Reforma al equilibrio de poderes: necesaria mas no suficiente Bogotá, abril 13 de 2015. “La reforma sobre el equilibrio de poderes, aunque necesaria en lo judicial, no resuelve el problema más grave para el hombre de la calle, que es el de obtener pronta y adecuada justicia”, afirmó Antonio Aljure, decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario. Durante el Foro El Papel de la Justicia en la Nueva Arquitectura del Estado, el académico indicó que “parece haber consenso en que reformas legales, reglamentarias o de buenas prácticas judiciales son más efectivas para dicho problema. Sin embargo, la reforma que hoy se tramita es necesaria mas no suficiente”. Facultad nominadora o electora de las altas cortes Para el decano de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, los resultados prácticos de los años de vigencia de la constitución del 91 sugieren como principio orientador el regreso a la técnica de la cooptación. No obstante, se mantendría el actual sistema de nominación y selección de los magistrados de la Corte Constitucional, aunque implica la conservación de un paso muy difícil para el candidato que lo lleva a cabildear en el congreso su selección. “Reconocemos que la cooptación puede incurrir en la crítica de la selección por amiguismos o de la no apertura a todos los candidatos posibles; sin embargo, ha probado ser un mejor sistema que los otros y el hecho de que la selección la haga un cuerpo colegiado controla razonablemente la selección de personas sin idoneidad profesional o personal para el cargo”, dijo. No al tribunal de aforados El académico alertó sobre la inconveniencia de crear nuevos tribunales, como el llamado de aforados. “Confunde por la cantidad de cortes en la que aparecen la Constitucional, la Suprema, el Consejo de Estado y el Consejo Superior de la Judicatura y agrega una nueva carga económica a las exhaustas finanzas nacionales, amén de la probabilidad de nuevos choques de trenes”. Coto a tutelas contra sentencias judiciales Ante la congestión generada por el ingente número de tutelas, dijo que estas se han convertido en una especie de tercera o segunda instancia de todo proceso. Las altas cortes se han transformado en la práctica en verdaderos tribunales de instancia, desplazando funciones trascendentales como la unificación de jurisprudencia o el señalamiento de nuevos rumbos frente a la interpretación de las leyes. Para Aljure “es políticamente incorrecto limitar la tutela: podría pensarse en una limitación extrema en lo que tiene que ver con sentencias judiciales y en una restricción en el sentido de hacer verdaderamente excepcional el concepto de derecho fundamental. Sin embargo, la dificultad está en la manera de alcanzar tal limitación, pues ningún congreso sería capaz de aprobar por vía constitucional o legal un recorte a los alcances que hoy tiene la tutela”. En su opinión, “queda el camino de que la propia Corte Constitucional por vía de jurisprudencia pudiera poner coto a la tutela contra sentencias judiciales, ya sea prohibiéndolas o restringiéndolas, que parece imposible, ya sea limitándolas a los derechos fundamentales en estricto sentido, lo que parece sensato”. Concentrar procesos ejecutivos Planteó la posibilidad de concentrar los temas judiciales, aparte la tutela, que congestionan los despachos, como los procesos ejecutivos con título valor en que los bancos aparecen como accionantes, para darles un tratamiento mixto, es decir, judicial y administrativo. En lo judicial, permitir que el juez dicte la sentencia que ordena el pago y en lo administrativo, dejar que entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera adelanten los procesos de remate y distribución de dineros. Pronta justicia Reflexionó sobre las bases constitucionales que pudieran generar en el plano legal y reglamentario la obtención de una pronta y cumplida justicia, la cuales podrían ordenar al legislador la aprobación de procesos en que las sentencias se dicten muy rápidamente por existir identidad fáctico-jurídica con jurisprudencias anteriores bien consolidadas. En su opinión también podrían, aprovechando la experiencia de la celeridad con que se dictan las sentencias de tutela, someter determinadas situaciones a la obligación de expedir sentencia de manera pronta, teniendo en cuenta cuantías, la naturaleza de la situación u otros factores que aconsejen tal celeridad. Juzgamiento de los altos funcionarios En relación con el juzgamiento de los altos funcionarios del nivel ejecutivo y de los magistrados de las altas cortes, dijo que “debe reiterarse, para los primeros, que en el caso del presidente y los ministros ha de existir un primer filtro antes que deban enfrentar al juez de fondo, pues de no ser así, se verían abocados a atender una gran cantidad de procesos, de naturaleza judicial pero con intenciones políticas que harían imposible el desempeño de sus funciones. Para los segundos, bastaría con el principio de que pares juzgan a pares y no tendría cabida el filtro previo de que hablamos atrás”. Edad para desempeñar cargos Para Aljure, en profesiones liberales y en la magistratura nadie duda de que una edad avanzada permite sabiduría, ponderación y experiencia. Hace bien la reforma en extender la edad del retiro hasta los 70 años. En cuanto a la edad de ingreso a una corte, el hecho de que exija una avanzada dejaría por fuera jóvenes talentos merecedores de tal distinción. Concluyó su intervención señalando una tendencia hacia el debilitamiento de los ministerios por la creación de agencias con objetivos muy específicos que antes eran del resorte ministerial. Mayor información Carlos Roberto Reyes Jefe de Comunicaciones y Prensa Universidad del Rosario 3115142419 - 3416817 - 2970200 ext. 2361 carlos.reyes@urosario.edu.co