El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso

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EL ANTEJUICIO DE MÉRITO
Y EL DEBIDO PROCESO
La injusticia hecha a uno solo es una amenaza dirigida a todos.
Montesquieu
Marie Picard de Orsini
Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad de Carabobo
Judith Useche
Docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Universidad de Carabobo
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y EL DEBIDO PROCESO
RESUMEN
El Estado de Derecho es un modelo teórico que se transformó en
tema político ya que actualmente es considerado como la principal
característica de los regímenes democráticos haciendo del derecho un
instrumento privilegiado de regulación de la organización política y social
que subordina el principio de la legitimidad con respecto a la legalidad.
Las técnicas utilizadas se refieren a la división de los órganos del Poder
Público, al respeto de los derechos humanos y la autonomía del Órgano
Judicial. El Estado de Derecho garantiza la seguridad jurídica y garantiza
la justicia a través de una serie de principios del proceso judicial que han
sido constitucionalizados y ubicados en nuestra propia Constitución: El
antejuicio de mérito y el debido proceso, garantías que permiten la
efectividad de la justicia, el respeto a los derechos en el marco del proceso
jurisdiccional que aseguran el derecho de los ciudadanos frente a los órganos
del Poder Público estableciendo límites a ese poder Público en su actuación.
El antejuicio de mérito y el debido proceso son las figuras que estudiamos
en este trabajo. Por un lado, el antejuicio de mérito como juzgamiento de
los Altos Personeros del Estado que gozan de tal prerrogativa y por el
otro, el debido proceso como conjunto de derechos o garantías
constitucionales procesales mínimas que permiten la efectividad de un
proceso justo, razonable y confiable.
Palabras clave: Estado de Derecho, separación de poderes, justicia,
Antejuicio, debido proceso.
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Marie Picard y Judith Useche
PRETRIAL HEARING AND DUE PROCESS
ABSTRACT
The Rechtsstaat is a theoretical model which has become a political
issue since it is today considered the main democratic regime characteristic,
making law a privileged instrument for regulating political and social
organization that subordinates the principle of legitimacy with respect to
legality. The techniques used refer to the division of the State Power bodies,
and to respect for the human rights and the Juridical Organ autonomy. The
Rechtsstaat guarantees juridical security and justice through a set of juridical
process principles which have been constitutionalized and placed in our
Constitution: the pretrial hearing and the due process, guarantees that allow
justice be effective and respect for the human rights in a jurisdictional process
frame which ensure citizen rights before the State Power organs, establishing
limits for that State Power in its action. The pretrial hearing and the due
process are studied in this paper. On one hand, the pretrial hearing as a
trial to high ranking State officers that enjoy of such prerogative. And, on
the other hand, the due process as a set of rights and minimum procedural
constitutional guarantees that allow the effectiveness of a fair process.
Key words: Rechtsstaat, power separation, justice, pretrial hearing, due
process.
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EL ANTEJUICIO DE MÉRITO Y EL DEBIDO PROCESO
INTRODUCCIÓN
I.
El Antejuicio de Mérito.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7
8.
El Principio de igualdad ante la ley y sus excepciones.
Base constitucional del Antejuicio de Mérito para los altos
funcionarios.
Base legal.
Definición del Antejuicio de Mérito.
Naturaleza de la Declaratoria con lugar de la solicitud del
Antejuicio de Mérito.
Procedimiento del Antejuicio de Mérito.
Funcionarios comprendidos en el Antejuicio de Mérito.
Causales comprendidas para la solicitud del Antejuicio de
Mérito.
II.
El Debido Proceso.
1.
2.
3.
III.
Base constitucional.
Definición.
Naturaleza.
El Debido Proceso en el Antejuicio de Mérito.
JURISPRUDENCIA
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
EL ANTEJUICIO DE MÉRITO
Y EL DEBIDO PROCESO
INTRODUCCIÓN
Caracteriza al Estado de Derecho, al Estado Constitucional de
Derecho, la existencia de un conjunto de reglas constitucionales, racionales
y claras, aplicadas sin preferencia ni desigualdades a la totalidad de los
ciudadanos de una nación. Se trata del acatamiento y el respeto por el
Poder Público y los particulares de los preceptos constitucionales y así
asegurar el desenvolvimiento normal de la vida social.
El Poder Público debe ser celoso cumplidor y guardián de la normativa
constitucional, concretamente, hay un Órgano del Poder Público que ocupa
un lugar preponderante, cual es, el órgano judicial, el cual le da verdadero
sentido a las normas constitucionales a través del Tribunal Supremo de
Justicia y los demás Tribunales de la República.
Durante el proceso existen una serie de garantías constitucionales
que se agrupan con el nombre del derecho a un juicio justo o a un debido
proceso que significan un derecho humano consagrado en la Constitución
de 1999 y, que de ninguna manera puede ser obviado e irrespetado y debe
ser garantizado por el Estado como parte de sus obligaciones no sólo
nacionales, sino también internacionales.
En este sentido Zerpa (2005) acota lo siguiente;
“ … dicha garantía protectora de derechos no se
objetiviza exclusivamente en el sistema de normas procesales
nacionales ( advirtiéndose que en virtud al similar origen de
todas leyes procesales venezolanas en el decimonónico Código
Aranda, y en atención al Art. 257 constitucional, el proceso es
uno solo: un instrumento de obtención de justicia, existiendo
diversos procedimientos de acuerdo a la competencias
jurisdiccionales), o en la definición constitucional descrita en
el específico artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Así, existen disposiciones de origen
internacional que forman parte de la garantía mencionada…”
65
Marie Picard y Judith Useche
Es importante recordar que la vigencia de la garantía al debido proceso
se hace perenne en el Estado de Derecho aún en los estados de excepción
descritos en los artículos 337 y siguientes de la Constitución de 1999. El Debido
proceso, está en relación directa con el Principio de Legalidad pues en la
medida en que las reglas del Debido Proceso se respeten y se apliquen
adecuadamente, estamos afirmando que el Principio de Legalidad es una
garantía y Principio constitucional que inspira al proceso.
Cuando se exige al órgano competente, Fiscalía General de la
República, la investigación de un hecho punible, o exige al juez u órgano
jurisdiccional que sus fallos se dicten de una manera justa, pronta,
independiente e imparcial, esta exigencia es en razón del Derecho de Acceso
a la Justicia y que se concretiza a través del Debido Proceso. Indudablemente
que el Debido Proceso es la forma de expresión del respeto a la dignidad
humana, pues gracias al debido Proceso se consolida el valor Justicia, y se
fortalece la Democracia y el Estado de Derecho.
En este sentido, La Sala constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en Sentencia Nº 1916 del 13 de Agosto de 2002 declaró:
“El Estado tiene la obligación de garantizar a toda
persona el ejercicio y goce de los derechos a través de los
órganos del Poder Público; asimismo tiene el deber de
contribuir a la observancia y realización de tales derechos.
Ahora bien, el Tribunal Supremo de Justicia, porque es un
órgano del Poder Público, y la Sala Constitucional es
guardián y garante del derecho positivo existente y en
protección de los derechos humanos de los particulares,
está en la obligación de vigilar cualquier hecho, acto u
omisión que pueda menoscabar una garantía o derecho
constitucional, que a su vez, pueda desembocar en una
vulneración incontestable del orden público constitucional.
Así, este órgano jurisdiccional puede y debe, de oficio y
en resguardo del orden público constitucional que pueda
verse quebrantado por una decisión judicial de cualquier
tribunal de la República, dejar sin efectos dichas
resoluciones judiciales, con el propósito de garantizar la
integridad y supremacía de la Constitución”.
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El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
I
EL ANTEJUICIO DE MÉRITO
1)
El principio de igualdad ante la ley y sus excepciones
La Constitución de 1999 integra una cláusula general que establece
la igualdad de todos los venezolanos ante la ley y prohíbe realizar
discriminaciones por razones personales o sociales. Esta cláusula se
encuentra recogida en el artículo 21 que al efecto nos reza lo siguiente:
“Todas las personas son iguales ante la ley, y en consecuencia:
1.
