T24// TENDENCIAS | LATERCERA | Sábado 21 de septiembre de 2013 RR La jineteada es la prueba más tradicional y esperada de la competencia. La gran fiesta gaucha de Argentina San Antonio de Areco es el pueblo gaucho por excelencia de Argentina, que cada año celebra la Fiesta de la Tradición, con jineteadas, dos mil gauchos y setenta tropillas de potros desfilando por las calles. TEXTO Y FOTOS: Julián Varsavsky A EN LAS AFUERAS de San Antonio de Areco –a 112 km de la ciudad de Buenos Aires- aparecen los primeros signos del mundo rural de la pampa argentina: camionetas embarradas, silos cerealeros, molinos y mucha gente a caballo. Pero no hemos llegado en un día cualquiera: hoy es 8 de noviembre, la primera jornada de la Fiesta de la Tradición, la celebración gaucha más importante de Argentina. Los gauchos van y vienen a caballo por las calles con sus ropas de gala, que también son de campo. Lucen sombreros y boinas, botas con espuelas de plata, cinturones con monedas incrustadas y filosos facones en la cintura. La fiesta –que este año será del 8 al 10 de noviembre– está en su apogeo con los gauchos desfilando frente a la multitud llegada de varias provincias y viajeros de muchos países. Uno de esos viajeros se acerca a preguntarme “¿qué es exactamente un gaucho?”. Toda categoría cultural es en principio inexacta, pero al tratar de responderle veo que la del gaucho mucho más. Arranco por el final y con trampa: “El gaucho ya no existe, señor”. Desorientado, el hombre me pregunta si entonces esto está armado para el turismo. Y le respondo que no: “Son todos gauchos auténticos, de verdad”. Mi oyente se ríe y se dispone a escuchar la explicación. El legendario gaucho de la pampa argentina encerraba en su singular estampa criolla esa mezcla de lo indígena con lo europeo, originada de la colonización. Aquellos mestizos de vida a la intemperie –“sin dueño ni patrón”– profesaban el culto del coraje. Rápidos para desenvainar el puñal, creían que el resultado de un duelo estaba prefijado de antemano: uno de los contendientes desenfundaba el acero para morir. “El diálogo pausado, el mate y el naipe eran las formas de su tiempo’’, Y aseveró el escritor Jorge Luis Borges. A comienzos del siglo XIX esos “hombres sin ley” erraban por las inmensas planicies con soberana libertad, empleándose en las estancias ganaderas de manera temporaria. Cuando tenían hambre cazaban con sus boleadoras una de las miles de vacas salvajes que había en la pampa. Pero al surgir los alambrados, ese gaucho desaparece para convertirse en lo que es hoy: un peón de campo asalariado que anda a caballo. El concepto del gaucho entonces ha variado, pero no ha desaparecido como tal. Y en la Fiesta de la Tradición de San Antonio de Areco se respira como en ningún otro lugar la evolución de esa cultura gaucha de antaño, actualizada a los tiempos actuales. Arranca la celebración La Fiesta de la Tradición comienza el día viernes a las 21.30, cuando se enciende el fogón del histórico bar de campo –o pulpería– La Blanqueada. El fogón arde en el patio y toda la noche van llegando paisanos locales y de diferentes pueblos. Los tríos y cuartetos musicales animan la fiesta de manera espontánea con su música de ritmos como gato, triunfo, huella, triste y estilo. La animación sigue hasta la madrugada, todavía sin multitudes. A lo largo del sábado el ambiente comienza a encenderse de a poco, con los gauchos llegando a caballo desde diferentes pueblos. Entre ellos están los que traen en solitario a su tropilla de caballos arreados muchos kilómetros sin necesidad de atar a uno solo. La “yegua madrina” dirige a la tropilla de potros machos con un cencerro, los cuales la siguen obedientemente (están en proceso de amanse). Una tropilla se compone de una docena de caballos y durante la fiesta llegan al pueblo setenta de estos grupos. Para un gaucho es un orgullo tener una tropilla completa de animales del mismo pelo (color). Estos pueden ser overos (con un tono general claro y manchas oscuras