EFEMÉRIDE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRI, CON MOTIVO DEL CIENTO CINCUENTA Y CUATRO ANIVERSARIO LUCTUOSO DEL GENERAL IGNACIO ZARAGOZA. Parte esencial de la fortaleza e identidad nacional está depositada en las grandes hazañas de mujeres y hombres que gradualmente hicieron posible la construcción de un México de derechos, libertades, igualdades e instituciones democráticas. Entre estos personajes, destaca el General Ignacio Zaragoza, quien falleció el 8 de septiembre de 1862. A 154 años de su sensible deceso, recordamos al notable prócer de la patria que nació el 24 de marzo de 1829 en la Bahía del Espíritu, Texas (cuando todavía pertenecía a México) y que trascendió en el tiempo por ser artífice de uno de los pasajes más emblemáticos en la historia de nuestro país: La Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862. Para ponderar la trascendencia de su aniversario luctuoso, es oportuno llevar a cabo una breve pero sustancial remembranza de las principales etapas en la vida del General Zaragoza, hombre que desde sus primeros años dejó de manifiesto su compromiso con la defensa de la Soberanía y la autodeterminación. En atención a dicha convicción, en 1853 se alistó como sargento en Nuevo León, en la Guardia Nacional, y posteriormente se incorporó al ejército regular como capitán. En esta etapa, sobresalen sus contribuciones para que en 1854, Juan Nepomuceno Álvarez proclamara el Plan de Ayutla, cuyo objetivo consistió en terminar con la dictadura de Antonio López de Santa Anna. En 1857, fue determinante para que la Constitución pudiera ser promulgada a pesar de la negativa de Ignacio Comonfort. Aunque tuvo una trayectoria breve, rápidamente fue considerado como uno de los jefes militares liberales más sobresalientes de la época. En la Guerra de Reforma, sobresale que en 1859 derrotó en Querétaro a Tomás Mejía; fue responsable del ejército en Guanajuato; y se impuso a Miguel Miramón en Silao, Guanajuato, y a Leonardo Márquez en las Lomas de Calderón. Y por supuesto, su intervención en la batalla de Calpulalpan, en el Estado de México el 22 de diciembre de 1860, donde los conservadores fueron derrotados definitivamente, lo que representó el fin de esta etapa. En abril de 1861, el entonces Presidente de la República Benito Juárez García lo designó como Ministro de Guerra, meses más tarde, con la invasión francesa, Zaragoza se integró al campo de batalla al ser nombrado para dirigir el Ejército de Oriente, al que se le unieron cientos de indígenas zacapoaxtlas. Al lado de siete mil hombres, el General Zaragoza combatió a invasores y conservadores por igual. Durante su combate contra las fuerzas francesas que pretendían imponer a Maximiliano de Habsburgo, sobresale que en abril de 1862 dirigió las tropas que hicieron frente a las fuerzas invasoras en las Cumbres de Acultzingo, impidiendo su incursión a la ciudad de Puebla. Este capítulo constituye el punto máximo en su breve pero sustancial trayectoria como ferviente defensor de la Soberanía Nacional. En la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, no sólo quedaron de manifiesto las múltiples virtudes del General Zaragoza, sino que además se registró un hecho que da constancia del gran valor de los mexicanos. Con una notable capacidad de mando, valor y liderazgo, Zaragoza dirigió a las tropas que mostraron al mundo, la fortaleza de nuestro país. Cómo no recordar aquella frase emblemática: “Nuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México y os quieren arrebatar vuestra patria”. A partir de una brillante estrategia, las fuerzas armadas derrotaron al ejército más poderoso de aquella época, por ello, es atinado decir que con la Batalla de Puebla: “las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con torpeza”. En contraste al momento de gloria que representó la Batalla de Puebla, el 8 de septiembre de 1862, el General Zaragoza sucumbió ante la fiebre tifoidea, dejando un legado que reviste por su amplia visión, determinación y convicción en la búsqueda permanente de un México más justo e igualitario. Para los integrantes del Grupo Parlamentario del PRI, es incuestionable que el General Ignacio Zaragoza, ocupa un lugar importante en la historia de México, por ello, recordamos con respeto y admiración a este verdadero héroe nacional que hizo lo que parecía imposible.