Capítulo XXIII – Iom Kipur (Shoresh 2012)

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Capítulo XXIII
Unas palabras de introducción
¿Qué es Iom Kipur para aquellos que no observan las tradiciones religiosas del
judaísmo? Antiguos autores y pensadores sionistas, se formulaban esta pregunta
que sigue teniendo vigencia aún hoy. La respuesta que encontraban pasaba por lo
colectivo: en este día, decían, lo personal deja de importar, para ser trascendentes
los problemas del devenir nacional, humano y universal.
Iom Kipur es un día ecológico. Seas religioso o conservador vas a hacer una
limpieza interna: arrepentimiento y ayuno.
Más allá de la postura religiosa de cada uno, este tiempo debería ser usado para la
reflexión. ¡OJO! La propuesta excede mucho pero mucho más que pensar en si le
hice daño a alguien rogar por sus disculpas. La propuesta apunta a reflexionar si lo
que hacemos generalmente está bien. ¿Estamos contentos con nuestras rutinas?
¿Las cosas que hacemos, por qué las hacemos? Muchas veces, aunque digamos que
no, actuamos por inercia. Eso también es parte de la reflexión. ¿Nos sentimos bien
con lo que hacemos? ¿Deberíamos hacer otras cosas?
Iamim Noraim
No todas las culturas tienen un mes entero el cual se dedican a reflexionar.
Tampoco tienen diez días en los que se puede pedir perdón, ni uno en el cual nos
dedicamos puramente a ambas cosas.
Uno de los grandes valores que tiene el judaísmo es el de la autocrítica y el perdón.
Iom Kipur es el punto cúlmine de 40 días de reflexión que tenemos los cuales
inician con el mes de Elul y terminan en el día del perdón. Este tiempo es el que
tenemos para reflexionar, pedir perdón y ser perdonados.
La raíz de la palabra “Teshuvá” es SHUV, volver. Nos enseña a volver al camino
correcto.
La Teshuvá comienza siendo un proceso interior, pero termina realizándose en el
exterior, en relación con los otros, con la vida, con Dios. Por medio de la Teshuvá el
hombre toma conciencia de los males realizados por él, decide cambiar el rumbo de
su vida, deja de hacer el mal y decide hacer el bien, y se convierte, en
consecuencia, en otra persona.
La Teshuvá consta de cuatro etapas: Reconocer el error (pensar), confesar el error
(decir), decidir no volver a cometer el error (pensar), y atravesar la misma
situación y no volver a cometer el error (acción).
Los Iamim Noraim son los primeros días del año, que se extienden entre Rosh
Hashaná y Iom Kipur. Durante los mismos, reflexionamos sobre el año entrante; y
la traducción de su nombre es “Días terribles”.
Cabe preguntarse, ¿por qué terribles? ¿Acaso porque en ellos “se estila” asistir
indefectiblemente al Templo, cosa que a muchos aterra o simplemente
desagrada? La respuesta es, simplemente, que en esos días nuestro Di-s decide si
cada uno de nosotros volverá a ser inscripto y sellado en el Libro de la Vida.
La historia de Ioná
Una de las lecturas de Iom Kipur corresponde al libro del Profeta Ioná.
Intentaremos "hacer hablar" a las mekorot (fuentes), procuraremos generar
interrogantes
de
los
cuales
surjan
conceptos que den lugar a un proceso
educativo. Y, en este caso, el relato nos
permitirá
volver
sobre
la
imagen
de
aquella escalera que comenzamos a subir
en el mes de Elul, a la cual hicimos
referencia en el jomer de la semana
pasada, de Rosh Hashaná.
La historia de Ioná resulta un disparador
para tematizar el momento en el que la introspección encuentra su punto más alto.
Las dudas, los temores, las huidas, resultan elementos a partir de los cuales
generamos un vínculo empático hacia Ioná.
El libro de Ioná (Jonás) relata la historia del profeta que, al encomendarle Di-s la
misión de advertir y concientizar a la población de Nínive, que se hallaba sumida en
