ramona_101_julio10_continuado 6/16/10 9:31 PM Page 90 Por qué, cuándo y cómo me sedujo ramona Marina Papadopoulos esde sus primeros números cuando irrumpió como una revista poco pretenciosa por su formato, pero la primera que habría la posibilidad de opinión y diálogo entre artistas. D Promesas y deseos Creo que lo imparable ha de ser la producción. Los artistas excelsos, buenos, mediocres y los otros se multiplicarán, los críticos no darán abasto, los espacios serán insuficientes, se inventarán miles de otros circuitos. Pero, como creo incondicionalmente en el arte, siempre habrá artistas que den cuenta de su contemporaneidad a pesar de todo. Un deseo: que los canales del debate no se estrechen, que tratemos de ser fieles a nosotros mismos y el arte deje de ser finalmente un espectáculo. Gracias a todos por sus aportes. Cariñosamente, Marina ramona muere en manos de sus lectores Ricardo Pardal amás conocí a ramona. No vi el color de sus ojos. Pero una muerte así tiene un valor. Morir suele ser inoportuno. No da lugar a “últimas palabras” ni a miradas húmedas en los ojos de quien nos despide amorosamente. A veces, morir es tener sed y no poder pedir ayuda, no saber qué es lo que pasa; oír el ajetreo de gente que habla fuerte y a veces se ríe, mientras uno trata de entender lo qué pasó. Las muertes de las películas son despedi- J 90 das a medida. Alguna última palabra fue y se quedó sin ser escuchada. Muchos tumultuosos pensamientos a medio vestir pueblan la mente del que muere. Ninguna muerte es perfecta ni prolija. Nadie está entero ni preparado. Salvo ramona que tiene esa oportunidad. Y pide a quienes la llevan de la mano, que hablen sobre el futuro del arte… Pero a ella nada parecido se le ocurre. A mí se me ocurre que –mujer sabia– piensa más bien en el pasado del arte. La chusma riéndose de Gauguin porque había pintado un perro anaranjado; el rubor