EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y EL DEBIDO PROCESO La injusticia hecha a uno solo es una amenaza dirigida a todos. Montesquieu Marie Picard de Orsini Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Universidad de Carabobo Judith Useche Docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Universidad de Carabobo El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y EL DEBIDO PROCESO RESUMEN El Estado de Derecho es un modelo teórico que se transformó en tema político ya que actualmente es considerado como la principal característica de los regímenes democráticos haciendo del derecho un instrumento privilegiado de regulación de la organización política y social que subordina el principio de la legitimidad con respecto a la legalidad. Las técnicas utilizadas se refieren a la división de los órganos del Poder Público, al respeto de los derechos humanos y la autonomía del Órgano Judicial. El Estado de Derecho garantiza la seguridad jurídica y garantiza la justicia a través de una serie de principios del proceso judicial que han sido constitucionalizados y ubicados en nuestra propia Constitución: El antejuicio de mérito y el debido proceso, garantías que permiten la efectividad de la justicia, el respeto a los derechos en el marco del proceso jurisdiccional que aseguran el derecho de los ciudadanos frente a los órganos del Poder Público estableciendo límites a ese poder Público en su actuación. El antejuicio de mérito y el debido proceso son las figuras que estudiamos en este trabajo. Por un lado, el antejuicio de mérito como juzgamiento de los Altos Personeros del Estado que gozan de tal prerrogativa y por el otro, el debido proceso como conjunto de derechos o garantías constitucionales procesales mínimas que permiten la efectividad de un proceso justo, razonable y confiable. Palabras clave: Estado de Derecho, separación de poderes, justicia, Antejuicio, debido proceso. 61 Marie Picard y Judith Useche PRETRIAL HEARING AND DUE PROCESS ABSTRACT The Rechtsstaat is a theoretical model which has become a political issue since it is today considered the main democratic regime characteristic, making law a privileged instrument for regulating political and social organization that subordinates the principle of legitimacy with respect to legality. The techniques used refer to the division of the State Power bodies, and to respect for the human rights and the Juridical Organ autonomy. The Rechtsstaat guarantees juridical security and justice through a set of juridical process principles which have been constitutionalized and placed in our Constitution: the pretrial hearing and the due process, guarantees that allow justice be effective and respect for the human rights in a jurisdictional process frame which ensure citizen rights before the State Power organs, establishing limits for that State Power in its action. The pretrial hearing and the due process are studied in this paper. On one hand, the pretrial hearing as a trial to high ranking State officers that enjoy of such prerogative. And, on the other hand, the due process as a set of rights and minimum procedural constitutional guarantees that allow the effectiveness of a fair process. Key words: Rechtsstaat, power separation, justice, pretrial hearing, due process. 62 EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y EL DEBIDO PROCESO INTRODUCCIÓN I. El Antejuicio de Mérito. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7 8. El Principio de igualdad ante la ley y sus excepciones. Base constitucional del Antejuicio de Mérito para los altos funcionarios. Base legal. Definición del Antejuicio de Mérito. Naturaleza de la Declaratoria con lugar de la solicitud del Antejuicio de Mérito. Procedimiento del Antejuicio de Mérito. Funcionarios comprendidos en el Antejuicio de Mérito. Causales comprendidas para la solicitud del Antejuicio de Mérito. II. El Debido Proceso. 1. 2. 3. III. Base constitucional. Definición. Naturaleza. El Debido Proceso en el Antejuicio de Mérito. JURISPRUDENCIA CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y EL DEBIDO PROCESO INTRODUCCIÓN Caracteriza al Estado de Derecho, al Estado Constitucional de Derecho, la existencia de un conjunto de reglas constitucionales, racionales y claras, aplicadas sin preferencia ni desigualdades a la totalidad de los ciudadanos de una nación. Se trata del acatamiento y el respeto por el Poder Público y los particulares de los preceptos constitucionales y así asegurar el desenvolvimiento normal de la vida social. El Poder Público debe ser celoso cumplidor y guardián de la normativa constitucional, concretamente, hay un Órgano del Poder Público que ocupa un lugar preponderante, cual es, el órgano judicial, el cual le da verdadero sentido a las normas constitucionales a través del Tribunal Supremo de Justicia y los demás Tribunales de la República. Durante el proceso existen una serie de garantías constitucionales que se agrupan con el nombre del derecho a un juicio justo o a un debido proceso que significan un derecho humano consagrado en la Constitución de 1999 y, que de ninguna manera puede ser obviado e irrespetado y debe ser garantizado por el Estado como parte de sus obligaciones no sólo nacionales, sino también internacionales. En este sentido Zerpa (2005) acota lo siguiente; dicha garantía protectora de derechos no se objetiviza exclusivamente en el sistema de normas procesales nacionales ( advirtiéndose que en virtud al similar origen de todas leyes procesales venezolanas en el decimonónico Código Aranda, y en atención al Art. 257 constitucional, el proceso es uno solo: un instrumento de obtención de justicia, existiendo diversos procedimientos de acuerdo a la competencias jurisdiccionales), o en la definición constitucional descrita en el específico artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Así, existen disposiciones de origen internacional que forman parte de la garantía mencionada 65 Marie Picard y Judith Useche Es importante recordar que la vigencia de la garantía al debido proceso se hace perenne en el Estado de Derecho aún en los estados de excepción descritos en los artículos 337 y siguientes de la Constitución de 1999. El Debido proceso, está en relación directa con el Principio de Legalidad pues en la medida en que las reglas del Debido Proceso se respeten y se apliquen adecuadamente, estamos afirmando que el Principio de Legalidad es una garantía y Principio constitucional que inspira al proceso. Cuando se exige al órgano competente, Fiscalía General de la República, la investigación de un hecho punible, o exige al juez u órgano jurisdiccional que sus fallos se dicten de una manera justa, pronta, independiente e imparcial, esta exigencia es en razón del Derecho de Acceso a la Justicia y que se concretiza a través del Debido Proceso. Indudablemente que el Debido Proceso es la forma de expresión del respeto a la dignidad humana, pues gracias al debido Proceso se consolida el valor Justicia, y se fortalece la Democracia y el Estado de Derecho. En este sentido, La Sala constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia Nº 1916 del 13 de Agosto de 2002 declaró: El Estado tiene la obligación de garantizar a toda persona el ejercicio y goce de los derechos a través de los órganos del Poder Público; asimismo tiene el deber de contribuir a la observancia y realización de tales derechos. Ahora bien, el Tribunal Supremo de Justicia, porque es un órgano del Poder Público, y la Sala Constitucional es guardián y garante del derecho positivo existente y en protección de los derechos humanos de los particulares, está en la obligación de vigilar cualquier hecho, acto u omisión que pueda menoscabar una garantía o derecho constitucional, que a su vez, pueda desembocar en una vulneración incontestable del orden público constitucional. Así, este órgano jurisdiccional puede y debe, de oficio y en resguardo del orden público constitucional que pueda verse quebrantado por una decisión judicial de cualquier tribunal de la República, dejar sin efectos dichas resoluciones judiciales, con el propósito de garantizar la integridad y supremacía de la Constitución. 