HISTORIA Y DECLARACIONES DEL MOVIMIENTO DE LOS NO ALINEADOS (hasta el año 1985) 2 Lo que sigue a continuación es el informe sobre el Movimiento de Países No Alineados aparecido en la “Guía del Tercer Mundo”, en su edición en español del año 1985. De Bandung a Zimbabwe Tanto el "tercermundismo" como el "no alineamiento" fijan sus raíces en los acontecimientos internacionales de la segunda década de este siglo. En los momentos mismos de las discusiones de paz de Versailles que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial, se realizaría el Primer Congreso Panafricano (1919), que esbozaba los requerimientos primarios de autonomía y/o participación de algunas pocas naciones de aquel Continente. Los primeros antecedentes Entre los antecedentes históricos conducentes a las tentativas de autonomismo y/o liberación de los países sujetos a un status colonial, se incluye la Conferencia de Nagasaki, Japón (1926), en cuyo transcurso se considera la abolición del sultanato en Turquía a consecuencia del movimiento de los Jóvenes Turcos liderados por Mustafá Kemal Ataturk. En la misma ocasión, el jefe militar persa Reza Khan denuncia los tratados impuestos por Inglaterra en 1919 y se anuncia como mandatario independiente. El acontecimiento que le sigue en orden de importancia es la reunión que se celebra en Bruselas, Bélgica, en 1927, con la denominación de "Primer Congreso de los Pueblos Oprimidos (Coloniales)", del cual participarán representantes de 136 organizaciones de países de Asia, Africa y América Latina (en este caso de México), incluyendo además a delegados políticos e intelectuales de naciones europeas, tales como del Partido Laborista Británico, del Partido Comunista de la joven Unión Soviética, y a personalidades del fuste de Romain Rolland, Albert Einstein y Henri Barbusse. Entre otros participantes, entonces prácticamente desconocidos, figuraron Jawaharlal Nehru, Ho Chi Minh, Leopold Sédar Senghor y la viuda de Sun Yat-Sen, quien en 1911 había proclamado la república en China. Sin embargo, pese a estas precursoras definiciones anticoloniales, la década de 1930 presencia nuevas aventuras de cuño imperial que se suponían descartadas en las relaciones internacionales: Italia invade Etiopía y Japón se instala en China. Es la década de la Guerra Civil en España y la del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Poco después del conflicto, se independizan la India, Birmania e Indonesia. Son los años de aumento de las expectativas, pero también los del origen de la Guerra Fría, que inauguran una nueva instancia política internacional. Cónclaves afroasiáticos A instancias del pandit Nehru, en 1947 se reúne en Nueva Delhi, India, un cónclave de países afroasiáticos. Los doce que habían participado de la conferencia fundacional de las Naciones Unidas en San Franciso, eran ahora veintiocho. Había puntos específicos por considerar: Francia reiniciaba sus intentos de retener lndochina, los Países Bajos pretendían conservar porciones sustanciales de su antiguo imperio en Indonesia, en China no se había producido una definición militar sustantiva entre los ejércitos de Chiang Kai Shek y Mao Zedong (Mao Tse Tung), y en Europa no se ocultaban los temores a una Tercera Guerra Mundial, cuyos protagonistas serían los hasta ayer aliados. No resultó así extraño, que en esa conferencia de Nueva Delhi surgiera por primera vez la necesidad de constituir un bloque afroasiático “neutralista". Esta posición volvió a expresarse con tintes más acentuados en la siguiente "Conferencia Gubernamental" de Nueva Delhi (1949), de la que participaron diecinueve Estados, incluídos aquellos que sólo tenían status de observadores. La Guerra Fría había "estallado" definitivamente, la Unión Soviética había alcanzado la paridad atómica con Estados 3 Unidos, la creación del Estado de Israel introducía un factor conflictivo en Medio Oriente, el gobierno de Holanda seguía hostilizando al de Indonesia y, en China, poco faltaba ya para la instauración de su República Popular. Aún cuando no se había producido la confrontación bélica de Corea, ya se advertían los indicios premonitorios de algún tipo de choque abierto. Cuando éste detonó, en 1950, aunque no se amplió con el empleo de técnicas de destrucción termonucleares, fue el primer ensayo de posguerra de una contienda de guerra caliente. Finiquitada de algún modo provisional la conflagración coreana, el siguiente motivo de convulsión en el continente asiático lo deparó la pertinacia francesa en retener porciones de Indochina con los métodos tradicionales del colonialismo finisecular, sin comprender que así como a ella misma, la Segunda Guerra Mundial también había afectado para siempre a pueblos y naciones, que ya no serían los mismos en adelante. Su derrota en Dien Bien Phu no fue suficiente, sin embargo, para absorber su significado para cuando, años más tarde, confrontara una situación similar en Argelia. Para los asiáticos Indochina contaba tanto como Indonesia o Corea. Fue aquel mismo año de Dien Bien Phu -1954-, que en Colombo, Ceilán, se reunieron los primeros ministros de este país y los de India, Indonesia, Birmania y Paquistán. Las manifestaciones de discrepancia fundamental con las formas y modos de conducción de la política internacional, no indujeron a las grandes potencias a una reformulación de sus pautas y conductas. La Conferencla de Ginebra no puso término a la guerra de Indochina, porque las banderas arriadas por Francia fueron otra vez enarboladas, aunque mimetizadas y de un modo subrepticio al principio, por los Estados Unidos, que se negaron a reconocer lo acordado en Suiza. Esa no aceptación iba a generar las trágicas guerras de Vietnam, Camboya y Laos, que no hallarían término sino en la primera mitad de 1975. La Guerra Fría Wendell Wilkie, candidato republicano a la presidencia derrotado por Roosevelt, postulaba a mediados de la Segunda Guerra Mundial: "Creemos que esta guerra debe significar el fin del Imperio de unas naciones sobre otras". Y el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Summer Welles, expresó en un discurso pronunciado el 30 de mayo de 1942: "Nuestra victoria debe aportar la liberación de todos los pueblos. La era del imperialismo ha concluido". Sin embargo, todo ello no pasó de una mera expresión de deseos. La reconstrucción socioeconómica de la posguerra perfeccionó y ajustó un sistema internacional orientado a favorecer a los países desarrollados. La tarea se vio favorecida por la circunstancia de que, salvo determinados reajustes de fronteras políticas más o menos convenidas por los Aliados en Yalta, no se produjeron modificaciones sustanciales con respecto a las diversas formas de dominación colonial y de explotación que caracterizaban históricamente las relaciones entre el centro y la periferia. En nombre de la libertad, las potencias "occidentales" se valieron de la Guerra Fría para bloquear, intervenir y desestabilizar las acciones, políticas y programas de gobiernos progresistas. La frustrada paz indochina de Ginebra ratificaba la tendencia que meses antes se había evidenciado con el derrocamiento del gobierno nacionalista de Mohammed Mossadegh, en Irán. Aquel mismo año de 1954 se repetiría una situación similar en otro país subdesarrollado, Guatemala; y el presidente del Brasil, Getulio Vargas, se dispararía un pistoletazo en la sien en su propio despacho presidencial, no sin antes firmar un testamento político a modo de acta acusatoria contra las corporaciones y monopolios trasnacionales. No había posibilidad de declararse neutrales en las batallas que se libraban en los foros internacionales y en los campos específicos de la Guerra Fría. No se consentía el disenso y, cuando la concepción de "quien no está conmigo, está con el enemigo" se impuso como norma de la diplomacia 4 norteamericana de John Foster Dulles, quedó definitivamente establecida la "obligatoriedad" del alineamiento. Como especie de cerrojo, aquel mismo año de 1954 -8 de noviembre- es el del acta de nacimiento de la SEATO (South East Treaty Organization -Organización del Tratado del Sudeste Asiático), con la participación de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Australia, Nueva Zelandia, Paquistán, Filipinas y Tailandia, los tres últimos pertenecientes al mundo subdesarrollado. Era una de las primeras respuestas orgánicas de las Potencias coloniales -con la subordinación de algunos paises colonizados-, al creciente fenómeno victorioso de las guerras de liberación nacional. En ese mismo Instante el pueblo de Argelia iniciaba la lucha armada... Las naciones que ya habían logrado su independencia en Asia y Africa, sobre todo las de mayor peso moral y político, procuraron alentar y fortalecer ese fenómeno, en circunstancias en que se veían confrontados con sus propios problemas de desarrollo. No tardaron en apercibirse de que sus esfuerzos para superar las limitaciones y condicionamientos heredados del colonialismo se veían trabados por ciertas potencias centrales que brindaban o restaban su apoyo material a sus programas económico-sociales a cambio de tal o cual posición. La reunión de Bandung La primera reunión de líderes de los países de Asia y Africa fue celebrada en Bandung, Indonesia (18-24 de abril de 1955), con el patrocinio de Indonesia, India, Birmania, Ceilán y Paquistán, los mismos de la reunión del año anterior en Colombo. Veinticuatro países más se dan cita para considerar problemas específicos de los continentes concernidos: Afganistán, Arabia Saudita, Camboya, China Popular, Egipto, Etiopía, Filipinas, Costa de Oro (hoy Ghana), Irak, Irán, Japón, Jordania, Laos, Líbano, Liberia, Libia, Nepal, Siam (hoy Tailandia), Siria, Sudán, Turquía, República Democrática de Vietnam, Vietnam del Sur y Yemen (del Norte), países en los que se perciben diferencias ideológicas y políticas significativas entre sí como para que puedan ser visualizados como conformando un "tercer bloque". Pero aunque no lo son, pesan más los problemas que los afligen -1.350 millones de habitantes representados- y que los harán suscribir diez principios comunes. Bandung está considerada como la piedra miliar, tanto para el "tercermundismo" como para el "no alineamiento". Los países afroasiáticos -los de América Latina no estuvieron