El doble estándar: Un abordaje sobre la vulneración de los

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Juan Ignacio Ivanissevich
E-Mail: juanivaniss@gmail.com
DNI: 31930780
Monografía final: Sem. DDHH
El doble estándar: Un abordaje sobre la vulneración de los derechos
humanos por parte del modelo extractivista de la megaminería
“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber
de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la
obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la
Utilización racional de los recursos naturales, a la preservación
del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a
la información y educación ambientales.”
Art. 41. - Constitución Nacional de la República Argentina
Introducción:
Desde que me decidí a cursar el seminario de Derechos Humanos en la facultad de
filosofía y letras tenía un especial interés por investigar una temática que relacionara a los
derechos llamados de tercera generación1 con alguna problemática que fuera cercana la
realidad Argentina del momento. Fue de este modo que paulatinamente fui incursionando en
los problemas ambientales que estaban relacionados con la soberanía de los recursos, con el
desarrollo de las economías localmente sustentables y posteriormente con la megaminería a
cielo abierto. Con el trascurso del tiempo este último tópico fue tomando mayor protagonismo
debido al carácter creciente de la protesta y el descontento social de los ciudadanos argentinos
frente a la multiplicación de proyectos mineros. Así fue entonces que comencé a indagar
específicamente acerca de episodios de violación a los derechos humanos y necesidades que
estarían avasallando estos tan polémicos emprendimientos transnacionales. Con este objetivo
me propuse sumergirme profundamente en el discurso ambientalista y confrontarlo con el
discurso del Estado así como también con las voces de las empresas para ver cuales eran los
aspectos que jerarquizaban cada uno con respecto a la concepción misma de estas actividades.
Cuando empecé a formular la idea general del trabajo me encontraba de viaje en la
Ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia de Río negro, en donde me encontré
casualmente con otra población recientemente afectada por los proyectos de megaminería. Me
vi frente una ciudad convulsionada no solo por las consecuencias de la erupción del volcán
Puyehue unos meses antes y sus notorios impactos para la vida cotidiana y las economías
locales sino evidentemente movilizada por la derogación de la ley 3981 promulgada en julio
de 2005 y derogada entre sombras entre la navidad y el año nuevo de 2011 por el
recientemente asesinado gobernador Carlos Soria. Esta situación de gran movilización social
que viví en el lugar fue el catalizador que me llevo finalmente a indagar sobre la vulneración
de los derechos humanos por parte de la megaminería a cielo abierto trasnacional no solo en el
1
Los derechos de tercera generación son aquellos de incidencia colectiva entre ellos el derecho a un ambiente
sano que se funda sobre los valores de paz y solidaridad.. Han sido consagrados por el constitucionalismo
argentino de 1994 en los artículos 41,42 y 43.
1
ámbito de esta querida provincia sino a nivel de toda la republica Argentina trayendo también
a colación algunos ejemplos de America Latina.
Siguiendo estas líneas de indagación el objetivo principal de este trabajo es poner en
tapete algunas de las incongruencias entre un modelo económicamente extractivo no
sustentable presente en gran parte de America Latina y la supuesta defensa de los derechos
humanos que hacen los gobiernos que se hacen llamar progresistas. Advierto al lector que con
esto no se quiere anular por supuesto los avances de los derechos humanos en cuanto a la
revisión de la historia, el juicio a los genocidas y las políticas de memoria, verdad y justicia
que son de gran valor sino que por el contrario se busca exigir a los gobiernos que enarbolan
estas banderas a profundizar estas políticas siendo coherentes en todos los niveles del derecho
incluyendo por supuesto el ambiental.
Megaminería en la Argentina:
En la última década la industria minera se desarrolló de modo exponencial en toda America
Latina y Argentina no fue la excepción. Especialmente el crecimiento se dio en la denominada
“gran minería”, aquella asentada en la explotación de minerales metalíferos tales como el oro,
la plata, el cobre, molibdeno, minerales radiactivos como el uranio y las llamadas tierras
raras2. Esta minería posee una nueva modalidad de explotación que permite extraer el material
que se encuentra diseminado en la roca, mineral de baja ley, lo que hace que muchos
yacimientos que se habían cerrado por falta de vetas en el pasado hoy vuelvan a reabrirse. El
proceso extractivo se caracteriza por la voladura de grandes volúmenes de roca mediante
ANFO (Nitrato de amonio + Fuel Oil) y por abarcar una extensión de hasta 950 hectáreas solo
para el área de mina en donde se remueven por día 300.000 toneladas de roca, se utilizan 100
toneladas de explosivos, más de 100.000 litros de combustible, miles de litros de agua potable
y decenas de toneladas de sustancias de alta toxicidad como el cianuro, acido sulfúrico,
xantato y mercurio. Estos grandes volúmenes de roca luego son triturados utilizando
importantes cantidades de energía en su mayoría termoeléctrica3 para posteriormente
depositarlos en grandes “piletones” muchos asentados sobre zonas sísmicas hasta de nivel 4
como en el caso de San Juan. En los piletones la roca triturada se mezcla con compuestos
químicos solubles en grandes volúmenes de agua para la separación de los minerales
diseminados, debido a este proceso es que esta actividad también se define como
“megaminería” metalífera hidro - química. Finalmente una vez separado el mineral de la roca
la mayor parte se convierte en residuo. Los residuos provenientes del procesamiento de
minerales se conocen como colas, relaves o jales (tailings) Si estos residuos son sólidos y en
forma de ripio se acumulan en escombreras pero si las sobras del proceso son lodos o una
mezcla líquida de materiales finos, son transportados a presas o depósitos mediante ductos, ya
sea por gravedad o con ayuda de bombeo. Estas presas se denominan diques de cola y
contienen escoria y roca con grandes cantidades de sustancias toxicas y dañinas tanto para el
ambiente como para la salud.
