Gargantas profundas

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10/20/2006
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4A|EL SIGLO DE DURANGO | SÁBADO 21 DE OCTUBRE DE 2006
|
EDITORIAL
editorial@elsiglodedurango.com.mx
El espacio público
El Lector Opina
ACEREROS, EN EL OLVIDO
Vecinos del fraccionamiento Acereros nos pronunciamos en contra de Aguas del Municipio de
Durango (AMD) porque ya desde hace dos semanas carecemos del servicio de suministro del
vital líquido pese a que hemos reportado esta
situación que tanto nos afecta. Sin embargo, las
autoridades competentes no han solucionado
nuestro problema.
Por otro lado, padecemos de un pavimento
en pésimo estado que daña nuestro patrimonio
vehicular pues los baches son verdaderos hoyancos que, simplemente, no dejan que los carros circulen y si lo hacen, corren el riesgo de
sufrir una avería.
Aprovechamos este medio de comunicación
que le ha dado puntual seguimiento a nuestro
caso y pedimos, una vez más, que los responsables de solucionar estas fallas que tanto nos
perjudican en realidad cumplan con el cargo
que les fue encomendado.
En este sentido, también por este mismo
medio de información, nos enteramos de que el
IVED había logrado firmar un convenio con
Obras Públicas Municipales para reparar el pavimento; sin embargo, el tiempo sigue su curso
y, lamentablemente para quienes vivimos en
este núcleo habitacional, cada día que pasa vemos cómo se deteriora el poco asfalto que le
queda principalmente al acceso, que es de alrededor de 400 metros lineales
Sobre todo, al término de la primera cuadra
de acceso por la carretera a Parral, se puede observar una zanja que se ha venido ampliando conforma pasa el tiempo debido a que se ha propiciado una fuga de agua que contribuye a que crezca
el nivel de deterioro a tal grado que se tiene que
circular con extremo cuidado; de lo contrario, se
corre el riesgo de que la suspensión de los vehículos se dañe y quede literalmente inservible.
Finalmente, hacemos un exhorto a los funcionarios estatales y municipales que tengan
injerencia en esta problemática a que hagan
una inspección personal y constaten por sí mismos la gravedad de esta situación, insoportable
a todas luces. ¿Hasta cuándo encontraremos
eco a nuestra petición?. Ya es hora de que presten atención a este fraccionamiento y nos ayuden a dejar atrás esta problemática.
JESÚS F. REYES-HEROLES
a solución del devastador
conflicto en Oaxaca no
avanza. Ante los ojos atónitos de la ciudadanía los gobiernos federal, estatal, municipal, el Senado de la República y otras fuerzas políticas relevantes, permiten que continúe un deterioro que lesiona a
millones de niños, destruye
negocios, frustra expectativas e, incluso, causa pérdidas
de vidas humanas.
A pesar de sus múltiples diferencias, la tragedia en Oaxaca tiene elementos en común con la que vivió el Distrito Federal durante las
muchas semanas que duró el
plantón en el Paseo de la Reforma: un impacto profundo
sobre el espacio público.
Para el ser humano es imposible escapar del espacio.
Espacio y vida son indisolubles, pues "el espacio comparte nuestra realidad". Sin
embargo, coexisten dos espacios, elementos de nuestro
hábitat: el público y el privado. La frontera entre ambos,
siempre cambiante, define el
perfil de una sociedad y de
sus ciudadanos. El espacio
público comienza donde termina el privado. Se trata, como lo define Habermas, de
"la esfera donde la gente privada se reúne como comunidad" y agrega que en "el espacio público todos vivimos
como iguales".
Por eso el espacio público es
elemento esencial de la polis,
la ciudad política, y cuando se
pierde, se lesiona la igualdad
entre ciudadanos. El despojo
del espacio público es prueba
de intolerancia.
El espacio público es diferente en distintas culturas y
en diversos momentos. Por
ejemplo, el de México tiene
poco en común con el de India, el de la ciudad de México con el de Hermosillo, el
del Distrito Federal en 1952
L
Atte. Vecinos del fraccionamiento Acereros
SU OPINIÓN NOS INTERESA
Envíela a:
ellectoropina@elsiglodedurango.com.mx
Fax: 8 13 70 80
Dirección: Hidalgo 419 Sur
Durango, Dgo. 34000
Por favor incluya su nombre y la ciudad donde resida.