representados, siquiera como observadores- accedían así a la escena mundial con líderes de primera magnitud, que eran representativos de luchas y objetivos que no siempre encontraban eco en las reuniones de las Naciones Unidas. Si bien es cierto que en Bandung estuvo presente una figura de la talla de Chou EnLai en representación de la República Popular de China, la ulterior no participación de esa nación en el Movimiento de los No Alineados reafirmó la voluntad de éste de marginarse del elemento conflictivo sustancial que dividía a los dos bloques principales de potencias: la eventualidad de un conflicto bélico nuclear. Como si adivinara que en Bandung se postularían definiciones pacifistas tales como las contenidas en los puntos 6), 7) y 8), (y además, de hecho, la conferencia deploró en un comunicado el estado de tensión internacional, con sus peligros de una conflagración mundial atómica), el presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower, luego de algunas reuniones en el seno de su gabinete, se abstuvo de enviar mensaje congratulario alguno a la reunión. Su secretario de Estado, John Foster Dulles, declaró que veía en el neutralismo una estación en la ruta hacia el comunismo, y "una concepción 'miope e inmoral". Aún sin tiempo de conocer esa "definición", Nehru calificaba a la inspiración del cónclave como "una fuerza moral", añadiendo que no implicaba una posición negativa, "puesto que si le acordamos una connotación positiva, significa naciones cuyo objetivo es apartarse de propósitos belicistas, de bloques militares y de alianzas con ese contenido. Pretendemos hacer valer 5 nuestro peso en favor de la paz". En la época de Bandung no llegarían a diez los países africanos que gozaban de independencia y soberanía efectivas, en tanto el resto continuaba sujeto a las pautas del colonialismo tradicional. Empero, los aldabonazos de impaciencia se tornaban cada vez más acuciosos y ya no se reducían a protestas pasivas o confiadas expectativas de cambio procedentes de mercedes pletóricas de comprensión y buena voluntad. El desmoronamiento del mundo colonial comenzó a acelerarse y consumarse y no porque en Bandung las naciones participantes se hubiesen comprometido a facilitarlo de algún modo orgánico o ejecutivo. Los movimientos de liberación nacional eran una realidad irrefutable a fines de la década del 30, y durante la siguiente, las alternativas de la Segunda Guerra Mundial no hicieron sino ratificarla. En todo caso, la existencia de lo que provisionalmente se llamó "neutralismo" o "tercera posición", involucró una presencia no indiferente a aquellos movimientos desde que, tácita y principistamente, en Bandung hubo pronunciamientos sobre el "respeto de los derechos fundamentales de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas", y del "reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas". Nace el No Alineamiento Gamal Abdel Nasser (Egipto) y Jawaharlal Nehru (India) se reunieron en 1956 con un tercer líder político, que aunque del área europea, estaba identificado con la flamante corriente: Josip Broz Tito, de Yugoslavia. En la isla de Brioni, los tres jefes de Estado consolidaron principios y objetivos que distinguirían a la "tercera posición" de las otras dos vigentes. En 1960, durante la celebración de la XV Asamblea General de la ONU, eran admitidos como miembros 17 “nuevos" países de Asia y Africa. Se hacía más pronunciada la oscilación en la relación de fuerzas, ahora con un ingrediente inédito que alteraba cualitativamente el cuadro habitual: la presencia de una Cuba polemista, como factor disidente dentro del marco de la indisputada hegemonía de Estados Unidos en América Latina. Fue durante esa reunión de la ONU que sesionaron separadamente líderes del nivel de Nasser, Nehru, N'Krumah, Sukarno y Tito, y de sus pláticas habría surgido la necesidad de la celebración de la Primera Conferencia de los Países No Alineados, al año siguiente. Para ello fue menester una reunión previa, el 26 de abril de 1961, entre los presidentes de la República Arabe Unida (Nasser) y de Yugoslavia (Tito), cuya consecuencia fue una invitación a jefes de Estado y de Gobierno de veintiún paises, proponiéndoles la celebración de una reunión tendiente a lograr el mejoramiento de las relaciones internacionales, la renuncia a la política de fuerza o de compulsión (estaban frescos el incidente del U-2, avión espía derribado en territorio de la Unión Soviética en 1960, y el fracaso de una intervención bélica foránea en Cuba en marzo de 1961), y el arreglo constructivo de los conflictos y problemas mundiales pendientes. Una invitación formal fue ratificada el 18 de mayo de 1961 por los Presidentes de Yugoslavia, Indonesia, la RAU, India y Afganistán. Entre el 5 y el 12 de junio se realizó en El Cairo una reunión preparatoria, de la que participaron 21 naciones, entre éstas Argelia mediante su Gobierno Provisional, Cuba -ya frontalmente adversa a Estados Unidos- y Brasil, cuyo canciller Saan Thiago Dantas dispuso el envío de un observador. Las conferencias cumbres Belgrado, 1961: La Primera Conferencia Cumbre de Países No Alineados se realizó del 1º al 6 de septiembre de 1961 en Belgrado, Yugoslavia, con la participación de 25 miembros plenos, observadores de tres países latinoamericanos -Bolivia, Brasil y Ecuador- y representantes de 35 movimientos de liberación nacional, de partidos y otras entidades afines. Al término de la reunión de Belgrado se emitieron dos documentos, denominados respectivamente "Declaración de los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No 6 Alineados" y "Peligro de guerra y llamado en favor de la paz". De lo proclamado por la Conferencia se destaca: -Apoyo a la declaración sobre la concesión de la Independencia a los países y pueblos coloniales, adoptada por la Asamblea Gral. de la ONU en su XV Periodo de sesiones. -Derecho de todos lo pueblos a la autodeterminación y al logro de sus propios fines; a la libre disposición de sus riquezas y recursos naturales. -Que se ponga fin a la acción bélica y a las medidas represivas de cualquier clase contra los países no independientes (caso Argelia, Angola, Zaire, Cuba...) -Necesidad de un desarme general, total y estricto, internacionalmente controlado... En la reunión que siguió a la de Belgrado, realizada a nivel de ministros y/o expertos en El Cairo (9-18 de julio de 1962) con el nombre de "Conferencia sobre problemas del desarrollo económico", comenzaron a cubrirse requerimientos y planteos económicos, como lo indicarán sus recomendaciones sobre problemas de desarrollo económico, cooperación entre países en vías de desarrollo, problemas del comercio internacional, agrupaciones económicas regionales, ayuda económica para el desarrollo, asistencia técnica internacional y colaboración de las Naciones Unidas en el campo del desarrollo. El Cairo, 1964: Para la Segunda Conferencia Cumbre de Países No Alineados, con la participación de Jefes de Estado o de Gobierno, prevista para el 5 al 10 de octubre de 1964, se realizaron sendas reuniones previas de preparación: una a nivel de embajadores de Colombo, Sri Lanka (23-28 de marzo de 1964), y la siguiente como Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores, en El Cairo (1º-4 de octubre). En esta reunión es visible el crecimiento del movimiento. Participan 47 paises como miembros y 10 como observadores (29 de Africa, 15 de Asia, 10 de América Latina y 3 de Europa), con asistencia de 22 jefes de Estado o de Gobierno, 9 primeros ministros, 4 ministros de relaciones exteriores, 2 vicepresidentes, 2 reyes, un emperador y un príncipe, entre otros. La actitud militante y polémica de esta segunda reunión cumbre se pone de manifiesto por detalles tales como la aceptación como miembro pleno de un delegado de uno de los movimientos de liberación de Angola, entonces colonia portuguesa, y de otro del Movimiento Pro Independencia de Puerto Rico, así como el rechazo de la participación de Moisés Tschombe, del Congo (Zaire). No faltan en la reunión de El Cairo expresas recomendaciones de carácter económico, de explicitación del acápite X) de la declaración general, tales como: El reconocimiento de que es responsabilidad de los miembros procurar progresos en su desarrollo y el deber de todos los países a contribuir a una rápida evolución "de un nuevo y justo orden económico". Entre esta conferencia cumbre y la siguiente transcurrirán seis años. Habrá empero, durante ese intervalo, reuniones parciales. La primera se efectuó como "Conferencia Tripartita" en Nueva Delhi, India (21-24 de octubre de 1966), entre los presidentes de la República Arabe Unida, Gamal Abdel Nasser, de Yugoslavia, Josip Broz Tito, y la primer ministro de la India, Indira Gandhi. La segunda tiene carácter consultivo, se realiza en Belgrado (8-12 de julio de 1969) y participan de ella “representantes especiales de gobiernos de Países No Alineados" -44 países miembros y 7 observadores-, y a su término vuelven a postularse requerimientos ya planteados con antelación: participación de todos los países en los asuntos mundiales con posición igualitaria, retirada de todas las fuerzas extranjeras de Vietnam, apoyo a los movimientos de liberación, aplicación completa y urgente de la Declaración de la ONU sobre la independencia de los pueblos coloniales, apoyo al pueblo árabe de Palestina, retirada de todos los territorios árabes ocupados después de la guerra del 5 de junio de 1967, adopción de medidas que posibiliten un mayor acceso a los mercados de los países desarrollados, la financiación del desarrollo, ayuda internacional para la diversificación de la economía de los paises 7 subdesarrollados, movilización en torno a los preparativos para la II Década del Desarrollo propiciada por la ONU, en relación con las actividades de la UNCTAD, reconocimiento del derecho de la República Popular China para ingresar en la ONU y ratificación del respeto del derecho a la autodeterminación de los pueblos. El tercer cónclave se realizó en Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU, el 27 de septiembre de 1969, y participaron en él los ministros de relaciones exteriores y jefes de delegaciones de 53 países como miembros con pleno derecho y 6 como observadores, que además de concertar su actuación en el seno