66 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso I EL ANTEJUICIO DE MÉRITO 1) El principio de igualdad ante la ley y sus excepciones La Constitución de 1999 integra una cláusula general que establece la igualdad de todos los venezolanos ante la ley y prohíbe realizar discriminaciones por razones personales o sociales. Esta cláusula se encuentra recogida en el artículo 21 que al efecto nos reza lo siguiente: Todas las personas son iguales ante la ley, y en consecuencia: 1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona. 2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva, adoptará medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes especificadas, se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan. 3. Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana, salvo las fórmulas diplomáticas, 4. No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias. La igualdad se configura actualmente como un límite de la actuación del Poder Público y como un mecanismo de reacción frente a la posible arbitrariedad del poder. Esta situación es la que justifica que la igualdad sea considerada en la Constitución como un valor y como un principio y además la igualdad en la ley y ante la ley, se trata de un derecho que puede ser invocado ante las instancias administrativas o los tribunales y, en su caso ante el Tribunal Supremo de Justicia, demandando su preservación y 67 Marie Picard y Judith Useche eventual restablecimiento. Es también una obligación constitucionalmente impuesta al Poder Público. En Sentencia Nº 01131 de Sala Político Administrativa, de fecha 24/ 09/2002, se pronunció sobre el principio de igualdad en los siguientes términos: Este derecho ha sido interpretado como el derecho de los ciudadanos a que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos lo que se le concede a otros, en paridad de circunstancias. Es decir, que en virtud de este principio, no deben establecerse diferencias entre los que se encuentran en las mismas condiciones. La verdadera igualdad consiste en tratar de manera igual a los iguales y desigualmente a los que no pueden alegar esas mismas condiciones y circunstancias predeterminadas por la Ley, ya que estas no obedecen a intereses de índole individual sino a la utilidad general. De manera que en principio el principio de igualdad impide toda discriminación; sin embargo, existe una marcada desigualdad, que surge de la propia Constitución y se refiere al trato desigual, expresamente mencionado en el artículo 266 cuando establece las atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia, ordinales 2 y 3 que pautan que ciertos funcionarios públicos, altos funcionarios gozan de un privilegio, cual es el antejuicio de mérito. En este caso, la diferencia de trato se introduce conscientemente, tratando de forma premeditada, tratamientos más favorables y aceptados constitucionalmente, porque realmente lo que se busca resguardar es la función pública, en aras de proteger el interés general. En consonancia con lo expuesto, el principio de igualdad supone excepciones; entre ellas, se encuentra el conglomerado de personas que desempeñan determinada función pública, y en cuyo favor se estipulan determinadas prerrogativas con el único objeto de salvaguardar el orden público, el servicio colectivo y general que tales funcionarios ofrecen. La prerrogativa no obedece a la persona en sí misma considerada, sino que encuentra justificación en cuanto a la función pública y colectiva que pretende tutelar y proteger. 68 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso Es bueno recordar que una vez reconocido o autorizado que si hay mérito para el juicio, existe una marcada circunstancia de desigualdad de orden procesal que surge de la propia Constitución que violenta garantías inmersas en el debido proceso como es la doble instancia, se aprecia que en el iter de la solicitud de antejuicio de mérito sólo se conoce en una sola instancia. Cabe destacar, que el doble examen está garantizado por la doble instancia que es al mismo tiempo una garantía de legalidad y una garantía de responsabilidad contra la arbitrariedad. A falta del doble examen los principios de imparcialidad y de sujeción de los jueces tan solo a la ley quedan privados de garantía y la arbitrariedad, el abuso o el error no serían censurados y reparados en una segunda instancia. Este principio tiene un relevante valor en el proceso penal, donde está en juego la libertad de los ciudadanos en conflicto con la pretensión punitiva del Estado. No puede haber un juicio justo si los mismos Magistrados que acusan son los mismos que juzgan. Por esta razón, y en concordancia con los principios y garantías de los que goza todo procesado y, acogiéndonos al Pacto Internacional de Derechos civiles y Políticos del 16 de noviembre de 1966( artículo 14, inciso 5) consistente en el derecho del imputado a tener un doble juicio y asimismo, a los principios constitucionales consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos se concluye que la Doctrina internacional ha estipulado que se evita la parcialidad intencional en cualquier proceso judicial. En el caso de los altos funcionarios públicos no existe esta garantía de la doble instancia que forma parte del Principio del Debido Proceso y reconocido para todos los ciudadanos en un proceso y por la doctrina internacional. 2) Base Constitucional del antejuicio de Mérito para los altos funcionarios. El artículo 266 de la Constitución de 1999, en los numerales 2 y 3, establece a quien le corresponde la solicitud de Antejuicio de Mérito; sin embargo, el artículo 285 constitucional no le atribuye taxativamente tal atribución, al Fiscal General de la República, pero, el artículo 377 del Código 69 Marie Picard y Judith Useche Orgánico Procesal Penal exige que el Antejuicio de Mérito proceda previa querella del Fiscal General de la República, si hay o no mérito para el enjuiciamiento de tal funcionario y el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal, autoriza igualmente, al fiscal General para solicitar la declaratoria de haber lugar al enjuiciamiento de altos funcionarios. El artículo 266 establece: 1. Son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia: 2. Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente o Presidenta de la República o quien haga sus veces, y en caso afirmativo, continuar conociendo de la causa previa autorización de la Asamblea Nacional, hasta sentencia definitiva. 3. Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta ejecutiva, de los o las integrantes de la Asamblea Nacional o del propio Tribunal Supremo de Justicia, de los Ministros o Ministras, del Procurador o Procuradora General, del Fiscal o la Fiscal General, del Contralor o Contralora General de la República, del Defensor o Defensora del Pueblo, los gobernadores o Gobernadoras, oficiales, generales o almirantes de la Fuerza Armada Nacional y de los jefes o jefas de misiones diplomáticas de la República y, en caso afirmativo, remitir los autos al fiscal o a la Fiscal general de la República o a quien haga sus veces, si fuere el caso; y si el delito fuere común, continuará conociendo de la causa hasta la sentencia definitiva. 3) Base legal. El Código Orgánico Procesal Penal, contiene la base legal del Antejuicio de Mérito. Artículo 36. Juzgamiento de altos funcionarios. Cuando para la persecución penal se requiera la previa declaratoria de haber mérito para el 70 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso enjuiciamiento, el fiscal que haya conducido la investigación preliminar se dirigirá al Fiscal General de la República a los efectos de que éste ordene solicitar la declaratoria de haber lugar al enjuiciamiento. Hasta tanto decida la instancia judicial correspondiente, o cualquiera otra instancia establecida por la Constitución de la República, las de los Estados u otras leyes, no podrán realizarse contra el funcionario investigado actos que impliquen una persecución personal, salvo las excepciones establecidas en este Código. La regulación prevista en este artículo no impide la continuación del procedimiento respecto a los otros imputados. Artículo 377. Competencia. Corresponde al Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente de la República o de quien haga sus veces y de los altos funcionarios del Estado, previa querella del Fiscal General de la República. Artículo 378. Efectos. Cuando el Tribunal Supremo de Justicia declare que hay mérito para el enjuiciamiento del