Las cartas pueden ser editadas por razones de espacio.
La reconformación del espacio público afecta la convivencia política. Un buen caso es el DF. Se
inhibe la interacción democrática, se da expresión física a la segmentación de la ciudadanía y se
crea un círculo vicioso de impunidad, ruptura del estado de derecho y debilidad de la autoridad
con el de 2006, el de antes de
la existencia de Internet con
el de hoy.
El uso del espacio público está
normado, a fin de que para todos permanezca como tal. Hay
reglas para su conservación física, como las de limpieza, forestación, contaminación ambiental, etcétera. También las
hay en materia de urbanidad
sobre el uso del espacio público, de comportamientos que se
sujetan a costumbres, que si
bien evolucionan permanentemente, reflejan los cánones de
la vida en comunidad.
La preservación del espacio
público es encomendada, en
primera instancia, a la comunidad local. Ésta recurre a los
gobiernos municipales, el eslabón más débil del Estado,
ya que enfrenta fuertes limitaciones financieras y de
ejercicio de autoridad, en
buena medida debido al efecto de la no reelección. Todo
esto constituye la primera
amenaza para la preservación
del espacio público. El espacio público está en constante
reconfiguración, que puede
ser permanente o transitoria,
justificada o injustificada. Un
ejemplo básico de una reconfiguración permanente del espacio público es la que deriva
de la densificación demográfica, producto del crecimiento
de la población. El ciudadano
continúa disfrutando de un
espacio público, pero de uno
diferente, que comparte con
más seres humanos, lo que incluso lo obliga a cambiar su
lenguaje corporal.
Por otra parte, una reconfiguración permanente e injustificada del espacio público se da
cuando individuos o grupos se
apropian de éste, llevando a
cabo una verdadera expropiación de dicho espacio, convirtiéndolo en privado al impedir
su uso por los que piensan diferente. Ejemplos típicos son
los múltiples tianguis que periódicamente se establecen en
la vía pública o lo que sucede
en la calle de Correo Mayor,
en el Distrito Federal. Por último, una reconfiguración
transitoria injustificada afecta el espacio público por un
periodo relativamente breve.
Los ejemplos más cercanos
son el plantón en Paseo de la
Reforma, y lo que ahora sucede en el centro de Oaxaca.
La reconformación del espacio público afecta la convivencia política. Un buen caso es
el DF. Se inhibe la interacción
democrática, se da expresión
física a la segmentación de la
ciudadanía y se crea un círculo vicioso de impunidad, ruptura del estado de derecho y
debilidad de la autoridad.
El deterioro del espacio público por causas injustificadas
erosiona la polis y la democracia. En La condición humana,
Hannah Arendt precisa la naturaleza plural del espacio público al afirmar que "el fin del
mundo común llega cuando éste es visto desde un único aspecto y cuando sólo se le permite presentarse desde una
perspectiva única". Lo que
Arendt describe es el reino de
la intolerancia, del no reconocimiento de que el diferente
tiene igual derecho a usar el
espacio público.
El plantón y la ocupación del
Centro Histórico de Oaxaca
han quedado clavados en la
memoria colectiva como ejemplos por excelencia de reconfiguraciones injustificadas del
espacio público a causa de mo-
vimientos sociales, sin que esto signifique cuestionar la validez de sus causas. La plaza y
la calle han sido y continuarán
siendo opciones para la expresión de opiniones y posiciones
políticas. En buena medida
esa función se les dio por diseño. Lo que preocupa es la frecuencia y la intensidad con la
cual la inevitable confrontación política recurre a éstas.
Los resultados de la elección
de Tabasco y un rechazo cada
vez más extendido a la apropiación del espacio público entre la ciudadanía sugieren que
la estrategia de llevar la política a la calle, despreciando
las vías institucionales, está
perdiendo eficacia y legitimidad para quienes la practican.