Cada año, esta industria presenta cifras colosales, récords en materia de inversiones,
producción y exportación. A pesar de estos números impresionantes enarbolados por las
empresas mineras y la misma secretaría nacional de minería al pueblo argentino no le queda
prácticamente nada, solamente entre el 2 y 3% de regalías a boca de mina4. Es San Juan quizás
2
Otros 17 elementos que suelen ser escasos en la corteza terrestre.
Esta energía se genera a partir de la quema de combustibles fósiles (gas y petróleo) emitiendo grandes
cantidades de CO2, gases de efecto invernadero, lo que contribuye al calentamiento global.
4
Estas regalías se calculan sobre el promedio de las prospecciones hechas anteriormente sobre el territorio y no
se modifica si el mineral aumenta su valor en el mercado como es el caso de la plata y el oro que multiplicaron
varias veces su valor a lo largo de la última década. Se define el valor boca mina de los minerales y/o metales
declarados por el productor minero, como el valor obtenido en la primera etapa de su comercialización, menos los
3
2
el caso más escandaloso en donde en todo el año 2009 la minera Veladero, la más grande de la
provincia aportó poco más de un 1 % en conceptos de regalías, unos 39 millones de un total
de 3800 millones de facturación. A cambio nos queda el impacto negativo de todos los daños y
pasivos ambientales, sociales y económicos que provoca esta actividad a gran escala de
marcado carácter extractivista mientras que se enriquecen las transnacionales gracias a los
recursos no renovables, las poblaciones locales sufren de numerosas violaciones de sus
derechos y ven su futuro seriamente comprometido.
La gran mayoría de los recursos mineros metalíferos de Argentina se encuentran a lo
largo de la Cordillera de los Andes, principalmente en las provincias de Salta, Jujuy,
Catamarca, Tucumán, San Juan, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y ahora según nuevas
prospecciones también en Río Negro.
Para comenzar hay que tener en cuenta que la prospección, exploración y producción
de minerales metalíferos hacen de esta actividad un rubro con alto insumo de capital es decir
que demanda de millonarias inversiones en tecnología e infraestructura, es por esa razón que
este sector está dominado por grandes empresas transnacionales, en gran mayoría de origen
canadiense, esto no es casual ya que Canadá es el principal productor de insumos tecnológicos
de ultima generación para la actividad minera por lo cual la mayoría de las inversiones no hace
otra cosa que seguir fomentando la producción industrial del mismo país que importa sus
propias maquinas para traerlas a la Argentina lo cual no genera nuevos puestos de trabajo en
ninguna rama industrial nacional.
Si bien las empresas transnacionales son los principales agentes del desastre social y
ambiental, es el Estado argentino y el de otros países de America del sur que establecen las
bases que posibilitan este saqueo, gracias a una legislación más que permisiva. Desde el
gobierno de Carlos Saúl Menem, la presencia del Estado en la materia, ha quedado reducida al
control y la auditoría de la inversión privada en el sector. En cuanto a la explotación, sólo hay
dos compañías provinciales, Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD) y Fomento
Minero de Santa Cruz (FOMICRUZ), que tienen participación minoritaria en proyectos de
multinacionales. A esta situación además se le suma una multiplicidad de ventajas fiscales y el
trafico de influencias con las que las que el poder económico puede cooptar los apoyos
políticos y mediáticos necesarios para desarrollar sus proyectos con total impunidad.
Siguiendo esta línea ya desde el retorno de la democracia Argentina, con una
incalculable reserva de minerales, con recursos energéticos mayormente inexplorados, con una
enorme extensión de tierras cultivables y que la presencia de “nuevas tecnologías” 5 volvían
explotables se convertía en una extraordinaria oportunidad para el capital transnacional. Para
concretar este proyecto durante toda la década del 90 se desarrollo una ingeniería legal que
permitió sentar las bases de la estructura para que las empresas y el capital internacional
pudiesen penetrar libremente para operar sobre el territorio nacional. Si bien las estructura
legal fue desarrollada durante la década del 90 las inversiones en minería durante los
gobiernos de Carlos Saúl Menem y Fernando de la Rua no fueron las esperadas y faltaría pasar
al menos ocho años para que la coyuntura económica, política y tecnológica permitiera
aumentar considerablemente las ganancias de la nueva minería para que fuera ahora si un
negocio consolidado para las multinacionales.
Montado sobre el plan IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura
Regional Sudamericana) impulsado por el primer gobierno de Néstor Kirchner ese capital
transnacional lograría finalmente penetrar y multiplicarse rápidamente. Un reflejo de esto fue
costos directos y/u operativos necesarios para llevar el mineral de boca mina a dicha etapa, sumado a esto se hace
además una excepción de los gastos y/o costos directos o indirectos inherentes al proceso de extracción (Ley
25161). Esta ley por ende libera a la empresa de los costos de extracción y transporte del mineral dos de las
etapas que más inversión requieren con el argumento de promocionar la actividad económica.
5
Cuando hacemos referencia a nuevas tecnologías no solo nos referimos a las que hacen posible a la
megaminería sino también la implantación de la agricultura industrializada o agroindustrias con inversiones como
las de Monsanto y Cargill.