de esa Asamblea General de la ONU, decidieron aceptar la celebración de una reunión preparatoria para la Tercera Conferencia Cumbre de Países No Alineados, en Dar-es-Salaam, Tanzania. Lusaka, 1970: Esta reunión se celebró en Lusaka, Zambia, del 8 al 10 de septiembre de 1970. Asistieron 54 miembros plenos y a su término se aprobó la "Declaración de Lusaka sobre Paz, Independencia, Desarrollo Cooperación y Democratización de las Relaciones Internacionales", así como una adicional "Declaración de Lusaka sobre No Alineación y Progreso Económico", que contempla los inevitables y permanentes problemas del Cercano Oriente, Indochina, el apartheid, la descolonización de las posesiones portuguesas (Angola, Mozambique, Guinea-Bissau), de Zimbabwe y Namibia, desarme y situación en Chipre. Asume especial relevancia la consideración de los temas económicos, marcando por primera vez una diferencia sustancial respecto de anteriores reuniones, como si, con la iniciación de la nueva década, surgiera la conciencia del fracaso de las expectativas sustentadas durante los años 60s. En Lusaka se estatuye para lo sucesivo la convivencia de lo político y lo económico en las agendas y programas de trabajo. Desde que la propia Conferencia de Lusaka había llegado a la conclusión política de que el peligro inmediato de un conflicto entre las superpotencias había decaído en virtud de que su tendencia a la negociación se había acrecentado, no resultaba gratuita la mención, entre otras consecuentes, de aquélla de que "la brecho económica entre países desarrollados se ha ampliado vastamente" y que "deben intensificarse los esfuerzos paro concretar urgentemente cambios estructurales en la economía mundial". De modo que la "Declaración sobre No Alineados y Progreso Económico" aparece como el primer reconocimiento formal por parte de los Jefes de Estado o de Gobierno, de la importancia del factor económico, en relación con los objetivos económicos y aspiraciones de los Países No Alineados y con el espíritu de "selfreliance". Es así que en Lusaka se resuelven medidas vinculadas con una estrategia de desarrollo internacional que trasciende lo meramente enunciativo, tales como acciones específicas sobre materias primas, incluyendo la maximización de su consumo, el libre y equitativo ingreso de los beneficios para los productores; la promoción del procesamiento de materias primas y la provisión del libre acceso a mercados consumidores; la implementación del esquema de no discriminación y de no-recíprocas preferencias; el flujo neto de transferencias financieras hasta alcanzar un mínimo de uno por ciento sobre el producto nacional bruto, en cada país desarrollado; alivio de las cargas por deudas; apoyo a la expansión de las marinas mercantes de los paises subdesarrollados; ajuste de las estructuras de producción en paises desarrollados para aumentar el comercio de los países subdesarrollados; vínculos entre los "derechos especiales de giro" (DEG) y la finanza desarrollada; facilitación de la transferencia de tecnología, libre de restricciones ilegítimas y puesta en marcha de la correspondiente estructura internacional; y medidas especiales para mejorar las capacidades productivas y la infraestructura de los países menos desarrollados y de aquellos que por su ubicación geográfica carecen de salida al mar. Del 8 al 11 de agosto de 1972 se celebra una Conferencia Ministerial en Georgetown, 8 Guyana. Los miembros participantes son ya 59 (Chile y Trinidad-Tobago han ingresado en 1971), y los países observadores -diezson todos latinoamericanos. El cónclave ministerial de Georgetown se efectúa bajo la advocación de los "cambios de las relaciones entre las grandes potencias y sentido de la no alineación respecto de esos cambios". En agosto de 1973 se realiza en Santiago de Chile la Primera Reunión de Expertos de Países No Alineados. Argel, 1973: La IV Conferencia Cumbre de Países No Alineados (5-9 de septiembre de 1973) está considerada como la de mayor significación entre todas las celebradas hasta esa momento, no solo por el gran número de participantes (75 países miembros de pleno deracho -entre éstos, Argentina y Perú por vez primera-, 8 países en calidad de observadores, 3 como invitados -Austria, Finlandia y Suecia- y 12 movimientos de liberación), sino también por la jerarquía de las representaciones y, fundamentaImente, por la importancia de los temas tratados, el debate ideológico en que por primera vez se abordó el papel de los países socialistas en relación con los No Alineados y las conclusiones aprobadas. La conferencia observó que desde 1970 la situación internacional se caracterizaba por "un afianzamiento de las corrientes pacifistas en el mundo desarrollado, y por otra parte por la tensión en otras áreas agravada por el deterioro" de las condiciones económicas en los países subdesarrollados. El acento "liberacionista" se puso de manifiesto a través de la representación oficial de movimientos admitidos en la reunión: Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), Partido Africano por la Liberación de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), Partido Unión Popular de Seychelies (SPUP), Movimiento de Liberación Nacional de las Comoras (MOLINACO), Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), Organización Popular de Africa Sudoccidental (SWAPONamibia), Organización de Liberación de Palestina (OLP), Comisión de Liberación de Palestina (CLP), Comisión de Liberación de Sao Tomé y Príncipe, Partido Socialista de Puerto Rico (PSP), Frente de Liberación de la Costa de los Somalíes -actual Djibuti(FLCS), Movimiento de Liberación de Djibuti (MLD), Congreso Nacional Africano (CNA-Sudáfrica), Congreso Panafricanista (PAC-Sudáfrica), Unión del Pueblo Africano de Zimbabwe (ZAPU) y Unión Africana de Zimbabwe (ZANU). Los observadores consideran que fue en Argelia donde por primera vez se produjo una aproximación de las posiciones tradicionales del No Alineamiento hacia las del campo de los países socialistas. En este sentido, se menciona el discurso del primer ministro cubano, Fidel Castro, como pieza ideológica que lo explicita y lo sustenta. En su Programa de Acción para la Cooperación Económica, la conferencia establecerá que "los Países No Alineados fomentarán el desarrollo de la cooperación científica y técnica con los países socialistas, en particular mediante la celebración de convenios intergubernamentales, el establecimiento de los necesarios Organismos mixtos y el fomento de las relaciones entre las Organizaciones e instituciones interesadas". En el análisis político que se formula en Argel, se mencionan como las principales causas de la "permanentemente incrementada disparidad" que aflige al mundo subdesarrollado, los "variados métodos de dominación económica y explotación neocolonialista", habida cuenta de su responsabilidad por la continuación del control de sus recursos, no obstante el éxito alcanzado en cuanto a independencia y soberanía políticas. También se alude a "la penetrante actividad de las companías trasnacionales y a su función monopolista en lo comercial, financiero e industrial", y a la "determinación de la gran mayoría de los países desarrollados de perpetuar el orden económico existente para su exclusivo beneficio". Si bien, numerosos factores han llevado a la comunidad internacional a elaborar políticas conducentes al establecimlento de un nuevo tipo de relaciones económicas internacionales, es dable esperar que "las negociaciones 9 comerciales multilaterales pavimentarán el camino que conducirá a una nueva y justa división internacional del trabajo" y que "un nuevo sistema monetario internacional" emergerá con la participación de los países subdesarrollados sobre la base de un ejercicio igualitario. La "Declaración Política" formuló posiciones radicalizadas: 1) Sobre el apartheid y la discriminación racial en Sudáfrica; 2) La situación en Medio Oriente; 3) Afirmación del total apoyo y plena solidaridad "con los pueblos que luchan contra el colonialismo portugués" y compromiso de "aumentar su apoyo político, militar, financiero y material en su justa causa", comprendiendo en este título a Angola, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Mozambique, Sao Tomé y Príncipe; 4) Liberación de los territorios de Zimbabwe, Namibia, Costa Francesa de los Somalies (Djibuti o Tierra de los Afars e Issas), Islas Comoras, Vietnam, Camboya y Puerto Rico; 5) Consideración de los problemas de Corea y del Sahara Occidental (entonces en poder de España). 4) La mera enunciación de estos temas y los cambios políticos y militares registrados en buena parte de los países indicados a partir de la reunión de Argelia, son demostrativos, entre otras cosas, de la velocidad con que se estaban produciendo las profundas alteraciones en el mapa geopolítico afroasiático, y de los cuales serian índices sobresalientes la independencia de las colonias portuguesas y la finalización de la guerra en Vietnam, Camboya y Laos. Hacia un nuevo orden económico Lo que importa destacar especialmente en torno de la reunión de Argel, es su proyecto de luchas por la instauración de un nuevo orden económico internacional. Aunque la idea subyace prácticamente en todas las reuniones previas, a partir del momento en que los Países No Alineados cobran conciencia de la dimensión económica de su problemática, es en esta oportunidad en que cobra vida definitiva, a punto tal que, superando el marco aparentemente retórico, la expresión concep tualizada se traduce en la convocatoria de la Asamblea General de las Naciones Unidas (9 de abril2 de mayo de 1974), en cuyo transcurso es aprobada con la solidaridad unánime del mundo subdesarrollado y el apoyo de los países socialistas, y no obstante los reservas de algunas potencias capitalistas, la declaración sobre el establecimiento de un "Nuevo Orden Internacional", que en el texto es definido como "basado en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación de los Estados, cualesquiera sean sus sistemas económicos y sociales, que permita corregir las desigualdades y reparar las injusticias actuales, eliminar las disparidades crecientes entre los países desarrollados y los países en desarrollo y garantizar a las generaciones futuras un desarrollo económico y social