1 Estrategias para ayudar a niños en edad preescolar y escolar a

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Estrategias para ayudar a niños en edad preescolar y escolar a desarrollar habilidades
para valerse por sí mismos en entornos de cuidado infantil inclusivo
Transcripción
Introducción
Bienvenido a "Estrategias para ayudar a niños en edad preescolar y escolar a desarrollar
habilidades para valerse por sí mismos en entornos de cuidado infantil inclusivo". Este
curso de dos horas tiene el objetivo de ayudar a proveedores de cuidado infantil y directores a
entender cómo crear un entorno de cuidado infantil inclusivo para niños en edad preescolar y
escolar. Cuando se les pregunta a los padres qué es lo que desean para sus hijos, suelen
responder "Queremos que sean felices, que estén sanos y que tengan éxito en la vida". El
conjunto de habilidades que puede ayudar a un niño en estas tres áreas se llama "habilidades para
valerse por sí mismo". Este curso ofrece un resumen del desarrollo de la capacidad para valerse
por sí mismos en niños en edad preescolar y escolar, y las maneras en las que usted puede
promover estas habilidades en sus programas de cuidado infantil inclusivos. Hablaremos sobre
las mejores prácticas relacionadas con el desarrollo de estas habilidades y sobre ideas para
modificar las rutinas de cuidado personal para satisfacer las necesidades de los niños con
discapacidades en su salón de cuidado infantil inclusivo.
Objetivos de aprendizaje
Al completar el curso, usted podrá:
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Reconocer el patrón típico del desarrollo de las habilidades para valerse por sí mismo.
Utilizar principios de prácticas adecuadas para el desarrollo a fin de seleccionar
estrategias que puedan funcionar para los niños bajo su cuidado.
Utilizar las mejores prácticas para promover el desarrollo de las habilidades para valerse
por sí mismos entre los niños a su cuidado, ya sea que tengan discapacidades o no.
Definición de "cuidado inclusivo"
En este curso, se abordan las mejores prácticas generales para el cuidado personal y se hace
hincapié en las consideraciones especiales que podría enfrentar al implementar un programa de
cuidado infantil inclusivo. Antes de analizar las estrategias específicas, tomémonos un momento
para ver qué significa "cuidado infantil inclusivo". La Asociación Nacional para la Educación de
Niños Pequeños (National Association for the Education of Young Children, NAEYC) y la
División de la Primera Infancia del Consejo para Niños Excepcionales (Division for Early
Childhood of the Council for Exceptional Children, DEC) crearon esta declaración conjunta
sobre la inclusión en la primera infancia:
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“La inclusión en la primera infancia incorpora los valores, las políticas y las prácticas que
respaldan el derecho de cada bebé y niño pequeño, y su familia, independientemente de sus
capacidades, a participar de diferentes actividades y contextos como miembros plenos de una
familia, una comunidad y una sociedad. Los resultados deseados de las experiencias inclusivas,
tanto para niños con discapacidades o sin ellas y para sus familias, incluyen un sentido de
pertenencia y afiliación, relaciones sociales y amistades positivas, y un desarrollo y aprendizaje
que les permita alcanzar su máximo potencial".
Si bien esta definición se articuló teniendo en cuenta programas para bebés, niños pequeños y
niños en edad preescolar, las mismas reglas se aplican a los programas de cuidado infantil
inclusivos para niños en edad escolar. En su publicación, Inclusión en el cuidado de niños en
edad escolar: pautas para proveedores de cuidado de niños en edad escolar sobre el cuidado de
niños con necesidades especiales (2008), el Centro para el Cuidado Infantil Inclusivo afirma que
"lo que caracteriza a la ‘inclusión’ es el sentimiento de pertenencia, y no la mera proximidad...
Inclusión significa que todos los niños, más allá de sus capacidades, puedan aprender, jugar y
trabajar juntos.
Una inclusión exitosa implica que todos los niños estén activamente envueltos, accedan
físicamente a los lugares de juego y trabajo, y puedan hacer sus propias elecciones. La inclusión
es un proceso, no una ubicación. El responsable de que funcione no es una sola persona, sino que
supone el esfuerzo de todo un grupo. No existe una forma perfecta de hacerlo. Es necesario
adaptar el proceso de inclusión para satisfacer las necesidades de cada niño y del programa.”
Tal como lo indican estas definiciones, el que sus programas sean verdaderamente inclusivos o
no, depende de si usted puede crear una atmósfera de pertenencia en la que cada niño se sienta
un miembro valioso de la comunidad de cuidado infantil. Una de las mejores maneras de ayudar
a que los niños con discapacidades sientan que pertenecen es permitirles participar en forma
independiente junto a sus compañeros en cada aspecto del programa de cuidado infantil, incluso
las rutinas que solemos dar por sentadas, como utilizar el baño, comer y lavarse las manos.
De hecho, la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, una ley federal que protege a las
personas que tienen discapacidades (también conocida como ADA por sus siglas en inglés) exige
que los programas de cuidado infantil ayuden a los niños con discapacidades a realizar
actividades como comer, ir al baño o vestirse cuando estos servicios se brinden regularmente a
otros niños bajo su cuidado, independientemente de la discapacidad del niño. Éstaes la misma ley
que establece que usted no puede negarse a inscribir a un niño por su discapacidad y que debe
hacer adaptaciones razonables para permitirle acceder a todos los aspectos de su programa. El
hecho de que las rutinas para valerse por sí mimo se incluyan específicamente en esta ley dice
mucho sobre la importancia que tienen en la creación de un programa inclusivo.
Desarrollo de las habilidades para valerse por sí mismo
Las habilidades para valerse por sí mismo, también llamadas habilidades de adaptación, son las
habilidades que un niño necesita para ser independiente en las actividades diarias. Éstas incluyen
acciones como vestirse, ir al baño, lavarse, comer y tener responsabilidad personal. Estas
habilidades tienen un impacto en el desarrollo general de los niños. Por ejemplo, los niños
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desarrollan un sentido de la independencia a medida que aprenden a hacer cosas por su cuenta, y
estas experiencias pueden ayudar a promover un desarrollo socioemocional positivo en áreas
como el apego, la autoregulación, la autoestima positiva y la autonomía.