3
el reciente comunicado de la Secretaría de Minería de Nación que hacía referencia a la
“Histórica inversión minera”. El comunicado hacia alusión a un aumento exponencial de la
exploración en más de un 840 por ciento en los últimos ocho años. El comunicado su vez
remarcaba que el récord histórico posicionaba a la Argentina como uno de los países con
mayor dinámica en esta actividad y sostenía que el fuerte aumento de la actividad exploratoria
se había generado con la aparición de nuevos emprendimientos donde el país ya contaba con
más de seiscientos. Finalmente el informe detallaba que las principales provincias con
proyectos mineros eran, San Juan, Salta, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Neuquén,
Santa Cruz e incluía el proyecto Calcatreu6 en la provincia de Río Negro. De este modo
podemos observar como progresivamente la actividad fue incrementada año a año como lo
reflejan los datos oficiales de la secretaría de minería de la nación, en 2003 había tan sólo
cuarenta proyectos mineros. En 2009 ya eran 336, lo que equivale a un incremento
aproximado del 840 por ciento y en la actualidad de 2012 llegan a 600 casi un 1500 por ciento
más que en 2003. Estas cifras más que contundentes sobre el colosal crecimiento de los
proyectos de megaminería a cielo abierto y con el antecedente de “Bajo la Alumbrera” como
estandarte de la “minería responsable” son parte de un modelo netamente extractivo que
parece haber llegado para quedarse y consolidarse como piedra angular de las promesas de
desarrollo de los gobiernos provinciales y las transnacionales como la Barrick Gold, Silver
Standard Resources, Global Copper, Meridian Gold solo por nombrar algunas. En síntesis
como dijimos anteriormente mientras la ingeniería legal data de los 90, el exponencial avance
territorial data de esta última década, en las que el capital transnacional nunca había
penetrado ni avanzado tanto por sobre los recursos, las economías regionales y por sobre todo
el derecho de los ciudadanos a elegir como, donde y en qué condiciones vivir.
Neocolonialismo y modelo extractivista
Algunos especialistas como (Javier Rodríguez Pardo, 2009) y (Darío Aranda, 2008)
sostienen que los proyectos de megaminería que acosan durante la última década a toda
Latinoamérica no pueden entenderse sin un análisis geopolítico profundo. En este sentido es
precisamente que utilizan para su exegesis los términos de neocolonialismo y modelo
extractivista como dos características inherentes a la actividad minera.
Estos conceptos nos permiten comprender la rápida proliferación de proyectos mineros
metalíferos, en especial los de plata y oro, como una consecuencia del estado actual del
sistema capitalista. Actualmente el neoliberalismo agresivo y extremo que rige las relaciones
económicas y políticas de los países de todo el mundo, se ha extendido por el globo como
único sistema imperante. Su bandera es la máxima ganancia económica, pasando por encima
de cualquier consideración que se desvíe de este lema. Sobre los derechos humanos de las
poblaciones que sufren los embates de las superpotencias se encuentra la economía y la ley
del mercado. La “globalización” como un aparente concepto neutral responde a estas ansias de
la libre circulación del capital internacional y el abaratamiento de costos de mano de obra e
insumos estratégicos en otros países. De este modo hay que entender la expansión megaminera
en Latinoamérica y en especial en Argentina como un esfuerzo de los países centrales para
extender este actual sistema de saqueo; reduciendo el costo de las materias primas y elevando
el de las manufacturas resultantes, lo cual lleva a la total aniquilación a los países
“subdesarrollados”. Así nuestros países basan sus precarias economías en la exportación de
dichas materias primas, sin valor agregado, commodities, a los países “desarrollados” para que
6
Yacimiento de oro y plata dentro del departamento de 25 de Mayo (cercano al límite con la Prov. de Chubut).
Iniciado en 1998 por la trasnacional Aquiline Resources Inc, paralizada por la ley 3981 promulgada en julio de
2005 y reiniciada tras la derogación de la misma a finales de 2011. Las localidades más cercanas: Ing. Jacobacci,
Quetrequile, Ojos de Agua, Kilómetro 39, Futa Ruin, Los Juncos podrían verse seriamente afectadas.
4
las empleen en producir bienes de consumo que a su vez son vueltos a vender a mayor costo a
los países del “Tercer Mundo” o como en el caso de metales como el oro y la plata para hacer
especulaciones financieras en las bolsas de acciones internacionales. Para abaratar el costo de
esas materias tan necesarias, las multinacionales y grandes corporaciones económicas, a través
de sus estrategias políticas, gobiernos y sistemas de influencias, promueven guerras, golpes de
Estado, y financian las dictaduras de turno para mantener el orden que garantice esa situación
favorable a la economía “mundial”. Sin embargo en el último tiempo en Latinoamérica lo que
más han intentado es hacer lobby con las elites y gobiernos de turno construyendo un falso
discurso de progresismo y desarrollo que a fin de cuentas casi nunca es llevado a la práctica
real. Incentivos, privatizaciones, devaluaciones, refinanciación de préstamos, empréstitos,
boicots, todo vale para lograr una maximización de las ganancias y la superación continúa de
beneficios mientras se hace oídos sordos a los reclamos y necesidades de las poblaciones
afectadas.
Así como analizamos la gran minería a la luz del concepto de neocolonialismo es
necesario también hacerlo teniendo en cuenta que la megaminería tanto por su escala como
por extraer recursos no renovables debe ser entendida dentro de un modelo de economía
extractivista. Pero ¿de que hablamos exactamente cuando hacemos referencia a la minería a
cielo abierto como una actividad netamente extractivista? y de ser así ¿por que esta
característica se constituye como la principal en la vulneración los derechos humanos?