Presidente de la República, previa autorización de la Asamblea Nacional, continuará conociendo de la causa hasta sentencia definitiva. Cuando se trate de los otros altos funcionarios del Estado y se declare que hay lugar al enjuiciamiento, el Tribunal Supremo de Justicia deberá pasar los autos al tribunal ordinario competente si el delito fuere común, y continuará conociendo de la causa hasta sentencia definitiva, cuando se trate de delitos políticos, salvo lo dispuesto en la Constitución de la República respecto del allanamiento de la inmunidad de los miembros del Congreso. La causa se tramitará conforme a las reglas del proceso ordinario. Cuando el Tribunal Supremo de Justicia declare que no hay motivo para el enjuiciamiento pronunciará el sobreseimiento. Artículo 379. Procedimiento. Recibida la querella, el Tribunal Supremo de Justicia convocará a una audiencia oral y pública dentro de los treinta días siguientes para que el imputado dé respuesta a la querella. Abierta la audiencia, el Fiscal General de la República explanará la querella. Seguidamente, el defensor expondrá los alegatos correspondientes. Se admitirán réplica y contrarréplica. El imputado tendrá la última palabra. Concluido el debate el Tribunal Supremo de Justicia declarará, en el término de cinco días siguientes, si hay o no mérito para el enjuiciamiento. 71 Marie Picard y Judith Useche Artículo 380. Suspensión e inhabilitación. Cumplidos los trámites necesarios para el enjuiciamiento, el funcionario quedará suspendido e inhabilitado para ejercer cualquier cargo público durante el proceso. Artículo 381. Altos funcionarios. A los efectos de este Título, son altos funcionarios los miembros de la Asamblea Nacional, los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, los Ministros, el Fiscal General, el Procurador General, el Contralor General de la República, los Gobernadores y los Jefes de Misiones Diplomáticas de la República. 4) Definición del Antejuicio de Mérito El antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial establecido para proteger a los altos funcionarios públicos, de acusaciones infundadas o temerarias que puedan perturbar el ejercicio de sus funciones. El antejuicio debe determinar de una manera expedita y simple la existencia o inexistencia de los méritos para iniciar el juicio. De modo que de acuerdo a lo sentado por el máximo Tribunal el antejuicio de mérito no constituye un beneficio procesal que pueda conllevar la impunidad, se trata de un presupuesto de procesabilidad previa al juicio mismo, en atención a la investidura de los altos funcionarios. En la sentencia supra citada del Supremo Tribunal, caso: Luís Miquelena Hernández: sienta que, de conformidad con el artículo 377 del Código Orgánico Penal, el antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial instaurado en razón de la querella del Fiscal general de la República y regido por el principio contradictorio, el cual tiene por objeto declarar la certeza de si hay o no mérito para el enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado a los que se refiere el ordenamiento constitucional de la República (Subrayado nuestro) Igualmente, Brewer (2004) (interpretando la sentencia 3167 de 9 de diciembre de 2002). Pág. 685 Tomo II Sala Constitucional. Interpretación del art. 29, 72 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso El antejuicio de mérito es una institución procesal constitucional cuyo objeto fundamental, previo a un procedimiento, es determinar si existe una causa probable que permita autorizar el enjuiciamiento ( juicio de fondo) de los altos funcionarios a que se refiere el artículo 266, numerales 2 y 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo régimen jurídico tiene como orden sistemático y jerarquizado a la Constitución, la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y el Código Orgánico Procesal Penal. Esta institución debe conservar, en su dimensión, el ejercicio por parte del sub júdice de sus derechos fundamentales, a fin de evitar nulidades o reposiciones innecesarias, en garantía, más que de los sujetos procesales, de la sociedad y sus valores éticos y políticos. La entonces Corte Suprema de Justicia, al analizar la figura del antejuicio de mérito, en su sentencia del 2506-92, recaída en el caso : Antonio Ríos estableció que dicha figura no constituye sino una etapa previa al posible enjuiciamiento de aquellos funcionarios respecto de los cuales la ley fundamental de la República lo consagra como una forma de resguardar el cumplimiento de sus funciones, ya que dicho procedimiento evita el entorpecimiento producido por la instrucción de causas penales y posiblemente temerarias o infundadas. En el antejuicio no se dicta propiamente una sentencia de condena sino que tiene como fin último eliminar un obstáculo procesal para que un ciudadano comparezca en juicio, donde tendrá oportunidad para invocar la garantía de la presunción de inocencia. El antejuicio de mérito no implica, en modo alguno, la búsqueda de la comprobación plena del cuerpo del delito ni de la culpabilidad del funcionario en relación con el cual opera dicho procedimiento especial, como si se tratase de un juicio propiamente tal, tiene por objeto el análisis y estudio previo de las actas procesales, para establecer si 73 Marie Picard y Judith Useche de los hechos derivan o emergen presunciones graves de la comisión de un hecho punible y de que en su perpetración está comprometida la responsabilidad del funcionario. De todo lo dicho, se sigue: a) no se exige prueba fehaciente o plena para autorizar el enjuiciamiento, b) constituye un requisito de procesabilidad que, como una etapa previa, genera una presunción racional de que un alto funcionario pudo ser el autor de un hecho punible, c) el juez elimina un obstáculo el privilegio a los efectos de la instauración de un juicio con todas las garantías propias del debido proceso; d) se trata de una etapa previa, presuntiva, cuya conclusión no constituye una sentencia de condena o declaratoria de inocencia, y e) no produce cosa juzgada. En definitiva, el antejuicio de mérito no constituye un beneficio procesal que pueda conllevar la impunidad, se trata de un presupuesto de procesabilidad previa al juicio mismo, en atención a la investidura de los altos funcionarios. Cuando se pretenda el enjuiciamiento de alguno de ellos, deberá cumplirse con el procedimiento previsto en la Constitución Bolivariana de Venezuela (artículo 266, numerales 2 y 3) y en el Código Orgánico Procesal (Libro Tercero, Título Cuarto, artículos 377 al 381) En el mismo sentido, el alto Tribunal en Sala Plena se ha pronunciado: El régimen del antejuicio de mérito previsto en la Constitución de 1961, nuevamente consagrado por el ordenamiento constitucional de 1999, se traduce en un privilegio para las altas autoridades del Estado, que atiende a la necesidad de proteger la efectividad de la labor de los funcionarios públicos que ocupan cargos de relevancia dentro de su estructura, así como la continuidad en el desempeño de las tareas esenciales que presupone el ejercicio de la función pública. Privilegio que, como excepción al principio de la igualdad, se justifica sólo por 74 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso la necesidad de mantener el buen funcionamiento del Estado, evitando que quienes en un determinado momento resulten piezas fundamentales en la conducción de las políticas públicas, sean desviados de sus obligaciones en razón de acusaciones, infundadas o no, formuladas en su contra, y a las cuales, sin duda, se encuentran permanentemente expuestos. (...) Estima, por tanto, este Tribunal Supremo de Justicia en Pleno que la necesidad de realizar un antejuicio respecto de determinados funcionarios de mérito, es una excepción al principio de igualdad consagrado en el ordenamiento constitucional, que se justifica en razón de la importante investidura de esos funcionarios respecto de los cargos que ejercen, mecanismo adjetivo de protección (antejuicio de mérito) que surte efectos únicamente durante el tiempo en que dichos funcionarios ostentan los aludidos cargos. Así se declara. (Sentencia Nº 59 de Sala Plena, Expediente Nº 0155 de fecha 02/05/2000) 5) Naturaleza de la Declaratoria con lugar de la solicitud del Antejuicio de Mérito El antejuicio de mérito es una institución