Las actividades que requieren que los niños utilicen habilidades para valerse por sí mismos
suelen denominarse actividades de la vida diaria o tareas de cuidado personal. Los adultos que
trabajan con niños pequeños están acostumbrados a apoyar a los niños durante las actividades de
la vida diaria; sin embargo, asumimos que los niños podrán realizar estas tareas de manera cada
vez más independiente a medida que maduren. Muchos niños dominan las tareas de cuidado
personal a medida que se desarrollan; pero los niños con discapacidades a veces necesitan más
apoyo para hacer cosas de manera independiente, y es probable que algunos niños con
discapacidades severas nunca puedan llevar a cabo todas sus rutinas de cuidado personal sin
ayuda. Nuestra meta como cuidadores debería ser permitir que cada niño lleve a cabo las
actividades de la vida diaria de la manera más independiente posible, en función de sus
necesidades y capacidades individuales.
Antes de hablar sobre las estrategias para apoyar el desarrollo de las habilidades para valerse por
sí mismos, analicemos el patrón "típico" de desarrollo de estas habilidades que usted verá entre
los niños en edad preescolar y escolar, y analicemos algunas señales que podría llegar a ver si un
niño tiene dificultades con estas habilidades. Tenga en cuenta que estas habilidades se
construyen una a partir de la otra y que los niños avanzan de forma gradual. Es por eso que las
etapas de las cuales vamos a hablar se superponen. Un niño puede haber dominado la mayoría de
las habilidades típicas de una etapa; pero seguir trabajando en algunas, y comenzar a trabajar en
otras habilidades de la siguiente etapa, todo al mismo tiempo.
Por lo general, un niño de entre 3 y 4 años puede:
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Identificar señales de aprobación o desaprobación por parte de los adultos.
Expresar sus emociones de manera apropiada.
Participar en juegos apropiados para su edad.
Prestar atención el tiempo suficiente como para completar una actividad.
Consumir alimentos con diferentes texturas y sabores.
Utilizar una cuchara con cierta destreza.
Utilizar una servilleta para limpiarse el rostro y las manos.
Vestirse con algo de ayuda (por ejemplo, ayuda con sujetadores como broches a presión o
botones).
Desvestirse, incluyendo quitarse las calcetas y los zapatos.
Utilizar el baño y limpiarse sin la ayuda de un adulto.
Por lo general, un niño de entre 4 y 5 años puede:
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Identificar y expresar una variedad de emociones de manera adecuada.
Jugar apropiadamente con un pequeño grupo de niños.
Comportarse para fomentar interacciones sociales positivas, como esperar su turno y
seguir reglas.
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Alimentarse sin dificultades, incluso abrir su lonchera y sus envases de alimentos.
Reconocer el derecho y el revés de su ropa.
Vestirse solo.
Utilizar el baño y limpiarse solo.
Por lo general, un niño de entre 5 y 6 años puede:
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Identificar y expresar una amplia variedad de emociones de manera adecuada.
Jugar bien con los demás.
Sentarse frente a un escritorio.
Seguir instrucciones.
Completar tareas simples e independientes.
Seguir rutinas establecidas (como colocar su bolso en un cubículo o formar fila para salir)
de manera oportuna sin muchos recordatorios.
Por lo general, un niño de entre 6 y 7 años puede:
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Preparar comidas simples, como un sándwich o un recipiente con cereales.
Ayudar a empacar su almuerzo o su bolsa para la escuela.
Consumir una variedad de alimentos sin evitar texturas, temperaturas ni sabores
diferentes.
Decir la hora y comprender el concepto del tiempo.
Jugar bien con cuatro o cinco niños a la vez.
Lidiar con una clase o un entorno de cuidado infantil muy concurrido.
Calmarse sin la ayuda de un adulto.
Dormir toda la noche de manera continua.
Por lo general, un niño de entre 7 y 8 años puede:
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Completar tareas simples, domésticas o de la clase.
Sentarse quieto y concentrarse durante períodos más prolongados.
Prestar atención a una amplia variedad de actividades.
Recordar eventos correctamente y describírselos con cierto detalle.
Comenzar a utilizar las habilidades del manejo de tiempo de manera consistente.
Comprender cómo se utiliza el dinero.
Como con cualquier conjunto de hitos, si nota que un niño bajo su cuidado domina habilidades
para valerse por sí mismo mucho más tarde que sus compañeros de la misma edad, o que no las
domina en absoluto, probablemente necesite apoyo adicional. Las siguientes son algunas de las
señales que indican que un niño podría tener dificultades con las habilidades de cuidado
personal:
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Tener dificultades para "encajar" con los compañeros, lo que podría indicar que sus
habilidades de juego están demoradas o inhibidas.
Tener una dificultad inusual para seguir instrucciones en comparación con otros niños de
su edad.
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Tener una especial dificultad para prestar atención en comparación con otros niños de su
edad.
Ser sumamente quisquilloso para comer o tener un fuerte reflejo nauseoso que afecte su
capacidad para comer en forma independiente.
Tener una particular dificultad para alimentarse o vestirse en comparación con otros
niños de su edad.
Necesitar mucha más ayuda con rutinas como ir al baño y lavarse las manos que sus
compañeros de la misma edad.
Tener dificultades para conciliar el sueño o para dormir en comparación con otros niños
de su edad.
Ahora que sabe cómo los niños desarrollan las habilidades de cuidado personal, puede comenzar
a pensar qué hacer para ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial en esta área. Aprender
algunas habilidades, como atarse las cintas, puede llevarle más tiempo a algunos niños; sin
embargo, el hecho de que le lleve más tiempo dominar una habilidad específica no suele ser
indicio de que el niño tiene una discapacidad. No obstante, en otros casos, es posible que deba
trabajar con un niño que tenga un retraso significativo en el desarrollo de estas habilidades o que
no tenga las habilidades cruciales que la mayoría de los niños de su edad ya han dominado.
Independientemente de si este niño ha recibido un diagnóstico de discapacidad o no, hay muchas
cosas que usted puede hacer para ayudarle a aprender a ocuparse de sus necesidades de cuidado
personal de la manera más independiente posible.
