KOOSH CREADOR DE LA PATAGONIA Hace muchísimo tiempo

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 KOOSH CREADOR DE LA PATAGONIA Hace muchísimo tiempo atrás, el universo se encontraba en la más espesa oscuridad. Koosh, el Dios creador, se sentía tan solo y triste que comenzó a llorar. Lloró tanto tiempo, que cuando por fin abrió los ojos, se encontró con que había creado un enorme océano. Entonces, suspiró tristemente y creó el viento. Luego, quiso ver más allá y levantando su mano rasgó las tinieblas. De sus manos saltó una chispa muy luminosa que se transformó en el sol. El sol comenzó a brillar allá en lo alto y a calentar las aguas. Éstas comenzaron poco a poco a evaporarse y se creó la primera nube llamada Teo. La bella Teo corría por el cielo empujada por el viento y de sus carcajadas surgió el trueno y de su mirada el relámpago. Entonces, comenzó a llover y una gran, gran tormenta cubrió todo. Koosh en ese momento se dio cuenta que algo faltaba y creó una gran isla, un gran pedazo de tierra rodeado de mar. Esta tierra, con la lluvia, comenzó a llenarse de flores, árboles diferentes formas y tamaños. Entonces Koosh creó las montañas, tan altas, tan altas que casi podían tocar el cielo. Hizo los volcanes y en su interior guardó todos los secretos de esta tierra. Luego hizo los animales y las aves y esta tierra se llenó de vida. Sin embargo, cada cierto tiempo el sol se iba y todo se volvía oscuridad, por lo que Koosh creó la luna. Así cuando no estuviera el sol en lo alto, alumbraría la bella luna. Pero la luna se enamoró del sol y lo perseguía donde fuera, dejando de vez en cuando, solo de vez en cuando, nuevamente a la isla en la más absoluta oscuridad. Fue así que un hijo de la oscuridad bajó a la tierra. Era el malvado Noshtex que al ver a la bella nube Teo, se encandiló con su belleza y decidió raptarla. De esta unión nació Elal, el joven más valiente que jamás se haya conocido. Se cuenta que Elal fue perseguido por su malvado padre quién quería darle muerte. Sin embargo, fue salvado por los animales y las aves que poblaban esta tierra y los animales lo llevaron a la Patagonia. Elal, agradecido, creó entonces las estaciones del año. Creó al primer hombre y a la primera mujer que poblaron esta tierra y les dio la capacidad de amarse. De este amor la tierra se fue poblando poco a poco. Elal enseñó a los hombres a cómo cuidar la tierra, sembrarla, cultivarla y a respetarla y a cuidar a los animales. Un día Elal, montado en un cisne, se fue al cielo y desde ahí los cuida y observa su hermosa creación, la Patagonia, el territorio más austral de este mundo. 
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