LA NONA INSULINA La nona Insulina nació en septiembre, una mañana muy temprano. Pegó su primer grito: buaaaaaa, porque el doctor le dió una palmada en el traste. Le daba el chupete a medio mundo. Se despertaba cada cuatro horas para tomar la mamadera. La ponían a dormir en un moisés lleno de moños. A los nueve meses se pegó un porrazo porque empezaba a intentar caminar. A los cuatro años se le picó la primer muela porque su gran debilidad eran los caramelos de leche. A los seis años empezó la primaria. Cuando su mamá la dejaba en el colegio gritaba como una marrana. Luego pasó a séptimo. Estrenó nuevos soquetes, nunca los dejaría. Le empezaron a gustar mas los tacos que las pantuflas. Conoció a Beto Fregolini, la invitó a bailar a la Sociedad de Fomento de Carapachay, un sábado de carnaval. Después de veinte años se casó con él. La nona Insulina tuvo dos hijos que cada vez le daban mas trabajo. Se jubiló de maestra de piano. Tuvo nietos. Cada vez le aparecieron mas canas. La espalda se le ponía como una joroba. Las manos le temblaban. Se le arrugaba la piel. Se le desafirmaban los dientes. Empezó a usar bastón. Fue felíz porque tuvo una linda vida junto con su familia. Y colorín colorado este cuento se ha acabado. Realizado por todos los alumnos de 2° “D”