Factores de la Organización Las organizaciones sociales presentan una serie de características globales que no pueden reducirse a la mera suma de sus componentes, sean estos roles, personas o puestos de trabajo. Esas características son una parte esencial del contexto organizacional en el que se trabaja e interactúa, así como un sistema que regula esas interacciones y comportamientos tratando de incrementar, al mismo tiempo, su predictibilidad y su coordinación en vista al logro de los objetivos organizacionales. Ahora bien, esas características organizacionales pueden representar fuentes de estrés para sus miembros, de manera que, si consideramos a la organización como agente colectivo, podemos decir que hay organizaciones “más estresadas” que otras (Peiró, 1992). Los estudios que tratan la salud organizacional (salud del sistema y de sus miembros) ponen de manifiesto la importancia que tienen los procesos colectivos para contribuir a mejorar el propio sistema y los peligros que representa el que esos procesos sean negativos. Hablamos de características de la organización, que consideramos relevantes, como son la estructura, el clima y la cultura que existe en las mismas. Desde una perspectiva racional, se considera que el diseño estructural de una organización responde a la consecución de sus objetivos deliberados y explícitos. No obstante, este principio de racionalidad instrumental se ha visto a menudo cuestionado por los frecuentes desajustes, contradicciones y desacoplamientos existentes entre estructuras, procesos y fines organizativos. El aumento de la complejidad organizativa puede debilitar la conexión entre sus diferentes partes, formándose sistemas de funcionamiento paralelo y considerando cometidos parciales como finales.