ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO 16ta. Asamblea Legislativa 1ra. Sesión Ordinaria CAMARA DE REPRESENTANTES R. de la C. 11 2 DE ENERO DE 2009 Presentada por la representante Ruiz Class Referida a la Comisión de Asuntos Internos RESOLUCION Para ordenar a las Comisiones de Desarrollo Socioeconómico y Planificación, y de Infraestructura y Transportación, de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, a que realicen un estudio sobre la viabilidad y conveniencia de promover y fomentar el uso de la energía hidroeléctrica en Puerto Rico. EXPOSICION DE MOTIVOS La energía hidroeléctrica es una de las principales fuentes de energía renovable en el mundo, que es más barata que otras fuentes, que tiene poco impacto ambiental, y que a su vez reduce la dependencia de combustibles fósiles. Para la producción de energía hidroeléctrica se utiliza el agua almacenada cayendo por gravedad para que se convierta primero en energía mecánica que a su vez puede mover turbinas y generadores que producen electricidad. En opinión del planificador Félix Aponte Ortíz, en Puerto Rico la fuente más barata para producir energía eléctrica es la del sistema hidroeléctrico que a su vez “es una reserva de potencia indispensable para el funcionamiento cabal del resto del sistema.” (Liz Yanira Del Valle, “Vuelta a la era hidroeléctrica”, El Nuevo Día, 12 agosto 2007, páginas 64-65.) Ya a finales del siglo XIX se producía en Puerto Rico energía hidroeléctrica, aunque de forma limitada. En 1914 se inició la construcción de tres embalses en Patillas, Guayama y Juana Díaz. Siguieron surgiendo plantas hidroeléctricas como Toro Negro, en Villalba; Isabela; Garzas; Caonillas; Yauco y Utuado. Con financiamiento proveniente de agencias federales, se fueron adquiriendo distintas compañías privadas generadoras de electricidad, formándose una sola empresa de carácter público. Para 1947, la Autoridad de las Fuentes Fluviales contaba con diecisiete (17) plantas generadoras, de las cuales trece (13) eran hidroeléctricas y cuatro (4) eran 2 termoeléctricas. (Norman Maldonado, “Luchetti and the Energy Authority”, The San Juan Star, 17 enero 2006, pág. 43.) Casi dos décadas después, en 1964, la Autoridad de las Fuentes Fluviales tenía dieciocho (18) centrales hidroeléctricas y cuatro (4) termoeléctricas. (Carmen Ramos de Santiago, El Gobierno de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 1970, pág. 671.) En la década de los sesenta comenzó a declinar la utilización de la energía hidroeléctrica. Un distinguido servidor público de esa época así lo hizo constar: “Desafortunadamente, Puerto Rico no cuenta con fuentes de energía propia, o sea, no hay aquí pozos de petróleo o minas de carbón, etc.; por lo tanto, se ha tenido que utilizar al máximo la energía hidroeléctrica. Hasta principios de la pasada década esta fue la principal fuente de nuestra energía eléctrica. Pero, debido al enorme desarrollo industrial de los últimos años es tan grande la cantidad de energía que se consume que la fuerza hidráulica resulta ineficiente. En la actualidad, sólo como una décima parte de la energía eléctrica es producida hidráulicamente, y el resto, con petróleo que importamos. Indudablemente, esto es una limitación más a las posibilidades de nuestro desarrollo económico y social.” (Rafael Picó, Nueva Geografía de Puerto Rico, Editorial Universitaria, 1969, pág. 265.) En 1996 operaban once (11) plantas hidroeléctricas, con una capacidad de trabajo de noventa y seis mil ochocientos (96,800) kilovatios. (Véase: Cámara de Representantes, Comisión de Desarrollo Socioeconómico y Planificación, Primer Informe Parcial R. de la C. 1: Energía Eléctrica-Condición de la Infraestructura, 18 de agosto de 1997.) El 25 de junio de 1998, en cumplimiento de lo ordenado por la R. de la C. 1244, la Comisión de Desarrollo Socioeconómico y Planificación de la Cámara de Representantes, rindió a este