HISTORIOGRAFÍA Introducción: Aunque el término griego “historia” significa investigación sobre hechos reales, desde época griega fue considerado un género literario y como tal tiene que tener un componente estilístico, no sólo científico como lo entendemos hoy. Además la historiografía latina tiene tres características que hacen complicado que se la pueda considerar científica y objetiva: Carácter patriótico: el historiador ensalza el papel de Roma en la historia y defiende todas sus decisiones. Carácter moralizante: la historia debe transmitir los “mores maiorum”, las costumbres de los antepasados, como modelo de conducta. Se pone el acento sobre las personas como modelos éticos y no sobre los acontecimientos. Compromiso político: casi todos los historiadores tienen algún compromiso político y lo defienden a través de sus obras. La historiografía romana nace a finales del siglo III antes de Cristo durante la segunda guerra púnica (218- 202) como arma política y propagandísticas contra Cartago. Se llamaron Annales respetando la vieja tradición de los primitivos anales elaborados por los pontífices: resúmenes de los principales hechos de un año, de ahí su nombre. Catón (234-149 a.C.), con sus Orígenes, inaugura la historia en latín no sólo contando hechos, sino también investigando causas y efectos. Su obra se ha perdido. Después de él se puede establecer la diferencia entre analistas e historiadores. Con Julio César asistimos al nacimiento, en serio, de la historia. Destacan con él, en la época clásica, Salustio y Tito Livio. En el período postclásico sobresale Tácito. Cayo Julio César: (100-44 a. C.) Su vida y su obra literaria y política se confunden con la historia de los últimos tiempos de la República. Nacido de ilustre familia comienza tardíamente una carrera política que, sin embargo, fue deslumbrante: recorrió todas las magistraturas y desempeñó además otros cargos públicos de gran prestigio como el de Pontífice Máximo; formó con Pompeyo y Craso el primer triunvirato; conquistó la Galia y derrotó finalmente a Pompeyo en la Guerra Civil (Farsalia, 48 a.C.). A partir de entonces asumió todos los poderes hasta que fue asesinado el día de los Idus de Marzo (15) del año 44 a.C.: su talante conciliador y sus numerosas reformas legislativas y sociales no fueron suficientes para ganarse las simpatías de todos los senadores, algunos de los cuales, temiendo el final de la República y el inicio de un régimen imperial, promovieron la conspiración que acabó con su vida. Hombre de grandes cualidades y mayor ambición, intentó pacificar el estado (en crisis desde muchos años antes), pero no dudó en burlar la legalidad republicana para conseguir sus fines desde el poder. http://www.youtube.com/watch?v=rtbRWEC6rTA&feature=fvst http://www.youtube.com/watch?v=4kEvl73WOh0&feature=related Además de su faceta política, César cultivó desde joven la literatura y es autor de poesía, obras de gramática, discursos…, pero nos centraremos en su obra como historiador. César es autor de los Comentarii De Bello Gallico (Comentarios a la Guerra de las Galias) divididos en siete libros y Comentarii De Bello Civili (Comentarios sobre la Guerra Civil) divididos en tres libros. Se llama “comentarii” a los diarios de campaña que un general debía escribir para presentarlos ante el Senado. Los Comentarii de Bello Gallico. Narran la conquista de las Galias entre el 58 y el 52 basándose teóricamente en los partes de guerra de sus oficiales, sus apuntes personales y los informes al senado. Respecto a los contenidos, en una primera visión superficial, podemos decir que tras una descripción geográfica de la Galia el autor va siguiendo sus conquistas y enfrentamientos con los diversos pueblos galos, terminando con el levantamiento general de la Galia dirigido por Vercingetórix y su triunfo final de César con la toma de Alesia Los Comentarii de Bello Civili constan de tres libros en los que se narra el enfrentamiento del propio César con Pompeyo para hacerse con el