procesal constitucional cuyo objeto fundamental, previo a un procedimiento, es determinar si existe una causa probable que permita autorizar el enjuiciamiento ( juicio de fondo) de los altos funcionarios a que se refiere el artículo 266, numerales 2 y 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, De acuerdo a la Sentencia Nº 59 de Sala Plena supra citada, debemos desglosar la naturaleza del Antejuicio de Mérito, desde dos perspectivas, como una garantía traducida en un privilegio para las altas autoridades del Estado porque conlleva la necesidad de proteger la certidumbre de la labor de los funcionarios públicos que ocupan cargos de relevancia y se justifica sólo por la necesidad de mantener el buen funcionamiento del Estado. (Resaltado nuestro) 75 Marie Picard y Judith Useche En este sentido Maier (1989) sostiene: según el cargo estadal que ostentan, están excluidas temporalmente, mientras mantengan su cargo, de la persecución penal... el privilegio... abarca el cargo político, con independencia de la persona individual que transitoriamente lo ejerce, a fin de proteger, precisamente, el ejercicio de esa función de interrupciones que la tornen ineficiente... (Resaltado nuestro) Asimismo, Sosa, (2000) ...se entiende por prerrogativa procesal, el privilegio que la ley le da a determinados sujetos y que consiste en la concesión de garantías procesales que revisten de mayores solemnidades y trámites el juicio penal que se puede incoar contra el sujeto que la goza, por regla general en cualquier tiempo, es decir, sin que existan normas que suspendan el ejercicio de la ley penal. (Pág. 154). Por otra parte, se presenta como una autorización con carácter especial que se dicta en vía jurisdiccional, cuya forma es la de una sentencia, pero no de condena, en sí lo que conlleva es autorizar que se inicié el juicio. Según criterio de la extinta Corte Suprema de Justicia en sentencia del 25/ 06/92, caso Antonio Ríos. (Resaltado nuestro) en el antejuicio no se dicta propiamente una sentencia de condena sino que tiene como fin último eliminar un obstáculo procesal para que un ciudadano comparezca en juicio, donde tendrá oportunidad para invocar la garantía de la presunción de inocencia.. Esta fase del antejuicio de merito, es una etapa previa que es impostergable, esto es, no puede diferirse o no realizarse porque se estaría vulnerando las prerrogativas procesales. En Informe al Congreso de la República del Ministerio Público, 1997, Tomo I, Página 189. Sostiene que El antejuicio de mérito, es un 76 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso instituto consagrado en la Constitución de la República de Venezuela, como en las diversas leyes fundamentales de los estados que la conforman, cuya finalidad es eliminar un obstáculo procesal (Subrayado nuestro) para que el ciudadano comparezca en juicio penal, donde tendrá la oportunidad de acreditar su inocencia. De igual manera, el Ministerio Público, en 1997 sostenía con ahínco lo siguiente: El ejercicio de la acción penal en contra de los funcionarios públicos, como consecuencia de presuntos delitos cometidos en el desempeño de sus funciones o por razón de su cargo, está sujeto, como regla general, al previo cumplimiento de particulares trámites procesales, que tienen por objeto evitar a aquellos funcionarios, el entorpecimiento producido por la apertura de causas penales, posiblemente maliciosas o infundadas. (Resaltado nuestro) Cabe destacar que este criterio fue realizado bajo la visión de la Constitución de 1.961. 6) Procedimiento del Antejuicio de Mérito El procedimiento del Antejuicio de Mérito se realiza de acuerdo a lo establecido en el artículo 22 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia que establece: El Tribunal Supremo de Justicia conocerá de las causas para declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento de los altos funcionarios o funcionarias, de acuerdo con lo previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a instancia del Fiscal General de la República, quien interpondrá escrito con los respectivos documentos, testimonios, averiguaciones u otros medios de prueba que acrediten los alegatos expuestos y permitan constatar la presunta comisión de un hecho punible 77 Marie Picard y Judith Useche previsto en la Ley. En caso de que la solicitud vaya dirigida contra un diputado o una diputada de la Asamblea Nacional, el procedimiento se regirá conforme a lo que establece el artículo 200 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y esta Ley. Admitida la solicitud, el Tribunal Supremo de Justicia convocará a una audiencia oral y pública dentro de los treinta (30) días siguientes, para que el imputado o su defensor, exponga los alegatos de defensa respectivos. Abierta la audiencia, el Fiscal General de la República expondrá los argumentos de hecho y de derecho en que la fundamentan, dentro del tiempo que le fije el Presidente o Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia. Seguidamente el defensor o defensora del imputado expondrá los alegatos correspondientes dentro del tiempo fijado para el Fiscal. Se admitirán réplicas y contrarréplicas. El imputado podrá participar directa o indirectamente, y en ese supuesto intervendrá de último. Concluido el debate, el Tribunal Supremo de Justicia declarará, en el lapso de treinta (30) días continuos, si hay o no mérito para el enjuiciamiento, sin que ello signifique prejuzgar acerca de la responsabilidad penal del imputado, la cual se determinará en el juicio correspondiente. En caso, que la solicitud vaya dirigida contra el Presidente o Presidenta de la República y por decisión del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Plena, mediante el voto favorable de la mayoría absoluta de sus miembros, haya mérito para proseguir el enjuiciamiento, lo participará inmediatamente a la Asamblea Nacional o a la Comisión Delegada, a los fines previstos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, quedando suspendido el curso de la causa. En ningún caso la decisión sobre la solicitud de antejuicio de mérito podrá prejuzgar sobre el fondo del asunto, ni implicar juicio previo. Si la Asamblea 78 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso Nacional autoriza el enjuiciamiento, el Tribunal Supremo de Justicia seguirá el procedimiento hasta sentencia definitiva. La sentencia definitiva deberá contar con el voto favorable de la mayoría absoluta de los Magistrados o Magistradas de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia. Cuando uno de los funcionarios a que se refiere este artículo fuere sorprendido en la comisión flagrante de delito, la autoridad competente lo pondrá bajo custodia en su residencia, y comunicará inmediatamente el hecho al Tribunal Supremo de Justicia, quien decidirá lo que juzgue conveniente sobre la libertad del detenido. En todo lo no previsto en este artículo se aplicarán las disposiciones del Código Orgánico Procesal Penal y del Código de Procedimiento Civil, así como las disposiciones normativas que emanen de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia y fueren publicadas de conformidad con la ley, en cuanto sean compatibles con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y con esta Ley. 7) Funcionarios comprendidos en el Antejuicio de Mérito El artículo 266 establece que son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia: 1. Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente o Presidenta de la República o quien haga sus veces, y en caso afirmativo, continuar conociendo de la causa previa autorización de la Asamblea Nacional, hasta sentencia definitiva. 2. Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta ejecutiva, de los o las integrantes de la Asamblea Nacional o del propio Tribunal Supremo de Justicia, de los Ministros o Ministras, del Procurador o Procuradora General, del Fiscal o la Fiscal General, del Contralor o Contralora General de la República, del Defensor o Defensora del Pueblo, los gobernadores o Gobernadoras, oficiales, generales o almirantes de la 79 Marie Picard y Judith Useche Fuerza Armada Nacional y de los jefes o jefas de misiones diplomáticas de la República y, en caso afirmativo, remitir los autos al fiscal o a la Fiscal general de la República o a quien haga sus veces, si fuere el caso; y si el delito fuere común, continuará conociendo de la causa hasta la sentencia definitiva. Según Sentencia Nº 67 de Sala Plena, de fecha 31/05/2000, preciso Del análisis de las normas constitucionales y legales vigentes para esta fecha, las cuales se aplican al caso de autos, para determinar si hay o no mérito para proceder al enjuiciamiento del acusado, así como de aquellas normas vigentes para la fecha de la interposición de la acción (Constitución de la República de 1961 y Código de Enjuiciamiento Criminal), se infiere que tal privilegio únicamente lo detentan las personas que estén en ejercicio de cargos de alta investidura: Presidente o Presidenta (artículo 266, numeral 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela); Vicepresidente o Vicepresidenta de la República, integrantes de la Asamblea Nacional o del Tribunal Supremo de Justicia, Ministros o Ministras, Procurador o Procuradora General, Fiscal o Fiscala General, Contralor o Contralora General, Defensor o Defensora del Pueblo, Gobernadores o Gobernadoras, oficiales u oficialas generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional o jefes o jefas de misiones diplomáticas de la República (artículo 266, numeral 3 ejusdem), y lo pierden al dejar de ocupar los cargos calificados como tales; por lo que esta prerrogativa se agota al cesar en sus funciones, a pesar de habérsele imputado un delito cometido antes de que hayan tomado posesión de los mismos o durante su ejercicio. Se infiere de la norma constitucional y de la jurisprudencia reiterada que los funcionarios que gozan de este privilegio son sólo los contenidos en el artículo 266 constitucional numerales 2 y 3. 80 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso 8) Causales comprendidas para la solicitud del Antejuicio de Mérito Delitos en el ejercicio de sus funciones como, mal desempeño de sus funciones, delitos comunes, corrupción. II EL DEBIDO PROCESO El artículo 26 de la Constitución de 1999 establece: Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, y a la tutela efectiva de los mismos . En este sentido Jesús María Casal (2006): En su acepción general, el acceso a la justicia supone la disponibilidad efectiva de cauces institucionales destinados a la protección de derechos y a la resolución de conflictos de variada índole, de manera oportuna y con base en el ordenamiento jurídico. El acceso a la justicia determina, por tanto, las posibilidades de defensa de los derechos subjetivos y de los derechos humanos en particular, y es un requisito para la auténtica garantía jurídica de los mismos. Conviene tener presente, además, que el cabal funcionamiento de las instancias ante las cuales se canalizan las demandas de justicia es un factor capital en la construcción de civilidad o ciudadanía y en la consolidación de los valores democráticos, al tiempo que ayuda a mantener la paz social y la seguridad jurídica. En sentido inverso, su inadecuado desempeño puede erigirse en causa de exclusión y discriminación social, así como de impunidad e incertidumbre, con todas las consecuencias que de ello suelen derivarse. Es pertinente hacer hincapié que el acceso a la justicia es un derecho adscrito a la tutela judicial efectiva, derecho a un juicio justo o al debido proceso , consagrado en el artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14 del pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. 81 Marie Picard y Judith Useche El acceso a la justicia se le garantiza directamente a toda persona natural o jurídica, mediante el ejercicio de su derecho de acción a través de la demanda, la cual para ser admitida, debe cumplir determinados requisitos, y la acción, la tienen todas las personas capaces que solicitan justicia, sin necesidad de utilizar intermediarios para ello, a menos que se garanticen una serie de derechos que obliguen al intermediario a actuar. En este sentido, la Sala Constitucional precisa que el artículo 11 del Código Orgánico Procesal Penal, otorgó al Estado la acción penal para que la ejerza a través del Ministerio Público, quien está obligado a ello, salvo las excepciones legales. Tal exclusividad de ejercicio por parte del Ministerio Público en los delitos de acción Pública, no puede desplazar el verdadero interés de la victima para perseguir penalmente al victimario, lo que logra mediante una serie de mecanismos que le permiten instar y controlar el ejercicio de la acción por parte de su titular, y ello ha sido reconocido por esta Sala, en sentencia de 3 de agosto de 2001 (caso José Felipe padilla) caso que así no fuere, se estaría infringiendo el artículo 26 Constitucional se expone en el fallo. Es preciso aclarar que en igual situación se encuentran las víctimas en el caso de los antejuicios de mérito, por cuanto éstas carecen de los mecanismos para instar y controlar eficientemente la actuación del Fiscal General de la República, lo que puede colocar a las victimas en estado de indefensión, afectándoles el derecho de acceso a la justicia. El Fiscal General de la República, condiciona la incidencia política del sistema judicial influyendo sobre los casos a los que tiene acceso, tiene una privilegiada posición, en especial referencia en el ejercicio de la acusación pública, es evidente que siempre dispondrá de más recursos que cualquier ciudadano. La discrecionalidad está abierta a criterios de oportunidad política, especialmente en lo relativo al ejercicio de acciones para hacer efectiva la responsabilidad de funcionarios públicos. 1) Base Constitucional del Debido Proceso La Constitución de 1999, desarrolla detalladamente y en forma extensa la garantía del debido proceso. El artículo 49 establece una serie de 82 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso principios cuya finalidad es el de garantizar el derecho de defensa de las partes en un proceso, creado con el fin de desarrollar la función jurisdiccional .El derecho al debido proceso es un derecho humano y que actúa como una garantía que genera la posibilidad de defenderse en el proceso. El artículo 49 establece: El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia: 1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley. 2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario. 3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien no hable castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un intérprete. 4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas en esta Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por comisiones creadas para tal efecto. 83 Marie Picard y Judith Useche 5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra si misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad. La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes. 7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente. 8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir la responsabilidad personal del magistrado o magistrado, juez o jueza y del Estado, y de actuar contra estos o éstas. El contenido de este artículo comienza instituyendo que el debido proceso debe aplicarse a todas las actuaciones judiciales y administrativas, es por lo que la defensa es un derecho inviolable en todo estado y grado de la causa, incluyendo la fase de investigación, de esto se desprende que toda persona tiene que ser notificada y disponer del tiempo y de los medios para ejercer su defensa asegurándose el doble grado de jurisdicción. Al respecto, La Sala Constitucional en Sentencia Nº 02 del 24 de enero de 2001 declaró: La violación al derecho a la defensa existe cuando los interesados no conocen el procedimiento que pueda afectarlos, se les impide su participación en él o el ejercicio de sus derechos, se les prohíbe realizar actividades probatorias o no se les notifican los actos que los afecten . 