TESTIMONIOS La Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) también fue intervenida 27 de mayo de 2012 La intervención vaticana a la la conferencias de religiosas de Estados Unidos, nos recuerda la intervención de que fue objeto la CLAR en 19980. La Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR) es un organismo internacional de derecho pontificio, erigido por el Vaticano el 2 de Marzo de 1959. Es monitoreada por la la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). La CLAR tiene como objetivo la animación y coordinación de las conferencias nacionales de Superiores/as Mayores de América Latina y del Caribe presentes en 22 países. Esta reflexión personal nace de mi experiencia de más de 50 años de vida religiosa, 32 de los cuales los viví con Cecilia González en medio de los pobres. Es importante recordar que los orígenes de la vida religiosa está en un pequeño grupo seguidores/as de Jesús de Nazaret, perseguidos como El , que al recibir el bautismo proclamaban estar resueltos al martirio en medio de una sociedad pagana, donde reinaba la injusticia. Celebraban los santos misterios en las catacumbas, así surgió el profetismos dentro de la historia de la iglesia, autónoma, sin poder y sin prestigio. Los cambios históricos fueron desviando a la mayoría de la vida religiosa institucional al lado del poder de la clase dominante que la convirtió en su principal apoyo ideológico. Intervención vaticana a la CLAR Pio XII acababa de morir y fue nombrado Juan XXIII , quien en un signo profético comenzó la renovación de la Iglesia, por medio del Concilio Vaticano II culminado en 1965. Años después, en Medellín, en el año 1968 se reunió la Conferencia Episcopal Latinoamericana, donde los Obispos del continente, invitaron a un compromiso radical para un cambio de estructuras a todo nivel: dejar estructuras piramidales y construir comunitarias, resaltar que somos un pueblo que camina construyendo un mundo más justo y fraterno. Así, florecieron las comunidades de base, Monseñor Romero escribía: “Fuimos invitados también a una reunión de comunidades eclesiales de base, celebrada en el colegio de los Maristas, donde cerca de un millar de cristianos, que viven la experiencia de las comunidades eclesiales de base, en diversas parroquias del país, se han congregado para estudiar más a fondo esta realidad de nuestra Iglesia”. Era una época de mucha movilización social que buscaba la libertad: el mayo parisino de 1968, revolución cubana 1959 , los movimientos de liberación en América Latina, todas, búsquedas de justicia social de un cambio de estructuras. Buscando en mis documentos encontré varias revistas de la CLAR en los que se reflejan estos anhelos. Cito los títulos que nos dan una pista por dónde iba la reflexión de fe: Año XVIII No. 9 septiembre de 1980, Vida consagrada en la evangelización de lo político. Era presidente Mateo Perdia CP, Secretaria Henmengarda Alves Martins rscj. Confirmada en su cargo por el cardenal Eduardo Pironio, Prefecto de la Sagrada Congregación de Religiosos. Un Obispo muy comprometido con el cambio. - Año XXIII No. 12 diciembre de 1985 : Un reto para los superiores religiosos ¿conservación o misión? 25 años de la Clar . Por Howard J.Gray S.j. Provincial de Detroit. - Revista CLAR No. 581987, Profetas del Reino: grandes líneas de la actual teología de la V:ida Religiosa en América Latina. Delir Brunelli - Managua, Nicaragua, 16 de noviembre de 1990 primer aniversario del asesinato de los 6 jesuitas y dos trabajadoras domésticas de la UCA del Salvador . Comunicado de 148 sacerdotes y religiosas, 233 delegados de la Palabra “Dando razón de nuestra esperanza” -8 de febrero de 1.992 Pedro Casaldaliga pronunció una conferencia a todos los religiosos asistentes al encuentro dominicano en Sao Paulo- Brasil, el hermano Tiberio Pollania Ramirez OP. Nos compartió esa conferencia: “me ha parecido de sumo interés para nosotros, que de una u otra forma continuemos comprometidos en la lucha de la justicia y la paz.” - Ano XXXI No. 3 Marzo de 1.993: El sacrificio de Isaac una parábola de la vida religiosa. En la carta de presentación Carlos