220-9050, febrero 7 de 2003 Asunto: Reforma estatutaria antes de disolver una sociedad - Nombramiento del liquidador Responsabilidades del representante legal, liquidador y de los asociados. Me refiero a su comunicación recibida vía e-mail y radicada con el número 2002-01-006216, por medio de la cual plantea los siguientes interrogantes: "¿Es posible reformar la escritura pública de una sociedad limitada antes de disolverla y liquidarla, en lo relacionado con cesión de cuotas o partes de interés social y relevo de representante legal? ¿Si es posible reformarla, que requisitos y procedimientos legales se necesitarían para ello? ¿qué implicaciones legales pueden tener en su orden: representante legal de una sociedad y sus socios al momento de disolverse y liquidarse una sociedad Ltda.? ¿Sería prudente nombrar a un liquidador, y que responsabilidades personales tendría ese liquidador con la sociedad ltda. los socios y terceros". Sobre el particular, partiendo de la base que sus inquietudes hacen relación esencialmente a una reforma estatutaria, a las responsabilidades que les incumben al representante legal y a los asociados de una sociedad disuelta, así como al liquidador, para una mejor comprensión, las mismas serán atendidas dentro de un solo contexto. Tenemos que dentro del funcionamiento de una sociedad, constituida conforme las normas legales pertinentes e independientemente del tipo adoptado, son los estatutos sociales los que constituyen el eje fundamental sobre los cuales gravita la compañía. Y es que es el máximo órgano social, en nuestro caso, la Junta de Socios, reunido conforme las normas legales y estatutarias correspondientes, el encargado de adoptar las decisiones, modificaciones y direccionar el rumbo que ha de tomar el ente jurídico en un momento determinado. Ubicados dentro de este primer escenario, es claro que en el desarrollo de la vida activa de una sociedad, sin tener en cuenta que esta próxima a disolverse, por voluntad colectiva o por el acaecimiento de un hecho ajeno a la voluntad social, se puede llevar a cabo una reforma estatutaria, entre otras, una cesión de cuotas o partes de interés social (artículos 311 y 362 del Código de Comercio), máxime si se tiene en cuenta que no existe norma legal que lo prohiba ni disposición alguna que lo impida. Lo importante a resaltar en relación con lo anterior, es que si la reforma se efectúa después de encontrarse disuelta y en estado de liquidación la compañía, la misma no implique la realización de actividades que conduzcan a desarrollar el objeto social de la misma, pues los actos que realice, única y exclusivamente, deben estar encaminados a lograr su inmediata liquidación (artículo 222 ibidem). Se hace necesario precisar, que el relevo del representante legal de una sociedad, no constituye una modificación a los estatutos sociales y esta sometido a la voluntad del órgano rector de la compañía, teniendo en cuenta las mayorías establecidas para tal efecto. (Artículo 198 de la Legislación Mercantil). Efectuada debidamente la reforma, corresponde al representante legal, en ejercicio de sus atribuciones, comparecer a la Notaría conjuntamente con el cedente y el cesionario a fin de elevarla a Escritura Pública e inscribirla en el registro mercantil de la Cámara de Comercio respectiva (artículos 158 y 367 ibidem.). Referente a las implicaciones legales que la disolución y consecuente liquidación puede generar al representante legal y a los socios, se hace necesario tener en cuenta que, los administradores de una sociedad, donde se incluye entre otros, al representante legal y al liquidador, deben obrar en ejercicio de las funciones que se les encomienden, de buena fe, con lealtad y con la diligencia de un buen padre de familia (artículos 22 y 23 de la Ley 222 de 1995), en caso contrario, conforme lo consagrado en el artículo 24 de la citada ley, "responderán solidaria e ilimitadamente de los perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros……. y "Se tendrán por no escritas las cláusulas del contrato social que tiendan a absolver a los administradores de las responsabilidades antedichas o a limitarlas al importe de las cauciones que hayan prestado para ejercer sus cargos". Frente a la responsabilidad que en general les incumbe a los socios, en el caso en cuestión, ante la disolución y liquidación de la compañía de la cual forman parte, basta transcribir lo expresado por esta entidad sobre el particular: " … .de acuerdo con las disposiciones legales que integran el régimen de sociedades mercantiles en Colombia, los socios por regla general no son personalmente responsables de las acreencias de la sociedad por motivos que tienen asidero no sólo en la doctrina, sino en las mismas normas que regulan la formación y funcionamiento de las mismas. En efecto ha de tenerse en cuenta en primer lugar que al tenor del artículo 98 del Código de Comercio, la sociedad que por virtud del contrato se constituye forma una persona jurídica distinta de los socios individualmente considerados, personalidad que la dota de todos los atributos que la individualizan en sus relaciones jurídicas y económicas. Por tanto la sociedad es titular de un patrimonio exclusivo e independiente al de los asociados, patrimonio que constituye la garantía o prenda común de sus acreedores. De ese patrimonio puede disponer la sociedad y realizar en relación con los bienes que lo conforman toda clase de actos jurídicos y así mismo afrontar activa o pasivamente todas las acciones judiciales o administrativas que resulten necesarias para su conservación y protección. Por lo que concierne a los socios, su responsabilidad en las sociedades anónimas y limitadas, está restringida al monto de los aportes, salvo que en el caso de estas últimas se hayan excepcionalmente estipulado prestaciones suplementarias o garantías adicionales, conforme lo establece el artículo 353 del Código de Comercio. Justamente la limitación de la responsabilidad de los socios por las operaciones y deudas de la sociedad al monto de sus respectivos aportes, es el principio fundamental del que se ha tomado la designación más generalizada de este tipo social. En realidad quienes limitan el riesgo son los socios ya que la sociedad responde ilimitadamente frente a terceros hasta donde alcancen sus activos, o valores patrimoniales, salvo que excepcionalmente como se indicó, se hayan estipulado expresamente en el contrato a cargo de uno o varios o todos los socios, una mayor responsabilidad o garantías suplementarias con las cuales se amplíe la capacidad de endeudamiento de la compañía....... "(Doctrinas y Conceptos Jurídicos 2000- Superintendencia de Sociedades, paginas 610 y 611). . Ahora bien, disuelta una sociedad se debe proceder de manera inmediata a su liquidación, para lo cual el órgano social correspondiente, deberá realizar el nombramiento del liquidador, conforme lo consagran de manera expresa los artículos 226 y siguientes de la legislación mercantil, teniendo en cuenta que "Quien administre bienes de la sociedad y sea designado liquidador, no podrá ejercer el cargo sin que previamente se aprueben las cuentas de su gestión por la asamblea o por la junta de socios. Si transcurridos treinta días desde la fecha en que se designó liquidador, no se hubieren aprobado las mencionadas cuentas, se procederá a nombrar nuevo liquidador" (artículo 230 ídem.). Finalmente, según los lineamientos del artículo 255 de la obra citada, las personas designadas como liquidadores de una sociedad "serán responsables ante los asociados y ante terceros de los perjuicios que se les cause por violación o negligencia en el cumplimiento de sus deberes".