No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo,
el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan
por objeto o por resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad,
de los derechos y libertades de toda persona.
2.
La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas
para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva, adoptará
medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan
ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá
especialmente a aquellas personas que por alguna de las
condiciones antes especificadas, se encuentren en
circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará los abusos
o maltratos que contra ellas se cometan.
3.
Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana, salvo
las fórmulas diplomáticas,
4.
No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias.
La igualdad se configura actualmente como un límite de la actuación
del Poder Público y como un mecanismo de reacción frente a la posible
arbitrariedad del poder. Esta situación es la que justifica que la igualdad
sea considerada en la Constitución como un valor y como un principio y
además la igualdad en la ley y ante la ley, se trata de un derecho que puede
ser invocado ante las instancias administrativas o los tribunales y, en su
caso ante el Tribunal Supremo de Justicia, demandando su preservación y
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Marie Picard y Judith Useche
eventual restablecimiento. Es también una obligación constitucionalmente
impuesta al Poder Público.
En Sentencia Nº 01131 de Sala Político Administrativa, de fecha 24/
09/2002, se pronunció sobre el principio de igualdad en los siguientes términos:
“Este derecho ha sido interpretado como el
derecho de los ciudadanos a que no se establezcan
excepciones o privilegios que excluyan a unos lo que
se le concede a otros, en paridad de circunstancias. Es
decir, que en virtud de este principio, no deben
establecerse diferencias entre los que se encuentran en
las mismas condiciones. La verdadera igualdad consiste
en tratar de manera igual a los iguales y desigualmente
a los que no pueden alegar esas mismas condiciones y
circunstancias predeterminadas por la Ley, ya que estas
no obedecen a intereses de índole individual sino a la
utilidad general.”
De manera que en principio el principio de igualdad impide toda
discriminación; sin embargo, existe una marcada desigualdad, que surge de
la propia Constitución y se refiere al trato desigual, expresamente
mencionado en el artículo 266 cuando establece las atribuciones del Tribunal
Supremo de Justicia, ordinales 2 y 3 que pautan que ciertos funcionarios
públicos, altos funcionarios gozan de un privilegio, cual es el antejuicio de
mérito. En este caso, la diferencia de trato se introduce conscientemente,
tratando de forma premeditada, tratamientos más favorables y aceptados
constitucionalmente, porque realmente lo que se busca resguardar es la
función pública, en aras de proteger el interés general.
En consonancia con lo expuesto, el principio de igualdad supone
excepciones; entre ellas, se encuentra el conglomerado de personas que
desempeñan determinada función pública, y en cuyo favor se estipulan
determinadas prerrogativas con el único objeto de salvaguardar el orden
público, el servicio colectivo y general que tales funcionarios ofrecen. La
prerrogativa no obedece a la persona en sí misma considerada, sino que
encuentra justificación en cuanto a la función pública y colectiva que pretende
tutelar y proteger.
68
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
Es bueno recordar que una vez reconocido o autorizado que si hay
mérito para el juicio, existe una marcada circunstancia de desigualdad de
orden procesal que surge de la propia Constitución que violenta garantías
inmersas en el debido proceso como es la doble instancia, se aprecia que en
el iter de la solicitud de antejuicio de mérito sólo se conoce en una sola
instancia.
Cabe destacar, que el doble examen está garantizado por la doble
instancia que es al mismo tiempo una garantía de legalidad y una garantía
de responsabilidad contra la arbitrariedad. A falta del doble examen los
principios de imparcialidad y de sujeción de los jueces tan solo a la ley
quedan privados de garantía y la arbitrariedad, el abuso o el error no serían
censurados y reparados en una segunda instancia.
Este principio tiene un relevante valor en el proceso penal, donde
está en juego la libertad de los ciudadanos en conflicto con la pretensión
punitiva del Estado. No puede haber un juicio justo si los mismos Magistrados
que acusan son los mismos que juzgan. Por esta razón, y en concordancia
con los principios y garantías de los que goza todo procesado y, acogiéndonos
al Pacto Internacional de Derechos civiles y Políticos del 16 de noviembre
de 1966( artículo 14, inciso 5) consistente en el derecho del imputado a
tener un doble juicio y asimismo, a los principios constitucionales
consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos se
concluye que la Doctrina internacional ha estipulado que se evita la
parcialidad intencional en cualquier proceso judicial.
En el caso de los altos funcionarios públicos no existe esta garantía
de la doble instancia que forma parte del Principio del Debido Proceso y
reconocido para todos los ciudadanos en un proceso y por la doctrina
internacional.
2)
Base Constitucional del antejuicio de Mérito para los
altos funcionarios.
El artículo 266 de la Constitución de 1999, en los numerales 2 y 3,
establece a quien le corresponde la solicitud de Antejuicio de Mérito; sin
embargo, el artículo 285 constitucional no le atribuye taxativamente tal
atribución, al Fiscal General de la República, pero, el artículo 377 del Código
69
Marie Picard y Judith Useche
Orgánico Procesal Penal exige que el Antejuicio de Mérito proceda previa
querella del Fiscal General de la República, si hay o no mérito para el
enjuiciamiento de tal funcionario y el artículo 36 del Código Orgánico Procesal
Penal, autoriza igualmente, al fiscal General para solicitar la declaratoria de
haber lugar al enjuiciamiento de altos funcionarios.
El artículo 266 establece:
1.
Son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia:
2.
Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del
Presidente o Presidenta de la República o quien haga sus veces,
y en caso afirmativo, continuar conociendo de la causa previa
autorización de la Asamblea Nacional, hasta sentencia
definitiva.
3.
Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del
Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta ejecutiva, de
los o las integrantes de la Asamblea Nacional o del propio
Tribunal Supremo de Justicia, de los Ministros o Ministras,
del Procurador o Procuradora General, del Fiscal o la Fiscal
General, del Contralor o Contralora General de la
República, del Defensor o Defensora del Pueblo, los
gobernadores o Gobernadoras, oficiales, generales o
almirantes de la Fuerza Armada Nacional y de los jefes o
jefas de misiones diplomáticas de la República y, en caso
afirmativo, remitir los autos al fiscal o a la Fiscal general
de la República o a quien haga sus veces, si fuere el caso;
y si el delito fuere común, continuará conociendo de la
causa hasta la sentencia definitiva.
3)
Base legal.
El Código Orgánico Procesal Penal, contiene la base legal del
Antejuicio de Mérito.
Artículo 36. Juzgamiento de altos funcionarios. Cuando para la
persecución penal se requiera la previa declaratoria de haber mérito para el
70
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
enjuiciamiento, el fiscal que haya conducido la investigación preliminar se
dirigirá al Fiscal General de la República a los efectos de que éste ordene
solicitar la declaratoria de haber lugar al enjuiciamiento. Hasta tanto decida
la instancia judicial correspondiente, o cualquiera otra instancia establecida
por la Constitución de la República, las de los Estados u otras leyes, no
podrán realizarse contra el funcionario investigado actos que impliquen una
persecución personal, salvo las excepciones establecidas en este Código.
La regulación prevista en este artículo no impide la continuación del
procedimiento respecto a los otros imputados.
Artículo 377. Competencia. Corresponde al Tribunal Supremo de
Justicia declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente de
la República o de quien haga sus veces y de los altos funcionarios del Estado,
previa querella del Fiscal General de la República.
Artículo 378. Efectos. Cuando el Tribunal Supremo de Justicia
declare que hay mérito para el enjuiciamiento del Presidente de la República,
previa autorización de la Asamblea Nacional, continuará conociendo de la
causa hasta sentencia definitiva.
Cuando se trate de los otros altos funcionarios del Estado y se declare
que hay lugar al enjuiciamiento, el Tribunal Supremo de Justicia deberá
pasar los autos al tribunal ordinario competente si el delito fuere común, y
continuará conociendo de la causa hasta sentencia definitiva, cuando se
trate de delitos políticos, salvo lo dispuesto en la Constitución de la República
respecto del allanamiento de la inmunidad de los miembros del Congreso.
