DIAGNÓSTICO, DISEÑO, EJECUCIÓN, MONITOREO Y MEDICIÓN DE PROYECTOS DIÁGNOSTICO PARTICIPATIVO La gestión social al interior de Ayuda del Cobre recurre a la herramienta fundamental del diagnóstico participativo, que resulta el paso previo, indispensable, al diseño y ejecución de obras, proyectos y programas de desarrollo sostenible. Este análisis preliminar se desarrolla durante el trabajo de campo que nuestro equipo multidisciplinario realiza en el ámbito geográfico que conforman las comunidades vecinas. Así se constituye un eje de tres puntos, a través del cual se orienta la gestión social y el uso eficiente de recursos: Comunicación efectiva y participativa entre miembros de la comunidad Trabajo en equipo con la conformación de asociaciones comunales Aportes a soluciones colectivas mediante ideas y líderes comunales La información obtenida nos permite elaborar propuestas corporativas en conjunto, que son discutidas, validadas y perfeccionadas con autoridades, líderes locales y pobladores. Ello permite unir esfuerzos para lograr proyectos factibles. Una vez que la comunidad es consciente de sus principales problemas y de los recursos disponibles (sean económicos o humanos), se establece un criterio natural de identificación, ordenamiento y jerarquización de los mismos, para la formulación del presupuesto participativo. Esta serie de pasos previos hace posible un diagnóstico participativo correcto. Además, así se establecen objetivos comunes, con el objetivo primordial de mejorar la calidad de vida de esas poblaciones al priorizar aquellos aspectos que elevan el índice de desarrollo humano. Los resultados de esta primera etapa del trabajo, en desarrollo sostenible, permitirán un plan de trabajo –en cuya elaboración y ejecución participan todos– y, además, el perfil de las obras, proyectos o programas de común acuerdo entre la comunidad y profesionales de la empresa. Figura 1. ESQUEMA DE DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO EN LAS COMUNIDADES (Tomado de Guía para el diagnóstico local participativo. AIEPI Naciones Unidas. Washington, 2005) DISEÑO DE PROYECTOS SOSTENIBLES Una vez concluido el diagnóstico participativo en las comunidades se cuenta con el perfil del proyecto, que reúne algunos lineamientos básicos surgidos de la experiencia de campo, así como la atención de aquellas necesidades urgentes y realistas de ser satisfechas a corto o mediano plazo, mediante la inversión del Aporte Voluntario. El proyecto como tal se desarrolla en etapas, que también toman en cuenta criterios ambientales, sociales y económicos, en función al presupuesto y recursos que puedan aportar tanto la empresa, como las instituciones aliadas (gobiernos locales, Organizaciones No Gubernamentales) y los mismos pobladores. Su formulación, entonces, guarda estrecha relación con una serie de factores preexistentes, y generalmente invariables, que permiten desarrollar un plan de trabajo apropiado. En este punto resulta clave dotar al referido proyecto de sostenibilidad; es decir, que ya ejecutado pueda cobrar vida propia y trascendencia a largo plazo. La parte financiera constituye un aspecto fundamental en un proyecto sostenible, en vista de que se requiere la cotización y adquisición oportuna de insumos o servicios, y también la adecuación a las políticas corporativas o públicas, que cuentan con una dinámica que pretenden incrementar su velocidad ante necesidades sociales que no pueden esperar. El objetivo final debe ser siempre la sostenibilidad, concepto global que cada vez más acapara el interés de empresas, la sociedad civil y los gobiernos. En este sentido, la aceptación social del proyecto genera réplicas sumamente beneficiosas en el mismo país y fuera de sus fronteras, lo cual contribuye al desarrollo mundial. Se dice que diseñar un proyecto es relativamente sencillo; lo complicado es que el mismo sea sostenible, exitoso, fructífero. He ahí el reto para Ayuda del Cobre como administradora del Aporte Voluntario de Southern Peru. Y el reto también para su equipo multidisciplinario y los beneficiados con estos esfuerzos. Por ello, todo proyecto sostenible debe cumplir ciertos requisitos en función a 3 aspectos indispensables: social, económico y medioambiental; lo cual se presenta de manera muy clara en el siguiente gráfico: Figura 2. CARACTERÍSTICAS DE UN PROYECTO SOSTENIBLE (Tomado de Hacia una ciudad sostenible. Johnny Gamboa, Universidad La Gran Colombia. Bogotá, 2004) EJECUCIÓN Y MONITOREO SOCIAL El momento principal para todo proyecto se encuentra en su ejecución. Un proyecto que haya sido diseñado de modo adecuado y realista, luego de un diagnóstico participativo eficaz y completo, permitirá el pleno desarrollo de un proyecto sostenible en beneficio de las comunidades aledañas a las operaciones extractivas. El proyecto pretende el cumplimiento cabal de los objetivos principales y secundarios planteados en principio, los mismos que se completan junto con el plan de trabajo (cronogramas, actividades, cumplimiento de indicadores, metas de impacto), en función al proceso de focalización establecido inicialmente. La ejecución compromete el esfuerzo de los profesionales de la empresa –quienes integran el equipo multidisciplinario a cargo de la gestión social–, y también de los pobladores que son beneficiarios del proyecto en cuestión, con el soporte de líderes locales representativos y, principalmente, de sus autoridades. Las alianzas de la empresa con otras organizaciones públicas y/o privadas, constituyen una de las alternativas más eficaces al momento de ejecutar proyectos. De esa manera, crecen los montos de inversión, los agentes sociales involucrados en su desarrollo y los canales de difusión mediática y comunicacional. Asimismo, la correcta ejecución de los proyectos debe cumplir con algunos aspectos elementales, establecidos de antemano: Aspecto temporal (plazos de ejecución) Aspecto geográfico (ámbito de intervención) Aspecto financiero (montos financieros) Aspecto social (impacto en la comunidad) Precisamente, el monitoreo se orienta al seguimiento continuo y en tiempo real de las fases iniciales del proyecto –perfil, diseño, ejecución–, hasta su culminación misma. Se logra analizar el proyecto como un sistema cerrado, lo cual permite cambios sobre la marcha en los procedimientos y fines del proyecto mismo. El monitoreo debe ser capaz, además, de llegar a conclusiones aun más trascendentales, como el eventual rechazo de las propuestas insostenibles o de hacer el seguimiento de los proyectos paralelos –iniciativas de otras organizaciones– a las que se pueda aportar con eficiencia desde la misma empresa. El monitoreo sobre proyectos ya ejecutados incide en el contexto, las buenas prácticas, los factores de éxito y fracaso –según corresponda–, los efectos previstos e imprevistos, la evaluación social y la sostenibilidad financiera, una vez que el proyecto empiece a caminar de la mano de los mismos beneficiarios. Fuente: Memoria 2009-2010 de Ayuda del Cobre