Resumen de prácticas adecuadas para el desarrollo
Independientemente de que tengan discapacidades, usted puede ayudar a los niños bajo su
cuidado a adquirir habilidades para valerse por sí mismos enseñándoles a ser independientes en
sus rutinas diarias. Enseñar habilidades de cuidado personal requiere el uso de actividades,
materiales y estrategias de enseñanza adecuadas para el desarrollo. Es probable que haya
escuchado el término "adecuado para el desarrollo" en algún momento de su vida profesional
como proveedor de cuidado infantil, pero ¿conoce el verdadero significado de las prácticas
adecuadas para el desarrollo? Tomémonos un momento para definir las prácticas adecuadas para
el desarrollo y ver las preguntas que pueden surgir para determinar si lo que está haciendo es
adecuado para el desarrollo de los niños bajo su cuidado.
Las Prácticas adecuadas para el desarrollo (Developmentally Appropriate Practice, DAP) son un
enfoque de enseñanza basado en el principio de que cada niño se desarrolla a su tiempo. Si bien
hay patrones de desarrollo generales que los niños suelen alcanzar en un orden determinado,
también hay muchas variaciones entre los niños. Por ejemplo, la mayoría de los niños aprenden a
decir palabras individuales antes de aprender a decir frases; sin embargo, algunos niños aprenden
a decir frases claras antes de poder caminar en forma independiente, y otros niños corren antes
de poder unir palabras para expresarse. "Prácticas adecuadas para el desarrollo" significa enseñar
teniendo en cuenta el patrón de desarrollo único de cada niño. Hay tres elementos que
determinan si algo es adecuado para el desarrollo o no: que sea adecuado para la edad, que sea
adecuado para el individuo y que sea adecuado para la cultura. Si desea ayudar a los niños a
aprender, debe seleccionar actividades, materiales y estrategias de enseñanza adecuados para la
edad, para el individuo y para la cultura. Cuando considere utilizar determinado material,
estrategia o actividad, hágase las siguientes preguntas:
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¿Es adecuado para la edad?
¿Es adecuado para el individuo?
¿Es adecuado para la cultura?
Analicemos cada una de estas preguntas en detalle.
¿Es adecuado para la edad? Para determinar si algo es adecuado para la edad, primero tenemos
que conocer las edades y las etapas de desarrollo típicas, como las etapas del desarrollo de las
habilidades de cuidado personal. "Adecuado para la edad" significa que una estrategia o material
sirve para la mayoría de los niños en un rango de edad determinado. Por ejemplo, un sonajero
probablemente es adecuado para la edad en el caso de un bebé; pero, puede que no sea adecuado
para un niño de 6 años. Cuando planifique experiencias de enseñanza y de aprendizaje adecuadas
para la edad, tenga en cuenta que los niños se desarrollan en muchas áreas a la vez. Las
habilidades físicas, cognitivas, socioemocionales, de comunicación y las habilidades para valerse
por sí mismo se desarrollan simultáneamente, y el aumento de habilidades en un área puede
afectar el aumento de habilidades en otra.
¿Es adecuado para el individuo? Para determinar si algo es adecuado para el individuo,
tenemos que pensar en las cualidades únicas de cada niño y sus patrones de desarrollo
individuales. Esto incluye aspectos como el crecimiento físico del niño, sus necesidades de salud,
su personalidad, su estilo de aprendizaje, sus intereses y cualquier necesidad relacionada con una
discapacidad. Cuando planifique experiencias de enseñanza y de aprendizaje adecuadas para el
individuo, piense en cada niño por separado. Considere las necesidades de cada niño, las cosas
que le cuestan y sus capacidades, las cosas en las que es bueno y sus preferencias, o las cosas que
le gustan y le disgustan.
¿Es adecuado para la cultura? Para determinar si algo es adecuado para la cultura, tenemos
que pensar en la historia y las experiencias de cada niño. Cuando pensamos en la cultura,
solemos pensar en aspectos como la etnia, la nacionalidad o la religión. Éstos son elementos
importantes de la cultura de un niño, pero la cultura también incluye otros componentes. Por
ejemplo, incluye las características de la comunidad en la que el niño vive y los valores de su
familia. Cuando planifique experiencias de enseñanza y de aprendizaje adecuadas para la cultura,
comuníquese con las familias de los niños que cuida. Si es posible, visite sus hogares para
conocer más la comunidad y la familia de cada niño. Averigüe cómo es su estructura familiar y
pregunte a los adultos importantes en su vida qué es fundamental respecto al desarrollo del niño.
Cuando se combinan la adecuación para la edad, la adecuación para el individuo y la adecuación
para la cultura, se obtienen estrategias, actividades y materiales adecuados para el desarrollo.
Y cuando se utilizan prácticas adecuadas para desarrollar las habilidades para el cuidado
personal, usted (y ellos) tienen más probabilidades de tener éxito. Tenga en cuenta estos
principios y veamos ideas específicas que puede utilizar para el desarrollo de las habilidades para
valerse por sí mismo. Utilice los elementos de las prácticas adecuadas para el desarrollo como
guía cuando tenga que decidir qué estrategias probar en su programa. Recuerde que una
estrategia que se ve bien en papel no funcionará bien en sus programas si no es adecuada para el
desarrollo de los niños bajo su cuidado.
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Promoción de las habilidades para valerse por sí mismos para todos los niños
El resto de este curso se enfocará en las estrategias que puede utilizar para ayudar a los niños que
necesiten apoyo adicional para adquirir habilidades para valerse por sí mismos. Según las
necesidades individuales, algunos niños con discapacidades podrán adquirir habilidades para
valerse por sí mismos más lentamente que otros niños, o podrán necesitar aprender a hacer las
tareas de cuidado personal de una manera diferente a la de sus compañeros. Afortunadamente,
hay muchas cosas que puede hacer para promover el desarrollo de estas habilidades en todos los
niños de sus programas. No obstante, tenga en cuenta que no todos los niños que tienen
dificultades en esta área han recibido un diagnóstico de una discapacidad. Muchas de las
estrategias que abarcaremos pueden ser beneficiosas para promover las habilidades para valerse
por sí mismos en todos los niños de sus programas inclusivos para niños en edad preescolar y
escolar, independientemente de si recibieron un diagnóstico de discapacidad o no.
Entonces, ¿qué puede hacer para ayudar a los niños a adquirir las habilidades para valerse por sí
mismos necesarias para ser lo más independiente posible durante las actividades de la vida
diaria?