84 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso En el mismo sentido, en Sala Constitucional, Sentencia Nº 05 del 24 de enero de 2001, precisó: El derecho a la defensa y al debido proceso constituyen garantías inherentes a la persona humana y en consecuencia, aplicables a cualquier clase de procedimientos. El derecho al debido proceso ha sido entendido como el trámite que permite oír a las partes, de la manera prevista en la ley, y que ajustado a derecho otorga a las partes el tiempo y los medios adecuados para imponer sus defensas. En cuanto al derecho a la defensa, la jurisprudencia ha establecido que el mismo debe entenderse como la oportunidad para el encausado o presunto agraviado de que se oigan y analicen oportunamente sus alegatos y pruebas. En consecuencia, existe violación del derecho a la defensa cuando el interesado no conoce el procedimiento que pueda afectarlo, se le impide su participación o el ejercicio de sus derechos, o se le prohíbe realizar actividades probatorias Al respecto, Bello Tabares (2006, Pág. 342) De esta manera al ciudadano debe garantizársele la efectividad de su derecho material, pero al Estado debe limitársele el poder de afectación a los ciudadanos, todo lo cual se traduce, en que todo proceso judicial, para ser justo, razonable y confiable, debe existir un conjunto mínimo de garantías o derechos constitucionales procesales que eviten lesionar los derechos de los ciudadanos, de donde podemos afirmar, que el debido proceso es la suma de las garantías constitucionales mínimas que debe reunir todo proceso, sea o no judicial, para que pueda calificársele de justo, razonable y confiable, que garantice al ciudadano la efectividad de su derecho material. Este conjunto de garantías mínimas, son precisamente las demás garantías o derechos constitucionales procesales contenidos o recogidos en el artículo 49 Constitucional ) 85 Marie Picard y Judith Useche La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia de fecha 24 de Enero de 2001, con Ponencia del Magistrado Iván Rincón Urdaneta señaló lo siguiente: Al respecto, es menester indicar que el derecho a la defensa y al debido proceso constituye garantías inherentes a la persona humana y en consecuencia, aplicables a cualquier clase de procedimientos. El derecho al debido proceso ha sido entendido como el trámite que permite oír a las partes, de la manera prevista en la Ley, y que ajustado a derecho otorga a las partes el tiempo y los medios adecuados para imponer sus defensas. En cuanto al derecho a la defensa, la jurisprudencia ha establecido que el mismo debe entenderse como la oportunidad para el encausado o presunto agraviado de que se oigan y analicen oportunamente sus alegatos y pruebas. En consecuencia, existe violación del derecho a la defensa cuando el interesado no conoce el procedimiento que pueda afectarlo, se le impide su participación o el ejercicio de sus derechos, o se le prohíbe realizar actividades probatorias El derecho al debido proceso consagrado en el artículo 49 de la Constitución a favor de todo habitante de la República, comprende el derecho a defenderse ante los órganos competentes, que serán los tribunales o los órganos administrativos, según el caso. Este derecho implica notificación adecuada de los hechos imputados, disponibilidad de medios que permitan ejercer la defensa adecuadamente, acceso a los órganos de administración de justicia, acceso a las pruebas, previsión legal de lapsos adecuados para ejercer la defensa, preestablecimiento de medios que permitan recurrir contra los fallos condenatorios de conformidad con las previsiones legales, el derecho a ser presumido inocente mientras no se demuestre lo contrario, derecho de ser oído, derecho de ser juzgado por el juez natural, derecho a no ser 86 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso condenado por un hecho no previsto en la ley como delito o falta, derecho a no ser juzgado dos veces por los mismos hechos, derecho a no ser obligado a declararse culpable ni a declarar contra si mismo, su cónyuge, ni sus parientes dentro del segundo grado de afinidad y cuarto de consanguinidad, entre otros. La consagración constitucional del derecho al debido proceso, significa que la acción de amparo ejercida por violación de algunos de los extremos allí señalados por actuación u omisión judicial, procederá cuando los hechos presuntamente constitutivos de la infracción efectivamente impidan o amenacen impedir a un particular el goce y ejercicio inmediato de alguna de las facultades que dicho derecho al debido proceso otorga. Es así como no todo error de procedimiento que cometan los jueces, ni todos los errores cometidos en la escogencia de la ley aplicable o en la interpretación de la misma constituyen infracción al derecho al debido proceso. Solo cuando la infracción de reglas legales resulte impeditiva del goce o ejercicio de los derechos y facultades garantizados por el artículo 49 citados, se verificará la infracción constitucional presupuesto de procedencia de la acción de amparo ejercida por violación al debido proceso, de modo que el accionante deberá alegar cómo y de qué manera el error judicial le impide o amenaza impedirle el goce o ejercicio del derecho que señala conculcado, expresando la actividad procesal a la que tenía derecho y que no puede ejercer como resultado del hecho constitutivo de la supuesta infracción constitucional, así como la urgencia en el restablecimiento de la situación lesionada Del mismo modo, el Tribunal Supremo de Justicia en sentencia dictada por la Sala Constitucional de fecha 19 de septiembre de 2002 declara: cualquiera sea la vía procesal escogida para la defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes procesales deben garantizar la existencia de un procedimiento que asegure el derecho de defensa de la parte y la posibilidad de una tutela judicial efectiva, en virtud de que las 87 Marie Picard y Judith Useche normas de procedimiento son una expresión de los valores constitucionales dirigidos a proteger la garantía de un debido proceso que permita una tutela judicial efectiva 2) Definición. Siendo el debido proceso la más importante de las garantías constitucionales, se trata de que la justicia se imparta de acuerdo con las normas establecidas en la Constitución y en las leyes, es decir, en el desarrollo de un proceso debido. Según, Suárez (2001) el debido proceso puede definirse desde dos puntos de vista: Desde el punto de vista formal: Es el derecho que tiene toda persona de ser juzgada conforme a la ritualidad previamente establecida, de tal manera de que se cumpla el axioma de que nadie puede ser condenado sin haber sido oído y vencido en juicio, con la plenitud de las formalidades legales. (Pág. 193) Desde el punto de vista material: Es el adelantamiento de las etapas del proceso y el cumplimiento de las distintas actuaciones judiciales, con sujeción a las garantías constitucionales y legales, como limite a la función punitiva del Estado, es decir la manera como se ha de sustanciar el acto. (Pág. 195) El Tribunal Supremo de Justicia, al analizar el artículo 49 constitucional ha catalogado el contenido de las garantías calificándolas como una garantía suprema dentro de un Estado de Derecho. Al respecto, Brewer (2004) comenta la sentencia nº 97 de 15 de marzo de 2000 (Caso Agropecuaria los Tres Rebeldes), la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia señaló que se denomina debido proceso a aquél proceso que reúne las garantías indispensables para que exista una tutela judicial efectiva, no siendo una clase determinada de proceso, 88 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso sino la necesidad de que cualquiera sea la vía escogida por la defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes procesales deben garantizar la existencia de un procedimiento que asegure el derecho de defensa de la parte y la posibilidad de una tutela judicial efectiva. (Resaltado nuestro) Por otra parte, en sentencia de fecha 17/02/2000, en Sala PolíticoAdministrativa precisó que se trata de un derecho complejo que encierra dentro de si, un conjunto de garantías que se traducen en una diversidad de derechos para el procesado . 3) Naturaleza. El Debido Proceso es un fundamento esencial del Derecho Procesal Constitucional moderno y al mismo tiempo resulta una exigencia del Ordenamiento de los Derechos Humanos. La violación al Principio del Debido proceso no sólo afecta al proceso como tal sino que vulnera al Derecho Humano, a los Derechos Fundamentales, como son: La libertad personal, derecho a ser asistido por un defensor, derecho a un juicio justo, derecho a ser juzgado con imparcialidad, derecho a que se presuma inocente, a ser juzgado sin dilaciones . Los principios fundamentales que se relacionan con el debido proceso y que están incorporados en el marco de los Derechos Humanos, se pueden resumir de la siguiente manera: Disposición a la Justicia Ordinaria, principio del juez Natural, Principio de defensa, principio de publicidad y principio de NOM BIS IN IDEM. De modo que es importante precisar su naturaleza, porque si sólo fuere una garantía corriere sólo sobre el Estado garantizar que todos estos principios que integran el debido proceso se cumplan, sin necesidad que, algún sujeto lo alegue como derecho. Según, Bernal (2006) Se trata de la doble naturaleza del debido proceso como derecho fundamental: como derecho fundamental autónomo y como garantía o derecho fundamental indirecto. 