La causa se tramitará conforme a las reglas del proceso ordinario.
Cuando el Tribunal Supremo de Justicia declare que no hay motivo
para el enjuiciamiento pronunciará el sobreseimiento.
Artículo 379. Procedimiento. Recibida la querella, el Tribunal Supremo
de Justicia convocará a una audiencia oral y pública dentro de los treinta
días siguientes para que el imputado dé respuesta a la querella. Abierta la
audiencia, el Fiscal General de la República explanará la querella.
Seguidamente, el defensor expondrá los alegatos correspondientes.
Se admitirán réplica y contrarréplica. El imputado tendrá
la última palabra. Concluido el debate el Tribunal Supremo de
Justicia declarará, en el término de cinco días siguientes, si hay
o no mérito para el enjuiciamiento.
71
Marie Picard y Judith Useche
Artículo 380. Suspensión e inhabilitación. Cumplidos los trámites
necesarios para el enjuiciamiento, el funcionario quedará suspendido e
inhabilitado para ejercer cualquier cargo público durante el proceso.
Artículo 381. Altos funcionarios. A los efectos de este Título, son
altos funcionarios los miembros de la Asamblea Nacional, los Magistrados
del Tribunal Supremo de Justicia, los Ministros, el Fiscal General, el
Procurador General, el Contralor General de la República, los Gobernadores
y los Jefes de Misiones Diplomáticas de la República.
4)
Definición del Antejuicio de Mérito
El antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial establecido
para proteger a los altos funcionarios públicos, de acusaciones infundadas
o temerarias que puedan perturbar el ejercicio de sus funciones. El antejuicio
debe determinar de una manera expedita y simple la existencia o inexistencia
de los méritos para iniciar el juicio.
De modo que de acuerdo a lo sentado por el máximo Tribunal el
antejuicio de mérito no constituye un beneficio procesal que pueda conllevar
la impunidad, se trata de un presupuesto de procesabilidad previa al juicio
mismo, en atención a la investidura de los altos funcionarios.
En la sentencia supra citada del Supremo Tribunal, caso: Luís
Miquelena Hernández:
“sienta que, de conformidad con el artículo 377 del
Código Orgánico Penal, el antejuicio de mérito es un
procedimiento penal especial instaurado en razón de la
querella del Fiscal general de la República y regido por el
principio contradictorio, el cual tiene por objeto declarar
la certeza de si hay o no mérito para el enjuiciamiento de
los altos funcionarios del Estado a los que se refiere el
ordenamiento constitucional de la República…”
(Subrayado nuestro)
Igualmente, Brewer (2004) (interpretando la sentencia 3167 de 9 de
diciembre de 2002). Pág. 685 Tomo II Sala Constitucional. Interpretación
del art. 29,
72
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
“El antejuicio de mérito es una institución procesal
constitucional cuyo objeto fundamental, previo a un
procedimiento, es determinar si existe una “ causa
probable” que permita autorizar el enjuiciamiento ( juicio
de fondo) de los altos funcionarios a que se refiere el
artículo 266, numerales 2 y 3 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, cuyo régimen jurídico
tiene como orden sistemático y jerarquizado a la
Constitución, la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia y el Código Orgánico Procesal Penal. Esta
institución debe conservar, en su dimensión, el ejercicio
por parte del sub júdice de sus derechos fundamentales, a
fin de evitar nulidades o reposiciones innecesarias, en
garantía, más que de los sujetos procesales, de la sociedad
y sus valores éticos y políticos.”
La entonces Corte Suprema de Justicia, al analizar
la figura del antejuicio de mérito, en su sentencia del 2506-92, recaída en el caso : Antonio Ríos estableció que
dicha figura no constituye sino una etapa previa al posible
enjuiciamiento de aquellos funcionarios respecto de los
cuales la ley fundamental de la República lo consagra
como una forma de resguardar el cumplimiento de sus
funciones, ya que dicho procedimiento evita el
entorpecimiento producido por la instrucción de causas
penales y posiblemente temerarias o infundadas. En el
antejuicio no se dicta propiamente una sentencia de
condena sino que tiene como fin último eliminar un
obstáculo procesal para que un ciudadano comparezca
en juicio, donde tendrá oportunidad para invocar la
garantía de la presunción de inocencia.
El antejuicio de mérito no implica, en modo alguno,
la búsqueda de la comprobación plena del cuerpo del delito
ni de la culpabilidad del funcionario en relación con el
cual opera dicho procedimiento especial, como si se tratase
de un juicio propiamente tal, tiene por objeto el análisis y
estudio previo de las actas procesales, para establecer si
73
Marie Picard y Judith Useche
de los hechos derivan o emergen presunciones graves de la
comisión de un hecho punible y de que en su perpetración
está comprometida la responsabilidad del funcionario.
De todo lo dicho, se sigue: a) no se exige prueba
fehaciente o plena para autorizar el enjuiciamiento, b)
constituye un requisito de procesabilidad que, como una
etapa previa, genera una presunción racional de que un
alto funcionario “pudo” ser el autor de un hecho punible,
c) el juez elimina un obstáculo “ el privilegio” a los efectos
de la instauración de un juicio con todas las garantías
propias del debido proceso; d) se trata de una etapa previa,
presuntiva, cuya conclusión no constituye una sentencia
de condena o declaratoria de inocencia, y e) no produce
cosa juzgada.
En definitiva, el antejuicio de mérito no constituye un
beneficio procesal que pueda conllevar la impunidad, se
trata de un presupuesto de procesabilidad previa al juicio
mismo, en atención a la investidura de los altos funcionarios.
Cuando se pretenda el enjuiciamiento de alguno de ellos,
deberá cumplirse con el procedimiento previsto en la
Constitución Bolivariana de Venezuela (artículo 266,
numerales 2 y 3) y en el Código Orgánico Procesal (Libro
Tercero, Título Cuarto, artículos 377 al 381)
En el mismo sentido, el alto Tribunal en Sala Plena se ha pronunciado:
El régimen del antejuicio de mérito previsto en la
Constitución de 1961, nuevamente consagrado por el
ordenamiento constitucional de 1999, se traduce en un
privilegio para las altas autoridades del Estado, que
atiende a la necesidad de proteger la efectividad de la
labor de los funcionarios públicos que ocupan cargos de
relevancia dentro de su estructura, así como la continuidad
en el desempeño de las tareas esenciales que presupone el
ejercicio de la función pública. Privilegio que, como
excepción al principio de la igualdad, se justifica sólo por
74
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
la necesidad de mantener el buen funcionamiento del
Estado, evitando que quienes en un determinado momento
resulten piezas fundamentales en la conducción de las
políticas públicas, sean desviados de sus obligaciones en
razón de acusaciones, infundadas o no, formuladas en su
contra, y a las cuales, sin duda, se encuentran
permanentemente expuestos. (...) Estima, por tanto, este
Tribunal Supremo de Justicia en Pleno que la necesidad
de realizar un antejuicio respecto de determinados
funcionarios de mérito, es una excepción al principio de
igualdad consagrado en el ordenamiento constitucional,
que se justifica en razón de la importante investidura de
esos funcionarios respecto de los cargos que ejercen,
mecanismo adjetivo de protección (antejuicio de mérito)
que surte efectos únicamente durante el tiempo en que
dichos funcionarios ostentan los aludidos cargos. Así se
declara. (Sentencia Nº 59 de Sala Plena, Expediente Nº
0155 de fecha 02/05/2000)
5)
Naturaleza de la Declaratoria con lugar de la solicitud
del Antejuicio de Mérito
El antejuicio de mérito es una institución procesal constitucional cuyo
objeto fundamental, previo a un procedimiento, es determinar si existe una
“ causa probable” que permita autorizar el enjuiciamiento ( juicio de fondo)
de los altos funcionarios a que se refiere el artículo 266, numerales 2 y 3 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
De acuerdo a la Sentencia Nº 59 de Sala Plena supra citada, debemos
desglosar la naturaleza del Antejuicio de Mérito, desde dos perspectivas,
como una garantía traducida en un privilegio para las altas autoridades del
Estado porque conlleva la necesidad de proteger la certidumbre de la labor
de los funcionarios públicos que ocupan cargos de relevancia y se justifica
sólo por la necesidad de mantener el buen funcionamiento del Estado.