poder en Roma: Libro I: exposición de las causas de la guerra, paso del Rubicón por César y conquista de Italia. Huida de Pompeyo hacia Oriente y derrota en Lérida (Hispania) de los lugartenientes de Pompeyo. Libro II: César toma Marsella y derrota a los Pompeyanos en la Bética (Hispania) Libro III: enfrentamiento y derrota definitiva de Pompeyo en Farsalia (Grecia), huida de éste a Egipto y su posterior asesinato. Como historiador César había sido considerado tradicionalmente un modelo de imparcialidad a pesar de que el objeto de sus Comentarii es la conquista de las Galias realizada por iniciativa personal, y la guerra civil que mantuvo contra Pompeyo y el Senado. Actualmente no se cree esto, ni mucho menos. César se propuso transmitir esa sensación de imparcialidad a sus lectores. Sin embargo, un análisis más profundo revela que en sus obras, como suelen hacer los políticos, resalta los hechos que le interesan y calla los que no le favorecen. Es, por tanto, un maestro en el arte de la propaganda política: el lector saca las conclusiones que él quiere a base de los datos, ciertos pero incompletos, que César le suministra: o En De bello Gallico: o Iinforma sobre la geografía y costumbres de los pueblos galos, germanos y britanos, para provocar la curiosidad y ganarse al lector. o Resalta los éxitos de su diplomacia y su estrategia, mediante los cuales muchos pueblos, antiguos adversarios, pasaban ahora a estar bajo su protección. o Enfatiza el comportamiento ejemplar de sus oficiales y tropas. o Alaba la grandeza de personajes enemigos, como Vercingetórix, para realzar más su victoria En De bello Civili, se muestra un César defensor del pueblo romano frente a la soberbia y arbitrariedad del Senado. No fue él, sino sus enemigos, quienes deseaban la lucha y nunca aceptaron las propuestas de paz de César. A todo esto hay que sumarle dos trucos muy hábiles: Llama Comentarii a sus obras, teóricamente un diario de campaña escrito a toda prisa, un documento oficial, pero en la práctica son obras muy estudiadas. Y siempre habla de sí mismo en tercera persona, Caesar, evitando el uso de ego. Como autor literario debe ser considerado, junto con Cicerón, el mayor estilista de la prosa latina clásica, aunque su estilo sea opuesto: simplicidad de César frente a la complicación ciceroniana. Si hemos de hacer caso al propio Cicerón, sus formas de expresión eran simples y elegantes y, efectivamente, la pureza de la lengua empleada tanto en el léxico como en la construcción sintáctica así parece confirmarlo: la selección de un vocabulario básico restringido a unas 1.200 palabras consiguen que su obra sea de fácil comprensión. el uso de la sintaxis siempre está dentro de las normas lingüísticas y utiliza expresiones habituales que facilitan también su lectura. Cayo Salustio Crispo : (87-35 a. C.) Joven y lleno de ambiciones llegó a Roma y triunfó gracias a Julio César, que era su amigo y protector. Se hizo muy rico y, muerto César, Salustio abandonó la política y se dedicó a la historia. Sus obras más importantes son La conjuración de Catilina (Bellum Catilinae) y La guerra de Yugurta (Bellum Iugurthinum), que se conservan completas, y algunos fragmentos de las Historias (Historiae). El argumento de la Conjuración de Catilina (63 a. C.) trata sobre las causas, el desarrollo y el fracaso del complot de un senador, Catilina, para hacerse con el poder en Roma. En toda la obra se trasluce la voluntad de Salustio de mostrar la decadencia política y moral de la República y también la de alejar de toda responsabilidad de los hechos a César, su protector. La Guerra de Yugurta relata hechos anteriores (111 a.C). Comienza con el relato de cómo Micipsa, rey de Numidia, deja como herederos, al morir, a sus dos hijos legítimos y a uno adoptivo, Yugurta. Éste último asesina sucesivamente a sus dos hermanos y se proclama rey, contra la voluntad de Roma que le declara la guerra. Al final Yugurta, tras una larga guerra, es derrotado y muere. Sin embargo, el