Estilo de vida La gran familia Se abren las puertas. Llegamos a uno de los legados más importantes del cava español, las bodegas Codorníu, en Sant Sadurní d’Anoia. Justo estos días ha comenzado la fiesta de la vendimia, un momento único en el que impregnarse mejor que nunca de la esencia de esta empresa familiar. 52• texto POR DONATILA OBÓN • FOTOGRAFÍA POR BOR JA CARBÓ www.spend-in.com Estilo de vida www.spend-in.com 53 • Estilo de vida 1 4 2 3 ESTA VIVIENDA ESTÁ LLENA DE RECUERDOS... (1)Sentada en el patio cubierto de la torre familiar. Ahora la casa Codorníu es el lugar donde se celebran los consejos de administración. (2)Telegrama original que envío Alfonso XIII el 17 de abril de 1904, día que almorzó en la casa Codorníu. (3)Mª del Mar Raventós apoyada sobre unas barricas nos relata cómo a mediados de septiembre celebran la fiesta de la vendimia. (4)Nos enseña la foto de familia que hoy por hoy cuenta con 401 miembros. “Somos una familia tan grande que cada pocos meses aumenta”. (5 y 6)“Esta vivienda está llena de recuerdos”. (7)Frente a las fotos de sus abuelos, padre y tíos. “Yo soy la 17 generación”. (8 y 10)Casa Codorníu es la torre donde hasta hace pocos años vivía el hereu (el heredero de cada generación). (9)“Mi abuelo era un visionario, desde el principio quiso que además de hacer un buen producto, también la compañía contara con unas instalaciones diferenciadas” (11)Mª del Mar Raventós junto al cuadro de Ramón Casas que en 1898 ganó el segundo premio del concurso Codorníu. 6 7 8 9 54• 10 www.spend-in.com Estilo de vida n o falla en el calendario, a mediados de septiembre se celebra sin falta la fiesta de la vendimia en las bodegas Codorníu. Una celebración única, en la que el olor a vid lo impregna todo y en la que las tonalidades de las uvas deslumbran en cualquier rincón. A las puertas de la increíble bodega diseñada por el discípulo de Gaudí, Puig i Cadafalch, en la localidad de Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), nos espera Mª del Mar Raventós, actual presidente del grupo, conocido por su elogiado cava. Nos explica cada una de las actividades del día que, por cierto, finalizan con un concierto al que se invita a todo el pueblo. Después, recorremos las estancias de la torre. Es una mujer luchadora, segura de sí misma y convincente. Aunque estudió Filosofía y Letras, se decantó por trabajar en la empresa familiar formándose para ello en Ciencias Económicas y Empresariales. Asegura que la clave de su trabajo es la austeridad, una característica con la que fue educada junto a sus hermanas: La austeridad es básica en la educación de las personas, es hacer las cosas bien, poner exactamente la medida que cada uno necesita, como pasa con la viña “Recuerdo una anécdota de cuando empecé a trabajar en Codorníu; me dieron un lápiz, media goma y me informaron de que cuando se me acabara el lápiz (es decir, cuando ya no me cupiera entre los dedos) lo debía devolver para poder tener uno nuevo. Como puedes imaginar, aprendí con rapidez a controlar los gastos con el máximo rigor”. Este concepto, que tanto le marcó, lo aplica con éxito en todo el funcionamiento de la empresa: “Para mí, la austeridad es básica en la educación de las personas, es hacer las cosas bien, poner exactamente la medida que cada 11 uno necesita, como pasa con la viña, a la planta la cuidas, la podas, le das lo que necesita, pero sólo en esa justa medida que precisa, si no se estropea”, afirma. Sus recuerdos siempre pasan por las vivencias en familia, una familia muy numerosa que comenzó a contar su historia cuando, a mediados del siglo XVI, Jaume Codorníu decidió dedicarse a la elaboración de vinos. Años después, heredaría la masía de Can Codorníu Anna, que en 1659 se casó con un joven vinicultor llamado Miquel Raventós y, desde entonces, esta unión familiar ha permanecido como propietaria de Codorníu durante siglos. Ahora Mª del Mar Raventós es una de las sucesoras, ella tiene seis hijos, que forman parte de los 401 miembros que hay en la foto familiar. A éstos se van incorporando nuevos componentes, para los que a mediados de octubre celebran una fiesta de presentación, “les ponemos un cartelito con su nombre y su rama genealógica, después tienen que recitar un poema, cantar una canción…”, explica Mª del Mar. Ojeando más imágenes del pasado vemos que en su memoria todavía aguardan muy vivos los recuerdos de la infancia, siempre ligados a la viña y al campo, “pasé muchas va- www.spend-in.com caciones en la finca Raimat de Lleida (segundo pilar y base vitícola del grupo) y viví el día a día de muchas vendimias. Mi padre y, en general, mi familia, me influyeron mucho en mi gran pasión por el vino. Ellos también me inculcaron valores como la humildad o el trabajo bien hecho”. Gracias a esta educación y los principios marcados por una casa centenaria, Mª del Mar asegura que el único secreto para que todo siga creciendo es “hacer las cosas bien y la continuidad, todo ello para alcanzar un único objetivo: elaborar vinos y cavas de excelente calidad”. Lo que es cierto es que el Grupo Codorníu destaca por el cuidado exhaustivo de cada fase del proceso de elaboración de sus vinos y cavas, en su trayectoria ha utilizado la tecnología más moderna y no sólo eso, sino también las iniciativas más avanzadas: “Mi abuelo siempre fue muy innovador, en 1898 hizo un concurso para crear el cartel publicitario y otra vez se le ocurrió, para hacer publicidad, bajar la calle Balmes en dirección contraria. ¡Imagínate que lío montó! Aquella semana la gente no hablaba de otra cosa”, recuerda. Educada como una más en la familia, siempre se ha visto capaz de sacar adelante su trabajo: “Mi padre Jesús Raventós Fatjó promocionó las igualdades entre hombres y mujeres, y por eso digo que siempre hemos sido una empresa muy moderna”.Con disciplina y firmeza, Mª del Mar espera seguir haciendo bien su labor, continuar con sus planes de futuro que pasan por seguir la política de internacionalización y crecer un poco más. Ahora cuentan con cuatro filiales en Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos y Argentina, y en las dos últimas además tienen bodega y viñedos. Es la empresa vitivinícola española que más superficie de viñas tiene en todo el mundo, más de 3.000 hectáreas, repartidas por algunas de las zonas más reconocidas, y es normal que con tanto trabajo a Mª del Mar no le quede tiempo para casi nada; lo poquito de que dispone lo reserva para su familia y, cuando el tiempo lo permite, para hacer una escapada y practicar vela o esquí, sus aficiones ­favoritas. 55 •