VEN VEN VEN VETE VETE VETE (III)

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Reportaje de la revista DER SPIEGEL
sobre la situación de los «Gastarbei­
ter» en Alem ania, trad ucció n de
José M o ll M arqués.
VEN VEN VEN
VETE VETE VETE (III)
Un reportaje sobre
el obrero extranjero
ante ojos alemanes.
NUESTRA OPINION
En este número ofrecemos a nuestros lectores la con­
clusión del informe publicado por la prestigiosa revista
alemana „Der Spiegel“ sobre la situación de los trabaja­
dores extranjeros en la República Federal de Alemania.
Y no dudamos en recomendar su lectura, porque el in­
forme contiene una lección magistral que haríamos bien en
asimilar todos los españoles.
Con la crudeza que le es característica, „Der Spiegel“
pone al descubierto los fallos y las negligencias que se co­
meten en relación con los que se ha dado en llamar „Gast­
arbeiter“. Denuncia la actitud de la sociedad alemana
frente a estos huéspedes que tan poco aprecia. Y plantea
las cuestiones que habrá que resolver necesariamente si se
quiere evitar que los trabajadores extranjeros en Alemania
queden excluidos en permanencia de la sociedad.
Los extranjeros en general tenemos motivo para agra­
decer a „Der Spiegel“ esta cruda exposición de la situa­
ción en que se encuentran la mayoría de los extranjeros
que trabajan en este país. Pero nosotros los españoles,
sometidos desde hace un tercio de siglo a la influencia de
una maquinaria propagandista que se empeña en identificar
al régimen con el país y a las estructuras sociales con el
pueblo español, tenemos doble motivo de agradecimiento.
Porque este informe de „Der Spiegel“ nos demuestra, en un
ejemplo con el cual necesariamente tenemos que identifi­
carnos, puesto que nos afecta de manera directa, que quien
habla contra el Gobierno o contra situaciones sociales im­
perantes en su propio país no siempre habla contra su país,
sino al contrario: En la mayoría de los casos, quiere hacerlo
mejor, más justo, y por lo tanto más digno y más libre.
No estará de más, repetimos, que los españoles apren­
damos esta lección de „Der Spiegel“. Así nos será más
fácil calibrar la baja categoría de publicaciones como el
„7 Fechas“, que se olvida siempre de sí mismo al repartir
certificados de antiespañolismo.
José Molí Marqués
La profesora de sicología Edeltrud M eisterm ann-Seeger diagnosti­
ca que los trabajadores extranjeros
„abandonan situaciones desventajo­
sas en las que han fracasado, y como
reacción a ello adoptan aquí una es­
pecie de actitud de sacrificio y peni­
tencia".
Hasta ahora, semejante resigna­
ción de los huéspedes ha facilitado
al Estado que los acoge el descuido
de la integración de los mismos
en beneficio del interés de la propia
econom ía en conseguir grandes ga­
nancias. Es cierto que, en febrero de
1970, el „G rupo de coordinación para
los problem as de los trabajadores
e xtra nje ro s“ en el M inisterio Federal
de Trabajo aprobó un catálogo de
doce puntos para la integración de
los „„G a s ta rb e ite r“ en el que se
dice:
# „L a separación de los trabajado­
res extranjeros de la población
alemana o viceversa es perjudi­
cial para ambas partes";
# „subsidos para la integración de­
ben poner al trabajador extran­
jero en condiciones de hacer uso
de la igualdad de derechos de que
d is fru ta “ ;
# „la colocación de trabajadores
extranjeros depende de que se
les proporcione alojam iento ade­
cu ad o “ .
Sin embargo, parece que de mo­
mento todo se quedará en proclam a­
ciones. „E sto es un asunto de la com ­
petencia de toda la sociedad, y toda­
vía durará años“ , opina el jefe de
negociado en el M inisterio Federal
de Trabajo, Gerhard Filia. Y Hans
Hauber, del negociado de política
del m ercado laboral en el M inisterio
de Trabajo de Baviera, que está en­
cargado de la planificación finan­
ciera de los Estados federales, dice:
„N i siquiera se ha fijad o aún con
exactitud cuánto dinero se destinará
a ello."
Lo que sí es cierto es que actual­
mente los diversos Estados federales
apenas gastan por „G astarbe iter“ y
por año entre uno y dos m arcos por
térm ino medio. Berlín, que tiene
63.000 G astarbeiter, se gasta 15,96
m arcos anuales por cabeza, pero
Baviera, donde hay 313.000 „G ast-
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