la corrupción, se embarca en un navío con destino a Tarshish para evadir la Misión
Divina.
Ya en alta mar, una repentina y furiosa tempestad azota a la embarcación.
Los navegantes, ante el inminente peligro de naufragio se desprenden de sus
pertenencias, arrojándolas al mar para alivianar el peso de la nave; luego, ya a
punto de zozobrar acuden e imploran a sus dioses por auxilio.
Es entonces cuando el capitán de la nave descubre a nuestro personaje, que se
escabulló hacia la bodega, echándose a dormir y lo increparon estas palabras:
“¿Qué haces tú durmiendo? Levántate y clama a tu Di-s…”
Ioná, sabedor de su culpa y sus consecuencias, les impone su origen judío y de su
intento de fuga a la voluntad del Eterno Creador del mundo y les propone que lo
arrojen al mar. Los navegantes tras intentar infructuosamente otros recursos y
luego de dramáticos cabildeos, así lo hacen e inmediatamente cesa la tormenta y
reina la calma, provocando este hecho el estupor de los gentiles y el
reconocimiento de éstos hacia el único Di-s.
Ainoa lo engulle una ballena enviada por Di-s, que lo traslada durante tres días en
su seno y lo expulsa en las costas de la ciudad de Nínive, donde por fin Ioná
cumple con su misión espiritual exitosamente.
Esta historia refleja patentemente nuestra realidad actual. El judío moderno se
asemeja a Ioná; íntimamente es conciente de su misión espiritual, más teniendo la
responsabilidad, se “embarca” en aventuras e ideales comerciales, materiales, de
status, internándose en un mar de ambiciones y pasiones tan interminables como
insaciables, asimilándose a sus circunstanciales compañeros de viaje con destino a
Tarshish (piedra preciosa que simboliza fortuna, poder).
Rituales, Costumbres & Tradiciones
Iom Kipur se celebra el décimo día de Tishrei, cuando el destino de cada
individuo está ya alegóricamente sellado en el “Libro de la vida”.
Solamente los pecados entre Di-s y el hombre pueden ser expiados en este
día.
¿Por qué nos vestimos de blanco?
En la tradición judía los atuendos blancos son símbolo de pureza y humildad.
Cuando el Cohen HaGadol (Sumo Sacerdote) entraba al Kodesh HaKodashim
en los días reverenciales, en lugar de usar sus vestimentas típicas doradas,
vestía simplemente atuendos de lino blanco. También la costumbre de vestir de
blanco viene de la frase de Isaías, cuyas palabras se leen en la Haftará de Rosh
Hashaná: "Si vuestros pecados fueren como la grana (muy pesados), como la
nieve serán emblanquecidos (después del arrepentimiento).
¿Por qué no usamos zapatos de cuero?
Entre las actividades placenteras que están prohibidas en el solemne día de
Iom Kipur se encuentra la de calzar zapatos de cuero. Bañarse, comer y
mantener relaciones sexuales también está prohibido. El uso de calzado de
cuero era un lujo en los tiempos antiguos, y por eso se hizo costumbre calzar
zapatos de lona o goma, simbolizando el día de aflicción.
¿Por qué ayunamos?
La finalidad no es el tormento en sí mismo sino la elevación espiritual: en el
Sefer HaJinuj se explica: "La raíz de este precepto es para fijar al ser humano
un día en el año para expiar los pecados mediante la penitencia, es por eso que
fuimos ordenados a ayunar. Pues el comer y el beber y demás placeres
corporales nos incitan a continuar en la persecución de lo material y evitan que
el alma procure la verdad y no es digno presentarse a juicio delante de Di-s
comido y bebido... Es por eso que el hombre debe en este día fortificar la
fuerza de su alma para que ella sea digna de recibir la expiación de Di-s".
¿Las cinco prohibiciones?
Según nos indica la Mishná, las cinco prohibiciones para el día de Iom Kipur
son:

La prohibición de la comida y la bebida.

La prohibición de bañarse.

La prohibición de maquillarse y perfumarse.

La prohibición de usar calzado de cuero.

La prohibición de mantener relaciones sexuales.
Kaparot: En la víspera de Iom Kipur se
acostumbra a realizar Kaparot. Se toma un
gallo (para los hombres) y una gallina (para
las mujeres). Se revolea el gallo, la gallina,
y se recita: "esta gallina esta en mi lugar,
me reemplaza y es mi perdón, esta gallina
irá a la muerte y yo entraré en una vida
larga y apacible".
La importancia de pedir perdón, y la capacidad de perdonar
A continuación, sólo cortos textos para leer y poder relacionar haciendo una
pequeña tarea de conexión y razonamiento…
Es cierto que en Rosh Hashana hablamos de lo mismo. Es que creo tan importante
poder fijarlo en los janijim, que no me parece mal repetirlo pero esta vez desde
otra arista, desde la acción y la corrección. El perdón es necesario pero no
suficiente.
Los hombres tenemos la capacidad de reflexionar sobre lo que hacemos, es decir,
de volver atrás con el pensamiento y preguntarnos si actuamos correctamente con
lo que creemos es propicio y es bueno. Cuando hablamos de los valores nos
estamos refiriendo justamente a eso que pensamos que es bueno y que tiene su
origen en la racionalidad, en nuestro pensamiento, y en la convención social, es
decir, en la aceptación del valor por la sociedad, comunidad o pueblo. La de
reflexionar es una actividad que realizamos todos los días, algunos más, otros
menos, con mayor o menor frecuencia, pero todos los hombres reflexionan. Y
cuando nos equivocamos, nuestras pasiones y nuestros pensamientos se mezclan
para dar lugar a lo que no queremos. El error no da tiempo de corrección
instantánea, por eso es error.
En Iom Kipur, el pueblo judío decide reafirmar sus valores, de manera individual y
colectiva, y reflexionar sobre las acciones para revisar la justicia de nuestras
convenciones y actitudes diarias.
La capacidad de perdonar
Rab. Harold Kushner
Hace unos años, mi discurso de Iom Kipur se había centrado en la capacidad de
perdonar. Al día siguiente, una mujer vino a verme, muy preocupada por el
sermón. Me contó que, hacía diez años, su marido la había dejado por una mujer
más joven, y había tenido que criar sola a sus hijos. Y me preguntó, enojada,
“¿Y usted quiere que yo le perdone lo que nos hizo?”
Yo le dije, “Sí, quiero que lo perdones. No que lo excuses; no que digas que lo
que hizo es aceptable, pero perdonarlo como una forma de decir que alguien que
hizo eso no tiene derecho a vivir dentro de tu cabeza, así como ya no tiene
derecho a vivir en tu casa. ¿Por qué vas a darle a un hombre así el poder de
convertirte en una mujer amarga y vengativa? No se merece ejercer ese poder
sobre vos.”
El perdón no es un favor que les hacemos a las personas que nos ofendieron. Es
un favor que nos hacemos a nosotros mismos, limpiando nuestras almas de
pensamientos y recuerdos que nos conducen a vernos como víctimas y a no
disfrutar de la vida. Cuando entendemos que no podemos elegir lo que otras
personas nos hacen, pero siempre tenemos la posibilidad de decidir cómo
responder ante lo que nos hacen, nos libramos de esas memorias amargas y
comenzamos el nuevo año, limpios y frescos.
Enfoque jinují

Araiot (10) & Dubonim (11): Iamim Noraim, “Los días terribles”. El valor
del juicio, del arrepentimiento y de la reflexión.

Balagan (12) & Dardazim (13): La historia del Profeta Ioná, darla a
conocer, sus valores, y mensajes que transmite.

Malajim (14): Rituales, costumbres y tradiciones de Iamim Noraim y Iom
Kipur. ¿Cómo nos preparamos para lo ya conocido? ¿Es realmente algo ya conocido
o nos enfrentamos a lo desconocido?

Gamadim (15) & Meshugaim (16): La necesidad y el valor del
arrepentimiento frente a un error cometido. La importancia de pedir perdón y la
capacidad humana de poder perdonar.
Que podamos, todos,
empezar este nuevo
año siendo inscriptos
y sellados en el Libro
de la Vida.
Y que todo lo que
venga, nos encuentre
a cada uno de
nosotros, con una
vida al estilo del
rompecabezas de la
foto: llena de colores, cosas lindas, y armonía!
Tzom Kal & Gmar Jatimá Tová para todos!
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