que vaya acelerándose en la paz y la justicia". La declaración se acompañó de un programa de acción, que contempla la adopción de medidas de emergencia, incluyendo un fondo especial para ayuda a los países subdesarrollados más seriamente afectados por la crisis económica mundial desatada desde mediados de 1973. Cabe consignar, por otra parte, que el documento aprobado por la Asamblea General de la ONU utiliza una fraseología polemizadora, concomitante con la naturaleza de las puntualizaciones de la realidad que sustenta su texto. Así, se expide contra la dominación extranjera y colonial, la ocupación foránea, la discriminación racial, el apartheid y el colonialismo en todas sus formas. En febrero de 1975 se realizó en Dakar, Senegal, una Conferencia sobre Materias Primas, con la participación de 65 países, 5 movimientos de liberación nacional, 4 organizaciones internacionales, 2 organizaciones regionales y 3 asociaciones de productores. Sri Lanka, 1976: Del 16 al 20 de agosto de 1976 se realizó la V reunión de Jefes de Estado o de Gobierno de Países No Alineados, en Colombo, capital de Sri 10 Lanka (ex Ceilán), que destacaba el dato de contener la mayor representatividad en cuanto al número de países miembros -86de entre todas las que se habían celebrado hasta ese momento. Este detalle cuantitativo no desmerecía la importancia de los temas incluídos en la agenda. A algo más de 20 años de la reunión pionera de Bandung, el Movimiento de Países No Alineados, con todas las imperfecciones que podrían computársele, había adquirido su mayoría de edad y su innegable derecho a la existencia. Más aún, su constante crecimiento a despecho de las visibles diferencias o discrepancias que separaban a no pocos de sus miembros, era uno de los indicios más elocuentes de su racionalidad y la prueba más cabal de que sería escasamente inteligente desdeñarle en su condición de grupo "distinto" en la arena mundial. Porque, entre otras cosas, esa distinción precisamente había hecho posible y convalidado su presencia militante en un mundo dividido, con tal efectividad que en los años más recientes procuraban ingresar en él países que se habían mantenido hasta entonces marginados. En Colombo presentaron sendas solicitudes de ingreso al Movimiento países como Rumania, Portugal y Filipinas. Además, la tradicionalmente neutral Suiza, pidió ser admitida con carácter de observadora. Al mismo tiempo, el área socialista estaba mostrando mayor propensión a acercarse a las tesis y posiciones del No Alineamiento, mientras que los principales países capitalistas persistían en su actitud de desdén o de ajenidad. Tanto por la cuantía numérica de los representados, como por la magnitud de la población involucrada, la de Sri Lanka bien podía considerarse como la segunda asamblea cimera de nivel mundial, inmediatamente después de las que congregan las de la ONU. Además, era la primera reunión que se realizaba luego de acontecimientos de resonancia internacional como la conclusión de la guerra en Indochina y la independencia de la mayoría de las ex-colonias portuguesas. No menos importante resultaba, en el campo político-ideoIógico, el notorio avance hacia la detente y la vigencia de un nuevo clima internacional, en el que se advertía la declinación constante de los postulados de la Guerra Fría. Es claro que frente a aspectos tan positivos que de algún modo se reflejaban en los campos militar y económico, seguían subsistiendo desigualdades, desequilibrios, un orden injusto, expectativas crecientemente frustradas y subyacentes pesimismos, condensados en la ácida expresión de uno de los delegados, según la cual había carencia de “voluntad política” en las naciones desarrolladas, para producir “un cambio de dirección favorable a cuanto implique un nuevo orden económico internacional”. Pero fue precisamente la procura de ese nuevo orden, preconizado en la reunión de Argelia en 1973 y adoptado como política básica por la ONU en 1974, la destinada a ser el tema más importante en la reunión de Sri Lanka, donde debía hacerse, teóricamente, una primera evaluación entre la propuesta de Argel y lo alcanzado al cabo de casi tres años de brega incesante en foros internacionales y en reuniones bilaterales y multilaterales. La sesión plenaria de cancilleres, previa a la de los Jefes de Estado o de Gobierno, aprobó la agenda de trabajo, que incluía, preliminarmente, la situación en Sudáfrica, y las cuestiones coloniales; la situacion de Medio Oriente; las cuestiones palestina, chipriota, de Corea, de los países latinoamericanos, del Océano Indico como zona de paz, de las implicaciones internacionales de la distensión y las tensiones de El Líbano; la ingerencia en los asuntos internos de los Estados por parte de otros paises; y el desarme y la seguridad internacional. Al propio tiempo, con el apoyo de Túnez y Yugoslavia, la India presentaba el proyecto de resolución por el que se aprobaba la constitución del PooI de Agencias Noticiosas de Países No Alineados. La reunión cumbre de Sri Lanka finalizó con la aprobación de 16 resoluciones sobre cuestiones políticas y 12 relativas a asuntos económicos. El documento económico, ratificador de los principios del Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), declaró que "el crecimiento de la brecha 11 entre países desarrollados y subdesarrollados es una de las más amenazadoras fuentes de tensiones y conflictos". La Habana, 1979: La VI Conferencia Cumbre del Movimiento de Paises No Alineados se realizó en La Habana, Cuba, del 3 al 9 de setiembre de 1979, con la presencia de 97 miembros plenos y 20 observadores. La presencia latinoamericana se elevó a doce miembros plenos y once observadores y se expresó en el amplio destaque que merecen los problemas de la región en la declaración final. Es saludada la revolución que acababa de triunfar en Nicaragua, se condenó el régimen guatemalteco, se respaldó la lucha popular en El Salvador, se reclamó solidaridad con Granada, cuyo gobierno denunció un plan de desestabilización. Los problemas mundiales, regionales y locales fueron tratados con extremo detalle en La Habana. Las resoluciones de la Conferencia conformaron un libro de doscientas páginas. La expectativa creada en torno a un enfrentamiento entre Tito y Fidel Castro, que dividiría al Movimiento, se vio frustrada. Las diferencias ideológicas fueron contornadas con habilidad y apenas un país -Birmaniaabandonó el Movimiento. Los temas económicos fueron eclipsados en La Habana por temas políticos candentes. Se reafirmaron los principios tradicionales de anticolonialismo, pero fue imposible obtener consenso en torno a nuevas situaciones: el Sahara Occidental, ocupado por Marruecos y Mauritania, Timor Oriental, anexado por la fuerza a Indonesia, tropas vietnamitas en Kampuchea (cuyo lugar en el Movimiento quedó desde entonces vacío, al no llegarse a acuerdo sobre si debía ocuparlo la República Popular o la Democrática) y efectivos soviéticos en Afganistán. Pero si no se llegó a acuerdos, al menos se acordó estar civilizadamente en desacuerdo manteniendo la unidad del Movimiento en torno a los puntos comunes de su programa. Managua, 1983: La séptima conferencia de jefes de Estado del Movimiento debió realizarse en setiembre de 1982 en Bagdad, Irak, pero ello no fue posible debido a la guerra entre este país e Irán. El encuentro fue finalmente realizado en Nueva Delhi, India, en marzo de 1983, precedido de una reunión a nivel ministerial y del Buró de Coordinación en Managua, Nicaragua, celebrada del 10 al 14 de enero. La presencia de 116 delegaciones transformó el encuentro en un acto mundial de solidaridad con Nicaragua ante las crecientes presiones de los Estados Unidos. Entre otros temas, la Declaración de Managua destacó como amenaza a la paz hemisférica la existencia de un destacamento norteamericano de intervención rápida con 27.000 efectivos acantonados en Florida, la presencia de 9.000 soldados de ese país en la ex-Zona del Canal de Panamá y los millones de dólares aplicados en operaciones clandestinas de la CIA en América Central. Declaración de Nueva Delhi La VII Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados se realizó en Nueva Delhi, India, del 7 al 11 de marzo de 1983. Participaron en la Conferencia los siguientes países y organizaciones: Afganistán, Alto Volta, Angola, Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Bahamas (todos los países en negrita participaron por primera vez en la Conferencia), Bahrain, Bangladesh, Barbados, Belice, Benin, Bolivia, Botswana, Burundi, Bután, Cabo Verde, Colombia, Comores, Congo, Costa de Marfil, Cuba, Chad, Chipre, Djibuti, Ecuador, Egipto, Emiratos Arabes Unidos, Etiopía, Gabón, Ghana, Gambia, Granada, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial, Guyana, India, Indonesia, Irak, Irán, Jamaica, Jordania, Kenia, Kuwait, Lesotho, Líbano, Liberia, Libia, 12 Madagascar, Malasia, Malawi, Maldivas, Malí, Malta, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Mozambique, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria, Omán, Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Organización Popular del Sudoeste Africano (SWAPO), Pakistán, Panamá, Perú, Qatar, República Arabe Siria, República Arabe del Yemen, República Democrática Popular de Corea, República Democrática Popular Lao, República Centroafricana, República Unida de Camerún, República Unida de Tanzania, Ruanda, Sáo Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona, Seychelles, Singapur, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Suriname, Togo, Trinidad y Tabago, Túnez, Uganda, Vanuatu, Vietnam, Yemen Democrático, Yugoslavia, Zaire, Zambia y Zimbabwe, Asistieron en calidad de observadores los siguientes: Antigua y Barbuda, Brasil, Costa Rica, El Salvador, Filipinas, México, Papúa-Nueva Guinea, Uruguay, Venezuela, Congreso Nacional Africano (Sudáfrica), Congreso Pan-Africano de Azania (Sudáfrica), Liga Arabe, Naciones Unidas, Conferencia Islámica, Organización de Solidaridad de los Pueblos de Africa y Asia, Organización de la Unidad Africana y Partido Socialista de Puerto Rico. Estuvieron presentes. como invitados, los siguientes países y organizaciones: Austria, España, Finlandia, Portugal, República Dominicana, Rumania, San Marino, la Santa Sede, Suecia, Suiza, la Cruz Roja Internacional y agencias de la ONU. Mensaje de Nueva Delhi Con las firmas de los 98 Jefes de Estado o de Gobierno participantes en la conferencia se dio a conocer, al término de la misma un Mensaje de 13 puntos: 1. Nuestro mundo es crecientemente turbulento e inseguro. Las relaciones económicas internacionales se siguen caracterizando por la desigualdad, la dominación y la explotación. La gravedad de la situación se evidencia con la intensificación de la carrera armamentista, la resistencia de los fuertes a las iniciativas de cambio en favor de los débiles, la intervención de las grandes potencias en los conflictos regionales y la amenaza de una catástrofe nuclear de alcance mundial. 