Déjelos que intenten. Desde el momento en que ingresan a la infancia temprana, la mayoría de
los niños tienen una motivación natural para intentar hacer cosas por su cuenta. Ven que los
adultos son un ejemplo de autonomía o de la capacidad para hacer cosas sin ayuda (ya sea que lo
hagamos de forma intencional o no). Ven que los niños más grandes y sus compañeros dominan
nuevas habilidades y son más independientes. Ven esos modelos, y quieren hacer lo mismo y
aprender a hacer las cosas solos. Esta motivación natural es una gran ventaja al momento de
fomentar las habilidades para valerse por sí mismos en los niños. Lo primero que debería hacer
para ayudar a los niños a aprender a valerse por sí mismos es dejarlos que intenten. Suena
simple, pero a muchos adultos les cuesta trabajo dejar que los niños hagan las cosas sin ayuda.
Cuando los niños hacen cosas por sí solos, el resultado podría ser que desordenen, que les lleve
mucho tiempo y que no salga perfecto, pero los niños aprenden haciendo. Aunque sea más
rápido y fácil hacer las cosas por ellos, haga un esfuerzo consciente de permitir e, incluso, de
fomentar que los niños bajo su cuidado sean responsables de sí mismos siempre que sea posible.
Genere tiempo adicional en el programa para que los niños hagan las tareas de cuidado personal
con ayuda mínima, y recuerde que estos momentos no les quitan tiempo de enseñanza; son
oportunidades de enseñarles habilidades importantes que, quizá, los niños no puedan aprender a
través del plan de estudios.
Algunos niños, especialmente aquellos con discapacidades, a los que no se les ha alentado a
hacer cosas independientemente, pueden ser propensos a tener "indefensión aprendida". Esto
ocurre cuando las expectativas de los cuidadores son demasiado bajas y no se les da a los niños
las oportunidades de practicar las habilidades que necesitan para ser independientes. Los niños
que presentan indefensión aprendida asumen que no pueden hacer cosas solos y pueden
rehusarse incluso a intentar. Darles a los niños más oportunidades para intentar es la mejor
manera de superar la indefensión aprendida. Aliente sus esfuerzos, celebre sus éxitos y
reconozca en forma compasiva sus dificultades, y ellos adquirirán confianza y estarán más
dispuestos a intentar hacer cosas sin ayuda en el futuro.
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Utilice el andamiaje. Muy bien, está tratando de dejar que los niños intenten hacer cosas por sí
mismos; sin embargo, a algunos de ellos les resulta difícil hacer ciertas tareas y se frustran. A
veces, la frustración conduce a conductas problemáticas y, en ciertas ocasiones, puede parecer
que la conducta problemática de un niño arruina el resto del día para el grupo entero.
Obviamente, usted debería intervenir y hacer las tareas del niño para que no haga un desastre,
¿no es así? En realidad, sí y no. Parte de lo que hace que los proveedores de cuidado infantil sean
tan buenos es que saben cómo medir cuánta ayuda necesita cada niño para tener éxito. A veces,
este concepto se conoce como "andamiaje". Cuando usan un andamiaje, le dan al niño
exactamente la cantidad de ayuda que necesita para que pueda terminar una tarea sin frustrarse.
Si le dan demasiada ayuda, el niño no aprenderá a hacer la tarea por su cuenta e, incluso, podría
caer en la trampa de la indefensión aprendida. Si brindan muy poca ayuda, podrían terminar con
un escenario como el que acabamos de describir, con un niño frustrado que les altera el día a
todos. Si le dan la cantidad justa de ayuda, el niño tendrá un desafío, pero también sentirá que
tiene apoyo. Piense en la historia de Ricitos de Oro y los tres osos: algunos objetos de la casa
eran demasiado grandes o demasiado pequeños, demasiado calientes o demasiado fríos, y
demasiado suaves o demasiado duros para el gusto de Ricitos de Oro; sin embargo, cuando
encontró algo que era lo justo, ¡se sintió como en su casa!
Algunos niños necesitarán mucho apoyo (como un adulto que los guíe físicamente a lo largo de
una tarea varias veces), mientras que otros necesitarán muy poco apoyo (como un adulto que esté
cerca para recordarles un paso de la rutina en caso de que se olviden). Observe a cada niño
atentamente e intente determinar cuánta ayuda necesita para tener éxito. Busque la cantidad de
apoyo "justa". Hacerlo bien podría implicar algo de prueba y error; sin embargo, aprender a
brindar la cantidad de ayuda justa a cada niño merece el esfuerzo. A medida que los niños
experimenten el éxito con apoyo, podrán conquistar cada vez más partes de una tarea solos.
Brinde práctica. Promover el desarrollo de las habilidades para valerse por sí mismo no debe
limitarse a las veces en las que los niños completan rutinas de cuidado personal, como comer, ir
al baño o lavarse las manos. Con una planificación minuciosa, puede generar oportunidades para
que los niños practiquen las habilidades para valerse por sí mismos en otros momentos del día
por medio de sus actividades o materiales. Si muchos niños de su grupo tienen problemas con las
mismas habilidades para valerse por sí mismos, usted podría incorporar elementos de cuidado
personal en las actividades grupales (como cantar "Éstaes la manera en la que nos cepillamos el
cabello..." y darle a cada niño un cepillo descartable para que practique). Si sólo uno o dos niños
necesitan ayuda con una habilidad específica, puede incorporarla en las actividades de juego
libre por medio de los materiales que ofrezcan. Una manera de hacerlo es brindar un montaje
para juegos de representación en el que los niños puedan practicar las habilidades para valerse
por sí mismos con muñecos. Usted podría alentarlos a que vistan los muñecos, les cepillen el
cabello, les den de comer, y les laven las manos y los rostros. Los disfraces y la ropa de muñecos
con varios tipos de sujetadores, como cierres, botones y broches, también proporcionan una
valiosa práctica de cuidado personal. Otros materiales les permiten a los niños practicar los
mismos tipos de habilidades que necesitan para las tareas de cuidado personal, pero en un
contexto diferente. Por ejemplo, las tarjetas para coser con formas diferentes pueden ayudar a
que los niños desarrollen las habilidades de motricidad fina necesarias para muchas actividades
de la vida diaria, incluso aprender a atarse las cintas.