Hablamos de extractivismo cuando una actividad se dedica a la obtención de recursos
no renovables sin un plan estratégico de obtención de materias primas alternativas más
sustentables (Moore, J 2009). Este es el caso de la megaminería a cielo abierto, sin embargo
el concepto de extractivismo se vuelve incluso más radical en esta actividad ya que no solo se
llevan minerales que no son renovables y que escasean en la corteza terrestre sino que en el
proceso de separación del mineral, denominado proceso de lixiviación, utilizan grandes
cantidades de energía de origen termoeléctrico y por ende también no renovables. Por si no
bastara con esto el otro insumo indispensable para esta actividad de lixiviación es el agua un
recurso que posee un ciclo extremadamente frágil e indispensable para la vida. Teniendo esto
en cuenta podríamos referirnos a la megaminería como una actividad netamente extractivista
que depreda distintos niveles de la cadena de hábitats, nichos ecológicos, recursos no
renovables y recursos indispensables para la vida y desarrollo de los seres humanos (Delgado
Ramos 2010).
Además de estas consecuencias la noción de extractivismo tiene otras implicancias de
carácter geopolítico y de avasallamiento de los derechos de los ciudadanos de los países
denominados en vías de desarrollo por parte de las grandes potencias económicas. A este
fenómeno podemos llamarlo “actividad extractiva desplazada” (Rodríguez Pardo 2009) y se
relaciona íntimamente con el concepto de neocolonialismo que desarrollamos anteriormente.
Este concepto no hace más que describir el proceso por el cual las potencias económicas
dueñas de las empresas mineras se dedican a buscar nuevos territorios con abundancia en
recursos metalíferos, energías baratas, mano de obra desesperada y por sobre todo
legislaciones laxas y permisivas a la hora gestionar la explotación y depredación de los
recursos naturales. Con esto queremos decir que los países que son dueños de las mineras en
especial Canadá si bien explotan grandes yacimientos en sus países se están volcando desde la
década del 90, a la movilidad de sus capitales para la explotación desplazada en países que
tienen leyes y jurisdicciones que desprotegen bienes vitales como el agua y el derecho a un
ambiente sano para sus habitantes y de este modo aumentar sus tasas de rentabilidad. De este
modo podríamos argumentar que es falso que en países como Canadá, Estados unidos,
Alemania, Reino Unido o Suiza no hay recursos metalíferos, ya que de hecho son explotados y
su propio pueblo ya ha experimentado parte de los pasivos ambiéntales que trae aparejados
esta actividad. Estos países por ende ya vivieron algunos de los riesgos de esta actividad y por
ende sus legislaciones restringieron esta actividad, como lo evidencia la resolución dictada por
el parlamento de la unión Europea del 5 de mayo de 2010, volviendo indispensable la
5
necesidad de buscar desesperadamente nuevos enclaves de saqueo para satisfacer su infrenable
consumismo pero sin pagar los pasivos ambientales correspondientes. Esta situación se
evidencia en las cifras, mientras que los yacimientos explotados en el primer mundo se
mantuvieron estables e incluso algunos fueron cerrados por legislaciones nuevas con mayor
grado de protección del derecho ambiental, en gran parte de los países de la periferia el
crecimiento en exploración y explotación a cielo abierto creció exponencialmente (Ortiz 2007)
y (Makartz 2011). Esta es una estrategia que debería al menos interpelar a los sectores de
gobierno de Latinoamérica ya que trae aparejado consecuencias geopolíticas considerables y
una sentencia de muerte para las economías locales y modos de vida de los habitantes de los
países periféricos. Esta actividad extractiva desplazada tiene como principal objetivo abaratar
costos contaminando más. Como sostiene (Daniel Goleman 2009) hoy en día el negocio para
generar mayor rentabilidad ya no es exclusivamente el plusvalor que se obtiene de la
explotación del trabajo asalariado, como sostenía el paradigma marxista tradicional, sino la
posibilidad de hacer explotaciones sin los saneamientos o tecnologías adecuadas para
amortiguar el impacto ambiental y así poder generar mayores ganancias reduciendo los costos
de la empresa y aumentando los riesgos del ambiente y la población del enclave. De este modo
la rentabilidad de estas actividades viene dada por conseguir territorios cuyas leyes le permitan
explotar contaminado más, dejando pasivos ambientales y utilizando recursos como agua en
grandes cantidades y energía subvencionada para convertirlo en un negocio con una de las
tasas de ganancia más altas del mercado. Como sostiene Goleman los costos de saneamiento
ambiental hoy en día ya no son un calculo marginal en los balances de las empresas sino por el
contrario uno de los principales puntos a tener en cuenta a la hora de calcular la rentabilidad de
una inversión por lo que no resulta sospechoso que se convierta en una de las principales
variables de ajuste para obtener rentas extraordinarias siempre y cuando se encuentre
legislaciones que permitan evadir estos saneamientos y controles de calidad ambiental de la
actividad en cuestión. De este modo podemos encontrar una continuidad en donde la burguesía
triunfante en Europa, Estados Unidos, Japón y posteriormente China no ha tenido la menor
intención ni la posibilidad económica de separarse de la política colonialista de sus
predecesores, pues aquella clase social no puede subsistir sin el sistema colonialista que le
proporciona las riquezas para su desarrollo y de este colonialismo ha nacido precisamente el
monopolio capitalista. Así el imperialismo no es una modalidad del capitalismo, ni es una
etapa típica a un país determinado; es una fase ineludible al desarrollo del capitalismo como
sostenía
Lenin.
