía se dan todas esas situaciones, la espontaneidad suele darnos las grandes fotografías de la historia: El beso, de Doisneau; Los milicianos, de Cappa; El cura portero, de Masats son embroques instantáneos. En mi obra hay muchos edificios estáticos, mi búsqueda es habitualmente en función de la luz. Repito escenarios con el fin de conseguir una composición más precisa según el momento del día, pero por supuesto siempre está presente la espontaneidad de la vida cotidiana. ¿Qué tiene el negro –capa por excelencia del toro–, y qué tiene el grana –color de la muleta–, que tanto juego le dan en su “faenas”? –ver su sthendaliana serie Le rouge et le noir. Cuando me encuentro con la flor del Ceibo por primera vez descubro que, según como la coloque, podía dar lugar a diversos personajes. Homenajear a “Le rouge et le noir” era una buena idea. El rojo intenso de la flor me recordaba a los rojos renacentistas. Un rojo pasión que resaltaba aún más por la gran carga 23 22-24 TD49_Maquetación 1 02/04/13 13:08 Página 24 ENTREVISTA Dar una concepción más artística a un monumento emblemático de Madrid. El juego de luces y sombras que ofrecían los arcos y pórticos de Las Ventas me permitieron realzar los elementos arquitectónicos dándole una áurea más misteriosa a la plaza. Es como en mis series de ciudades en las que pretendo obligar al espectador a redescubrir las ciudades. Reconozco que la vuelta al ruedo realizada en los exteriores de la plaza me ha dado juego. erótica de la serie. El negro dota a la flor de mayor protagonismo. En el toreo, no todos lo consiguen, pero haberlos haylos. Me refiero a aquellos que logran convertir lo singular en extraordinario con apenas un toque de muñeca o un quiebro de cintura. En la fotografía usted lo ha conseguido, ¿diga cómo, por favor? Observar es lo principal. Para mí fue una grata sorpresa el salto a la fotografía digital. Mi primera cámara, con la cual sigo trabajando, me permitía ver la imagen en negativo. Pasé muchas horas en el cuarto de revelado con los negativos. Era muy curioso poder verlos, pero coloreados en la propia cámara. Llevo diez años viendo la vida en negativo con un resultado muy positivo. Sabemos, por Gonzalo Santonja, que el nacimiento del llamado toreo moderno está fechado en el Siglo XVII. Pese al paso de los años, este arte mantiene su imagen cuasi intacta, en estos albores del siglo XXI. Una estampa que, pese a ser hoy puro anacronismo, no parece reñida con la tecnología: los toreros tienen páginas WEB, los portales taurinos son los medios que por inmediatez más consultan los aficionados, etc. En su mundo, ¿mantienen buen maridaje los anacronismos y la tecnología? Mi postura en cierto modo resulta anacrónica, ya que digo que mi fotografía es un homenaje a la fotografía antigua, a ese negativo que mencionaba anteriormente y que algún día recuperaré. Usted es un apasionado de la arquitectura, su volumen, forma y geometría. Pero hojeando su obra la sensación es que las flores, ya mencionadas antes, son también una de sus debilidades. Las taleguillas están llenas de ellas, ¿se atrevería a innovar sobre una seda bordada? ¿Cómo? Tengo varios proyectos en marcha para llevar mi obra a textil. He ofrecido mi obra a Desigual para hacer una serie. Si no es con ellos será con otros pero llegará esa serie. ¡Se buscan mecenas! Las taleguillas de los toreros darán bastante juego. Ya lo sabe, decía Beethoven que “la arquitectura es una música de piedras y la música una arquitectura de sonidos”. ¿Qué es para usted la arquitectura de una plaza de toros? Un lugar de reunión, un sitio que siempre me ha transportado a los coliseos romanos donde se interpretaba desde teatro hasta lucha de gladiadores. 24 Ya sé que tiene difícil comparación con el toreo, pero si le digo que el toro obliga al diestro a dar lo mejor de sí, y después le pregunto que a qué obliga un negativo, ¿qué diría? Obliga a divertirse, a observar el doble que en positivo, a buscar la luz y la toma adecuada. Y por supuesto cuando un creador muestra su obra al público siempre va a tratar de mostrar lo mejor de sí mismo. ¿Por qué en su proyecto, Otras Realidades: Madrid, las fotos de Las Ventas la acompaña con una cita de Confucio (Debes tener siempre fría la cabeza…)? La acepción de la frase de Confucio no es la misma que la que yo pretendo darle, pero podría aplicársela al pensamiento de un torero: La cabeza fría, para tomar decisiones; el corazón caliente, por todo lo que significa la Fiesta, y larga la mano para el tranco final del muletazo. De cualquier modo me quedo con la visión siempre generosa de Confucio. La imagen con la que el aficionado capitalino se va a encontrar cada tarde de toros en la entrada de esta temporada es suya. Cuéntenos qué buscó al hacerla y qué ha querido contar en ella. La técnica que usted usa –el solarizado–, ¿es como un tendido de sol y sombra? ¿de sombra solo, quizá? Las luces son sombras y las sombras serán luces en el negativo. Los cielos negros de mis imágenes representan la plena luz de un día sin nubes. El toreo es emoción, una emoción en la que arte, drama, color y rito se hacen uno. Una faena sin emoción se huele, pasa sin dejar rastro. ¿Qué deja una instantánea huera de emoción? Nada artístico. El arte no es arte sin emoción. Decía en estas mismas páginas uno de los mejores fotógrafos del mundo, James Hill, –premios Pulitzer y World Press Photo– que “lo importante es que en el momento en que quieras fotografiar algo estés en el sitio debido”. ¿Cómo se imagina ese “oportunismo” cuando lo que tenga que fotografiar no sea precisamente un posado, sino a un toro y a un torero en los medios de un ruedo? Más que imaginarlo, espero poder fotografiarlos pronto. Será curioso ver un albero azul y un toro casi blanco. Como decía Chapurra: “Si tú no eres del toro ni na”, y aunque él tenga parte de razón, siento que como artista sé apreciar el arte en cualquiera de sus manifestaciones. ¡Y menudo arte es el toreo! “Otras Realidades: Madrid” es el título del libro en el que Javier Abella está trabajando en la actualidad y que saldrá a la venta en los próximos meses. Además, parte de su obra podrá visitarse en Casa Decor Madrid, desde el 16 de Mayo al 23 de Junio.