Shushi Siendo una recompensa rara de naturaleza, un castillo natural, invulnerable y hecho a mano, Sushi frecuentemente está recordado en la historia armenia. Shushi ha sido nido de águila para Aranshahik príncipes de Artsaj: Sahl Smbatián (en el siglo IX), Hasan Dzalalián (en el siglo XIII), los Shahnazarián (en los siglos XVII-XVIII), general Avan (en el siglo XVIII). Los monumentos más antiguos descubiertos aquí hacen referencia a los siglos IXXVII. Hasta hace poco en el territorio actual de la ciudad se conservaba Cruz de Viento, un lugar antiguo, que a lo largo de siglos se consideraba santuario de los armenios de alrededores. A principios de la segunda mitad del siglo XVIII en el corazón de Artsaj ocasionalmente apareció un dictador extranjero, Panah-Ali, que aun no teniendo ni base geográfica, ni económica, histórico-cultural, ni étnica se proclamó kan de Nagorno-Karabaj gracias a las transformaciones políticas y maceraciones y empezó guerras incesantes contra los príncipes armenios. Aunque los kanes no lograron someter a los príncipes a fuerza de armas, causaron a los armenios de Artsaj innumerables destrucciones y sufrimientos, cuyos consecuencias amargas se sienten hasta hoy día. Estas condiciones favorecieron al establecimiento del elemento étnico turco, que puede encontrarse en los textos de escribientes de kanes y en las fuentes armenias. A principios del siglo XVIIII empezó un nuevo renacimiento para Shushi, cuando en 1805 Nagorno-Karabaj voluntariamente aceptó el dominio de Rusia. Una de las páginas brillantes de la amistad y colaboración entre Armenia y Rusia fue escrita en Shushi, en 1826, durante su defensa heroica que duró 48 días. En las nuevas condiciones de liberación del yugo de kanes, el centro de Nagorno-Karabaj Shushi prosperaba y empezaba a desempeñar un papel muy impotante en el Cáucaso, y desde 1828 se publicaron libros y periódicos armenios en Shushi. La ciudad tenía la escuela famosa diocesana (1838), el teatro (1891), el hospital (1900), cientos de talleres, tiendas. En 1847 la ciudad de Shushi era uno de los hogares principales de la vida cultural y de educación, propagandista de la libertad de pensamiento, lugar de nacimiento de maestros talentosos, de héroes valientes, revolucionarios obstinados, figuras célebres en el arte y literatura. En los siglos XVIIII-XX, Shushi tenía su propio manifiesto urbano, constructivo, comercial, industrial y cultural. Todas sus tradiciones arquitectónicas tenían raíces armenias, la forma constructiva y el estilo era lo mismo que en otras ciudades de Armenia. Las estructuras residenciales, industriales y cultas eran sencillas, pero a la vez expresivas y reflejaban la arquitectura armenia monumental. En este sentido cabe mencionar el centro de la ciudad, donde estaban construidos interesantes edificios arquitectónicos, y entre ellos saltaban a la vista seis iglesias de cúpula. Hay que mencionar con lástima que poco persistió de todo esto, puesto que fueron parcialmente destruidos durante las luchas en 1905, y principalmente en 1920 a causa de los pachas turcos y bandidos de Müsavat. Más tarde, Sergó Ordzhonikidze, que había visto las ruinas de Shushi, escribió: “Hoy yo recuerdo con horror aquellas imágenes, que vimos en mayo de 1920, en Shushi. La hermosa ciudad armenia fue completamente destruida…”. Estas ruinas a lo largo de 40 años existían y confirmaban el hecho del masacre salvaje. A pesar de que existía la decisión del pleno del Comité de Transcaucasia terrenal del 20 de diciembre de 1922 sobre la recuperación de Shushi, las autoridades de Azerbaiyán en los años 1950-1960 con insolencia provocativa y desprecio destruyeron más que siete mil monumentos armenios y en su lugar construyeron edificios que se parecían a cajas de cerillas. De todo esto nuestros vecinos callan, o durante los últimos años simulando todo lo pasado reducen al absurdo creando una nueva “historia” llena de sangre y vergüenza.