(Resaltado nuestro)
75
Marie Picard y Judith Useche
En este sentido Maier (1989) sostiene:
“…según el cargo estadal que ostentan, están
excluidas temporalmente, mientras mantengan su cargo,
de la persecución penal... el privilegio... abarca el cargo
político, con independencia de la persona individual que
transitoriamente lo ejerce, a fin de proteger, precisamente,
el ejercicio de esa función de interrupciones que la tornen
ineficiente...” (Resaltado nuestro)
Asimismo, Sosa, (2000)
“...se entiende por prerrogativa procesal, el privilegio
que la ley le da a determinados sujetos y que consiste en la
concesión de garantías procesales que revisten de mayores
solemnidades y trámites el juicio penal que se puede incoar
contra el sujeto que la goza, por regla general en cualquier
tiempo, es decir, sin que existan normas que suspendan el
ejercicio de la ley penal. (Pág. 154).
Por otra parte, se presenta como una autorización con carácter
especial que se dicta en vía jurisdiccional, cuya forma es la de una sentencia,
pero no de condena, en sí lo que conlleva es autorizar que se inicié el juicio.
Según criterio de la extinta Corte Suprema de Justicia en sentencia del 25/
06/92, caso Antonio Ríos. (Resaltado nuestro)
“ …en el antejuicio no se dicta propiamente una
sentencia de condena sino que tiene como fin último
eliminar un obstáculo procesal para que un ciudadano
comparezca en juicio, donde tendrá oportunidad para
invocar la garantía de la presunción de inocencia..”
Esta fase del antejuicio de merito, es una etapa previa que es
impostergable, esto es, no puede diferirse o no realizarse porque se estaría
vulnerando las prerrogativas procesales.
En Informe al Congreso de la República del Ministerio Público,
1997, Tomo I, Página 189. Sostiene que “El antejuicio de mérito, es un
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El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
instituto consagrado en la Constitución de la República de Venezuela,
como en las diversas leyes fundamentales de los estados que la
conforman, cuya finalidad es eliminar un obstáculo procesal (Subrayado
nuestro) para que el ciudadano comparezca en juicio penal, donde tendrá
la oportunidad de acreditar su inocencia”.
De igual manera, el Ministerio Público, en 1997 sostenía con ahínco
lo siguiente:
“El ejercicio de la acción penal en contra de los
funcionarios públicos, como consecuencia de presuntos
delitos cometidos en el desempeño de sus funciones o por
razón de su cargo, está sujeto, como regla general, al previo
cumplimiento de particulares trámites procesales, que
tienen por objeto evitar a aquellos funcionarios, el
entorpecimiento producido por la apertura de causas
penales, posiblemente maliciosas o infundadas”.
(Resaltado nuestro)
Cabe destacar que este criterio fue realizado bajo la visión de
la Constitución de 1.961.
6)
Procedimiento del Antejuicio de Mérito
El procedimiento del Antejuicio de Mérito se realiza de acuerdo a lo
establecido en el artículo 22 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia que establece:
“ El Tribunal Supremo de Justicia conocerá de
las causas para declarar si hay o no mérito para el
enjuiciamiento de los altos funcionarios o
funcionarias, de acuerdo con lo previsto en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
a instancia del Fiscal General de la República, quien
interpondrá escrito con los respectivos documentos,
testimonios, averiguaciones u otros medios de prueba
que acrediten los alegatos expuestos y permitan
constatar la presunta comisión de un hecho punible
77
Marie Picard y Judith Useche
previsto en la Ley. En caso de que la solicitud vaya
dirigida contra un diputado o una diputada de la
Asamblea Nacional, el procedimiento se regirá
conforme a lo que establece el artículo 200 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
y esta Ley.
Admitida la solicitud, el Tribunal Supremo de
Justicia convocará a una audiencia oral y pública dentro
de los treinta (30) días siguientes, para que el imputado
o su defensor, exponga los alegatos de defensa
respectivos. Abierta la audiencia, el Fiscal General de la
República expondrá los argumentos de hecho y de
derecho en que la fundamentan, dentro del tiempo que le
fije el Presidente o Presidenta del Tribunal Supremo de
Justicia. Seguidamente el defensor o defensora del
imputado expondrá los alegatos correspondientes dentro
del tiempo fijado para el Fiscal. Se admitirán réplicas y
contrarréplicas. El imputado podrá participar directa o
indirectamente, y en ese supuesto intervendrá de último.
Concluido el debate, el Tribunal Supremo de Justicia
declarará, en el lapso de treinta (30) días continuos, si
hay o no mérito para el enjuiciamiento, sin que ello
signifique prejuzgar acerca de la responsabilidad penal
del imputado, la cual se determinará en el juicio
correspondiente.
En caso, que la solicitud vaya dirigida contra el
Presidente o Presidenta de la República y por decisión
del Tribunal Supremo de Justicia en Sala Plena,
mediante el voto favorable de la mayoría absoluta de
sus miembros, haya mérito para proseguir el
enjuiciamiento, lo participará inmediatamente a la
Asamblea Nacional o a la Comisión Delegada, a los fines
previstos en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, quedando suspendido el curso de la
causa. En ningún caso la decisión sobre la solicitud de
antejuicio de mérito podrá prejuzgar sobre el fondo del
asunto, ni implicar juicio previo. Si la Asamblea
78
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
Nacional autoriza el enjuiciamiento, el Tribunal Supremo
de Justicia seguirá el procedimiento hasta sentencia
definitiva. La sentencia definitiva deberá contar con el
voto favorable de la mayoría absoluta de los
Magistrados o Magistradas de la Sala Plena del
Tribunal Supremo de Justicia.
Cuando uno de los funcionarios a que se refiere este
artículo fuere sorprendido en la comisión flagrante de
delito, la autoridad competente lo pondrá bajo custodia
en su residencia, y comunicará inmediatamente el hecho
al Tribunal Supremo de Justicia, quien decidirá lo que
juzgue conveniente sobre la libertad del detenido.
En todo lo no previsto en este artículo se aplicarán
las disposiciones del Código Orgánico Procesal Penal y del
Código de Procedimiento Civil, así como las disposiciones
normativas que emanen de la Sala Plena del Tribunal
Supremo de Justicia y fueren publicadas de conformidad
con la ley, en cuanto sean compatibles con la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela y con esta Ley.”
7)
Funcionarios comprendidos en el Antejuicio de Mérito
El artículo 266 establece que son atribuciones del Tribunal Supremo
de Justicia:
1.
Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del
Presidente o Presidenta de la República o quien haga sus veces, y en
caso afirmativo, continuar conociendo de la causa previa autorización
de la Asamblea Nacional, hasta sentencia definitiva.
2.
Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del
Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta ejecutiva, de los o las
integrantes de la Asamblea Nacional o del propio Tribunal Supremo
de Justicia, de los Ministros o Ministras, del Procurador o Procuradora
General, del Fiscal o la Fiscal General, del Contralor o Contralora
General de la República, del Defensor o Defensora del Pueblo, los
gobernadores o Gobernadoras, oficiales, generales o almirantes de la
79
Marie Picard y Judith Useche
Fuerza Armada Nacional y de los jefes o jefas de misiones
diplomáticas de la República y, en caso afirmativo, remitir los autos
al fiscal o a la Fiscal general de la República o a quien haga sus
veces, si fuere el caso; y si el delito fuere común, continuará
conociendo de la causa hasta la sentencia definitiva.