Durante más de un siglo los principales países capitalistas, impulsados por sus burguesías
monopolistas transnacionales, se han enfrentado en los campos de batalla; han empujado a los
pueblos a asesinar a sus hermanos en innumerables guerras; han comprado países mediante
tratados, todo para reducir el número de capitalistas que se adueñan del planeta. Los Estados
imperialistas controlan una larga lista de Estados Nacionales en situación colonial; cuentan
con colonias propiamente dichas; están los Estados y Naciones que resisten la guerra de
dominación; los que viven bajo la dominación directa del imperialismo como el estado Libre
Asociado de Puerto Rico, los Estado de Irak y Afganistán entre otros. Eso sucede porque la
burguesía transnacional y sus corporaciones monopólicas globales son el núcleo del
imperialismo y son las que según Goleman vuelven a dar vida a la economía de enclave bajo
nuevas modalidades más tecnificas como un resabio del pasado pero con consecuencias
incluso más peligrosas en la actualidad. La evolución económica de esta burguesía
transnacional les ha llevado a elaborar su base conceptual independiente de la sostenida por
Estados tradicionales7; han desarrollado una compleja, especializada, extensa y altamente
tecnificada organización para la administración de colosales medios de producción y los
7
Teniendo en cuenta que la megaminería y la agroindustria también generaron múltiples problemas ambientales
en países como Estados Unidos, Canadá, Alemania y otros países de Europa del este.
6
millones de trabajadores que les hacen funcionar y producir; así como para el manejo de
millones de dólares involucrados en la circulación de bienes, servicios y capitales.
Siguiendo con nuestro análisis tenemos que tener en cuenta que la megaminería como
actividad extractiva desplazada genera circuitos diferenciales entre países de extracción y
países de consumo muy similar a la época de la colonia hace 500 años atrás. De este modo se
genera un reparto del mundo en donde las economías locales y regionales de los países que
son penetrados por las trasnacionales son devastadas para imponer un modelo que satisface
las necesidades de consumo y especulación de países que se encuentran a miles de kilómetros
de distancia y que poco les importa las consecuencias que dejan con sus patrones de consumo
compulsivo. Según (Moussa, 1999) Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental, Japón y
Australia concentraban el 75 % del consumo de cobre refinado a lo largo de la segunda mitad
del siglo XX, en tanto que casi un 47% del mineral de cobre durante ese periodo se extrajo de
America Latina y África. Otro ejemplo reciente de esto lo representa la creciente demanda de
minerales como el Litio y el Coltán8 para uso fundamentalmente tecnológico (Baterías,
electrónica, centrales nucleares y misiles balísticos) que amenaza a la población y economía
ganadera de la puna Argentina – Boliviana en el caso del litio y que devastó al pueblo del
Congo en África con el Coltán.
Otras de las características que relacionan a la minería con el extractivismo y el
neocolonialismo es que las empresas mineras imponen su propio marco legal mediante la
presión política, el lobby con los sectores dominantes y el tráfico de influencias intentando a
toda costa reforzar un marco legal que les permita hacer siempre más redituable la explotación
metalífera. Ejemplo de esto son la ley Argentina de estabilidad fiscal y de inversiones mineras
Ley Nº 24.196 que otorga más de treinta años de estabilidad fiscal para los emprendimientos,
más seguridad que ninguna otra actividad económica en toda la republica teniendo en cuenta
además la oscilación económica de tipo cíclica que suele presentar nuestro país
periódicamente, como también la ley 25.161 (Ley de inversiones mineras) que otorga
beneficios fiscales y de regalías para las trasnacionales. La combinación de estas dos leyes no
solo promueve el saqueo de bienes no renovables sino que vulnera los derechos del resto de la
población que no tiene siquiera la mitad de estos beneficios para el desarrollo de sus
economías regionales. Bajo esta modalidad el modelo extractivo que promueve el estado
nacional con leyes dictadas en los 90 sigue priorizando a la actividad minera por sobre las
economías locales permitiéndole entre otras cosas deducir los siguientes costos: a) Costos de
transporte, flete y seguros hasta la entrega del producto logrado, menos los correspondientes al
proceso de extracción del mineral hasta la boca mina. b) Costos de trituración, molienda,
beneficio y todo proceso de tratamiento que posibilite la venta del producto final, a que arribe
la operación minera. c) Costos de comercialización hasta la venta del producto logrado. d)
Costos de administración hasta la entrega del producto logrado, menos los correspondientes a
la extracción. e) Costos de fundición y refinación. Además gracias a Ley Nº 25.429 el estado
Argentino le hace la devolución del IVA a la exploración en concepto de devolución de
créditos fiscales de IVA (a los 12 meses).
Esta deducción de costos no se termina de enumerar aquí ya que además muchas de
las empresas mineras suelen exportar los minerales por puertos que se encuentran al sur de
Comodoro Rivadavia como por ejemplo lo son el Puerto San Julián y el Puerto de Ushuaia
8
El coltán es una mezcla de los minerales columbita y tantalita. Se trata de un recurso estratégico imprescindible
en la fabricación de componentes electrónicos avanzados. El principal productor de coltán es la República
Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas, si bien existen mayores reservas
probadas o en explotación en Brasil con el 10% de las reservas, Sierra Leona con el 5% de las reservas, y un 5%
alrededor del mundo. Según informes de agencias internacionales de prensa, la exportación de coltán ha ayudado
a financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo, un conflicto que ha resultado con un balance
aproximado de más de 5 millones de muertos, como también ha servido a algunas mafias colombianas. Ruanda y
Uganda están actualmente exportando coltán robado violentamente del Congo a occidente, principalmente a los
Estados Unidos.
