CANDELAS, CANDELABROS, CANDELARIA Candela viene del latín «candere» (arder) y significa vela o cirio. El candelero es el soporte para esta vela o candela, siendo la palmatoria su versión más pequeña y el cirio pascual la más solemne y adornada. Se llama candelabro al candelero que se presenta con varios brazos para varias velas, como por ejemplo el famoso candelabro de siete brazos del Templo judío (cf. Ex 25,31-40) o el del antiguo rito de las «tinieblas» en Semana Santa, en que se iban apagando sucesivamente las quince velas de un candelabro en forma de triángulo. Aparte de su uso práctico, las candelas presentan también un espontáneo sentido simbólico, como expresión de fe, fiesta, ofrenda, atención, presencia de lo divino, sobre todo en clima de culto. En Hch 20,8 se habla de las muchas luces que había en la sala donde celebran la fracción del Pan. En Ap 4, 5 de las siete lámparas ante el trono de Dios. En las parábolas de Jesús, como la de las vírgenes prudentes y necias, la luz que llevaban en sus lámparas es símbolo de atención y preparación (Mt 25,1-1; Lc 12,35). En la liturgia se utiliza con frecuencia este simbolismo: Los recién bautizados reciben un cirio encendiendo como símbolo de la vida iluminada por Cristo; Lo mismo sucede a veces en la profesión de los religiosos; Sobre el altar de la Eucaristía, o cerca de él, brillan dos o más candeleros con sus velas encendidas desde el inicio de la celebración como signo sencillo y expresivo del respeto que nos merece la acción que sobre él se realiza (OGMR 269); Pueden acompañar también la procesión de entrada de los ministros, así como la proclamación del evangelio; Brilla constantemente una lámpara ante el sagrario, y son más las velas que se suelen encender para la adoración del Santísimo, sobre todo cuando se expone solemnemente; Los siete candelabros en torno al altar en la misa estacional episcopal provienen de la costumbre, testimoniada por el «Ordo Romanus I», de los siete acólitos que con candelabros acudían a la misa estacional papal desde las siete regiones de Roma, como signo de respetuoso homenaje a la entrada del Papa; El cirio pascual que se enciende solemnemente en la Vigilia Pascual y luego durante la cincuentena, y también en los bautizos y las exequias, tiene un claro sentido en relación a la luz que Cristo, verdadera Luz del mundo nos quiere comunicar, cosa que se pone de manifiesto cuando se encienden progresivamente las candelas para todo el pueblo en la procesión de la Vigilia Pascual; En la fiesta de la Candelaria, el 2 de febrero, cuando celebremos la Presentación del Señor en el Templo, junto con la Purificación de Nuestra Señora, para dar inicio a la celebración eucarística se organiza una procesión con velas encendidas, poniendo de relieve el simbolismo de la luz para los cristianos que siguen a Cristo «luz para alumbrar a las naciones», como afirma el anciano Simeón. Cirio Pascual. Luz