-- 28 - ponemos de un conjunto material--cuya posesión debieran castigarnos por tenencia ilícita de esplosivos (mezcla gas cloro detonante)-provisto de abundante energfa. No obstante, manteniendo esta mezcla en la oscuridad nada pasa, pero basta expon^erla a la acción de la luz para que la energía luminosa venza su inercia y se provoque una violenta explosión, acompañada del desprendimiento de considerable cantidad de calor. VARIEDAD DE FENOMENOS S^egún lo que queda expuesto, es sie^mpre la energía, actuando sobre la materia, la causa de los fenóme^os; el efecto es una variación en la energfa del cuerpo en que el fenómeno se realiza, acompañado o no, según los casos, de una transformación permanente en las propiedades de la materia. En esta ^íltima diversidad del comporta= miento de la materia se funda la división fundamental del fenómeno. Hay fenómenos en los que, al verificarse, no se modifica la naturaleza de la materia y ouyas manifestaciones cesan en cuanto deja de actuar la causa que los produjo. Son los "fenómenos físicos", entre los que concretamente se encuentran, entre otros muchos, los antes referidos de eváporación y solidificación del agua, Actuando sobre ésta una cau- -27- sa exterior, una forma o clase de energía (disminución de temperatura, o sea sustracción d^e calor. del agua), el agua se nos convierte en hielo, que continúa siendo agua, aunque se nos presente en diferente "estado", y que vuelve a restablecer su primitivo estado líquido en cuanto cesa aquella causa (el enfriamiento). Un hombre que sale de su casa para trasladarse a la calle, modifica también uno de los que pudiéramos llamar, por generalización, sus estados (en este casa, la situación), pero el hombre material no se ha modificado pór ello; aquf también ha ocurrido algo semejante al fenómeno físico, teniendo en cuenta-por ello hemos elegido esta grosera comparación-q^ue la expresión fenómeno no debe si^-nificar para nosotros, nos'conviene recalcarlo, nada que se parezca a cosa rara o monstruosa o simplemente singular, sino cualquier alteración o variación. por sencilla que sea, que experimente un cuerpo. Como dice Baltá R. de Cela, en el lenguaje ordinario el vocablo '"fenómeno" se refiere a señalar algo insólito, extraordinario, como la aparición de un cometa, la erupción de un volcán, la presencia de un gi^*ante o de un enano, etc., mientras que en el terreno cientffico la palabra "fenómeno" se dedica a toda acción o manifestación que puede ser percibida nor nuestros sentidos, a los hechos más sencillos v t^a^irales que se conocen, tales -28- corao la cafda de un objeto, la oscilación de un péndulo, la vibración de una cuerda, etcétera, etc. Al lado de los que quedan expuestos, deben figurar también los "fenómenos químicos", caracterizados ahora porque se verifican con transformación de la materia, del cuerpo o sistema de ^uerpos que lo realizan; la transformación material producida por cualquiera de estos fenómenos origina un cambio en las propiedades de la materia transformada. Podemos ofrecer un ejemplo de esta clase de fenbmenos en la deacomposición del agua por la corriente eléctrica, también mencionada con anterioridad; en este fenbmeno se separan los dos componentes del agua y se originan loa gases oxígeno (0) e hidrógeno (H), totalmente distintos del agua y cuya mezcla está caracterizada por propiedades muy diversas de las de aquélla (entre ellas la d^e ser fuerte^rnente explosiva, lo que le ha valido el nombre de "gas detonante") . Hay, por último, unos "fenómenos químico-ffsicos", cuya explicación• no nos interesa por ahora, y qué se consideran intermedios entre los dos anteriores, constituyendo el • tránsito de unos a otros. Los fenómenos los podemos estudiar de dos modos distintos, según seamos meros espectadores de su desarrollo natural o provoquemos directamente su producción. Lo primaro ^ se llama "observación" y 1o áegundo "experiencia". COMPOSICION DE LA MATERIA Nuestro viaje, como al ^principio decimos, tiene q^ue ser muy rápido, para llegar cuanto antes al lugar que lo ha provocado. Adem^a, si no cambia^mos un poco el panorama, cansaremos demasiado al lector con la indebida prolongación de principios fundamentales, que ya irán saliendo a luz llegados los casos de forzosa necesidad. Así que, cambiando de postura, vamos a relatar sencillamente algo que, no obstante garecer increíble al profano, es expresión de una absoluta verdad. Diremos en primer lugar, que experimentalmente s^e ha probado que la materia constitutiva de los cuerpos es divisible, y a medida que han seguido perfeccionándose los medios de diviaión se han conseguido subdividir los fragmentos en porciones má ^ pequerias, que llamaremos "partículas" materiales; en apoyo de tal afirmáción diremos que se llegan a. obtener láminas o panes de oro de una diezmilésima de milímetro de espesor. Basta con mirar a nuestro alrededor para comprobar que la materia es susceptible de una gran divi^íbilidad, cuyo límite, si existe, conduce a suponer para las últimas partfcu-