7
con lo que el porcentaje de devolución que les reintegra el estado a las mineras es aun mayor
por la resolución del articulo 32 de reembolsos por puerto Patagónico que establece un
reembolso a las exportaciones realizadas por Com. Rivadavia del 5% y que llega a casi el 20%
cuanto más austral es la ubicación geográfica del puerto (Ley 23.018 y su modificatoria Ley
24.490). Otros incentivos son la exención de retenciones a las exportaciones (otras actividades
aportan entre un 10% y un 20%), la exención del impuesto al cheque (decreto Nº 613/2001)
que para el resto de las actividades tiene una tasa del 6 por mil. Deducción del 100% del
impuesto a los combustibles líquidos. Transferencia al exterior de capital y ganancias en
cualquier momento y sin pagar cargas o impuestos sobre dichas transferencias. Y por ultimo
las empresas mineras no deben liquidar divisas, es decir que están autorizados a no ingresar
al país el 100% de lo producido por sus exportaciones.
Siguiendo lo explicitado anteriormente podríamos sostener que el Estado argentino
prácticamente les paga a las mineras para que se lleven el mineral y dejen detrás de ellas el
pasivo ambiental y la desintegración de las economías locales que no pueden competir de
ninguna manera ni por poseer menos incentivos ni por competir con recursos tan estratégicos y
escasos como el agua para la pequeña y medina agricultura y ganadería.
Además de las leyes anteriores hay otras que representan una gran preocupación,
tenemos que tener en cuenta que el código minero (Ley 1919) es un régimen que de no ser
modificado también atenta contra el derecho a un ambiente sano y la autodeterminación de los
pueblos ya que junto con la ley de reordenamiento minero (24.224) no contemplan en ninguno
de sus artículos las necesidades de las comunidades afectadas o la consulta franca con los
habitantes de los lugares donde se realizan las operaciones de extracción. De este modo
ambas leyes utilizando la figura de la “concesión” avanzan sobre las comunidades a paso
acelerado, se dice entonces de concesionar el subsuelo, porque pertenece al Estado, pero, ¿Qué
ocurre cuando en su superficie vive una comunidad? La respuesta inmediata es la
servidumbre, la desintegración del tejido social y el éxodo ¿Y si la comunidad se opone a salir
de su lugar de origen? Esto tampoco es tenido en cuenta por la legislación en especial en lo
referido a la autodeterminación de los pueblos originarios muchos de los cuales viven a pocos
kilómetros e incluso sobre los emprendimientos mineros.
Finalmente para concluir con el marco legal que las mineras transnacionales imponen
queremos traer a colación al Acuerdo Federal y Binacional minero (Ley 24.228), el ejemplo
más representativo de la entrega que la legislación Argentina hace de sus recursos y soberanía
nacional. El ámbito de aplicación del tratado entre Argentina y Chile sobre Integración y
Complementación Minera, firmado por los gobiernos de Carlos Saúl Menem y Eduardo Frei,
contiene varios de los parques nacionales sin cláusula alguna que preserve su integridad,
atentando directamente a los artículos 41 y 42 teniendo en cuenta que la creación de parques
nacionales busca promover el derecho a vivir en un ambiente saludable y sin contaminación.
El tratado de minería fue firmado el 29 de diciembre de 1997 y su protocolo complementario
el 20 de agosto de 1999, sin apartado alguno que preserve la biodiversidad de los parques y
reservas, tanto provinciales como nacionales, y de otras áreas turísticas que se hallan en su
ámbito de aplicación. De este modo el acuerdo binacional permite a los inversionistas la
exploración y explotación de los recursos mineros existentes y el uso de los recursos naturales
para ello, en el ámbito de aplicación sin ningún tipo de restricción, aplicando el principio de
trato nacional y otorgando facilidades fronterizas que pueden ser ampliadas mediante
protocolos adicionales específicos. Con esto queremos decir que el tránsito entre Argentina y
Chile será para las potencias económicas sin restricciones, con el peligro del posible
desarrollo de actividades ilegales a su amparo teniendo además en cuenta el dudoso origen de
los capitales de Peter Munk y Adnan Khasshoggi ambos inversionistas de la principal empresa
minera e implicados en trafico de armas y drogas e imputados en el caso Iran-Contras y la
quiebra del BCCI (Banco de Crédito y Comercio Internacional) (Bonasso, M 2011). Este
tratado binacional atenta contra la integridad de los Parques Nacionales y otras zonas
turísticas, también por la existencia del protocolo de aplicación de 1993 que se refiere a la
8
facilitación de actividades de trabajo aéreo, es decir, explotación a cielo abierto que deja un
enorme cráter e inmensas nubes de partículas en suspensión9 como resultado final, soslayando
completamente la cantidad de glaciares tanto de hielo como de roca que se encuentran en toda
la cordillera de los Andes.