2. Paz y coexistencia pacífica, independencia, desarme y desarrollo son los problemas centrales de nuestra época, pero la paz debe basarse en la justicia y en la igualdad, porque la intolerable desigualdad y explotación impuestas por el colonialismo y el imperialismo continúan siendo la causa principal de las tensiones, los conflictos y la violencia en el mundo. 3. Nosotros, los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados, exhortamos a las grandes potencias a detener la carrera armamentista que está consumiendo, en proporciones crecientes, los escasos recursos materiales de nuestro planeta, destruyendo el equilibrio ecológico y desperdiciando una gran parte del talento de nuestro mejores científicos con fines estériles y destructivos. Ese talento debería usarse para revitalizar y reestructurar la economía mundial. Los recursos liberados por las medidas de desarme deberían destinarse a promover el desarrollo de los países en desarrollo. 4. Los Países No Alineados, en nombre de la mayoría de la comunidad mundial, deseamos la detención inmediata de la escalada hacia un conflicto nuclear,que no sólo amenaza el bienestar de la humanidad en nuestra época, sino también el de las generaciones futuras. Las potencias nucleares deben escuchar este llamado de los pueblos del mundo. Todo indica que 1983 puede ser un año decisivo para el desarme nuclear. Reclamamos de las potencias nucleares la adopción de medidas urgentes y prácticas para prevenir la guerra nuclear. Estas potencias deberían acordar el establecimiento de una convención internacional prohibiendo el uso o la amenaza del uso de armas nucleares bajo cualquier circunstancia y detener la producción e instalación de armas nucleares. Asimismo, es esencial la observancia de los acuerdos existentes en 13 materia de limitación de armamentos, mientras prosigue la negociación de programas más amplios y eficaces que conduzcan al desarme general y completo, especialmente en materia de armas nucleares, bajo supervisión internacional. 5. La crisis económica mundial, originada en algunos de los principales países industrializados, ha adquirido características y dimensiones globales. En los países desarrollados, la crisis ha llevado al estancamiento económico y al desempleo creciente, reaccionando frente a estos fenómenos con medidas proteccionistas y otras normas de carácter interno. En los países en desarrollo, cuyas economías son particularmente vulnerables, la crisis ha generado elevados déficits en la balanza de pagos, crecientes endeudamientos y el deterioro de los términos de intercambio, debido a la gran caída de los precios de sus productos industrializados que deben importar. Todo ello ha hecho que muchos de estos paises estén al borde del desastre. 6. Nunca antes existió una vinculación tan estrecha entre el destino económico de las naciones desarrolladas y el de las naciones en desarrollo. A pesar del carácter común de la crisis, varios países ricos del mundo recurren al bilateralismo catastrófico de las décadas de 1920 y 1930, en lugar de volverse hacia el más esclarecido multilateralismo. Esos países se niegan a reconocer que la revitalización económica del Norte simplemente no será posible sin la supervivencia económica del Sur. Las soluciones a estos problemas deber ser necesariamente globales. 7. La actual crisis ha demostrado suficientemente la inadecuación del orden económico internacional vigente para hacer frente a los problemas del desarrollo. Es necesaria una reestructuración total de ese orden, mediante un proceso de negociaciones globales. Sin mayores dilaciones, deben eliminarse los obstáculos que impiden la iniciación inmediata de tales negociaciones. Los Países No Alineados se comprometen a impulsar el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional sobre la base de la justicia y la igualdad. 8. Deben tomarse medidas inmediatas para iniciar un proceso de recuperación, colocando nuevamente a la economía mundial en el camino del crecimiento continuo. La activación y el estímulo del proceso de crecimiento en los países en desarrollo deben ser los principales objetivos en esa tarea. En diversas zonas deben tomarse medidas inmediatas. Un énfasis especial le corresponde a la creación de condiciones que permitan a los países en desarrollo, especialmente a los menos desarrollados, la solución de sus graves problemas de balanza de pagos, sin interrumpir el proceso de desarrollo interno. Al mismo tiempo, se les debe garantizar la satisfaccion de sus necesidades básicas de alimentos y energía, así como un acceso mayor a los mercados y precios justos para sus mercaderías. Las tendencias proteccionistas deben revertirse, mientras se introducen medidas inmediatas de remoción de las barreras comerciales. Es necesario poner fin al intercambio desigual entre países desarrollados y países en desarrollo. Por otra parte, muchos países en desarrollo se encuentran actualmente en una situación trágica, dada su imposibilidad de pagar sus deudas externas. Se trata de un grave problema que debe resolverse urgentemnte. 9. Proponemos la inmediata convocatoria de una conferencia internacional sobre crédito y financiamiento para el desarrollo, con participación universal, así como una reestructuración global del sistema monetario y financiero internacional. 10 Estamos seriamente preocupados por las tensiones y confrontaciones entre las grandes potencias y sus efectos perjudiciales sobre los países no alineados. Estamos decididos a resistir todas las presiones económicas y políticas que sean ejercidas por las grandes potencias contra Estados pequeños y vulnerables. 14 11. Cuestiones políticas urgentes, tales como la apremiante necesidad de devolver al valeroso pueblo palestino, que viene luchando heroicamente contra las fuerzas israelíes, su derecho inalienable a establecer un Estado nacional soberano y propio, de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas; la retirada israelí de Jerusalén, de los territorios palestinos y árabes ocupados y del Líbano; la independencia de Namibia mediante la implementación inmediata de la resolución 435 del Consejo de Seguridad; la necesidad de establecer la paz en América Central a través de negociaciones políticas entre las partes interesadas, así como los problemas del sudeste asiático, del Océano índico, del Mediterráneo y de otras regiones del mundo, exigen un esfuerzo sincero por parte de todos los países del globo para resolverlos de acuerdo a los principios de paz y justicia, independencia e igualdad. 12. Por nuestra parte, nos comprometemos a insistir en estas y en otras cuestiones cruciales durante la trigésimo-octava sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Exhortamos a los Jefes de estado o de Gobierno de todos los países a unirse a nosotros en ese foro mundial. Estamos prontos para cooperar con ellos en la búsqueda de soluciones equitativas, justas y rápidas para esos problemas. Nuestro destino es uno solo. 13. La crisis que enfrenta nuestra civilización en el presente no tiene precedentes históricos. Las grandes tareas exigen decisiones sabias. Hacemos un llamado a las grandes potencias para dejar de lado las desconfianzas y comprometerse en negociaciones sinceras, volcadas hacia el futuro, en un espíritu de mutua buena fe, a fin de acordar sobre diversas medidas de desarme y encontrar una solución a la creciente crisis económica que nos amenaza a todos. Unidos, los miembros del Movimiento de Países No Alineados están dispuestos a realizar todo lo posible para coooperar en ese proceso. La Tierra pertenece a todos nosotros, disfrutemos de ella en paz y sincera fraternidad, basadas en la dignidad y en la igualdad del Hombre. (Siguen las firmas de los 98 Jefes de Estado o de Gobierno). Declaración Política Papel del No Alineamiento Concebido en el contexto de la lucha contra el colonialismo y la creciente polarización de las relaciones internacionales, provocada por la política de bloques, las alianzas militares y la guerra fría, el Movimiento ha luchado consistentemente por la emancipación total de los pueblos de Asia, Africa, América Latina y el Caribe, y otras partes del mundo. A lo largo de los años y a pesar de innumerables obstáculos, el Movimiento y la política de No Alineamiento han alcanzado importantes victorias y vienen desempeñando un papel decisivo en los esfuerzos tendientes al fomento de un nuevo orden económico mundial basado en la igualdad, en la justicia y en la paz. La evolución reciente de la situación internacional justifica plenamente la política de no alineamiento, sus principios y objetivos, como un factor mundial positivo, independiente de los bloques, en las relaciones internacionales. Esta política continúa contribuyendo a los esfuerzos por promover la paz mundial, el desarme, la solución justa y pacífica de los problemas Internacionales, el alivio de las tensiones internacionales y el desarrollo económico. El Movimiento No Alineado fue el resultado inevitable de la necesidad experimentada por los países recién independizados en todas partes del mundo de asegurar y proteger su independencia nacional. Estos países encontraron en el no alineamiento un instrumento decisivo para el ejercicio de su plena soberanía en materia política y económica. Una mayoria abrumadora El fortalecimiento del No Alineamiento, como un amplio movimiento internacional, es parte integrante de los profundos cambios operados en las relaciones internacionales contemporáneas. Los 15 países no alineados representan en la actualidad a la mayoría abrumadora