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Para los niños que necesiten desarrollar habilidades más específicas, hay determinados juguetes
y materiales diseñados para practicar actividades para valerse por sí mismos. En estos casos,
puede trabajar con los padres o el terapeuta ocupacional del niño para elegir los materiales que
tendrán el mayor impacto para ese niño en esa situación.
Sea consistente. Esperamos que no sea una novedad para usted escuchar que los niños, por lo
general, tienen más éxito cuando saben qué esperar y qué se espera de ellos. La mejor manera de
ayudar a los niños a que sepan qué esperar es tener un conjunto de rutinas, procedimientos y
expectativas consistentes. En otras palabras, seguir más o menos el mismo programa, y
asegurarse de hacer las mismas cosas en los mismos horarios y de la misma manera, todos los
días. Por supuesto que habrá cambios pequeños en sus actividades diarias; pero, los cambios
grandes y sustanciales pueden generar problemas, especialmente para algunos niños con
discapacidades. Si el programa del lunes incluye un momento en el que todos los niños se ponen
en fila para usar el baño antes del almuerzo, pero el programa del martes no incluye esta
actividad, es probable que los niños se confundan e incluso puede que haya accidentes entre los
niños que usted creía que dominaban la habilidad para utilizar el baño. Asegúrese de que sus
programas, rutinas y expectativas sean adecuados para el desarrollo. Por ejemplo, no es
razonable esperar que los niños pequeños se sienten y permanezcan quietos durante horas,
incluso si hacen lo mismo todos los días.
Ciertos niños con discapacidades, como por ejemplo muchos con trastornos del espectro autista,
son sensibles a los cambios en los programas o rutinas diarias. Estos niños pueden manifestar
ansiedad e incluso conductas problemáticas cuando se alteran sus rutinas. Tener consistencia
puede reducir los casos de conductas problemáticas, incluso de niños sin discapacidades, puede
mejorar la capacidad de los niños de mantenerse centrados en la tarea y de seguir instrucciones, y
ayuda a que los niños generen confianza al permitirles tener éxito en las tareas diarias. Para
llevar la consistencia al siguiente nivel, podría considerar trabajar con las familias de los niños
bajo su cuidado para intercambiar ideas sobre rutinas de cuidado personal. Si en el cuidado
infantil se pueden utilizar los mismos procedimientos que un niño sigue en su casa (o viceversa),
¡es más probable que el niño sepa exactamente qué debe hacer!
Sea flexible. Muchos proveedores de cuidado infantil han cuidado a niños durante años; quizá
décadas. Si han estado en este rubro durante un tiempo, es probable que tengan sistemas que
utilicen año tras año. Como acabamos de mencionar, tener programas, rutinas y procedimientos
coherentes es una excelente manera de apoyar el desarrollo de la capacidad de valerse por sí
mismos de los niños. Sin embargo, si se es demasiado estricto en los sistemas, es probable que se
creen más problemas de los que se resuelvan. Recuerde que para que sean adecuados para el
desarrollo, sus programas, rutinas y procedimientos tienen que satisfacer las necesidades
individuales de cada niño. Eso significa que probablemente éstos necesiten adaptarse a cada
nuevo grupo de niños que ingrese a sus programas, y que usted podría tener que hacer cambios a
medida que los niños aprendan y crezcan. A veces, un cambio pequeño en el programa o en una
rutina puede hacer una gran diferencia para un niño que tiene dificultades con sus habilidades.
Por ejemplo, cambiar la hora del día en la que todo su grupo va a usar el baño podría ayudar a un
niño que tiene problemas para controlar esfínteres. La conclusión es que, si bien la consistencia
es importante, tiene que ser flexible para hacer adaptaciones para los niños que las necesiten.
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Desglose. Cepillarse los dientes, lavarse las manos y utilizar el baño parecen tareas simples para
la mayoría de los adultos; sin embargo, toda tarea de cuidado personal es un conjunto complejo
de acciones que requiere que un niño utilice muchos tipos diferentes de habilidades. Por ejemplo,
según el Minnesota Paraprofessional Consortium (2015), una organización que apoya a aquellos
que trabajan con niños con discapacidades, "cepillarse los dientes incluye comprender que uno
necesita el cepillo y la pasta dental, la habilidad de motricidad fina para quitar la tapa de la pasta
dental, el control de la mano para esparcir la pasta sobre el cepillo y mover el cepillo en la boca,
y el conocimiento y la habilidad para abrir y cerrar el agua (y no quemarse)". Como las tareas de
cuidado personal requieren que un niño logre varios pasos pequeños, una manera en la que
podemos ayudar a los niños a dominarlas es desglosarlas y enseñarles un componente a la vez.
¿Alguna vez ha pensado en todos los pasos que se siguen cuando se utiliza el baño? Es probable
que tenga que desabrochar y quitarse prendas, posiblemente pasar de estar parado a sentado,
vaciar la vejiga o los intestinos, limpiarse, volver a pararse (si está sentado) y bajarle al inodoro...
y luego debería lavarse las manos, ¡lo que significa seguir un conjunto de pasos diferentes!
Piense en los pasos que componen cada rutina de cuidado personal que sus niños siguen a diario.
Dos niños que tienen dificultades con la misma rutina pueden tener en realidad problemas muy
diferentes ¡porque les cuestan pasos diferentes! Desglosar los pasos puede ayudarle a pensar en
soluciones específicas para ayudar a un niño en particular con uno o más pasos, y puede ayudar a
los niños (especialmente a aquellos con discapacidades intelectuales o de aprendizaje) a aprender
qué necesitan hacer para manejar sus necesidades de cuidado personal de manera independiente.
Hágalo visual. Dar instrucciones verbales es una de las maneras más comunes de ayudar a los
niños a entender lo que necesitan hacer para completar una tarea de cuidado personal; sin
embargo, las indicaciones verbales no funcionan con todos los niños. Esto es así, especialmente
en el caso de ciertos niños con discapacidades. Un niño con una deficiencia auditiva podría
perderse las instrucciones si sólo se proporcionan en forma verbal, y escuchar las instrucciones
verbales una vez al comienzo de la tarea podría no ser suficiente para niños con discapacidades
intelectuales o de aprendizaje. La mejor manera de asegurarse de que todos los niños puedan
comprender las instrucciones es darle a todos la oportunidad de escuchar y ver qué deben hacer.