Este acuerdo no es el primero sobre el tema que se suscribe con Chile. El mismo se
inscribe en el marco del Acuerdo de Complementación Económica, donde se conviene esta
actividad en varios y sucesivos protocolos hasta 1993, complementados con el tratado de
promoción y protección recíproca de inversiones de 1991. Las bases y fundamentos de un
tratado de integración y complementación minera de 1996, el memorando de integración física
y facilitación fronteriza. El ámbito de aplicación del tratado abarca toda la zona occidental de
nuestro país, próxima al límite con Chile la cual se caracteriza por un gran desarrollo turístico
y de norte a sur afecta las siguientes reservas nacionales, parques provinciales y parques
nacionales: Parque Provincial y Reserva Nacional de Ischigualasto (San Juan) y de Talampaya
(La Rioja). Reserva de Biosfera San Guillermo (San Juan). Parques Nacionales: Laguna
Blanca (Neuquén), Lanín (Neuquén), Nahuel Huapi (Río Negro), Lago Puelo (Chubut), Los
Alerces (Chubut), Perito Moreno (Norte de Santa Cruz), Termas: Fiambalá (Catamarca),
Pismanta (San Juan), El Sosneado (Mendoza), Copahue y Caviavue (Neuquén). Embalses: los
Nihuiles I, II y III y Valle Grande sobre el río Atuel, Los Reyunos sobre el río Diamante, Agua
del Toro, todos en Mendoza. Según palabras de la (Dra. Teresa Ana Maknis 2007) “Los ríos
sobre los que se construyeron las represas, embalses y diques de cola, nacen y transcurren en
el área de aplicación, con peligro inminente de contaminación de la cuenca y del embalse por
la actividad minera si no existen cláusulas específicas que excluyan estas áreas.” La
formulación de cláusulas específicas si bien pueden significar un avance en la protección de
estas reservas de biodiversidad antes nombradas no representa una solución definitiva ya que
la extensión de las cuencas sigue permitiendo la superposición de contaminación a lo largo y
ancho de los cursos de ríos, lagos, lagunas y humedales. De modo que las cláusulas específicas
representarían solo una medida paliativa, es decir permiten liberar ciertas áreas de
contaminación y por ende impide una toma de decisión definitiva en la protección integral de
la totalidad de las cuencas como un conjunto sistémico de relaciones geográficas, tróficas y
biológicas.
Con todo esto podemos argumentar que este modelo, con sus facetas de
neocolonialismo y extractivismo, se consolida como un proyecto económico centrado en el
desarrollo de actividades como la megaminería y la agroindustria tecnificada10, aún a costa de
severos impactos ambientales y sociales. Para no despertar malestares, se los “catalogan”
como mínimos bajo la figura de concesión, es decir, sin mayor trascendencia. Sin embargo, su
incidencia en el transcurso de la vida de los habitantes de toda a America Latina demuestra
una y otra vez que el riesgo es grande. Trabajos recientes (Svampa, M., y Antonelli, M 2009),
(Rodríguez Pardo, J 2009) y (Chaparro Ávila, E2010), ponen en evidencia a los proyectos
mineros como violatorios de los derechos humanos, los derechos colectivos, de aquellos
vinculados con las decisiones comunales sobre qué va pasar con sus comunidades y los bienes
necesarios para sus economías, los derechos a vivir en un ambiente sano, los derechos al
trabajo y, principalmente, los derechos a la vida.
Subsidio ecológico y pasivo ambiental
9
Cuando los glaciares se cubren de polvo pierden su capacidad de refracción contribuyendo con el cambio
climático y la aceleración del derretimiento de los hielos.
10
Especialmente el modelo de monocultivo de soja transgénica que impuso Monsanto hace aproximadamente
una década y media.
9
Como hicimos referencia anteriormente la legislación argentina prácticamente funda la
bases para que el Estado no solo entregue los recursos sino que prácticamente le pague a las
empresas por nuestro saqueo. Como sostiene (J. Moore 2009) las compañías además de evitar
el fisco y el riesgo judicial tienen la capacidad de contaminar más que en sus lugares de
origen11 situación que es definida por el autor como “subsidio ecológico”. Bajo este nombre el
autor sostiene que los países con legislaciones poco protectoras como la nuestra están
fuertemente expuestos al abandono del ambiente y a la carencia de saneamiento posterior a la
explotación de las mineras. Los problemas para el ambiente y los habitantes comienzan desde
el anuncio mismo de estas explotaciones mineras. Los problemas se evidencian desde la
presentación de los proyectos por la baja calidad e incluso adulteración de los informes de
impacto ambiental que presentan las empresas en donde se producen falencias en el diseño del
muestreo, omisiones, muestreo insuficiente o simplemente métodos inapropiados. A esto se le
suma la connivencia de profesionales públicos que muchas veces forman parte de consultoras
privadas que realizan los estudios para las mineras, situación muy poco transparente y que ya
cuenta con varias denuncias. Si esto resultara insuficiente, además en la Argentina mediante la
disposición de la ley 24.585 se le exige a toda la actividad minera solamente un informe de
impacto ambiental (IIA) y no una evaluación de impacto ambiental (EIA) como lo prevé el
resto de la legislación nacional y los acuerdos internacionales, en donde la diferencia de
informar de un impacto ambiental y evaluarlo rigurosamente puede significar la diferencia
entre la vida y la muerte de miles de personas.
