Karl Marx - Tréveris 1818- Londres 1883 Fue filósofo, intelectual y militante comunista alemán de origen judío. Fundamentalmente se dedicó a un estudio económico de la sociedad de su época aunque a parte de la economía abarcó todo tipo de campos como la historia, la filosofía, la ciencia política o la sociología. Su principal fuente de sustento fue el Periodismo, donde demostró tener un estilo peculiar y muy crítico que le produjo problemas con la censura. Es considerado junto a Friedrich Engels como el padre del socialismo científico, del comunismo moderno y del marxismo. Históricamente, a lo largo del S.XIX se extiende y consolida por toda Europa la Revolución Industrial que durante el siglo anterior ya había comenzado en Inglaterra y, de la mano de ésta, la implantación del sistema económico capitalista. Los cambios económicos y sociales que se producen son numerosos y profundos. En lo político, destaca la posición conservadora del rey Federico-Guillermo de Prusia que provoca el descontento entre los liberales prusianos y los intelectuales de Renania. La difusión de las ideas progresistas francesas en la Alemania del sur provocó el aumento de la censura y de la dureza del régimen policial en Alemania. Ante la falta de una clase obrera con capacidad de movilización los intelectuales encabezaran la contestación al conservadurismo político. La actividad filosófica se convierte así en la sustituta de la acción revolucionaria a través del poder de la prensa y los panfletos. Europa va a presenciar una serie de movimientos revolucionarios en los que se verá implicado Marx: la revolución de 1848, la participación en la revolución que supuso la Comuna de París en 1871 y en la fundación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Nos encontramos una población Europea con numerosas desigualdades entre la burguesía y la clase trabajadora, que tanto en la ciudad como en el campo estaba sometida a largas horas de trabajo, salarios escasos y condiciones de trabajo pésimas. La industrialización exigía materias abundantes y nuevos mercados. Para conseguirlos la Burguesía presionaría a los Estados para que iniciasen una política de colonización que beneficiase a las industrias. Para Marx, la colonización es la internacionalización de la relación de explotación entre propietarios (metrópolis) y asalariados (colonias) Todo esto hace que Marx se cuestione este sistema político-económico. Para ello, Marx busca las causas de esta situación y sus alternativas en su obra Manuscritos de Economía y Filosofía (1844) Culturalmente, destacaron el romanticismo, movimiento que alcanza sus expresiones más acabadas en literatura, pintura y música (Goethe y Chopin) y el realismo (Dickens en literatura o Millet en pintura) y su posterior evolución, el naturalismo (Émile Zola) que reflejaron la situación de penuria que acompañaba a gran parte de la sociedad. Filosóficamente, es imprescindible aludir a las tres fuentes del marxismo: la economía política inglesa, la filosofía idealista alemana y el socialismo utópico francés. Gracias al análisis de premisas establecidas por los economistas ingleses, y a su posterior crítica, se hace posible la arquitectura del concepto de alienación. Su aportación se puede reducir a la idea de que el trabajo aparece como la única fuente de toda propiedad. Los economistas ingleses pasan por alto la contradicción que se da entre la teoría según la cual el trabajo es la fuente de la propiedad, y la teoría según la cual el salario es el poder que tiene el dinero sobre el trabajo, para devaluarlo. Aquí se encuentra el fundamento que posibilita la explicación del concepto de alienación. Tras Hegel, el pensamiento de la época queda dividido en dos grandes orientaciones inspiradas en Hegel: la derecha Hegeliana, que apoyaba toda la filosofía de Hegel y la izquierda Hegeliana -donde destaca Feuerbach- que se caracteriza por la aceptación de la dialéctica como método histórico-filosófico de análisis de la realidad según el cual el progreso de la historia es posible gracias a la negación de la dialéctica. A diferencia de la derecha hegeliana, no veían la historia como el proceso de desarrollo de la Idea que daba lugar a diferentes formas sociales y políticas cuya cúspide era ocupada por el Estado existente. El marxismo realizará un intento de superación del materialismo y el antropocentrismo de Feuerbach. Marx reconoce que “la crítica a la religión es la premisa de toda crítica” Marx considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente existente por lo que su punto de vista es claramente ateo. Marx considera que la religión debe ser estudiada de forma objetiva, al igual que estudiamos cualquier otra manifestación humana. Marx considera que la religión es una forma de alienación en tres sentidos: en primer lugar porque es una experiencia irreal, en segundo lugar porque desvía al hombre del mundo humano, único ámbito donde es posible la felicidad y la salvación y, en tercer lugar, porque la religión toma partido por las clases dominantes y no por las desfavorecidas. Por estas razones, Marx considera necesario la superación de la religión. Respecto a los socialistas utópicos, Marx reconoce la capacidad de mostrar la realidad deshumana de la sociedad industrial y capitalista pero difiere en que la deshumanización de la época no se debe reducir a un postulado moral sino que se deben analizar las condiciones materiales que hacen posible la emancipación humana. También rechaza la actitud débil del socialismo caritativo y el intento de restaurar las clases antiguas. A Proudhon se le reprocha el no haber captado la relación entre la propiedad privada y el trabajo alienado. También rechaza el comunismo vulgar y frente al anarquismo, realiza una crítica por presuponer la desaparición repentina del Estado.