El Tribuno 4 /El Tribuno Campo primera semana de Julio de 2015 Entrevista JOSÉ MARÍA LÁZARA PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE LEGUMBRES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA (CLERA) “Argentina perdió su lugar de privilegio en el ranking de exportadores” TEXTO Belisario Saravia Olmos — bsaraviaolmos@arnet.com.ar L a Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la FAO, declaró a 2016 como el Año Internacional de las Legumbres Secas. En este marco, el próximo martes 7 de julio, en el hotel Alto Verde de Orán, tendrá lugar una reunión convocada por la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera), para tomar contacto con los productores del norte del país. Participarán del encuentro el INTA y la Dirección de Alimentos del Ministerio de Agricultura de la Nación. En la reunión se abordarán temas relacionados al cultivo de poroto y a las actividades de promoción necesarias para aprovechar el potencial que la declaración de la FAO implica para la producción de legumbres. El presidente de la Clera describió la complicada situación por la que atraviesa ese sector productivo y sus potencialidades a futuro. ¿Cómo está el sector de las legumbres? Estamos afrontando una temporada extremadamente difícil. La situación es complicada en términos generales, después de la gran sequía que hubo en el 2013, cuando se perdió por primera en vez en 40 años toda la cosecha. En 2014 aquella pérdida provocó un degeneramiento bastante importante en la semilla para la producción de la cosecha de esa campaña, cuya calidad fue seriamente afectada. En términos generales, fueron dos años muy difíciles para la producción y para la exportación. Esto tuvo como consecuencia que Argentina haya perdido en forma importante su lugar de privilegio en los rankings de exportadores. Otros países productores, como Egipto, ocuparon el lugar de privilegio que tenía Argentina y recuperar esa posición está siendo muy complicado. Hay situaciones internas y externas que han hecho que las cosas se hagan muy difíciles. Lo que estamos organizando para el 7 de julio en Orán es, además de la intención de la Clera de estar en contacto con los productores, a pedido de ellos clarificar la situación del mercado este año, porque hay que tomar medidas drásticas para recuperar y evitar que se pierda una producción de una economía regional que está entre las cinco más importantes del país. Los productores se quejan de que tienen mucho poroto guardado, que el tipo de cambio no es competitivo, del costo del transporte, una serie de variables que no escapan a todas las producciones regionales, pero ¿hay salida para el poroto a futuro? Yo creo que hay dos tipos de problemas que hay que dividir de forma clara. Uno es el problema de la macroeconomía, que es importante y el otro, el problema de la microeconomía, que está adquiriendo la misma importancia. Para ser más claro, cuando uno habla de tipo de cambio, desde nuestro punto de vista, es absolutamente claro que tiene un atraso considerable, pero es un problema macro, es un problema que afecta a todas la producciones en general; como el de la logística, que trasladar un contenedor de poroto hacia el puerto de Buenos Aires, cueste dos o tres veces más que trasladar ese contenedor a Tailandia o a China. El problema que también hay es que existe una ultra regulación en diferentes temas, que yo llamaría micro, que afectan los costos y que pueden ser resueltos inmediatamente. ¿Por ejemplo? Tenemos la resolución 142, que el exportador tiene un pedido de acuerdo a la empresa, para el ingreso de divisa, que si no ingresa en ese tiempo, que muchas veces pasa, implica una penalidad muy seria para los exportadores. El principal mercado para Argentina de alubia, en los últimos años, es Argelia y, normalmente, por la burocracia, la regulación, la idiosincrasia del mercado ar- gelino, el momento de pagar la mercadería generalmente supera el periodo que el Gobierno ha dispuesto para el ingreso de divisas, lo que pone en riesgo a los exportadores. Otra resolución de la AFIP que nos complica es aquella por la cual si uno está vendiendo un producto a un destino, pero el pago viene de otro destino -cosa que es muy normal- para el Gobierno argentino implica una sospecha de triangulación. Esto hace que la exportación argentina sea mucho menos activa en la venta a África o a Europa. El reintegro tiene una demora de un año o más y, una vez que el exportador presenta la documentación para aplicar el reintegro que le corresponde, a partir de ese momento tiene que pagar el impuesto a las ganancias por algo que no cobró. Hay muchos ejemplos y, en resumen, quiero decir que por un lado está la cuestión macroeconómica, que es una cuestión de política económica. Por otro lado, está el tema micro, pero que son muchas piedras que Brasil y México consumen entre 15 y 20 kg de poroto por año per cápita. En Argentina el consumo es de 250 gramos”. restan en forma clara la productividad. ¿Qué opciones tiene el productor? El 96% de la producción argentina se exporta, por lo tanto tenemos la necesidad, la obligación, y ninguna otra alternativa, de competir contra otros países y esos otros países han tenido en general, en los últimos años, entre un 40 y un 60 por ciento de devaluación de su tipo de cambio para mantener la competitividad. Nosotros contra eso hemos respondido -además del problema de la cosecha- con una revaluación del peso, o sea al revés. Agronómicamente, ¿cómo están posicionados los productores de legumbres, de poroto particularmente, a nivel mundial? Hasta el 2012, incluido la variedad alubia, era considerada en el mercado internacional, probablemente, el mejor poroto del mundo en términos de calidad. La cosecha 2013 se perdió prácticamente por la sequía y la cosecha 2014, debido a la mala semilla, implicó una deficiencia importante en términos de calidad. Esa parte hizo, junto a todo lo que le comenté previamente, que Argentina cayera varios lugares en el ranking. El poroto argentino ahora no está considerado como un poroto premium, es un poroto más que tiene que competir con todas las demás variedades. Existe una asociación internacional que la integran 53 países, prácticamente todos los productores e importadores de legumbres, que en conjunto con las Naciones Unidas, logró una declaración en noviembre de 2014 por la cual la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por voto unánime oficialmente el 2016 como el Año Internacional de las Legumbres Secas. Esta disposición, además de lo protocolar, implica una campaña de promoción muy importante en todo el mundo, con una relación interactiva entre privados y gobiernos para desarrollar la mayor promoción y consumo de las legumbres secas. Por ejemplo, en Brasil y México -como en otros países de América Latina- el consumo de poroto está entre 15 y 20 kg por año por persona, pero en Argentina es de 250 gramos. Aquel país que no tiene un consumo local que proteja de alguna manera el nivel de precios no tiene ninguna resistencia ante el mercado internacional y es totalmente dependiente. Ese es el problema que tiene Argentina, al ser un país con bajo consumo, depende enteramente de la situación internacional. Nuestro pronóstico es que los precios de los productos este año van a ser sensiblemente inferiores a los que esperábamos. Sin embargo el año internacional de las legumbres puede ser una bisagra, ha pasado con el año internacional de la quinoa, que posicionó mundialmente a este cultivo. En el caso de la quinoa, en Bolivia, prácticamente duplicó sus exportaciones al año siguiente de la declaración de las Naciones Unidas. Pero el año internacional de la quinoa implicó una inversión del Gobierno boliviano del orden de los US$ 5 o 6 millones para apoyar esa aprobación. En la reunión de Orán se hablará del Año Internacional de las Legumbres y otros temas. Sí, es un encuentro abierto, la idea es encontrar la interactividad entre el sector público y privado, ya que el éxito o fracaso de ambos sectores tiene consecuencias para ambos sectores.