de la humanidad, unidos por una perspectiva y una visión del mundo comunes, que trascienden las diferencias entre sus sistemas económicos y sociales. (...) La quintaesencia de la política de no alineamiento consistió siempre en la lucha contra el imperialismo, contra el colonialismo, el neocolonialismo, el apartheid, el racismo, incluyendo el sionismo y todas las formas de agresión, ocupación, dominación, injerencia o hegemonía extranjeras, así como contra las políticas de grandes potencias y alianzas que tienden a perpetuar la división del mundo en bloques. Rechaza toda forma de subyugación, dependencia,injerencia o intervención directa o indirecta, abierta o encubierta, y todas las presiones políticas, diplomáticas, económicas, militares y culturales, en las relaciones internacionales. (...) No recurrir a la guerra 2~ Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron el compromiso de principio de los paises no alineados de no participar en la confrontación y en la rivalidad entre las grandes potencias, así como de no tomar medida alguna que favorezca o refuerce las alianzas militares existentes y los acuerdos de inter-vinculación desprendidos de ellas, especialmente a través de la participación en acuerdos militares o la concesión de bases o instalaciones militares que, concebidos en el marco de sus conflictos, aseguren la presencia militar de las grandes potencias. Reafirmando los criterios de participación en el Movimiento, tal como fueron formulados en El Cairo y adoptados en Belgrado, en 1961, exhortaron a cumplirlos estrictamente. (..) Se reiteró la convicción de que sólo una reestructuración global del orden internacional, garantizará la creación de una paz duradera, la seguridad y la prosperidad para todos los pueblos del mundo. Se consideró que las relaciones internacionales atraviesan una fase donde la adopción de decisiones sobre temas de interés vital para todos los países del mundo no puede ser privilegio de un pequeño grupo de países, por más poderosos que sean. La democratización de las relaciones internacionales es una necesidad imperativa de nuestro tiempo, que conducirá a la realización del desarrollo. Se destacó la importancia de dedicar una atención especial y perseverar en los esfuerzos dirigidos a encontrar soluciones pacíficas a las divergencias y controversias surgidas entre estados miembros del Movimiento. Información y Comunicación Se registró con satisfacción el hecho de que la cooperación entre los Países No Alineados ha contribuido exitosamente, en los dominios de la información y la comunicación social, a la reducción de la dependencia en lo que respecta a las agencias de información trasnacionales. Se confirió una importancia especial a la cooperación entre los países No Alineados y otros países en desarrollo en los dominios de la educación y la cultura... Derechos Humanos e Individuales Se reiteró el compromiso de garantizar el respeto y la promoción de los derechos humanos e individuales, así como los derechos de los pueblos, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, esenciales para asegurar la paz y la seguridad del mundo. Se enfatizó que la conquista de las libertades fundamentales y de los derechos humanos básicos constituye parte integrante de la lucha por la transformación y democratización de las relaciones internacionales (...) y que los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales, son inseparables. Se reafirmó la importancia del derecho al desarrollo como un derecho humano y que el logro de la igualdad de oportunidades para el desarrollo constituye una prerrogativa tanto de las naciones como de los individuos que las integran. Se afirmó 16 que debe respetarse escrupulosamente el derecho de los pueblos bajo dominación u ocupación colonial y extranjera a la libre determinación, a la independencia y a la libertad de elegir sus propios sistemas políticos, económicos y sociales. Se reclamó asimismo el respeto a los derechos de las minorías nacionales, étnicas y religiosas, así como los de las personas que emigran en busca de trabajo. Desarme, supervivencia y coexistencia en la era de las armas nucleares Los Jefes de Estado o Gobierno consideraban que el mayor peligro que enfrenta el mundo en la actualidad es la amenaza que representa una guerra nuclear para la supervivencia mundial. El desarme, en especial el nuclear, no es solamente una cuestión moral: es un problema que atañe a la supervivencia humana. No obstante, la renovada intensificación de la carrera armamentista en el nivel nuclear, tanto cuantitativa como cualitativamente y la confianza en las doctrinas de la disuasión nuclear, han aumentado el riesgo de la eclosión de una guerra nuclear y evidenciaron la existencia de una creciente inseguridad e inestabilidad en las relaciones internacionales. La armas nucleares son algo más que armas bélicas. Son instrumentos de aniquilación en masa. Consecuentemente, los Jefes de Estado o de Gobierno consideran inaceptable que la seguridad de los Estados y la propia supervivencia de la humanidad dependan de los intereses de seguridad de un puñado de Estado poseedores de armas nucleares. Al adoptarse medidas de prevención de la guerra nuclear como de los que no las poseen y asegurar que la supervivencia de la humanidad no corre peligro, todas las teorías y concepciones sobre la posesión de armas nucleares y su utilización en cualquier circunstancia fueron rechazadas. El desarrollo cualitativo de las armas convencionales ha incorporado una nueva dimensión a la carrera armamentista, especialmente en la que tiene lugar entre los Estados que poseen los mayores arsenales militares. Se está en camino de producir nuevas generaciones de armas nucleares y químicas más letales y de mayor precisión, al mismo tiempo que aumenta gradualmente el peligro de extensión de la carrera armamentista en el espacio exterior. Todos estos factores agravan considerablemente los peligros que amenazan la supervivencia de la civilización humana. Se reiteró la convicción de que la paz y la seguridad internacionales sólo podrán ser aseguradas mediante el desarme general y completo, en especial el desarme nuclear, bajo un control internacional eficaz. Se reclama en nombre de la humanidad la prohibición inmediata del uso o de la amenaza del uso de armas nucleares por parte de todos los Estados poseedores de armas nucleares. Además se reclama el congelamiento del desarrollo, la producción, la acumulación, la diseminación y las experiencias con armas nucleares. Se señaló que si bien el desarme nuclear es una máxima prioridad, deben realizarse esfuerzos para concluir un tratado que prohíba las armas químicas. Igualmente debe tratarse de alcanzar el desarme convencional, en el contexto del avance del desarme general y completo. Se manifiesta la profunda decepción por el hecho de que no se han alcanzado resultados significativos en el 20 período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicado al desarme. Resoluciones Conferencia Políticas de la La VII Conferencia de Países No Alineados de Nueva Delhi aprobó una serie de declaraciones, tomando posición sobre diversidad de temas que afectaban a la situación política internacional. A través de varios pronunciamientos expresos hubo críticas por la política expansiva y agresiva desplegada por Sudáfrica en Angola, Mozambique, Lesotho y Zimbabwe; por la postergación indefinida de la independencia de Namibia y por los bárbaros y sistemáticos actos de presión y 17 discriminación contra la mayoría de la población autóctona. Condenó el fracasado ataque mercenario perpetrado en ese entonces contra el gobierno de Seychelles, donde participaron efectivos franceses, con apoyo sudafricano. Reafirmó que Mayotte forma parte del territorio soberano de la República Islámica de las Comoras, descalificando la presencia francesa en la isla. En relación con el colonialismo, instó al gobierno de Mitterrand para iniciar negociaciones a fin de resolver la situación jurídica de las islas malgaches ocupadas, Juan de Nova, Europa y Bassas de India. Otorgó pleno respaldo a la soberanía de Mauricio sobre el archipiélago de Chagos, incluyendo a Diego García, que fue separada del territorio de Chagos por la ex-potencia colonial en 1965. Consideró que la instalación de la base puso en peligro la soberanía, integridad territorial y el desarrollo pacífico de Mauricio y otros Estados. En el problema del Sahara, instó a las partes en conflicto a iniciar inmediatamente negociaciones, a fin de alcanzar una solución justa y duradera. Reiteró el apoyo al pueblo palestino, destacando que la esencia del conflicto árabe-israelí radica en la ocupacion sionista de Palestina, en la usurpación y la negación de los derechos del pueblo de esta región. La condena a Israel se amplió a la ocupación del Líbano en desmedro de la integridad territorial y de las fronteras internacionalmente reconocidas. En ese entonces alcanzaba candente actualidad la agresión israelí contra las instalaciones nucleares de Irak, dedicadas a fines pacíficos, considerándola como un acto de terrorismo de Estado. La guerra entre Irak e Irán los llevó a considerar informes de los Ministros de Relaciones Exteriores de Cuba, India y Zambia y el Presidente de la OLP, que habían sido mandatados en febrero de 1981 a empeñar sus esfuerzos contribuyendo a la aplicación de los principios de no alineamiento en este conflicto. Las tensiones en Kampuchea y su entorno fueron consideradas un peligro real para una zona más vasta, pronunciándose por una solución política global que implique el retiro de todas las fuerzas extranjeras. Planteo similar se hizo con respecto a Afganistán. Se apoyó el deseo de reunificación pacífica de Corea y sus intentos por alcanzar esa meta libre de cualquier injerencia extranjera. Se congratuló por la iniciativa de Malta de convocar una reunión para analizar las cuestiones relacionadas con la seguridad en el Mediterráneo, conforme el acta de Helsinki. Con referencia al problema de Chipre, se reafirmó el respeto a la independencia, soberanía, integridad territorial, unidad y no alineamiento de ese país, expresándose preocupación ante la ocupación extranjera. Fue acogida una propuesta del presidente chipriota en favor de la desmilitarización total del país. Varios países latinoamericanos concitaron la atención de la VII Conferencia: Nicaragua: Se condenaron las nuevas y crecientes amenazas y actos de intimidación, así como el aumento de los actos de agresión. Igualmente, la utilización de países extranjeros, como bases de agresión, de instrucción y entrenamiento de fuerzas contrarrevolucionarias. Guatemala: Los No Alineados se pronunciaron contra la política represiva y expansionista del régimen, fortalecida por la utilización de vínculos militares especiales con Israel y con el imperialismo. El Salvador: Expresaron preocupación por el deterioro de la situación, a causa de problemas sociales y económicos no resueltos y de la persistente intervención y represión del imperialismo, promoviendo una solución negociada de todas las fuerzas políticas representativas, entre ellas el FDR-FMLN. Cuba: Exhortaron a Estados Unidos a suspender inmediatamente los actos agresivos. Puerto Rico: Apoyaron el inalienable derecho a la autodeterminación y la independencia. Panamá: Expresaron satisfacción por la entrada en vigor, el 10 de octubre de 1979. 