89 Marie Picard y Judith Useche i. Como derecho autónomo, el debido proceso debe ser un derecho fundamental, en el sentido de que es el correlato subjetivo institucional del principio del discurso. En este sentido, el derecho fundamental al debido proceso protege las facultades del individuo para participar en los procedimientos del Estado Constitucional Democrático y el ejercicio dentro del marco de dichos procedimientos de las facultades de hacer argumentaciones, afirmaciones, aportar pruebas, y las capacidades de rebatir los argumentos de los demás y de autocriticarse. 2. Como derecho fundamental indirecto o garantía, en segundo lugar, el debido proceso debe ser un derecho fundamental, porque es un mecanismo para la protección de otros derechos fundamentales en el estado democrático. El respeto a los debidos procesos garantiza en la democracia el respeto a la libertad, la igualdad, los derechos políticos o de participación y los derechos sociales. Se colige de acuerdo a la jurisprudencia que el debido proceso tiene una doble naturaleza, por un lado es una garantía que corre a cargo del Estado y, debe establecer los mecanismos para garantizar el pleno disfrute y respeto de los derechos de las personas; y, por otra parte es un derecho inalienable, imprescriptible, irrenunciable que tienen las personas. Según la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia señaló: se denomina debido proceso a aquél proceso que reúne las garantías indispensables para que exista una tutela judicial efectiva, III EL DEBIDO PROCESO EN EL ANTEJUICIO DE MERITO Es necesario aplicar las reglas del debido proceso, cuales son: la presunción de inocencia que está en relación con el principio de IN DUBIO POR REO que se refiere a una regla de garantía, ya que nadie puede ser declarado culpable sin un sentencia dictada luego de un juicio oral y público en el cual se hayan asegurado todas las garantías e inclusive la necesidad de la certeza. La presunción de inocencia que deben disfrutar los 90 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso demandados en cualquier proceso constituye una presunción que favorece al demandado antes de la terminación del proceso mediante sentencia firme. El debido proceso debe realizarse ante los jueces naturales y debe eximirse al demandado de confesar su propia culpa. Otras reglas serían el juicio público, seguridad de garantías para la defensa, derecho de información, derecho de abstenerse a declarar, derecho a la defensa. En sentencia de fecha 09/ 12/2002, en Sala Constitucional, sostuvo El antejuicio de mérito es una institución procesal constitucional cuyo objeto fundamental, previo a un procedimiento, es determinar si existe una causa probable que permita autorizar el enjuiciamiento ( juicio de fondo) de los altos funcionarios a que se refiere el artículo 266, numerales 2 y 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo régimen jurídico tiene como orden sistemático y jerarquizado a la Constitución, la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia y el Código Orgánico Procesal Penal. Esta institución debe conservar, en su dimensión, el ejercicio por parte del sub júdice de sus derechos fundamentales, a fin de evitar nulidades o reposiciones innecesarias, en garantía, más que de los sujetos procesales, de la sociedad y sus valores éticos y políticos (Resaltado nuestro) En sentencia de fecha 16-09-2002, el Magistrado Angulo Fontiveros sostuvo: En mi voto salvado emitido con ocasión de la Sentencia de esta Sala Plena de fecha 25 de Abril de 2002, expresé lo siguiente: Considero que debió ratificarse la jurisprudencia recién transcrita, de Sala Plena del 4 de julio del año 2000, bajo mi ponencia. De esta jurisprudencia conviene destacar lo siguiente: ...que la querella fiscal debe fundarse en prueba suficiente, motivo por el cual su instauración debe ser precedida por una 91 Marie Picard y Judith Useche actividad de investigación, conducida por el Ministerio Público, durante cuyo desarrollo debe respetarse íntegramente al imputado su derecho constitucional a la defensa. (Resaltado nuestro) Asimismo, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia de fecha 24/01/2001, con Ponencia del Magistrado Iván Rincón Urdaneta señaló: Al respecto, es menester indicar que el derecho a la defensa y al debido proceso constituye garantías inherentes a la persona humana y en consecuencia, aplicables a cualquier clase de procedimientos. A la luz del nuevo orden constitucional, se desprende que en toda actuación que se derive algún, gravamen o sanción para las personas debe estar precedido de un procedimiento regido por las garantías o principios que integran el debido proceso, de conformidad con el artículo 49 constitucional. En la etapa, de la investigación preliminar que debe realizar el Ministerio Público de conformidad, con el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal, el alto funcionario objeto de la solicitud de antejuicio de mérito, los mismos deben tener acceso a esta investigación, en principio a las garantías previstas en el 49 constitucional numeral 1, básicamente, ejercer su derecho a la defensa, esto es, tener asistencia jurídica, ser notificado porque se le investiga, acceder a las pruebas, disponer del tiempo necesario y de los medios adecuados para ejercer su derecho a la defensa, Es también una garantía inmersa en el derecho a la defensa la sanción de nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Al respecto, La Sala Constitucional en Sentencia de fecha 24/01/ 2001 declaró: La violación al derecho a la defensa existe cuando los interesados no conocen el procedimiento que pueda afectarlos, se les impide su participación en él o el ejercicio de sus derechos, se les prohíbe realizar actividades probatorias o no se les notifican los actos que los afecten . 92 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso En la investigación preliminar, el alto funcionario debe participar por lo menos en calidad de testigo, para hacer valer sus alegatos de defensa, ejercer el control de prueba; jamás, podrá participar en esta fase como imputado. En este sentido, en sentencia de Sala Plena del 04/07/2000, con ponencia del Magistrado Angulo Fontiveros, a quien se le debe reconocer su criterio reiterado en la preservación del debido proceso, en la fase de la investigación preliminar. que la querella fiscal debe fundarse en prueba suficiente, motivo por el cual su instauración debe ser precedida por una actividad de investigación, conducida por el Ministerio Público, durante cuyo desarrollo debe respetarse íntegramente al imputado su derecho constitucional a la defensa (Resaltado nuestro) De acuerdo, a la sentencia citada se evidencia una interpretación de la norma contenida en el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal a la luz del nuevo orden constitucional, porque si bien es cierto la decisión que declara con lugar la solicitud de antejuicio de mérito, no es una decisión que contiene una condena sino, una autorización, la misma acarrea para el alto funcionario la separación del cargo, lo que en el fondo constituye un gravamen, de lo que se deriva que la investigación preliminar debe ser dirigida con imparcialidad, objetividad, revestida íntegramente de las garantías del debido proceso, bajo un procedimiento regido por el principio del contradictorio. Igualmente, en sentencia del Tribunal Supremo de Justicia: El Tribunal Supremo de Justicia ha sostenido: La Sala estima necesario dejar sentado que, de conformidad con la disposición prevista en el artículo 377 del Código Orgánico Procesal Penal, el antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial que, instaurado en virtud de la querella del Fiscal General de la República y conducido