Los siguientes son algunos materiales visuales que pueden ayudar a los niños a ser más
independientes:
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Un programa de imágenes publicado de manera que cada niño pueda ver la secuencia de
actividades a lo largo del día y ver qué es lo que sigue.
Tarjetas de rutinas con imágenes de cada paso de una rutina de cuidado personal, como
lavarse las manos, y que se coloquen cerca del área donde se lleva a cabo la rutina.
Una señal que les avise a los niños que se aproxima una transición, como un recorte
plastificado de una mano abierta que usted sostenga cuando queden cinco minutos en una
actividad.
Una tarjeta con imágenes en la que se muestre a un niño a dónde ir durante la transición
(el niño puede incluso llevarse la tarjeta a la siguiente actividad).
Imágenes que representen reglas y expectativas, como imágenes que muestren maneras
apropiadas de jugar con los materiales.
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Historias sociales ilustradas que muestren y describan los pasos de una tarea de cuidado
personal, como alimentarse, que se puedan leer como una actividad grupal o estén
disponibles para que los niños las exploren durante el juego libre.
Los materiales visuales se pueden utilizar para ayudar a los niños a comprender las instrucciones,
desglosar una tarea en pasos, ver varias maneras en las que se puede completar una actividad,
atravesar las transiciones de manera más fácil y, sobre todo, recordar a dónde deben ir y qué
deben hacer, de manera que usted pueda pasar más tiempo propiciando el aprendizaje y menos
tiempo dando indicaciones para recordarles las expectativas.
Brinde las herramientas. Cualquier trabajo es más fácil cuando se tienen las herramientas
adecuadas. Si quiere pintar una pared, obviamente va a necesitar un pincel. Pero no todos los
pinceles se crean de la misma manera. Hay pinceles de espuma, rodillos, esponjas y pinceles
tradicionales con cerdas, ¡y cada una de esas opciones viene en una variedad de formas y
tamaños! El tipo de pincel que necesite dependerá del pintor y de la pared. En otras palabras, las
mejores herramientas para el trabajo dependen de las características del trabajo y de la persona
que utilizará las herramientas.
Al igual que los pinceles, muchas herramientas vienen en diversas formas y tamaños. Que los
niños tengan éxito o no depende de que usted elija los tenedores, las cucharas, los platos, los
recipientes, las mesas, los escritorios, las sillas, las tijeras, las lapiceras, los lápices, los crayones,
e incluso el jabón, las toallas de papel y los dispensadores de papel higiénico apropiados.
Muchos niños podrán satisfacer sus propias necesidades personales sin que importen demasiado
las herramientas que usted les da; sin embargo, para algunos niños, especialmente los niños con
determinadas discapacidades, las herramientas representan una gran diferencia. Un niño con una
discapacidad de motricidad fina puede no ser capaz de utilizar los elementos de arte a menos que
usted le proporcione tijeras modificadas que se abran automáticamente cuando las apriete, y que
coloque cinta de enmascarar alrededor de los pinceles, los crayones y los marcadores para que le
sea más fácil agarrarlos. Un niño con sensibilidades sensoriales podría tener dificultades para
lavarse las manos a menos que usted pueda encontrar la textura adecuada de toallas de papel para
satisfacer sus necesidades. Un niño con una discapacidad intelectual que tiene dificultades para
vestirse y desvestirse tendrá muchas más probabilidades de tener éxito al ir al baño si utiliza
prendas que pueda ponerse y quitarse por su cuenta, como pantalones con pretinas elásticas en
lugar de botones y cierres.
A veces, las herramientas que un niño con una discapacidad necesita para tener éxito son muy
específicas para sus necesidades. Un niño con una discapacidad podría ingresar a su programa
con una herramienta o un conjunto de herramientas especiales. A veces, estas herramientas
reciben el nombre de "tecnología de asistencia". Según la Ley Federal de Educación para
Individuos Discapacitados, la ley federal que rige la educación especial, la tecnología de
asistencia se puede definir como cualquier objeto, equipo o sistema de productos, ya sea
adquirido en el mercado, modificado o personalizado, que se utilice para aumentar, mantener o
mejorar las capacidades funcionales de los individuos con discapacidades. Por lo tanto, la
tecnología de asistencia es todo aquello que un niño necesite utilizar para funcionar junto a sus
compañeros. Además de los ejemplos que mencionamos, las tecnologías de asistencia incluyen
lo siguiente:
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Sillas de ruedas, muletas, bastones o andadores para niños con deficiencias de movilidad.
Bastones u otros dispositivos para niños con deficiencias visuales.
Lápices con peso y escritorios inclinados para niños con deficiencias de motricidad fina
que están aprendiendo a escribir.
Dispositivos o sistemas de comunicación para niños con deficiencias en la comunicación,
como algunos niños con trastornos del espectro autista.
Si un niño bajo su cuidado tiene algún elemento de tecnología de asistencia, tómese el tiempo
para aprender a utilizarlo y ver qué puede hacer para sacarle el máximo provecho en sus
programas de cuidado infantil.
Utilice el IEP. En muchos casos, un niño que ha recibido un diagnóstico de discapacidad tendrá
un plan educativo especial, conocido como Programa de Educación Individualizado
(Individualized Education Program, IEP). El IEP es un documento escrito que enumera las
fortalezas y las necesidades educativas y funcionales del niño, establece objetivos para el
progreso del niño, y detalla las estrategias y los servicios para ayudar al niño a alcanzar esos
objetivos. Lo elabora un equipo de personas familiarizadas con el niño y sus necesidades, como
padres, docentes y otros profesionales que brinden servicios para ayudar al niño a aprender tipos
específicos de habilidades. El IEP puede ser una gran fuente de información sobre lo que el niño
ya sabe hacer, en qué está trabajando y qué estrategias funcionan para él.
Si bien puede ser útil, el IEP suele ser un documento complejo y técnico, y usted no puede ver el
IEP de un niño sin la autorización de sus padres o de su tutor. Si desea utilizar el IEP para idear
maneras de ayudar a un niño bajo su cuidado, el primer paso es hablar con sus padres. Pídales
que se sienten con usted y que revisen su IEP. Hágales saber qué ven en el entorno de cuidado
infantil y cómo creen que el IEP podría ayudar. Muchos padres conversarán con gusto sobre las
necesidades de su hijo en profundidad; sin embargo, en algunos casos, los padres pueden
rehusarse a permitirle ver el IEP o a recopilar más información sobre la discapacidad de su hijo.