18 de los tratados del Canal. Y preocupación, a la vez, por la insistencia de Estados Unidos en llevar a cabo, en la zona del canal, políticas y prácticas que dificultan el fiel cumplimiento de los tratados. Granada: Se avizoraba ya lo que ese mismo año, en octubre, se configuraría como invasión directa. Apuntaban una condena a las acciones abiertas o encubiertas. así como las presiones políticas y económicas que ejercían fuerzas imperialistas. Belice: Apoyo a las iniciativas que considere pertinentes, en conformidad con los principios de no alineamiento, para hacer frente a cualquier amenaza (de Guatemala). Malvinas: Respaldo a Argentina para recuperar su soberanía a través de negociaciones. Instaron a la reapertura de estas negociaciones con la participación del Secretario General de la ONU. Guyana: Reclamó una solución justa y pacífica de la controversia con Venezuela. Utilización de la energía nuclear con fines pacíficos: Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que constituye un derecho inalienable de todo Estado el acceso pleno y sin restricciones a la tecnología nuclear con fines pacíficos en condiciones no discriminatorias y destacaron la necesidad de que se respeten las opciones y decisiones de cada Estado en este dominio, sin poner en peligro ni afectar las políticas respectivas y los programas relativos al ciclo de combustible nuclear, ni la cooperación internacional para el uso de la energía nuclear con fines pacíficos. Solución pacífica de las controversias: Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con preocupación que, en los últimos años, se han agravado las controversias y conflictos entre países no alineados y que algunos de ellos han provocado graves pérdidas humanas y perjuicios materiales a las economías de los países interesados, representando una amenaza para la paz y el progreso de sus pueblos, así como para la cohesión y la solidaridad del Movimiento de los Países No Alineados (.,.) La Conferencia reiteró los siguientes principios: los Estados No Alineados en particular, en sus relaciones mutuas, deberán orientarse constantemente por los principios del estricto respeto mutuo de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de los Estados, la inviolabilidad de sus fronteras internacionales establecidas, la no injerencia y el respeto al derecho de los pueblos al libre desarrollo nacional y social. Todas las controversias deberán resolverse exclusivamente por medios pacíficos (...) No intervención y no injerencia: Los Jefes de Estado o de Gobierno constataron con satisfacción que los esfuerzos de los Estados miembros del Movimiento de los Países No Alineados hayan culminado en la adopción, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Declaración sobre la Inadmisibilidad de la intervención y de la injerencia en los asuntos internos de los Estados, que figura en la resolución 36/103. Naciones Unidas: Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la importancia de las Naciones Unidas como la tribuna internacional más idónea para el encuentro de soluciones a los grandes problemas mundiales, como la realización del desarme general y completo, el establecimiento del Nuevo Orden Económico Internacional, la eliminación del colonialismo y del racismo y la promoción de los derechos humanos (...) La Conferencia exhortó a todos los Estados miembros del Movimiento de los Países No Alineados a intensificar los esfuerzos para la conclusión y adopción, por parte de las Naciones Unidas, del proyecto de convención que ilegalice el reclutamiento, el financiamiento, la utilización y el adiestramiento de mercenarios, así como la concesión de facilidades de tránsito a los mismos (...) Conclusiones y recomondaciones: "El no alineamiento -expresa el documentorepresenta una fuerza dinámica de la mayor importancia en la historia 19 contemporánea. Sirvió de catalizador a los esfuerzos dirigidos a transformar la estructura de las relaciones internacionales, para pasar del sojuzgamiento imperialista y del dominio y la explotación coloniales hacia un orden mundial equitativo basado en la independencia, en la igualdad, en la justicia, en la cooperación y en el desarrollo. Si bien las actitudes y políticas imperialistas y colonialistas persisten en diferentes partes del mundo, los Países No Alineados están decididos a oponérseles, a resistirlas y a eliminarlas (...)" Declaración de Acción Colectiva En Nueva Delhi, la Conferencia cumbre de los paises no alineados emitió la siguiente Declaración de acción colectiva en pro de la prosperidad mundial: La creciente interdependencia de las naciones y la estrecha correlación entre los problemas económicos mundiales son los rasgos característicos de la presente realidad internacional. La desatención, en los hechos, de estos factores ha arrastrado a la comunidad internacional en su conjunto a una crisis, que amenaza con alcanzar proporciones incontrolables y volverse irreversible. Hoy en día, la economía mundial está sumergida en una profunda crisis que, últimamente, presenta todos los síntomas de un deslizamiento hacia una larga y generalizada depresión. La crisis actual es de carácter realmente global, al amenazar la estabilidad y el desarrollo tanto de los países desarrollados como de los en vías de desarrollo. A medida que la crisis se agrava, crece proporcionalmente el peligro de inestabilidad política y tensiones sociales. En las economías desarrolladas, la producción se encuentra estancada o en declinación. El desempleo ha alcanzado su nivel más alto desde la Gran Depresión. Esto ha provocado un recrudecimiento del proteccionismo y un peligro inminente de guerras comerciales entre los más importantes productores y compradores. Por primera vez en los años de posguerra, la dinámica del comercio mundial se está paralizando. El impacto de la crisis ha sido especialmente severo en los países no alineados, así como en otros países en vías de desarrollo. En muchos de ellos se registra una declinación del PBI per cápita y los precios reales de las materias primas llegaron a su más bajo nivel en los últimos 50 años. Los productos manufacturados por estos países tienen un acceso cada vez menor al mercado de los países desarrollados. Los ingresos de los países en desarrollo vienen cayendo peligrosamente, mientras las tasas de interés de los préstamos externos han crecido de modo dramático. La concesión de préstamos de mediano y largo plazo a los países en desarrollo ha disminuido. Los déficits de la balanza de pagos y el peso de la deuda de estos países han alcanzado proporciones aplastantes. Casi todos ellos debieron reducir actividades vitales para el desarrollo y muchos se encuentran al borde del colapso económico. De 1980 en adelante, la pérdida líquida de divisas extranjeras sufrida por los países en desarrollo se estima cercana a 200.000 millones de dólares. Esta importante declinación en la disponibilidad de divisas se tradujo en la disminución correspondiente de la capacidad de importación de esos países, reduciendo así las exportaciones de los países desarrollados y amenazando con una contracción grave y acumulativa de la actividad económica mundial. Este alarmante proceso ya se encuentra en marcha. Si los efectos de la crisis en los países desarrollados son suficientemente serios, la situación de los países en vías de desarrollo, donde cerca de mil millones de personas viven en la más absoluta pobreza, es infinitamente peor. En consecuencia, para muchos de estos países, especialmente los menos desarrollados, la preocupación principal es la simple supervivencia, en lugar del aumento del bienestar. La crisis económica actual ha demostrado dramáticamente la inadecuación del sistema económico internacional vigente 20 para solucionar el problema del desarrollo. Este hecho ha provocado una grave crisis en la cooperación económica multilateral. La prosperidad, como la paz de la cual depende, es indivisible. La amenaza que enfrenta hoy la humanidad hace necesario, en consecuencia, emprender un esfuerzo coordinado, resuelto y prolongado, por parte de la comunidad internacional en su conjunto, dirigida a la recuperación de la economía mundial y a un crecimineto acelerado y sostenido de los países en desarrollo, en suma, propiciar el advenimiento de una era de prosperidad para todos. Ciertamente, el desafío mayor para los estadistas y la más crítica prueba para la sagacidad y la sabiduría de la humanidad es, en la actualidad, sacar provecho del fenómeno de la interdependencia y de la creciente comprensión de que los intereses son recíprocos, para transformar la actual crisis mundial en una oportunidad para modificar la estructura de las relaciones económicas y las instituciones internacionales, creando un Nuevo Orden Económico Internacional sobre la base de la igualdad y la justicia. La recuperación y el crecimiento de la economía mundial, sobre bases duraderas, y especialmente el desarrollo acelerado de los países en vías de desarrollo, requerirán un esfuerzo persistente y determinado de toda la comunidad internacional. Dada la naturaleza global del desafío que enfrenta la humanidad, es necesaria una respuesta igualmente global. El enfoque