Conclusiones generales de las observaciones de las Evaluaciones Punto Cero realizadas en el Eje Cafetero: Si bien los centros comerciales del Eje Cafetero cumplen con las normas de no expendio de bebidas alcohólicas a menores de 18 años, no tienen la señalización que obliga la Ley que anuncia esta prohibición. Los parques públicos en general se constituyen en zonas de vulnerabilidad para el consumo de alcohol por menores de 18 años. Particularmente los fines de semana en las horas de la noche. Estos sitios se convierten en lugares de socialización y pertenencia a tendencias culturales. En todos los casos la cercanía de sitios de expendio de licor es evidente. En los bares y discotecas se observaron dos comportamientos especialmente: En primer lugar, la falta de controles a la entrada de los establecimientos para evitar el ingreso a los menores de 18 años, ya que no se exige la cédula. Y lpor otro lado, en los establecimientos que sí ejercen control, se observa consumo de alcohol en la vía pública. Las cadenas de autoservicios visitadas presentan todas un proceso claro frente al conocimiento y aplicación de las normas, los empleados llaman la atención al adulto que compra y le suministra a los menores de 18 años. Así mismo, los administradores tienen muy claro la normatividad y la hacen visible mediante señalización y avisos de prohibición de venta de alcohol a menores de 18 años. Los Restaurantes en general conocen la normatividad y la aplican, pero se presenta el consumo de alcohol entre adultos y en ocasiones le ofrecen a los menores de 18 años. Se observa cierto control en el consumo de los adultos en los restaurantes cuando hay menores de 18 años. Tiendas de barrio Las tiendas son lugares de riesgo para los menores de 18 años, la mayoría carece de señalización y les venden alcohol, debido a circunstancias como: los grupos de adolescentes se tornan violentos cuando no se les vende, los menores de 18 años son enviados por sus padres a compran licor, entre otras. El tendero siente que la responsabilidad es de los padres y prefiere apartarse. Se percibe en algunos casos, que aunque quisieran cumplir, la dinámica alrededor, no les ayuda y no están dispuestos a comprometer su seguridad y su negocio. En general los estanquillos afirman no venderle alcohol a los menores de 18 años, pero en la practica si se les vende. En los estanquillos conocen la ley aunque pareciera que no perciben controles de las autoridades o los pueden burlar. El estanquillo no se involucra con sus clientes. Observaciones sobre el consumo de alcohol por los menores de 18 años: Se observó de manera generalizada el consumo de bebidas alcohólicas en grupos muchos de ellos identificados con modas, culturas urbanas, etc. Dentro de las estrategias empleadas por los menores de 18 años para conseguir las bebidas alcohólicas están: pagarle a un adulto, complicidad del vendedor, adultos que lo suministran, como en el caso de las relaciones de adolescentes con personas mayores, el uso de contraseñas falsas y la razón más preocupantes: la tolerancia social. En algunos casos que se pudo abordar menores de 18 años en las zonas de rumba, se observaron posiciones similares a esta: “todo el mundo toma licor, lo venden por todas partes y se escandalizan porque yo tomo, si no le estoy haciendo daño a nadie”.