verdadero objetivo de Salustio es mostrar el fracaso de los optimates (nobleza) en la guerra y dejar claro que la victoria final se logra gracias a Mario, líder del partido popular, tendencia política del autor. Las Historias, obra que dejó inacabada por su muerte, es una historia de Roma desde la muerte del dictador Sila (78 a.C.) hasta el 67 a.C. De esta obra solo conservamos algunos fragmentos. Como historiador es el primero en considerar la historia como género literario y en reflexionar sobre sus métodos y sus fines ya que considera al historiador muy útil para la sociedad por la información que aporta. En cuanto a sus métodos se preocupa de estar muy bien informado y analiza todo muy bien buscando causas y consecuencias de los hechos que narra. La validez histórica se resiente por sus fines. Tiene una visión muy moralizante de la historia: debe servir para mejorar la sociedad demostrando que en el pasado se encuentran los modelos que se deben seguir o evitar en el presente. Por tanto cuenta el fin de las viejas instituciones republicanas buscando las causas profundas en el egoísmo, la ambición y la depravación presentes tanto en la nobleza como en los populares. Su estilo se caracteriza por: Ser breve y conciso. Su vocabulario está lleno de arcaísmos Evita la simetría de los párrafos y de las oraciones. Le gusta mucho ir cambiando la estructura de sus oraciones. Este estilo no es casual: intenta parecerse a los autores antiguos a los que coloca como el modelo a seguir. Otros autores, ya de época imperial son: Tito Livio (ca. 60 a. C.-17 d. C.): Aunque nació en el 60 a. C., Livio pertenece a otra generación de historiadores, ya que recupera la concepción de los antiguos analistas: contar los hechos año a año. En su obra Ab Urbe Condita (Desde la fundación de la ciudad) se propuso escribir la historia de Roma desde su fundación hasta la propia época del autor. De los 142 libros que la formaban se ha perdido la mayoría, pero se han conservado breves resúmenes de cada libro (periochae), con lo que se ha podido reconstruir más o menos el contenido completo. No escapa, sin embargo, de la politización: identificado con el programa político de Augusto, Livio intenta glorificar el pasado de Roma. También da a su obra un carácter moralizante: el pasado debe ser conocido para que sea el modelo de conducta de los hombres de su época. Procura informarse bien, pero al tratar del pasado más lejano de Roma y no contar nada más que con leyendas, las admite como auténticas, aunque critica sus partes más fantásticas. Su prosa es clara, elocuente, ordenada. Utiliza los recursos artísticos de la retórica en la composición de su historia, alcanzando gran calidad literaria. La historiografía florece de nuevo a finales del s. I d. C. con la figura de Publio Cornelio Tácito (ca. 55- ca. 120 d. C.): Además de otras obras menores, Tácito escribió dos obras históricas de gran categoría: Historias y Anales que en sus títulos recoge la tradición históriográfica romana: historiadores y analistas. En la primera narra la historia de Roma que transcurre entre la muerte de Nerón y la de Domiciano. En la segunda, aunque escrita después, abarca un período anterior, el que va desde la muerte de Augusto hasta la de Nerón. Su obra es valiosa porque posee un profundo conocimiento de los problemas de su época y ha estudiado a los historiadores anteriores a él. Pero no escapa a las características generales de la historiografía romana: Su concepción de la historia es moralizante, similar a la de Salustio: critica con dureza los vicios y juzga muy duramente a determinados personajes (por ejemplo a Nerón). Políticamente parece alinearse con los que añoran la República y, por tanto, critica, dentro de lo posible, el régimen imperial. Su estilo se caracteriza por la concisión (brevitas) y la ruptura de las estructuras sintácticas habituales buscando la asimetría. Estas dos cualidades unidas a una gran densidad de contenidos lo convierten en un autor difícil de leer.