Según Sentencia Nº 67 de Sala Plena, de fecha 31/05/2000, preciso
“Del análisis de las normas constitucionales y
legales vigentes para esta fecha, las cuales se aplican al
caso de autos, para determinar si hay o no mérito para
proceder al enjuiciamiento del acusado, así como de
aquellas normas vigentes para la fecha de la interposición
de la acción (Constitución de la República de 1961 y
Código de Enjuiciamiento Criminal), se infiere que tal
privilegio únicamente lo detentan las personas que estén
en ejercicio de cargos de alta investidura: Presidente o
Presidenta (artículo 266, numeral 2 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela);
Vicepresidente o Vicepresidenta de la República,
integrantes de la Asamblea Nacional o del Tribunal
Supremo de Justicia, Ministros o Ministras, Procurador
o Procuradora General, Fiscal o Fiscala General,
Contralor o Contralora General, Defensor o Defensora
del Pueblo, Gobernadores o Gobernadoras, oficiales u
oficialas generales y almirantes de la Fuerza Armada
Nacional o jefes o jefas de misiones diplomáticas de la
República (artículo 266, numeral 3 ejusdem), y lo pierden
al dejar de ocupar los cargos calificados como tales;
por lo que esta prerrogativa se agota al cesar en sus
funciones, a pesar de habérsele imputado un delito
cometido antes de que hayan tomado posesión de los
mismos o durante su ejercicio”.
Se infiere de la norma constitucional y de la jurisprudencia reiterada
que los funcionarios que gozan de este privilegio son sólo los contenidos en
el artículo 266 constitucional numerales 2 y 3.
80
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
8)
Causales comprendidas para la solicitud del Antejuicio
de Mérito
Delitos en el ejercicio de sus funciones como, mal desempeño de
sus funciones, delitos comunes, corrupción.
II
EL DEBIDO PROCESO
El artículo 26 de la Constitución de 1999 establece:
“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso
los colectivos o difusos, y a la tutela efectiva de los mismos…”.
En este sentido Jesús María Casal (2006):
“En su acepción general, el acceso a la justicia supone la
disponibilidad efectiva de cauces institucionales destinados a
la protección de derechos y a la resolución de conflictos de
variada índole, de manera oportuna y con base en el
ordenamiento jurídico. El acceso a la justicia determina, por
tanto, las posibilidades de defensa de los derechos subjetivos y
de los derechos humanos en particular, y es un requisito para la
auténtica garantía jurídica de los mismos. Conviene tener
presente, además, que el cabal funcionamiento de las instancias
ante las cuales se canalizan las demandas de justicia es un factor
capital en la construcción de civilidad o ciudadanía y en la
consolidación de los valores democráticos, al tiempo que ayuda
a mantener la paz social y la seguridad jurídica. En sentido
inverso, su inadecuado desempeño puede erigirse en causa de
exclusión y discriminación social, así como de impunidad e
incertidumbre, con todas las consecuencias que de ello suelen
derivarse”.
Es pertinente hacer hincapié que el acceso a la justicia es un derecho
adscrito a la tutela judicial efectiva, derecho a un juicio justo o al debido
proceso , consagrado en el artículo 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 14 del pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.
81
Marie Picard y Judith Useche
El acceso a la justicia se le garantiza directamente a toda persona
natural o jurídica, mediante el ejercicio de su derecho de acción a través de
la demanda, la cual para ser admitida, debe cumplir determinados requisitos,
y la acción, la tienen todas las personas capaces que solicitan justicia, sin
necesidad de utilizar intermediarios para ello, a menos que se garanticen
una serie de derechos que obliguen al intermediario a actuar. En este
sentido, la Sala Constitucional precisa que el artículo 11 del Código
Orgánico Procesal Penal, otorgó al Estado la acción penal para que la
ejerza a través del Ministerio Público, quien está obligado a ello, salvo las
excepciones legales.
“ Tal exclusividad de ejercicio por parte del Ministerio
Público en los delitos de acción Pública, no puede desplazar el
verdadero interés de la victima para perseguir penalmente al
victimario, lo que logra mediante una serie de mecanismos que
le permiten instar y controlar el ejercicio de la acción por parte
de su titular, y ello ha sido reconocido por esta Sala, en sentencia
de 3 de agosto de 2001 (caso José Felipe padilla) caso que así
no fuere, se estaría infringiendo el artículo 26 Constitucional
“… se expone en el fallo.
Es preciso aclarar que en igual situación se encuentran las víctimas
en el caso de los antejuicios de mérito, por cuanto éstas carecen de los
mecanismos para instar y controlar eficientemente la actuación del Fiscal
General de la República, lo que puede colocar a las victimas en estado de
indefensión, afectándoles el derecho de acceso a la justicia.
El Fiscal General de la República, condiciona la incidencia política
del sistema judicial influyendo sobre los casos a los que tiene acceso, tiene
una privilegiada posición, en especial referencia en el ejercicio de la acusación
pública, es evidente que siempre dispondrá de más recursos que cualquier
ciudadano. La discrecionalidad está abierta a criterios de oportunidad
política, especialmente en lo relativo al ejercicio de acciones para hacer
efectiva la responsabilidad de funcionarios públicos.
1)
Base Constitucional del Debido Proceso
La Constitución de 1999, desarrolla detalladamente y en forma
extensa la garantía del debido proceso. El artículo 49 establece una serie de
82
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
principios cuya finalidad es el de garantizar el derecho de defensa de las
partes en un proceso, creado con el fin de desarrollar la función jurisdiccional
.El derecho al debido proceso es un derecho humano y que actúa como
una garantía que genera la posibilidad de defenderse en el proceso.
El artículo 49 establece:
El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y
administrativas y, en consecuencia:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos
inviolables en todo estado y grado de la investigación
y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser
notificada de los cargos por los cuales se le investiga,
de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y
de los medios adecuados para ejercer su defensa.
Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación
del debido proceso. Toda persona declarada culpable
tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones
establecidas en esta Constitución y la ley.
2. Toda persona se presume inocente mientras no se
pruebe lo contrario.
3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier
clase de proceso, con las debidas garantías y dentro
del plazo razonable determinado legalmente, por un
tribunal competente, independiente e imparcial
establecido con anterioridad. Quien no hable
castellano o no pueda comunicarse de manera verbal,
tiene derecho a un intérprete.
4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus
jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias, o
especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser
sometida a juicio sin conocer la identidad de quien la
juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de
excepción o por comisiones creadas para tal efecto.
83
Marie Picard y Judith Useche
5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse
culpable o declarar contra si misma, su cónyuge,
concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad.
La confesión solamente será válida si fuere hecha sin
coacción de ninguna naturaleza.
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u
omisiones que no fueren previstos como delitos, faltas
o infracciones en leyes preexistentes.
7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los
mismos hechos en virtud de los cuales hubiese sido
juzgada anteriormente.
8. Toda persona podrá solicitar del Estado el
restablecimiento o reparación de la situación jurídica
lesionada por error judicial, retardo u omisión
injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la
particular de exigir la responsabilidad personal del
magistrado o magistrado, juez o jueza y del Estado, y
de actuar contra estos o éstas.
El contenido de este artículo comienza instituyendo que el debido
proceso debe aplicarse a todas las actuaciones judiciales y administrativas,
es por lo que la defensa es un derecho inviolable en todo estado y grado de
la causa, incluyendo la fase de investigación, de esto se desprende que
toda persona tiene que ser notificada y disponer del tiempo y de los medios
para ejercer su defensa asegurándose el doble grado de jurisdicción.
Al respecto, La Sala Constitucional en Sentencia Nº 02 del 24 de
enero de 2001 declaró:
“ La violación al derecho a la defensa existe cuando
los interesados no conocen el procedimiento que pueda
afectarlos, se les impide su participación en él o el ejercicio
de sus derechos, se les prohíbe realizar actividades
probatorias o no se les notifican los actos que los afecten “.