de Negociaciones Globales sigue siendo el instrumento más apropiado para solucionar los actuales problemas económicos de manera completa y eficaz. Por lo tanto, los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados decidieron hacer todos los esfuerzos posibles para eliminar los obstáculos a la realización de Negociaciones Globales, con miras a iniciarlas sin más dilatorias. Por lo demás, la solución de los problemas inmediatos de los países en desarrollo no admite postergaciones. Los Jefes de Estado o de Gobierno adoptaron, en consecuencia, un Programa de Medidas Inmediatas en apoyo de los países en desarrollo y reclamaron la puesta en práctica efectiva de este programa por parte de la comunidad internacional como un todo. Algunas de esas medidas deberán ser tomadas en régimen de emergencia. La comunidad internacional adoptará las medidas inmediatas en las próximas conferencias previstas dentro de la estructura de las Naciones Unidas, incluida la UNCTAD VI, y a través de sus mecanismos habituales. Es con ese telón de fondo que los Jefes de Estado o de Gobierno emiten esta Declaración de Acción Colectiva por la Prosperidad del Mundo. La Declaración de Nueva Delhi contiene las propuestas para impulsar políticamente el inicio de las Negociaciones Globales y poner en práctica el Programa de Medidas Inmediatas. Los Jefes de Estado o de Gobierno esperan que esta exposición fundamentada de su llamado a la recuperación y reestructuración de la economía mundial estimule a los países en desarrollo para unirse con ellos en un diálogo genuino y de beneficio mutuo. Resumen del lnforme Económico La "Declaración de Acción Colectiva" está precedida de un informe completo y franco que aborda, punto por punto, los problemas de la crisis mundial, especialmente de los países en desarrollo, y expone las opiniones del Movimiento de Países No Alineados sobre aquello que se ha hecho indispensable: un nuevo Orden Económico Internacional, no sólo para mejorar las "perspectivas extremadamente desalentadoras" de los países en desarrollo, sino también para rejuvenecer las estancadas economías de los países industrialmente desarrollados. Desde el comienzo, el informe enfatiza la importancia crucial de detener la carrera armamentista y ciertas "políticas introspectivas" de algunos países industrialmente desarrollados, así como la indivisibilidad de la libertad política y el progreso para poner fin al “proceso alarmante" actual. La situación de los 26 países "menos desarrollados" de Africa es calificada como "desesperante". El sistema 21 de Bretton Woods de ayuda a los países en desarrollo, establecido bajo condiciones político-económicas muy diferentes a las actuales, es manifiestamente inadecuado. La crisis actual sólo puede ser controlada mediante un "sistema monetario universal nuevo y equitativo", que debería ser establecido en una conferencia con participación universal. Algunos países industrializados no han comprendido las implicancias políticas de la relación entre los problemas del desarrollo y la paz y la seguridad internacionales. El informe se refiere a las diversas conferencias internacionales sobre el subdesarrollo realizadas hasta el presente y observa con preocupación la lentitud con que se vienen poniendo en práctica sus decisiones positivas. El fracaso en la iniciación de Negociaciones GIcbales, sostiene, se debe al "rechazo de ciertos países industrialmente desarrollados -en particular de uno de los principales- a manifestarse positivamente". La Cumbre del Movimiento de Países No Alineados propuso una conferencia en el ámbito de la ONU, a comienzos de 1984, con el fin de dar un nuevo impulso político a las Negociaciones Globales. En cuanto a las medidas inmediatas -y hasta que se cree el NOEI- que urgentemente deben adoptarse en las áreas de alimentación, ayuda para el desarrollo de recursos energéticos, flujos financieros, comercio exterior y materias primas, el informe exhorta al Banco Mundial y al Fondo Moneerio Internacional a suministrar ayuda "desvinculada", bajo la forma de donaciones. Los recursos del FMI deben ser reabastecidos mediante un aumento de las cuotas, con préstamos suplementarios provenientes de los países poseedores de excedentes, a la vez que deben revisarse las condiciones de los préstamos que concede el FMI; el Banco Mundial debe expandir su programa de préstamos en "condiciones que no vayan en detrimento del proceso de desarrollo" y en cuyo establecimiento deben intervenir también los técnicos de los países en desarrollo. La Conferencia Cumbre observó con preocupación las presiones provenientes de ciertos países industrialmente desarrollados sobre el FMI y sobre el Banco Mundial, en el sentido de adoptar enfoques motivados políticamente. En cuanto al endeudamiento de los países en desarrollo, actualmente astronómico, el informe reclama la cooperación entre dichos países en las negociaciones con las fuentes de la ayuda, con miras a una "reacción internacional ordenada, ante el posible surgimiento de una grave crisis de endeudamiento" En el área del comercio exterior y las materias primas, la Conferencia demandó un tratamiento preferencial, no restrictivo y no selectivo para los países en desarrollo, así como la no utilización de medidas económicas con fines de coacción política. En materia de alimentos y agricultura, el Programa de Financiamiento de Alimentos del FMI debe ampliarse, a la vez que deben aumentarse las metas de las Reservas Internacionales de Alimentos de Emergencia, otorgando urgente prioridad a la ayuda destinada a los países africanos más afectados. La Conferencia Cumbre condenó la obstrucción de las compañías trasnacionales a una mayor participación de los países en desarrollo en el procesamiento, la comercialización, el transporte y la distribución de materias primas. Luego de describir los alimentos como un "derecho humano fundamental y universal", la Conferencia presentó una larga lista de propuestas tendientes a hacer efectivo ese derecho y condenó cualquier utilización de los alimentos como instrumento de presión política. En el área de la energía, los recursos del Banco Mundial fueron calificados como "totalmente inadecuados"y se elogió la prioridad condedida por la OPEP a otros países en desarrollo en relación con el suministro de petróleo. Se recomendó la reanudación de las negociaciones sobre transferencia de tecnología y eliminación de barreras y se destacó la importancia de la cooperación entre los países en vías de desarrollo en esta área. La Conferencia reafirmó que la soberanía sobre los recursos naturales es un derecho inalienable de cada país, derecho que "ciertos países industrialmente desarrollados y sus trasnacionales" vienen 22 socavando. Expresó también su apoyo a los pueblos que continúan siendo expoliados, especialmente los de Palesina y Namibia. El derecho al desarrollo pacífico de la energía nuclear fue ratificado como igualmente inalienable, a pesar de ser negado por "ciertos países proveedores de instalaciones nucleares". En materia de medio ambiente, la Conferencia declaró que el "uso dispendioso de los recursos mundiales por parte de algunos privilegiados entre los países industrialmente desarrollados" ha contribuido al agravamiento del problema. Sin la cooperación para el bienestar de toda la humanidad, la destrucción de la ecología puede hacerse "irreversible". Asimismo, se expresó seria preocupación por la militarización del espacio exterior, a cuyo beneficio todos los paises deberían tener acceso por igual. El Nuevo Programa Sustancial de Acción en favor de los países menos desarrollados y el Fondo Especial para los Países de Acceso al Mar, fueron mencionados entre los programas de la ONU cuya lenta instrumentación se considera deplorable. La ONU también ha reconocido que merecen atención internacional las necesidades especiales de los países isleños en vías de desarrollo. La Conferencia Cumbre del MPNA recomendó el más amplio apoyo a las actividades resultantes del llamado de Granada para celebrar una conferencia de los Pequeños Estados Isleños. Una vez más, la cooperación económica entre los países en desarrollo fue destacada como factor clave para la consecución del NOEI. En conjunto, expresa el informe, los países en desarrollo dominan vastos mercados, producen prácticamente todas las materias primas y productos básicos y poseen una gran reserva de recursos humanos y técnicos. Puesto que los países industrialmente desarrollados no demuestran interés político por emprender un programa de cooperación económica internacional significativo y eficaz la autosuficiencia colectiva entre los países en desarrollo debe acelerarse, sin sustituir la cooperación entre países desarrollados y países en desarrollo y sin dirigirse contra ningún país o grupo de paises. Aunque se ha registrado un importante progreso en este campo se estaleció un programa de ocho puntos para reforzarlo. Próxima Cumbre en Zimbabwe En la reunión de cancilleres realizada en setiembre de 1985 en Angola, se acordó fijar la fecha de la VIII Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados para 1986 en Zimbabwe. Los diez principios de Bandung 1) Respeto de los derechos fundamentales de acuerdo con los principios de las Naciones Unidas; 2) Respeto de la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones; 3) Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas; 4) No intervención y no ingerencia en los asuntos internos de otro país; 5) Respeto del derecho de cada nación a defenderse individual y colectivamente de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas; 6) Rechazo a la participación en aprestos de defensa colectiva destinados a servir los intereses particulares de las grandes potencias; 7) Abstención de todo acto o amenaza de agresión, o del empleo de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de otro país; 8) Arreglo de todos los conflictos internacionales por medios pacíficos, tales como negociaciones y conciliaciones, arbitrajes o acuerdos ante tribunales, así como todo otro medio pacífico que puedan adoptar los países interesados de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas; 9) Estimulación de los mutuos intereses y cooperación; y 23 10) Respeto de la justicia y de las obligaciones internacionales.