Alto Cuerpo su Informe. En la referida medida se dispuso un estudio para identificar fuentes viables de energía eléctrica no relacionadas con el petróleo. En ese informe, con relación a la hidroelectricidad, se concluyó lo siguiente: Esta tecnología probada provee energía eléctrica barata y despachable. En términos generales estos proyectos son de costos bajos de operación, pero de alta inversión de capital. La construcción de nuevos embalses implica un impacto a la ecología. El potencial realmente explotable en nuestra Isla es muy limitado y la demanda por conservación del agua complica mas aún el panorama. La AEE se encuentra en el proceso de la reconstrucción de las plantas de Carite y Comerío. Cuando estos proyectos estén terminados, aportarán aproximadamente 3 MW a la capacidad de nuestro sistema. El costo de producción para proyectos hidroeléctricos nuevos se ha estimado en 0.1 a 9 centavos por kilovatio-hora. Aún cuando la energía hidroeléctrica tiene costos bajos de mantenimiento, y provee energía de forma eficiente, hay funcionarios de la Autoridad de Energía Eléctrica que consideran 3 que esa clase de energía desaparecerá eventualmente. (María Miranda, “PREPA eyeing alternatives to bring energy costs down”, The San Juan Star, 21 octubre 2005, pág. B.3.) El que no se utilicen fuentes de energía renovable puede resultar en serios problemas para la economía de Puerto Rico, precisamente por la dependencia en el petróleo: “Today’s competitive global energy industry, dwindling crude oil reserves, rising oil prices, large world economies such as China and India gobbling up oil reserves, unstable geopolitical conditions surrounding oil-producing countries and Puerto Rico’s dependence on fuel oil, could soon bring the island’s economy to a screeching halt.” (Frances Ryan, “It’s now or never”, Caribbean Business, 15 junio 2006, pág. 18.) Tal situación es más grave aún, si se considera que las operaciones de la Autoridad de Energía Eléctrica son ineficientes, con bajos niveles de productividad y con altos costos para los consumidores. (Center for the New Economy, The Economy of Puerto Rico: Restoring Growth, Brookins Institution Press, 2006, págs. 50, 580.) Algunos estudiosos de la materia (Del Valle, op. cit.) han señalado que aunque el desarrollo de las plantas hidroeléctricas requiere costos de inversión inicial relativamente altos, comparadas con las plantas térmicas de igual capacidad, se ha demostrado que a largo plazo son económicas respecto al consumo, con una mayor vida útil. Además, no están sujetas a los incrementos en los precios de combustible y mantenimiento. También se ha indicado que la tendencia del futuro será construir plantas hidroeléctricas a pequeña escala, que puedan generar electricidad para comunidades o localidades, sin que se afecte la calidad del ambiente. La energía hidroeléctrica es una alternativa de energía renovable que demostró su utilidad en el pasado, y que hoy es importante generadora de electricidad en diversos países del mundo. Es necesario y urgente que se realice un estudio sobre la viabilidad y conveniencia de promover y fomentar el uso de la energía hidroeléctrica en Puerto Rico. RESUELVESE POR LA CAMARA DE REPRESENTANTES DE PUERTO RICO: 1 Sección 1.-Se ordena a las Comisiones de Desarrollo Socioeconómico y Planificación, y 2 de Infraestructura y Transportación, de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, a que 3 realicen un estudio sobre la viabilidad y conveniencia de promover y fomentar el uso de la 4 energía hidroeléctrica en Puerto Rico. 4 1 Sección 2.-Las Comisiones realizarán el estudio que aquí se dispone, y rendirán un 2 Informe a la Cámara de Representantes, conteniendo conclusiones y recomendaciones, dentro de 3 los ciento veinte (120) días siguientes a la fecha de aprobación de esta Resolución. 4 Sección 3.-Esta Resolución comenzará a regir inmediatamente después de su aprobación.