En el Distrito Federal se levantó el plantón y en Oaxaca
la toma del Centro Histórico
ha dividido al movimiento y
empieza a generar entre sus liderazgos dudas acerca de su
pertinencia. La opinión pública nacional se expresa mayoritariamente contra dicha ocupación. En Oaxaca, como en el
DF, el transcurso del tiempo
favorece el regreso a los cauces institucionales para solucionar los conflictos, y reafirma que la defensa del espacio
público es una característica
fundamental del ciudadano.
La Sociedad de Alumnos de
Arquitectura de la Universidad Iberoamericana seleccionó precisamente el tema de la
reconfiguración del espacio
público para un pánel esta semana. Esto hace evidente lo
hondo que han calado en las
inquietudes de la juventud las
constantes agresiones contra
el espacio público de todos.
jreyes@structura.com.mx
Economista
ESTRICTAMENTE PERSONAL
RAYMUNDO RIVA PALACIO
Gargantas profundas
Nuevos expedientes
desclasificados de la CIA
muestran cómo tres
presidentes mexicanos
trabajaron a favor de
intereses de Estados Unidos
ASHINGTON.- Si hace
30 años Philip Agee,
un desertor de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA), mostró las
miserias del poder en México al revelar que los presidentes Gustavo Díaz Ordaz
y Luis Echeverría colaboraron directa e intensamente
con el espionaje estadounidense, el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington profundizó esta semana
las heridas. No sólo fueron
dos presidentes, sino al menos tres quienes lo hicieron,
y no fueron pasivos ante
una vasta red de espionaje
en territorio mexicano, sino
contribuyeron ampliamente
en la construcción de México como un importante aliado en la Guerra Fría .
Un nuevo paquete de documentos desclasificados sobre las operaciones de la
CIA en México de 1947, año
en que se funda en Estados
Unidos, a 1968, dibuja el recorrido del Proyecto Litempo, la red de espionaje que
se extendía desde las oficinas más altas del poder,
hasta el reclutamiento de
amas de casa, pasando por
W
jefes policiacos, profesores,
estudiantes, vendedores,
corredores de bienes raíces,
secretarias y una variedad
de personajes que incluían a
una corresponsal estadounidense en México a quien le
encargaron la vigilancia de
los exiliados guatemaltecos,
y a un jugador de futbol
americano de los Pumas,
quien reportaba sobre actividades en la UNAM. Estos
nuevos informes abrieron
también la puerta de 263
páginas, una tercera parte
de tres volúmenes sobre La
Historia Secreta de la CIA
en México, que se encuentra
en el archivo Russ Holmes
sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy patrocinado por la Fundación
Mary Ferrell, que es clave
para entender los años duros de la Guerra Fría.
Los archivos están muy expurgados, lo que obliga a hacer una arqueología con
otras fuentes de información
para darse una idea de lo
vasto y profundo de la red de
espionaje, que en realidad
comienza cinco años antes de
que nazca la CIA, cuando el
FBI abrió su primera oficina
en México en 1942, en el segundo piso de un edificio del
número 85 en la calle Londres, frente a donde se encontraba la Embajada de EU
y la residencia de su embajador. Había entre 25 y 30
agentes, que para cuando la
CIA llegó al cenit de la Gue-
rra Fría, llegarían a ser 400
en México, convirtiéndola en
la segunda estación más
grande, después de Viena, en
el mundo occidental.
Por México pasaron algunas de las leyendas del espionaje estadounidense como E. Howard Hunt, quien
en 1950 abrió la Oficina de
Coordinación Política de la
agencia en Monterrey, y
que 22 años después reclutó
a los cubanos que fueron
descubiertos cuando espiaban en el cuartel general
del Partido Demócrata en
el edificio Watergate, que
provocaría la renuncia del
presidente Richard Nixon.