En estos casos, puede buscar información general sobre la discapacidad del niño en Internet o su
biblioteca local. Si bien la información de la discapacidad no es tan útil como la información
específica sobre lo que funciona para este niño en particular, puede darle ideas sobre qué
estrategias podría probar y ayudarle a idear preguntas para conversar con la familia del niño.
Solicite ayuda. Como mencionamos anteriormente, el IEP es elaborado por un equipo de
personas que conocen al niño y sus necesidades únicas. Si tiene dificultades para apoyar el
desarrollo de las habilidades de cuidado personal de un niño con una discapacidad, podría ser útil
consultar con un miembro del equipo del IEP. Hay muchos tipos de profesionales que trabajan
con niños con discapacidades, como pediatras, especialistas médicos, personal de enfermería
capacitado, patólogos del habla y el lenguaje, terapeutas de la conducta, fisioterapeutas y
terapeutas ocupacionales. Cada profesional se especializa en satisfacer determinadas
necesidades. Por ejemplo, el objetivo general de trabajar con un terapeuta ocupacional es ayudar
a una persona a ser más independiente, en términos físicos, psicológicos y sociales. Por lo tanto,
el terapeuta ocupacional es quien probablemente se involucra cuando un niño tiene dificultades
con actividades de la vida diaria, pese a que puede haber excepciones dependiendo de las
habilidades que se estén abordando.
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Para hablar sobre un niño con un terapeuta ocupacional o con cualquier otro miembro del equipo
del IEP, debe contar con el permiso de los padres. Es probable que algunos padres no se sientan
cómodos con permitirle comunicarse con los miembros del equipo de IEP sin saber exactamente
qué se va a decir, por lo que debe pedirles a los padres que organicen una reunión en la que se
reúnan con usted y con el otro profesional, y todos puedan hablar sobre la mejor manera de
apoyar al niño. El terapeuta ocupacional u otro profesional puede querer observar al niño en sus
programas de cuidado infantil para determinar el mejor curso de acción. En algunos casos, usted
podría organizar con los padres que el terapeuta ocupacional brinde servicios al niño en el
entorno de cuidado infantil para ayudarlo a aprovechar al máximo su experiencia de cuidado
infantil.
Como ya mencionamos, algunos padres podrían tener dudas sobre el hecho de divulgar
información sobre la discapacidad de su hijo y negarse a permitirle que se comunique con el
equipo de IEP. Si eso ocurre, respete la decisión de los padres, haga su propia investigación
sobre la discapacidad del niño, y enfóquese en establecer una relación positiva y de confianza
con los padres para que pueda hacerles preguntas a ellos directamente.
El acrónimo "SELF-HELP"
Las siguientes pautas, que forman el acrónimo "SELF-HELP" ("capacidad para valerse por sí
mismo", en inglés) se adaptaron de una herramienta que publicó la Excelligence Learning
Corporation (Lynch y Simpson, 2007). Según los autores, son "una excelente manera de ayudar a
los docentes a recordar algunas reglas básicas al enseñar habilidades para valerse por sí mismo".
El acrónimo resume mucha de la información sobre la que hemos hablado en este curso, y hemos
incluido nuestros propios ejemplos y explicaciones para ayudarles a ver las conexiones.
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S – Seleccionar las indicaciones adecuadas. Esto se refiere a la manera en la que usted
les "dice" a los niños lo que se supone que deben hacer. Hablamos de esto cuando
tratamos el tema del andamiaje de su apoyo a los niños y cuando conversamos sobre el
uso de materiales visuales. A algunos niños les bastará con instrucciones verbales; sin
embargo, otros pueden necesitar gestos, imágenes visuales u orientación física para
finalizar una tarea con éxito. Por ejemplo, usted podría decirle a un grupo de niños que
recoja; sin embargo, si un niño tiene problemas, es probable que necesite añadir un gesto
y señalar el lugar en el que debe estar un juguete. La clave es dejar que las necesidades de
cada niño determinen las indicaciones más apropiadas para cada situación.
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E – Establecer una rutina. Esto se remite a nuestra conversación sobre la consistencia.
Si un niño sabe qué esperar y qué se espera de él, es más probable que tenga éxito. Las
rutinas coherentes generan sentimientos de confianza, de seguridad y de autosuficiencia
en los niños.
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L – El aprendizaje, en lugar del tiempo, debería ser el enfoque. Recuerde que su meta
es dejar que los niños intenten hacer las cosas de manera independiente en la mayor
medida posible, incluso si esto genera desorden o lleva más tiempo. Dar a los niños el
tiempo para trabajar en las habilidades para valerse por sí mismos no quita tiempo de
enseñanza ni de aprendizaje. Es tiempo de enseñanza y de aprendizaje.
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F – Encontrar recompensas adecuadas. Esto se refiere a las recompensas naturales,
como saciar la sed cuando se bebe de una taza, y no a las recompensas artificiales, como
obtener una calcomanía cuando se bebe de una taza. En este curso, no abordamos en
detalle el tema de las recompensas; pero, tratamos el tema de fomentar el hecho de dejar
que los niños intenten hacer las cosas por su cuenta y combatan la indefensión aprendida.
Lo importante es que señalar las recompensas naturales de las conductas para valerse por
sí mismo aumentan la motivación del niño para seguir intentando.
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H – La ayuda de profesionales relacionados es crucial. Hablamos de esto cuando
tratamos el uso del IEP y el hecho de pedir ayuda. Obtenga ayuda cuando la necesite:
para intercambiar estrategias y apoyar las habilidades de cuidado personal de un niño,
para aprender sobre la tecnología de asistencia, o para coordinar rutinas en otros entornos
en los que el niño vive y aprende, como el hogar y la escuela. Es importante recordar que
usted no está solo. ¡Hay muchos recursos disponibles para ayudarlo mientras en su
esfuerzo para ayudar a este niño!
