La Imaginación Jaime Parra Rodríguez Palabras, palabras, palabras... Hamlet, II, 2 .... Lo demás es silencio Hamlet, V, 2 Vigotsky fue una gran mente del siglo XX, pero también un gran corazón. Sus ensayos de juventud sobre tragedia, teatro o literatura lo demuestran. Aunque sus trabajos son escritos con la rigurosidad conceptual de la ciencia y con la densidad lingüística de los textos rusos, estos no esconden su sensibilidad ni su preocupación intelectual por los actos de creación cultural. Sus estudios sobre arte, imaginación, emoción y juego presentan inquietudes psicológicas fundamentales no sólo relacionadas con el pensamiento sino también con las dimensiones vitales más profundas de la conciencia humana. Vigotsky, todavía adolescente, empezó a trabajar en un ensayo sobre la tragedia de Hamlet. Terminó de redactarlo en 1916, cuando contaba con veinte años, pero no se publicó hasta 1968. Este ensayo es escrito con una intensidad de pensamiento y sentimiento solo concebible en la juventud. No es ni un análisis literario de carácter académico ni un tratado filosófico. Es un maravilloso documento de psicología existencial. Más tarde el ensayo sobre Hamlet se convierte en La Psicología del Arte, obra que presentaría, en el año 1925, como tesis doctoral en el Instituto de Psicología de Moscú. En esta se plantean los esbosos de las ideas magistrales de su psicología cultural y la inquietud esencial de su teoría: ¿Qué es lo que distingue a la conciencia humana como función histórica y cultural específica? Para responder la pregunta el científico ruso empezó por comprender la mediación del psiquismo humano a través del texto literario y las relaciónes complejas entre funciones psicológicas superiores y reacción estética. Los trabajos de Vigotsky sobre imaginación y estética son menos detallados y sistemáticos que aquellos que tratan sobre pensamiento, lenguaje y contexto cultural, sin embargo en ellos se encuentran ideas claves para entender la psicología del acto creador no sólo desde una perspectiva interaccional cultural sino también desde una dimensión emocional. 1. Memoria e Imaginación. El desarrollo natural, tal como se da en los animales, ocasiona funciones con forma elemental o primaria y el desarrollo cultural las transforma en funciones psiquicas superiores. Las funciones superiores o culturales en el desarrollo humano se caracterizan por ser procesos que superan la mera determinación ambiental para su activación y, en cambio, se generan por dominio consciente y voluntario del ser humano. En el mismo sentido, su origen es social y estan mediadas culturalmente por sistemas sígnicos. Vigotsky encuentra en toda acción humana la presencia de dos funciones psíquicas superiores fundamentales: la memoria y la imaginación. La memoria reproduce normas de conducta ya elaboradas o revive rastros de antiguas impresiones, es guardadora de imagenes, pensamientos o ideas; protege los recuerdos. Cuando evoco mentalmente un paisaje de mi infancia o dibujo una bella flor que observé, no hago más que reproducir algo que asimile anteriormente. La memoria, también, puede verse como un dispositivo cultural que conecta la experiencia social histórica con la actividad creadora individual: sin recuerdo no hay conciencia para imaginar, sin memoria no podriamos evocar el conjunto de creaciones humanas que constituyen la cultura y que interiorizamos como punto de partida mental de nuevas creaciones. Contrastando con el papel reproductivo de la memoria, toda actividad humana que no se limite a reproducir hechos o impresiones vividas, sino que produzca nuevas imagenes o acciones pertenece a la función imaginativa. La mente no se limita a conservar o reproducir pasadas experiencias, es también capaz de combinarlas y reelaborarlas para crear nuevas ideas y esquemas de actuación. Cuando un pintor evoca sus travesías por la vida y recuerda sus experiencias de alegría o soledad y las asocia novedosamente para expresarlas en formas y colores, dinamiza su imaginación, crea una nueva realidad. Vigotsky ve la imaginación como una actividad relativamente autonoma de la conciencia que se diferencia de la cognición inmediata de la realidad; un proceso que aleja al hombre de las impresiones concretas y circundantes para permitirle ver la realidad desde la justa distancia de lo posible. La imaginación hace del presente de la vida humana no sólo el complejo de impresiones actuantes o la síntesis de las experiencias pasadas sino la posibilidad de la acción futura. La imaginación en la acepción popular suele entenderse como aquello que no se ajusta a la realidad, carece de valor práctico. Para Vigotsky, esto es una falacia. Para él, la imaginación se manifiesta en todos los aspectos de la vida cultural posibilitando la creación artística, científica y técnica; el mundo de la cultura a diferencia del mundo de la naturaleza es total producto de la imaginación credora. De la misma manera, la virtud de la imaginación no la encuentra solamente en los grandes genios. Vigotsky, citando un escritor ruso expresa: "así como la electricidad se manifiesta y actúa no sólo en la magnificencia de la tempestad y en la cegadora chispa del rayo sino también en la lamparilla de una linterna de bolsillo, del mismo modo existe creación no sólo allí donde se da origen a los acontecimientos históricos, sino también donde el ser humano imagina, combina, modifica y crea algo