84
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
En el mismo sentido, en Sala Constitucional, Sentencia Nº 05 del 24
de enero de 2001, precisó:
“El derecho a la defensa y al debido proceso
constituyen garantías inherentes a la persona humana y en
consecuencia, aplicables a cualquier clase de
procedimientos. El derecho al debido proceso ha sido
entendido como el trámite que permite oír a las partes, de la
manera prevista en la ley, y que ajustado a derecho otorga
a las partes el tiempo y los medios adecuados para imponer
sus defensas. En cuanto al derecho a la defensa, la
jurisprudencia ha establecido que el mismo debe entenderse
como la oportunidad para el encausado o presunto
agraviado de que se oigan y analicen oportunamente sus
alegatos y pruebas. En consecuencia, existe violación del
derecho a la defensa cuando el interesado no conoce el
procedimiento que pueda afectarlo, se le impide su
participación o el ejercicio de sus derechos, o se le prohíbe
realizar actividades probatorias “
Al respecto, Bello Tabares (2006, Pág. 342)
“De esta manera al ciudadano debe garantizársele
la efectividad de su derecho material, pero al Estado debe
limitársele el poder de afectación a los ciudadanos, todo
lo cual se traduce, en que todo proceso judicial, para ser
justo, razonable y confiable, debe existir un conjunto
mínimo de garantías o derechos constitucionales
procesales que eviten lesionar los derechos de los
ciudadanos, de donde podemos afirmar, que el debido
proceso es la suma de las garantías constitucionales
mínimas que debe reunir todo proceso, sea o no judicial,
para que pueda calificársele de justo, razonable y
confiable, que garantice al ciudadano la efectividad de
su derecho material. Este conjunto de garantías mínimas,
son precisamente las demás garantías o derechos
constitucionales procesales contenidos o recogidos en el
artículo 49 Constitucional…”)
85
Marie Picard y Judith Useche
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia
de fecha 24 de Enero de 2001, con Ponencia del Magistrado Iván Rincón
Urdaneta señaló lo siguiente:
… Al respecto, es menester indicar que el derecho a
la defensa y al debido proceso constituye garantías
inherentes a la persona humana y en consecuencia,
aplicables a cualquier clase de procedimientos. El derecho
al debido proceso ha sido entendido como el trámite que
permite oír a las partes, de la manera prevista en la Ley, y
que ajustado a derecho otorga a las partes el tiempo y los
medios adecuados para imponer sus defensas.
En cuanto al derecho a la defensa, la jurisprudencia
ha establecido que el mismo debe entenderse como la
oportunidad para el encausado o presunto agraviado de
que se oigan y analicen oportunamente sus alegatos y
pruebas. En consecuencia, existe violación del derecho a
la defensa cuando el interesado no conoce el
procedimiento que pueda afectarlo, se le impide su
participación o el ejercicio de sus derechos, o se le prohíbe
realizar actividades probatorias…
El derecho al debido proceso consagrado en el
artículo 49 de la Constitución a favor de todo habitante
de la República, comprende el derecho a defenderse ante
los órganos competentes, que serán los tribunales o los
órganos administrativos, según el caso. Este derecho
implica notificación adecuada de los hechos imputados,
disponibilidad de medios que permitan ejercer la defensa
adecuadamente, acceso a los órganos de administración
de justicia, acceso a las pruebas, previsión legal de lapsos
adecuados para ejercer la defensa, preestablecimiento de
medios que permitan recurrir contra los fallos
condenatorios de conformidad con las previsiones legales,
el derecho a ser presumido inocente mientras no se
demuestre lo contrario, derecho de ser oído, derecho de
ser juzgado por el juez natural, derecho a no ser
86
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
condenado por un hecho no previsto en la ley como delito
o falta, derecho a no ser juzgado dos veces por los mismos
hechos, derecho a no ser obligado a declararse culpable
ni a declarar contra si mismo, su cónyuge, ni sus parientes
dentro del segundo grado de afinidad y cuarto de
consanguinidad, entre otros.
La consagración constitucional del derecho al
debido proceso, significa que la acción de amparo ejercida
por violación de algunos de los extremos allí señalados
por actuación u omisión judicial, procederá cuando los
hechos presuntamente constitutivos de la infracción
efectivamente impidan o amenacen impedir a un particular
el goce y ejercicio inmediato de alguna de las facultades
que dicho derecho al debido proceso otorga.
Es así como no todo error de procedimiento que cometan los jueces,
ni todos los errores cometidos en la escogencia de la ley aplicable o en la
interpretación de la misma constituyen infracción al derecho al debido
proceso. Solo cuando la infracción de reglas legales resulte impeditiva del
goce o ejercicio de los derechos y facultades garantizados por el artículo 49
citados, se verificará la infracción constitucional presupuesto de procedencia
de la acción de amparo ejercida por violación al debido proceso, de modo
que el accionante deberá alegar cómo y de qué manera el error judicial le
impide o amenaza impedirle el goce o ejercicio del derecho que señala
conculcado, expresando la actividad procesal a la que tenía derecho y que
no puede ejercer como resultado del hecho constitutivo de la supuesta
infracción constitucional, así como la urgencia en el restablecimiento de la
situación lesionada”…
Del mismo modo, el Tribunal Supremo de Justicia en sentencia dictada
por la Sala Constitucional de fecha 19 de septiembre de 2002 declara:
“… cualquiera sea la vía procesal escogida para la defensa
de los derechos o intereses legítimos, las leyes procesales
deben garantizar la existencia de un procedimiento que
asegure el derecho de defensa de la parte y la posibilidad
de una tutela judicial efectiva”, en virtud de que “…las
87
Marie Picard y Judith Useche
normas de procedimiento son una expresión de los valores
constitucionales…” dirigidos a proteger la garantía de un
debido proceso que permita una tutela judicial efectiva…
2)
Definición.
Siendo el debido proceso la más importante de las garantías
constitucionales, se trata de que la justicia se imparta de acuerdo con las
normas establecidas en la Constitución y en las leyes, es decir, en el desarrollo
de un proceso debido.
Según, Suárez (2001) el debido proceso puede definirse desde dos
puntos de vista:
Desde el punto de vista formal:
“ Es el derecho que tiene toda persona de ser juzgada conforme a la ritualidad
previamente establecida, de tal manera de que se cumpla el axioma de que nadie
puede ser condenado sin haber sido oído y vencido en juicio, con la plenitud de las
formalidades legales.” (Pág. 193)
Desde el punto de vista material:
“Es el adelantamiento de las etapas del proceso y el cumplimiento de las
distintas actuaciones judiciales, con sujeción a las garantías constitucionales y
legales, como limite a la función punitiva del Estado, es decir la manera como se ha
de sustanciar el acto”. (Pág. 195)
El Tribunal Supremo de Justicia, al analizar el artículo 49 constitucional
ha catalogado el contenido de las garantías calificándolas como una “garantía
suprema dentro de un Estado de Derecho”.
Al respecto, Brewer (2004) comenta la sentencia nº 97 de 15 de
marzo de 2000 (Caso Agropecuaria los Tres Rebeldes), la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia señaló que
“…se denomina debido proceso a aquél proceso que
reúne las garantías indispensables para que exista una tutela
judicial efectiva”, no siendo una clase determinada de proceso,
88
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
sino la necesidad de que cualquiera sea la vía escogida por la
defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes
procesales deben garantizar la existencia de un procedimiento
que asegure el derecho de defensa de la parte y la posibilidad
de una tutela judicial efectiva”. (Resaltado nuestro)
Por otra parte, en sentencia de fecha 17/02/2000, en Sala PolíticoAdministrativa precisó que “se trata de un derecho complejo que encierra
dentro de si, un conjunto de garantías que se traducen en una diversidad de
derechos para el procesado…”.
3)
Naturaleza. El Debido Proceso es un fundamento esencial del
Derecho Procesal Constitucional moderno y al mismo tiempo resulta una
exigencia del Ordenamiento de los Derechos Humanos. La violación al
Principio del Debido proceso no sólo afecta al proceso como tal sino que
vulnera al Derecho Humano, a los Derechos Fundamentales, como son:
La libertad personal, derecho a ser asistido por un defensor, derecho a un
juicio justo, derecho a ser juzgado con imparcialidad, derecho a que se
presuma inocente, a ser juzgado sin dilaciones .