por el principio del contradictorio, tiene por objeto 93 Marie Picard y Judith Useche declarar la certeza de si hay o no mérito para el enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado a los que se refiere el ordenamiento constitucional de la República; que la disciplina normativa acerca del antejuicio de mérito debe ser interpretada a la luz del nuevo orden constitucional; que la querella fiscal debe fundarse en prueba suficiente, motivo por el cual su instauración debe ser precedida por una actividad de investigación, conducida por el Ministerio Público, durante cuyo desarrollo debe respetarse íntegramente al imputado su derecho constitucional a la defensa, a tenor de la disposición prevista en el artículo 49, numeral 1, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la forma y condiciones previstas en los artículos 313 y siguientes del Código Orgánico Procesal Penal; y que el juicio sobre la prueba debe constituir el fundamento principal de la determinación acerca de si hay o no mérito, es decir, acerca de si hay o no lugar al enjuiciamiento. (Negrillas nuestras). Ver sentencias de Sala Plena de fechas 01-11-2000 y 20-12-2001 y 21-11-2002, causas Nros. 1140, 2001-000027 y 2001-00026, con ponencias de los Magistrados Delgado Ocando, la primera, y Oberto Vélez las dos restantes. Sostiene, Carocca (1998) que un sujeto, en un estadio anterior al de la imputación, es decir, que ostente la condición de sospechoso o indiciado, que de algún modo toma conocimiento de los indicios que se dirigen en su contra, no se le puede negar la posibilidad de intervenir en el juicio, es decir, ejercer su derecho a la defensa. De acuerdo, a lo que sostiene Carocca y, traspolándolo a la fase de investigación de conformidad con el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal, el alto funcionario que sea objeto de la investigación a que se refiere este artículo 36, en esta fase sólo podría enmarcarse como un sospechoso o como ya lo sostuvimos supra como testigo, pero jamás 94 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso como un imputado por tanto, al alto funcionario debe respetársele íntegramente su derecho constitucional a la defensa, a tenor de la disposición prevista en el artículo 49, numeral 1, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Recientemente, el Ministerio Público realizo solicitud de Antejuicio de Mérito contra el Gobernador de Yaracuy Carlos Gimenez y el Gobernador de Guarico Eduardo Manuitt; habiendo pronunciamiento solamente por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, en el caso del Gobernador de Yaracuy en el cual, se declaro con lugar el Antejuicio de Mérito. En este sentido, La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, declaro que en fecha 22 de abril de 2008, solicitó ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la declaratoria de antejuicio de mérito contra el gobernador del estado Yaracuy, Carlos Giménez. Expresó, Ortega Díaz que, de acuerdo con la investigación preliminar efectuada por las Fiscalías 23 y 57 Nacional, existen fundados elementos de convicción que podrían comprometer la responsabilidad del funcionario en presuntos actos de corrupción. En ese sentido, indicó que el mandatario regional podría estar incurso en la comisión de los delitos de peculado doloso impropio, evasión de procesos licitatorios y concierto con contratista, previstos en los artículos 52, 58 y 70 de la Ley Contra la Corrupción, respectivamente. Expresó Ortega Díaz que, de acuerdo con la investigación preliminar efectuada por las Fiscalías 23 y 57 Nacional, existen fundados elementos de convicción que podrían comprometer la responsabilidad del funcionario en presuntos actos de corrupción. En ese sentido, indicó que el mandatario regional podría estar incurso en la comisión de los delitos de peculado doloso impropio, evasión de procesos licitatorios y concierto con contratista, previstos en los artículos 52, 58 y 70 de la Ley Contra la Corrupción, respectivamente. 95 Marie Picard y Judith Useche El gobernador de Yaracuy, explicó que en su caso está presentándose una violación de los derechos constitucionales, en particular los relativos al debido proceso y el derecho a la defensa. Igualmente, La Fiscal General Luisa Ortega Díaz solicitó ante, el Tribunal Supremo de Justicia un antejuicio de mérito contra el Gobernador de Guárico, Eduardo Manuitt, por el delito de lesiones personales intencionales graves contra el alcalde de Zaraza, David Farés. En este sentido, se pronuncio el Gobernador Manuitt. Aquí se está violando todo precepto legal y constitucional afirmó el Primer Mandatario guariqueño- el artículo 49 de la Constitución contempla, el respeto al debido proceso en todas las actuaciones judiciales y administrativas. El derecho a la defensa es inviolable en toda investigación y ningún Fiscal puede actuar sin solicitar la información a ambas partes. Manuitt afirmó que se enteró de lo ocurrido a través de los medios de comunicación: Nadie me ha llamado ni se me ha notificado de nada; a esta altura no tengo conocimiento de qué se me acusa, ni conocimiento del expediente y aún así pasa al Tribunal Supremo de Justicia. De modo que el Ministerio Público como titular de la acción penal en Venezuela, debe respetar el derecho humano a la defensa, en el entendido que frente a la investigación que se inicie, debe permitirle a quien se señale como autor o participe en la comisión de un hecho punible, conocer los hechos por los cuales se adelanta investigación en su contra; así, como el deber de sustanciar todas aquellas diligencias para lograr el esclarecimiento de los hechos. En tal sentido, que en aquellos procesos en los cuales el Ministerio Público no respete el debido proceso y como una de sus expresiones el derecho a la defensa, la legitimidad de la investigación quedara seriamente cuestionado y, en contradicción con el Estado social de Derecho y de Justicia que propugna el Texto Constitucional vigente. 96 El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso CONCLUSIÓN La Constitución de 1999 integra una cláusula general que establece la igualdad de todos los venezolanos ante la ley y prohíbe realizar discriminaciones por razones personales o sociales; de la misma manera, el artículo 266 del Texto Constitucional en los numerales 2 y 3, establece a quien le corresponde la solicitud de Antejuicio de Mérito, igualmente, el Código Orgánico Procesal Penal, contiene la base legal del Antejuicio de Mérito. El antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial establecido para proteger a los altos funcionarios públicos, de acusaciones infundadas o temerarias que puedan perturbar el ejercicio de sus funciones, que constituye un presupuesto de procedibilidad. El antejuicio de mérito se presenta como una autorización con carácter especial que se dicta en vía jurisdiccional, cuya forma es la de una sentencia, pero no de condena, en sí lo que conlleva, es autorizar que se inicie el juicio. El procedimiento del Antejuicio de Mérito se realiza de acuerdo a lo establecido en el artículo 22 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia El artículo 266, numerales 2 y 3 del Tribunal Supremo de Justicia establece los funcionarios que están comprendidos dentro de la prerrogativa del Antejuicio de Merito El artículo 49 constitucional, consagra el debido proceso y, se denomina debido proceso a aquél proceso que reúne las garantías indispensables para que exista una tutela judicial efectiva El debido proceso tiene una doble naturaleza, por un lado es una garantía que corre a cargo del Estado y, debe establecer los mecanismos para garantizar el pleno disfrute y respeto de los derechos de las personas; y, por otra parte, es un derecho inalienable, imprescriptible, irrenunciable que tienen las personas El Ministerio Público como titular de la acción penal en Venezuela, debe respetar el derecho humano a la defensa, en el entendido que frente a la investigación que se inicie, debe permitirle a quien se señale como autor o 97 Marie Picard y Judith Useche participe en la comisión de un hecho punible, conocer los hechos por los cuales se adelanta investigación en su contra; así, como el deber de sustanciar todas aquellas diligencias para lograr el esclarecimiento de los hechos. 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