nuevo, por insignificante que esta novedad parezca al compararse con las realizaciones de los grandes genios" Desde los primeros años de la infancia encontramos procesos creadores que se reflejan fundamentalmente en los juegos. El niño que convierte una triste caja en una nave espacial, la niña que se transforma en princesa por obra de su voluntad, los niños que hacen parte de una banda de guerreros mágicos, todos ellos hacen gala en la acción lúdica de la más rica imaginación. En sus juegos reproducen mucho de lo que han visto hacer a los adultos o aquello que han vivido, pero tales experiencias ajenas o propias son llevadas al juego combinándolas entre sí y edificando con ellas nuevas realidades de acuerdo con sus intereses y necesidades. Lo creado por el niño, en su proceso de superación de lo existente, en la ficción del juego le pertenece y lo identifica. En este sentido, es indudable que entre las cuestiones más importantes de la psicología infantil y de la pedagogía la comprensión de la imaginación en la infancia y el fomento de esta capacidad es una cuestión absolutamente relevante para el desarrollo general del niño. 2. Leyes de la Función Imaginativa Vigotsky se pregunta ¿cómo se produce y a qué está supeditado el desarrollo de la imaginación? Para aproximarse a la respuesta de este complejo cuestionamiento, el psicólogo ruso explica la relación existente entre realidad, emoción e imaginación en la acción humana. Desde los trabajos de Vigotsky, se pueden plantear cinco leyes que involucran estos conceptos y que explican la imaginación: La ley de la acumulación de la experiencia, la ley del apoyo imaginario, la ley de la doble expresión de las emociones, la ley del signo emocional común y la ley de la representación emocional de la realidad. • Ley de la acumulación de la experiencia. Nada se crea de la nada. Vigotsky dice que la imaginación se encuentra en relación directa con la riqueza y la variedad de la experiencia acumulada, porque esta experiencia es la materia prima con que erige sus edificios la imaginación. La actividad combinatoria imaginaria trabaja con elementos que deben ser conocidos anteriormente, pues es la única forma de transformarlos y considerar una nueva posibilidad de relación entre ellos. La memoría se convierte en la base funcional de la actividad imaginativa, sin ella sería imposible la creación. Un niño que se ve en un juego como un marino y que actua como un diestro piloto en medio de una tempestad esta combinando conocimientos anteriores guardados en su memoria. Conocimientos e impresiones acumuladas que toman un nuevo sentido a la luz de la imaginación. • Ley del apoyo imaginario. Esta ley es una pequeña variación de anterior. Vigotsky expresa como los datos de la imaginación sirven de apoyo a nuevos estados de la imaginación y de la experiencia. Así, cuando nos cuentan sobre sucesos históricos que no hemos presenciado nuestra imaginación nos permite configurar imagenes sin necesidad de la experiencia personal. El hombre al ser capaz de imaginar lo que no ha visto, al poder concebir basándose en relatos ajenos lo que no ha experimentado directamente, no se encierra en el estrecho círculo de su propia experiencia, sino que supera sus límites conociendo con ayuda de la imaginación experiencias sociales ajenas. Cuando leemos un libro y nos enteramos de muchos eventos en los que no hemos participado, la muerte de los dinosaurios, la revolución rusa, un salto en la luna... nuestra imaginación ayuda a nuestra experiencia. Según la primera ley, la imaginación se apoya en la experiencia, según la ley del apoyo imaginario la experiencia se apoya en los contenidos de la imaginación. Resulta asì una dependencia reciproca entre experiencia e imaginación. • Ley de la doble expresión de las emociones. Vigotsky, al igual que muchos psicólogos, afirma que toda emoción posee además de su manifestación externa, corpórea, una expresión interna manifestada en la selección de imágenes, pensamientos e impresiones. Algo así, como si la emoción pudiese elegir ideas o imagenes congruentes con el estado de ánimo que nos domina en un momento determinado. Por ejemplo, la alegría no se manifiesta externamente sólo en la risa, en los latidos del corazón, sino también internamente en pensamientos sobre la fiesta, el juego u otras imágenes concordantes con ella. Esa selección de imagenes o ideas ocasionadas por un estado emocional puede propiciar una combinación de elementos que hace surgir la imaginación creadora. • Ley del signo emocional común. Esta ley complementa la anterior explicando el carácter de la combinación de elementos que sustentan la imaginación. Vigotsky dice que todo aquello que nos causa un efecto emocional coincidente tiende a unirse entre sí pese a que no se perciba entre ellos semejanza alguna. Es decir, se produce una combinación de imagenes basada en sentimientos comunes o en un mismo signo emocional. Las imagenes se combinan reciprocamente no porque entre ellas existan relaciones de semejanza sino porque poseen un tono afectivo común. Una despedida, el fracaso del equipo de futbol por el que apostamos o una comida quemada en el horno son eventos que aunque esten en planos diferentes del actuar pueden ser asociados porque poseen un signo emocional común que los integra entre sí, en este caso la tristeza. Es comprensible que esta influencia del factor emocional propicia combinaciones