Los principios fundamentales que se relacionan con el debido proceso
y que están incorporados en el marco de los Derechos Humanos, se pueden
resumir de la siguiente manera: Disposición a la Justicia Ordinaria, principio
del juez Natural, Principio de defensa, principio de publicidad y principio de
NOM BIS IN IDEM.
De modo que es importante precisar su naturaleza, porque si sólo
fuere una garantía corriere sólo sobre el Estado garantizar que todos estos
principios que integran el debido proceso se cumplan, sin necesidad que,
algún sujeto lo alegue como derecho.
Según, Bernal (2006)
“Se trata de la doble naturaleza del debido proceso
como derecho fundamental: como derecho fundamental
autónomo y como garantía o derecho fundamental
indirecto.
89
Marie Picard y Judith Useche
i.
Como derecho autónomo, el debido proceso debe
ser un derecho fundamental, en el sentido de que es el
correlato subjetivo institucional del principio del discurso.
En este sentido, el derecho fundamental al debido proceso
protege las facultades del individuo para participar en
los procedimientos del Estado Constitucional Democrático
y el ejercicio dentro del marco de dichos procedimientos
de las facultades de hacer argumentaciones, afirmaciones,
aportar pruebas, y las capacidades de rebatir los
argumentos de los demás y de autocriticarse.
2.
Como derecho fundamental indirecto o garantía, en
segundo lugar, el debido proceso debe ser un derecho
fundamental, porque es un mecanismo para la protección
de otros derechos fundamentales en el estado democrático.
El respeto a los debidos procesos garantiza en la
democracia el respeto a la libertad, la igualdad, los derechos
políticos o de participación y los derechos sociales.”
Se colige de acuerdo a la jurisprudencia que el debido proceso tiene
una doble naturaleza, por un lado es una garantía que corre a cargo del
Estado y, debe establecer los mecanismos para garantizar el pleno disfrute
y respeto de los derechos de las personas; y, por otra parte es un derecho
inalienable, imprescriptible, irrenunciable que tienen las personas.
Según la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia señaló:
“…se denomina debido proceso a aquél proceso que reúne las garantías
indispensables para que exista una tutela judicial efectiva”,
III
EL DEBIDO PROCESO EN EL ANTEJUICIO DE MERITO
Es necesario aplicar las reglas del debido proceso, cuales son: la
presunción de inocencia que está en relación con el principio de “IN DUBIO
POR REO” que se refiere a una regla de garantía, ya que nadie puede ser
declarado culpable sin un sentencia dictada luego de un juicio oral y público
en el cual se hayan asegurado todas las garantías e inclusive la necesidad
de la certeza. La presunción de inocencia que deben disfrutar los
90
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
demandados en cualquier proceso constituye una presunción que favorece
al demandado antes de la terminación del proceso mediante sentencia firme.
El debido proceso debe realizarse ante los jueces naturales y debe eximirse
al demandado de confesar su propia culpa.
Otras reglas serían el juicio público, seguridad de garantías para la
defensa, derecho de información, derecho de abstenerse a declarar, derecho
a la defensa.
En sentencia de fecha 09/ 12/2002, en Sala Constitucional, sostuvo
“El antejuicio de mérito es una institución procesal
constitucional cuyo objeto fundamental, previo a un
procedimiento, es determinar si existe una “ causa
probable” que permita autorizar el enjuiciamiento ( juicio
de fondo) de los altos funcionarios a que se refiere el
artículo 266, numerales 2 y 3 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, cuyo régimen
jurídico tiene como orden sistemático y jerarquizado a
la Constitución, la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia y el Código Orgánico Procesal Penal. Esta
institución debe conservar, en su dimensión, el ejercicio
por parte del sub júdice de sus derechos fundamentales,
a fin de evitar nulidades o reposiciones innecesarias, en
garantía, más que de los sujetos procesales, de la
sociedad y sus valores éticos y políticos…” (Resaltado
nuestro)
En sentencia de fecha 16-09-2002, el Magistrado Angulo
Fontiveros sostuvo:
En mi voto salvado emitido con ocasión de la
Sentencia de esta Sala Plena de fecha 25 de Abril de 2002,
expresé lo siguiente: Considero que debió ratificarse la
jurisprudencia recién transcrita, de Sala Plena del 4 de
julio del año 2000, bajo mi ponencia. De esta
jurisprudencia conviene destacar lo siguiente: ...que la
querella fiscal debe fundarse en prueba suficiente, motivo
por el cual su instauración debe ser precedida por una
91
Marie Picard y Judith Useche
actividad de investigación, conducida por el Ministerio
Público, durante cuyo desarrollo debe respetarse
íntegramente al imputado su derecho constitucional a la
defensa’. (Resaltado nuestro)
Asimismo, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
en Sentencia de fecha 24/01/2001, con Ponencia del Magistrado Iván Rincón
Urdaneta señaló:
… Al respecto, es menester indicar que el derecho a
la defensa y al debido proceso constituye garantías
inherentes a la persona humana y en consecuencia,
aplicables a cualquier clase de procedimientos.
A la luz del nuevo orden constitucional, se desprende que en toda
actuación que se derive algún, gravamen o sanción para las personas debe
estar precedido de un procedimiento regido por las garantías o principios
que integran el debido proceso, de conformidad con el artículo 49
constitucional.
En la etapa, de la investigación preliminar que debe realizar el
Ministerio Público de conformidad, con el artículo 36 del Código Orgánico
Procesal Penal, el alto funcionario objeto de la solicitud de antejuicio de
mérito, los mismos deben tener acceso a esta investigación, en principio a
las garantías previstas en el 49 constitucional numeral 1, básicamente, ejercer
su derecho a la defensa, esto es, tener asistencia jurídica, ser notificado
porque se le investiga, acceder a las pruebas, disponer del tiempo necesario
y de los medios adecuados para ejercer su derecho a la defensa, Es también
una garantía inmersa en el derecho a la defensa la sanción de nulas las
pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso.
Al respecto, La Sala Constitucional en Sentencia de fecha 24/01/
2001 declaró:
“ La violación al derecho a la defensa existe
cuando los interesados no conocen el procedimiento que
pueda afectarlos, se les impide su participación en él o
el ejercicio de sus derechos, se les prohíbe realizar
actividades probatorias o no se les notifican los actos
que los afecten “.
92
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
En la investigación preliminar, el alto funcionario debe participar
por lo menos en calidad de testigo, para hacer valer sus alegatos de
defensa, ejercer el control de prueba; jamás, podrá participar en esta
fase como imputado.
En este sentido, en sentencia de Sala Plena del 04/07/2000, con
ponencia del Magistrado Angulo Fontiveros, a quien se le debe reconocer
su criterio reiterado en la preservación del debido proceso, en la fase de la
investigación preliminar.
“… que la querella fiscal debe fundarse en
prueba suficiente, motivo por el cual su instauración
debe ser precedida por una actividad de investigación,
conducida por el Ministerio Público, durante cuyo
desarrollo debe respetarse íntegramente al imputado
su derecho constitucional a la defensa…” …”
(Resaltado nuestro)
De acuerdo, a la sentencia citada se evidencia una interpretación de
la norma contenida en el artículo 36 del Código Orgánico Procesal Penal a
la luz del nuevo orden constitucional, porque si bien es cierto la decisión que
declara con lugar la solicitud de antejuicio de mérito, no es una decisión que
contiene una condena sino, una autorización, la misma acarrea para el alto
funcionario la separación del cargo, lo que en el fondo constituye un
gravamen, de lo que se deriva que la investigación preliminar debe ser
dirigida con imparcialidad, objetividad, revestida íntegramente de las garantías
del debido proceso, bajo un procedimiento regido por el principio del
contradictorio.