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E – Espere resultados positivos. En otras palabras, sea optimista. Nunca asuma que un
niño es incapaz de aprender. No abordamos esto específicamente en ninguna otra sección
del curso; sin embargo, ¡ésta es la estrategia más importante! Ninguna de las otras ideas
que presentamos hoy servirá si usted ya ha decidido de antemano que no funcionará. Si
tiene bajas expectativas para un niño, hay menos probabilidades de que dedique tiempo y
energía a enseñarle nuevas habilidades para valerse por sí mismo. Si no se toma el tiempo
para hacer esto, al niño le resultará mucho más difícil aprenderlas. Por otro lado, como
dicen los autores del acrónimo, "si [usted] espera que los niños tengan éxito, ¡hay
mayores probabilidades de que lo tengan!".
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L – El aprendizaje debería estar incluido en todo el plan de estudio. Hablamos de
esto de manera más directa cuando tratamos las formas de proporcionar práctica para las
habilidades. Incorporar elementos de práctica de capacidades para valerse por sí mismo
en sus actividades grupales y los materiales durante el juego libre, además de las
oportunidades naturales que se dan cuando los niños realizan tareas de cuidado personal,
permite que los niños practiquen y, eventualmente, dominen las habilidades necesarias
para ocuparse de sus propias necesidades personales.
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P – La participación de los padres es la base del éxito. Hablamos de esto cuando
tratamos la consistencia, también cuando conversamos sobre el IEP y cuando
mencionamos el hecho de pedir ayuda. En otras palabras, ¡es extremadamente
importante! Cuando trabaje junto a los padres, los niños estarán mejor equipados para
aprender nuevas habilidades y aplicarlas en nuevos entornos, como la casa y la escuela.
Conclusión
En este curso, revisamos qué es el cuidado infantil inclusivo y cómo las habilidades para valerse
por sí mismo desempeñan un papel en la inclusión. Analizamos cómo las habilidades para
valerse por sí mismo generalmente se desarrollan entre los niños pequeños en edad preescolar y
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escolar, y qué tipos de señales de advertencia podrían indicar que un niño necesita más apoyo.
Aclaramos el significado de las prácticas adecuadas para el desarrollo y pensamos en cómo se
pueden utilizar para elegir las estrategias de enseñanza que funcionarán mejor para un grupo
particular de niños. Finalmente, vimos algunas estrategias diferentes que se pueden utilizar para
promover el desarrollo de estas habilidades en un programa de cuidado infantil inclusivo para
niños en edad preescolar y escolar. Éstos son los principales mensajes que nos gustaría que “se
lleve consigo” de esta capacitación:
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Las habilidades para valerse por sí mismo son especialmente esenciales en los programas
de cuidado infantil inclusivos porque contribuyen a un sentido general de pertenencia
para los niños con discapacidades.
La mayoría de los niños siguen una secuencia predecible de desarrollo de habilidades
para valerse por sí mismos, con variaciones menores de un niño a otro; sin embargo,
algunos niños con discapacidades podrán aprender estas habilidades mucho después que
sus compañeros de la misma edad, o no hacerlo en absoluto.
Para que sea adecuada para su desarrollo, una estrategia, un material o una actividad tiene
que ser adecuada para la edad, adecuada para el individuo y adecuada para la cultura. Lo
que funcionó bien para un grupo de niños puede no funcionar bien para otro, si no es
adecuado para el desarrollo de las necesidades de ese grupo.
Promover el desarrollo de las habilidades para valerse por sí mismo requiere de equilibrio
entre la autonomía y la supervisión. Debe dejar que los niños intenten hacer las cosas por
su cuenta; pero también, debe observarlos de cerca y estar ahí para ofrecer la cantidad de
apoyo adecuada. A veces, este proceso se conoce como "andamiaje".
Las prácticas de la habilidad para valerse por sí mismo no tienen que limitarse a las
rutinas de cuidado personal. Pueden incluir oportunidades de aprendizaje en sus
programas seleccionando cuidadosamente los materiales y las actividades que fomenten
estas habilidades.
Promover el desarrollo de las habilidades para valerse por sí mismo requiere de equilibrio
entre la consistencia y la flexibilidad. Necesita tener un programa y rutinas coherentes, y
apegarse a ellas lo más que pueda; pero también, debe estar dispuesto a hacer cambios
cuando sus sistemas no estén funcionando para un niño o grupo de niños.
Puede apoyar el desarrollo de las habilidades para valerse por sí mismo desglosando las
tareas en pasos más pequeños, brindando materiales visuales para que los niños puedan
recordar qué deben hacer y proporcionando las herramientas adecuadas para que los
niños tengan éxito.
Si un niño ingresa a sus programas con tecnología de adaptación, debe tomarse el tiempo
para aprender cómo se utiliza y cómo ayudar al niño a aprovecharla al máximo.
El IEP y el equipo de IEP son recursos importantes para apoyar a un niño con una
discapacidad que tenga dificultades con las habilidades para valerse por sí mismo. Para
acceder a estos recursos, debe comunicarse primero con los padres del niño.
Gracias por su participación en este curso y por sus deseos de brindar cuidado inclusivo de
calidad para los niños en edad preescolar y escolar.
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Referencias
http://www.naeyc.org/files/naeyc/file/positions/DEC_NAEYC_EC_updatedKS.pdf
Actividades de la vida diaria para niños con necesidades especiales,
http://www.specialneeds.com/activities/general-special-needs/activities-daily-living-specialneeds-children
Baker, B. L.; Brightman, A. J. Pasos hacia la independencia: cómo enseñar habilidades diarias a
niños con necesidades especiales (3.° ed.) Baltimore, Maryland: Paul H. Brookes; 1997.
Cook, Klein y Tessier (2008). Cómo adaptar los planes de estudio de la primera infancia para
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Pearson Merrill Prentice Hall.
Raver, S. A. (2009). Educación especial para la primera infancia (0 a 8 años): estrategias para
obtener resultados positivos. Upper Saddle River, Nueva Jersey: Pearson Merrill.
Sandall, S. R. y Schwartz, I. S. (2008). Fundamentos para enseñar a niños en edad preescolar con
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¡Esas importantes habilidades para valerse por sí mismo! Por Sharon A. Lynch y Cynthia G.,
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Maneras de promover las habilidades para valerse por sí mismos en niños, Cuidado infantil, 3 de
septiembre de 2015. http://articles.extension.org/pages/26436/ways-to-encourage-self-helpskills-in-children
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