inesperadas e ilimitadas ya que el número de imágenes que poseen un signo emocional común es incalculable. • Ley de la representación emocional de la realidad. En la ley anterior se plantea la influencia de la emoción en la imaginación, en esta caso es la imaginación la que influye en la emoción. Ribaud, citado por Vigotsky, dice que todas las formas de representación creadora encierran en sí elementos afectivos. Esto significa que todo lo que construye la imaginación influye en nuestra emoción, y aunque esa construcción no concuerde con la realidad, todas la emociones que provoca son reales y efectivamente vividas por el hombre que las experimenta. Por ejemplo, un niño imagina que en los tejados, en la noche, las sombras que el ve son extrañas criaturas venidas de territorios del diablo. Las criaturas son irreales pero el miedo que siente es completamente real. Lo mismo sucede con cualquier representación surgida de la imaginación de los artistas, nos causan impresiones tan hondas que las obras de la ficción se hacen parte total de nuestra realidad. Estas cinco leyes basadas en algunos ensayos de Vigotsky presentan una tentativa explicación de la compleja articulación teórica entre realidad, emoción e imaginación. Para Vigotsky la imaginación creadora es un proceso de transformación cultural de la realidad y no sólo un proceso de adaptación natural al estado presente de cosas. En ese proceso el objeto, la idea o la emoción construidos por la imaginación representan algo nuevo, no existente en la experiencia previa del hombre ni semejantes a otros componentes de la realidad, pero al convertirsen en imaginación cristalizada, en obra, empiezan a existir en el mundo y a influir sobre los demás elementos de la cultura. Los contenidos de la imaginación cobran vida histórica. El material que entra en la composición imaginaria es tomado de la realidad por el hombre, dentro del cual sufre una compleja transformación convirtiendose en expresión cultural. Expresión cultural humana o imaginación cristalizada que entra en la realidad, trayendo consigo una fuerza nueva capaz de modificar esa realidad; el acto creador dibuja completamente el círculo transformador: Realidad, imaginación, nueva realidad. 3. La Metamorfosis de la Emoción. "Lo que distingue ventajosamente al peor maestro albañil de la mejor abeja es que el primero ha modelado la celdilla antes de construirla en la cera" expresaba Marx. La imágen que pintamos en nuestro cabeza con los ojos cerrados o en el sueño es más majestuosa que la mayor catedral. La libertad de movimiento imaginario permite edificar antes de la acción la idea de algo que probablemente será; y luego, de la acción, retornamos nuevamente al recinto íntimo de nuestra mente para construir. Ese viaje creador de la idea a la acción y su retorno esta conducido muy humanamente por la emoción. Para Vigotsky sentimiento y pensamiento mueven la creación humana. Para él la imaginación no es pura intelectualidad ni pura vivencia emocional, rechaza una visión formalista intelectual o hedonista del acto creador. Expresa que toda idea dominante se apoya en alguna necesidad deseo o anhelo, y que sería absurdo creer en la permanencia de cualquier idea que se encuentre en estado puramente intelectual con toda su sequedad y frialdad. Toda emoción dominante se concentra en una idea que le presta sustancia, sino todo sería nebuloso. Vigotsky no sólo postula la union entre emoción e intelecto sino también la superación de una concepción de la imaginación como acción psiquicamente individual. La psiquis del individuo a través de la expresión supera su orbita cerrada e ingresa al sistema de poder de la ciencia, del arte o la ética, y se convierte en fuerza de transformación social, en psiquismo humano. El círculo cerrado de la emoción y del pensamiento del individuo en la imaginación creadora se torna social a través del cuadro, del poema o de la sinfonía; el hombre mente o cuerpo se proyecta en un espacio mayor más humano, más histórico, más cultural. El creador no esta solo. Las emociones fundamentan psiquicamente la obra de arte, pero en ella se transforman. De manera parecida que un procedimiento artístico provoca la metamorfosis del material de la obra, puede provocar así mismo la metamorfosis de la emoción. El sentido de la metamorfosis de las emociones es, según Vigotsky, en que éstas se elevan sobre los sentimientos individuales, se generalizan y se tornan sociales. Así, el poema que habla sobre la tristeza no nos contagía la tristeza del autor sino plasma esta tristeza de tal forma que al hombre se le revela algo nuevo, en una verdad más elevada, más humana. El arte es uno de los sistemas culturales más complejos que ayuda a transformar los sentimientos originales humanos en, lo que Vigotsky denominó, reacción estética, o elevación de los emociones en un proceso tensionante y altamente humano producido por la obra. Para Vigotsky, las transformación de las emociones a través de arte no es simplemente la liberación de las impurezas emocionales, la superación de la deseperación del artista o del sufrimiento particular del creador, se trata más bien de la solución cultural de muchos de los dolores humanos de la persona, es descubrir sentimentalmente sentidos existenciales más humanos, sentidos más elevados de las situaciones de la vida. El arte, así vista, es la guía de la educación emocional para el desarrollo humano.