Igualmente, en sentencia del Tribunal Supremo de Justicia:
El Tribunal Supremo de Justicia ha sostenido: “La
Sala estima necesario dejar sentado que, de conformidad
con la disposición prevista en el artículo 377 del Código
Orgánico Procesal Penal, el antejuicio de mérito es un
procedimiento penal especial que, instaurado en virtud de
la querella del Fiscal General de la República y conducido
por el principio del contradictorio, tiene por objeto
93
Marie Picard y Judith Useche
declarar la certeza de si hay o no mérito para el
enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado a los
que se refiere el ordenamiento constitucional de la
República; que la disciplina normativa acerca del
antejuicio de mérito debe ser interpretada a la luz del
nuevo orden constitucional; que la querella fiscal debe
fundarse en prueba suficiente, motivo por el cual su
instauración debe ser precedida por una actividad de
investigación, conducida por el Ministerio Público, durante
cuyo desarrollo debe respetarse íntegramente al imputado
su derecho constitucional a la defensa, a tenor de la
disposición prevista en el artículo 49, numeral 1, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
en la forma y condiciones previstas en los artículos 313 y
siguientes del Código Orgánico Procesal Penal; y que el
juicio sobre la prueba debe constituir el fundamento
principal de la determinación acerca de si hay o no mérito,
es decir, acerca de si hay o no lugar al enjuiciamiento”.
(Negrillas nuestras). Ver sentencias de Sala Plena de fechas
01-11-2000 y 20-12-2001 y 21-11-2002, causas Nros.
1140, 2001-000027 y 2001-00026, con ponencias de los
Magistrados Delgado Ocando, la primera, y Oberto Vélez
las dos restantes.
Sostiene, Carocca (1998)
“que un sujeto, en un estadio anterior al de la
imputación, es decir, que ostente la condición de
“sospechoso o indiciado”, que de algún modo toma
conocimiento de los indicios que se dirigen en su contra,
no se le puede negar la posibilidad de intervenir en el
juicio, es decir, ejercer su derecho a la defensa. “
De acuerdo, a lo que sostiene Carocca y, traspolándolo a la fase de
investigación de conformidad con el artículo 36 del Código Orgánico
Procesal Penal, el alto funcionario que sea objeto de la investigación a
que se refiere este artículo 36, en esta fase sólo podría enmarcarse como
un sospechoso o como ya lo sostuvimos supra como testigo, pero jamás
94
El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
como un imputado por tanto, al alto funcionario debe respetársele
íntegramente su derecho constitucional a la defensa, a tenor de la
disposición prevista en el artículo 49, numeral 1, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Recientemente, el Ministerio Público realizo solicitud de Antejuicio
de Mérito contra el Gobernador de Yaracuy Carlos Gimenez y el Gobernador
de Guarico Eduardo Manuitt; habiendo pronunciamiento solamente por la
Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, en el caso del Gobernador de
Yaracuy en el cual, se declaro con lugar el Antejuicio de Mérito.
En este sentido,
“La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz,
declaro que en fecha 22 de abril de 2008, solicitó ante el
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la declaratoria de antejuicio
de mérito contra el gobernador del estado Yaracuy, Carlos
Giménez. Expresó, Ortega Díaz que, de acuerdo con la
investigación preliminar efectuada por las Fiscalías 23 y 57
Nacional, existen fundados elementos de convicción que
podrían comprometer la responsabilidad del funcionario en
presuntos actos de corrupción. En ese sentido, indicó que el
mandatario regional podría estar incurso en la comisión de
los delitos de peculado doloso impropio, evasión de procesos
licitatorios y concierto con contratista, previstos en los artículos
52, 58 y 70 de la Ley Contra la Corrupción, respectivamente. Expresó Ortega Díaz que, de acuerdo con la investigación
preliminar efectuada por las Fiscalías 23 y 57 Nacional,
existen fundados elementos de convicción que podrían
comprometer la responsabilidad del funcionario en
presuntos actos de corrupción. En ese sentido, indicó que
el mandatario regional podría estar incurso en la comisión
de los delitos de peculado doloso impropio, evasión de
procesos licitatorios y concierto con contratista, previstos
en los artículos 52, 58 y 70 de la Ley Contra la Corrupción,
respectivamente.” 95
Marie Picard y Judith Useche
El gobernador de Yaracuy, explicó que “en su caso está
presentándose una violación de los derechos constitucionales, en
particular los relativos al debido proceso y el derecho a la defensa.
Igualmente, La Fiscal General Luisa Ortega Díaz solicitó ante, el
Tribunal Supremo de Justicia un antejuicio de mérito contra el Gobernador
de Guárico, Eduardo Manuitt, por el delito de “lesiones personales
intencionales graves” contra el alcalde de Zaraza, David Farés. En
este sentido, se pronuncio el Gobernador Manuitt.
“Aquí se está violando todo precepto legal y
constitucional –afirmó el Primer Mandatario
guariqueño- el artículo 49 de la Constitución contempla,
el respeto al debido proceso en todas las actuaciones
judiciales y administrativas. El derecho a la defensa es
inviolable en toda investigación y ningún Fiscal puede
actuar sin solicitar la información a ambas partes.
Manuitt afirmó que se enteró de lo ocurrido a
través de los medios de comunicación: “Nadie me ha
llamado ni se me ha notificado de nada; a esta altura
no tengo conocimiento de qué se me acusa, ni
conocimiento del expediente y aún así pasa al Tribunal
Supremo de Justicia”.
De modo que el Ministerio Público como titular de la acción penal
en Venezuela, debe respetar el derecho humano a la defensa, en el
entendido que frente a la investigación que se inicie, debe permitirle a
quien se señale como autor o participe en la comisión de un hecho
punible, conocer los hechos por los cuales se adelanta investigación en
su contra; así, como el deber de sustanciar todas aquellas diligencias
para lograr el esclarecimiento de los hechos.
En tal sentido, que en aquellos procesos en los cuales el
Ministerio Público no respete el debido proceso y como una de sus
expresiones el derecho a la defensa, la legitimidad de la
investigación quedara seriamente cuestionado y, en contradicción
con el Estado social de Derecho y de Justicia que propugna el
Texto Constitucional vigente.
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El Antejuicio de Mérito y el Debido Proceso
CONCLUSIÓN
La Constitución de 1999 integra una cláusula general que establece
la igualdad de todos los venezolanos ante la ley y prohíbe realizar
discriminaciones por razones personales o sociales; de la misma manera,
el artículo 266 del Texto Constitucional en los numerales 2 y 3, establece
a quien le corresponde la solicitud de Antejuicio de Mérito, igualmente,
el Código Orgánico Procesal Penal, contiene la base legal del Antejuicio
de Mérito.
El antejuicio de mérito es un procedimiento penal especial
establecido para proteger a los altos funcionarios públicos, de
acusaciones infundadas o temerarias que puedan perturbar el ejercicio
de sus funciones, que constituye un presupuesto de procedibilidad.
El antejuicio de mérito se presenta como una autorización con carácter
especial que se dicta en vía jurisdiccional, cuya forma es la de una sentencia,
pero no de condena, en sí lo que conlleva, es autorizar que se inicie el juicio.
El procedimiento del Antejuicio de Mérito se realiza de acuerdo a
lo establecido en el artículo 22 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia
El artículo 266, numerales 2 y 3 del Tribunal Supremo de Justicia
establece los funcionarios que están comprendidos dentro de la prerrogativa
del Antejuicio de Merito
El artículo 49 constitucional, consagra el debido proceso y, se
denomina debido proceso a aquél proceso que reúne las garantías
indispensables para que exista una tutela judicial efectiva
El debido proceso tiene una doble naturaleza, por un lado es una garantía
que corre a cargo del Estado y, debe establecer los mecanismos para garantizar
el pleno disfrute y respeto de los derechos de las personas; y, por otra parte,
es un derecho inalienable, imprescriptible, irrenunciable que tienen las personas
El Ministerio Público como titular de la acción penal en Venezuela,
debe respetar el derecho humano a la defensa, en el entendido que frente a la
investigación que se inicie, debe permitirle a quien se señale como autor o
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Marie Picard y Judith Useche
participe en la comisión de un hecho punible, conocer los hechos por los
cuales se adelanta investigación en su contra; así, como el deber de sustanciar
todas aquellas diligencias para lograr el esclarecimiento de los hechos.
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