También estuvo a mediados
de los 60 David Atlee Philips, que se había hecho cargo del derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala,
y que años después se convirtió en el jefe para América Latina de la CIA, desde donde supervisó el trabajo de Terrence Leonhardy, a quien la guerrilla secuestró y ejecutó en los 70
en Guadalajara mientras se
hacía pasar por cónsul. Pero nadie tan audaz como
Winston Scott, homónimo
de uno de los generales que
invadieron México décadas
antes, quien reclutó a Díaz
Ordaz, a quien le hizo onerosos regalos y convirtió en
su compadre, colocó en la
nómina a Echeverría -como
reveló Bob Woodward en
The Washington Post en la
primavera de 1977-, y trabajó con Adolfo López Mateos para que prestara los
aeropuertos de Cozumel y
Chetumal como respaldo
para la operación aérea que nunca se aprobó- en la
frustrada invasión de bahía
de Cochinos en 1961, y que
le permitiera instalar otra
base en el aeropuerto de
Mérida para apoyar una
eventual operación paramilitar en Cuba en 1963.
La historia de la CIA fue
elaborada por Ann Goodpasture, que trabajó con
Scott en México, y que deja
entrever sólo a través del
índice no mutilado de instituciones parte de las operaciones de inteligencia.
Aparecen todos los partidos de la época, con el PRI
y el PAN a la cabeza, pero
también figura, inclusive
como una de las prioridades de la agencia a través
de los años, el Partido Comunista Mexicano y varios
de sus líderes prominentes,
cuyos nombres fueron censurados. Un expediente
desclasificado hace tiempo
por el FBI llamado COINTELPRO, revelaba que habían espiado a Valentín
Campa, Demetrio Vallejo y
Arnoldo Martínez Verdugo,
así como al Movimiento de
Liberación Nacional -cuyo
nombre sí se encuentra en
el índice de la historia secreta de la CIA- y a varios
de sus inspiradores, como
Heberto Castillo y Carlos
Fuentes. Se encuentra
también el nombre del Movimiento Universitario de
Renovadora Orientación
(MURO), algunos de cuyos
miembros, en particular articulistas en periódicos, colaboraron con la CIA.
COINTELPRO muestra cómo plantaron propaganda
en Excélsior en los 50, y el
Servicio de Información de
la embajada, según los archivos de la CIA, continuó
con la desinformación en la
prensa mexicana cuando
menos en los 60 y 70.
Aunque la documentación
puesta en internet por el
Archivo de Seguridad Nacional desde este miércoles
pone el énfasis en la mala
información que proporcionó la CIA sobre los acontecimientos de 1968, el análisis cruzado con los expedientes de la Fundación
Mary Ferrell aportan mayor riqueza al conocimiento
de las traiciones en México.
Por ejemplo, Echeverría
autorizó, como secretario
de Gobernación, que la CIA
tomara fotografías de todos
los pasajeros provenientes
de Cuba y permitió una
operación de espionaje telefónico, llamada "Lifeat"
dirigida en contra de las
embajadas de la Unión Soviética, Checoslovaquia y
Polonia. La batalla contra
el KGB y el DRU, la inteligencia militar soviética, se
extendió a las universidades, en particular la
UNAM y la Universidad de
las Américas, donde los estadounidenses reclutaron
agentes dobles soviéticos
en las escuelas de idiomas.
Los nuevos expedientes
son un importante agregado a una larga historia de
traiciones a México por
parte de sus gobernantes.
Marcan un periodo específico, pero no quedaron ahí
sus actividades. Estas continuaron con el secretario
de Gobernación en turno
llevando generalmente la
relación con el jefe de la
CIA en México, aunque durante el gobierno de Carlos
Salinas, hubo una duplicidad de manejo al tenerla
Fernando Gutiérrez Barrios, quien trabajó para
ellos como doble agente, y
el superasesor presidencial,
José Córdoba. Con la caída
del Muro de Berlín, los énfasis de inteligencia se modificaron en Estados Unidos y cayó la importancia
estratégica de México. Los
nuevos desafíos en terrorismo y narcotráfico han colocado la relación en otro nivel, aunque se puede presumir que traidores, entendiéndose aquellos que por
convicción o dinero rinden
la soberanía mexicana, deben seguir activos y muy
vigentes hoy en día.
rriva@eluniversal.com.mx
r_rivapalacio@yahoo.com
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