Palacio SJ escribe: “ Cómo explicar que, después que ha pasado tanto tiempo desde le Concilio y con tantos esfuerzos reclamados en su renovación la vida religosa . No presente todavía un “rostro” suficientemente nítido , “una figura” convincente y significativa, capaz de expresar de manera inmediata su propuesta evangélica?” -Revista Clar No. 211 : noviembre –diciembre 1999. P. José Comblin teólogo belgabrasilero , escribió sobre Los cristianos y la solidaridad con los pobres Por nombrar algunos de los artículos de la CLAR que fueron manantial de donde bebíamos con avidez para buscar el cambio de la vida religiosa. Esta línea de trabajo no fue del agrado del Vaticano, vino la intervención. Recientemente hablé sobre el tema con una de las religiosas implicadas en ese difícil proceso dentro de la CLAR. Me comentaba que la intervención vaticana fue un momento muy doloroso para ella y los directores de entonces. Fueron objeto de campañas de desprestigio, reproches y calumnias. No podíamos romper con la Curia Romana, me decía, porque la vida religiosa depende en general de la Santa Sede, que la ve primordial para su sobrevivencia, … “no había otra cosa que someternos”. Y hoy, digo yo sufrimos las consecuencias: una vida religiosa en involución…perdiendo su carisma profético. Muchas religiosas sufren atadas a sus instituciones o están marginadas. Hay temor a desinstalarse y a arriesgarse, hay mucha tranquilidad porque la vida religiosa permanece al “interior de ella misma”. No hemos descubierto que como cristianas somos “levadura en la masa”, sal… semilla de mostaza… como nos lo dice Jesús en el Evangelio. Hna Cecilia Naranjo Botero RSCJ ********** Al escuchar a Valery y después a Cecilia viene a mi recuerdo la experiencia vivida en la CLAR por los años ochenta cuando dicha Conferencia fue también intervenida por la Congregación de vida Consagrada del Vaticano, que también nombró un Obispo, Mons. López Trujillo, para dicha supervisión o intervención. Y eran los mismos puntos objeto de supervisión: Los Estatutos, los Proyectos como Palabra y Vida, que fue suspendido, las publicaciones, la formación de los religiosos/as. También en esa coyuntura se dio la desaprobación por parte de la Congregación de Vida Consagrada del Vaticano de la Secretaria Ejecutiva, que en ese momento fue elegida, argumentando “la falta de formación teológica de la Vida Religiosa Femenina” Todo esto se da en un contexto en que la Vida Religiosa Latinoamericana, especialmente la femenina, a raíz del Vaticano II y sobre todo la Conferencia de Medellín, y en fidelidad a la acción del Espíritu que lleva a la Vida Religiosa a beber a las fuentes del Evangelio y de los carismas fundacionales dándose aquel movimiento hacia el compromiso preferencial con los pobres y que generó una espiritualidad y un estilo de Vida Religiosa inserta entre los pobres, como nos recordaba Cecilia cuando hacía mención a las Comunidades Religiosas Insertas en Medios Pobres. Y bien sabemos del impacto apostólico y misionero de la Vida Religiosa en esas décadas y también del testimonio de los mártires que en fidelidad a Jesús y el Evangelio entregaron su vida. Todo lo anterior hace pensar que lo que en estos momentos están viviendo nuestras Hermanas Norteamericanas en su LRWC no es nuevo en la Iglesia y lo que estaría en juego es la definición entre: evangelio o institución. ¿A quién seguimos?, ¿a quién ser fiel? ¿A Jesús y su proyecto del Reino? o ¿a una Jerarquía masculina que impone sus normas y exige sometimiento con argumentos de comunión?. ¿Cómo entender la Comunión donde falta reconocimiento, escucha, dialogo, participación, relaciones igualitarias...? Por eso, muy buena y oportuna en este momento nuestra expresión de apoyo y solidaridad para nuestras Hermanas de la LRWC, pero también, oportuno para desde nuestra realidad, aquí y ahora poder abrir espacios para disponer de información alternativa, comunicar, reflexionar la realidad y el acontecer del presente para discernir, entre luces y sombras, la presencia y el acontecer del Espíritu y desde El, conducir nuestro actuar responsable. Hna María Dolores Aseguinolaza Ca. Ch.