Madurando nuestros apegos Para dejar de sufrir Prólogo La vida nos confronta con nuestros deseos, caprichos, aferramientos emocionales, pasiones, autosuficiencia, con nuestro orgullo, vanidad y soberbia; los cuales, la mayoría de las veces, están encubiertos, ocultos en lo profundo de nuestro interior. Una de las principales fuentes de sufrimiento es el apego a estas cuestiones humanas. De acuerdo con la etimología de la palabra, queda manifiesta su condición primordial de adherencia, de aferrarnos a algo. Cuando quedamos pegados a estas fuerzas ocultas, si queremos liberarnos de ellas, primero, debemos conocerlas. Conocer nuestro interior, aceptar nuestra historia, aquello que fue, y soltar ese pasado. Es decir, desapegarnos de esas imágenes del pasado a las que estamos atados es una actitud que nos permite liberarnos de viejas situaciones y hechos de nuestra historia. Para poder lograrlo, necesitamos transitar un proceso de maduración y crecimiento personal. Aprender a des-apegarnos implica conocernos a nosotros mismos, conocer a qué tendemos a apegarnos. Porque podemos apegarnos al pasado, a personas, a objetos, a situaciones, a imágenes de nosotros mismos. Significa conocernos y recorrer el camino del aprender a discernir qué es cada cosa, discernir el yo del tú, madurar emociones y sentimientos, levantarnos y seguir el camino, cuando caemos, en fin, convertirnos en artesanos de nuestra propia vida. A través del ejercicio de observar, discernir, elegir, decidir, y abrirnos a los cambios que la vida nos va presentando para nuestra evolución, aprendemos a soltar y fluir con ella. Así, nos transformaremos en hombres nuevos. Más livianos y libres de ataduras insanas. El apego perderá la batalla, cuando lo desocultemos y lo miremos de frente, cara a cara, porque nuestra ceguera es lo que le da poder sobre nosotros. Éste es nuestro desafío en esta obra: aportar reflexiones psicoeducativas que nos permitan despertar a la realidad, para madurar y crecer de manera integral. María Guadalupe Buttera Dr. Roberto Federico Ré