Una vez que las empresas consiguen la aprobación del informe de impacto ambiental y
pueden empezar con los emprendimientos el siguiente problema es el de la pobre regulación
sobre el cierre de las minas. Las compañías una vez que se acaba el mineral dejan la zona sin
ningún tipo de saneamiento, dejando maquinas, insumos contaminantes, desechos cloacales de
los campamentos, combustibles, escombreras con el peligro del drenaje acido, diques de cola
repletos de oxidaciones, soluciones cianuradas y partículas minerales como las del uranio que
con el tiempo decaen a otros minerales más radiactivos como el torio. A este conjunto de
desechos de la producción y con el riego que implica para los ecosistemas los denominamos
“pasivos ambientales”. Estos pasivos ambientales no solo se producen durante el periodo de
explotación de la mina sino que incluso 20 años posteriores al cierre se siguen registrando
casos de contaminación de napas por oxidación, drenaje acido, cambios en el ph de las aguas y
solubilización de metales pesados.
Un caso emblemático de estos pasivos ambientales es el caso del yacimiento Bajo la
Alumbrera una explotación de oro y cobre que operan en conjunto la empresa suiza Xstrata y
las canadienses Goldcorp y Yamana Gold. Bajo la Alumbrera se encuentra entre los diez
grandes emprendimientos de cobre del mundo y entre los quince de oro. Por cada tonelada de
roca se obtienen seis gramos de oro y seis kilogramos de cobre (Informe de explotación y
prospección de la minera). Los especialistas advierten que la remoción de las montañas acelera
la producción de sulfuros, que con el aire y el agua producen drenajes y lluvias ácidas, además
de enormes montículos de roca estéril que contiene altos niveles de arsénico y mercurio
naturalmente presentes en gran parte de la cordillera pero que con las explosiones son
liberados al exterior.
A quince años del comienzo de la fase de producción de la minera existe una decena de
acusaciones: las familias de Juana Flores y de Manuel Casas vivían a dos kilómetros del dique
de colas, a la vera del río Vis Vis. Tuvieron que abandonar sus tierras por la contaminación del
agua y están en juicio con Alumbrera. El defensor del pueblo de Santiago del Estero y la
justicia de Tucumán acusan a la empresa de contaminar con metales pesados el río Salí-Dulce,
11
Hacemos aquí una salvedad ya que si bien nuestra legislación es más laxa que la de los países centrales en
cuanto a la protección del ambiente esto no quiere decir que los países de “primer” mundo no hayan
experimentado o experimenten en la actualidad grandes impactos sobre el ambiente en sus propios territorio
debido a la utilización de sustancias como el cianuro en la megaminería. (ver cuadro desastres por el cianuro)
10
que comparten ambas provincias y que la empresa sigue desmintiendo a pesar de tener
instaladas dos estaciones de retrobombeo para remediar la grave situación . La justicia de
Rosario investiga el presunto tráfico documental y exportación ilegal de metales a través del
puerto San Lorenzo donde la minera tiene su propia base de operaciones. Pobladores de Villa
Vil, en Catamarca, denunciaron a la empresa por reiterados derrames tóxicos del
mineraloducuto. El fiscal general de Cámara de Tucumán, Antonio Gómez, denunció una
cantidad considerable de excesos por parte de la empresa: valores de arsénico hasta veinte mil
veces por sobre los permitidos por la ley nacional, hasta cinco mil veces en cadmio, veinte
veces en cobre, diez mil en mercurio, sesenta en plomo y mil en selenio. Esta situación se
suma además a que están constatados con muestras científicas que hubo por lo menos cuatro
derrames del mineraloducto: el 17 de septiembre de 2004. El 10 de junio de 2006 luego dos
días después, el 12 de junio. Los tres en Villa Vil. El cuarto y último: en diciembre de 2008 en
el paraje de Ampujaco, límite entre Andalgalá y el departamento de Belén ambos pueblos
afectados no solo por la contaminación sino también por la represión por parte del estado y
patotas de la empresa frente a cada denuncia.
Como ya hicimos referencia, la cuestión de los pasivos ambientales no es solo una
problemática actual de las mineras que operaron recientemente, los pasivos ambientales y los
subsidios ecológicos fueron la clave del colonialismo para la expropiación y saqueo en toda
America Latina. El drenaje ácido de minas, que constituye el principal agente de
solubilización de metales pesados en áreas mineras, es un problema desde las primeras
colonias asentadas en America. Este proceso contamina aguas y suelos y se prolonga durante
décadas o siglos. La explotación de sulfuros primarios en el noroeste argentino que data de la
época de la colonia española ha sido desde comienzos del siglo XX la actividad económica
tradicional y ha catalogado de “mineras” a estas provincias tratando de convencer de que no
existe otro desarrollo posible. Cuando en la década de los '80 los precios internacionales de los
metales cayeron estrepitosamente generaron el abandono de varios proyectos mineros en la
Puna de Argentina, estos cierres se realizaron sin un adecuado procedimiento lo que plagó la
zona de pasivos ambientales. Este es el ejemplo de la mina la Mejicana un emprendimiento
situado en el cerro Famatina, La Rioja, a más de 4600 metros de altura y con una de las
mayores producciones de oro y plata que existían pero que fue rápidamente desguasada
cuando se retiraron los capitales ingleses ya desde 1926 y cuyas consecuencias todavía están
presentes en la contaminación de el Río Amarillo uno de los pocos cursos de agua de esta zona
semiárida que hoy cuenta con un ph de casi 3.12
Las empresas no dan cuenta de estos pasivos ambientales creando la falsa noción de
que la minería se instala en territorios vacíos o en zonas postergadas creando un círculo
virtuoso que genera desarrollo. Esta representación de las regiones como “desérticas” es una
construcción ideológica que como sostiene (Harvey, 2004) generalmente oculta historias de
explotación económica en donde los territorios son presentados como espacios disponibles o
socialmente vaciables para su valoración por parte del capital.
Por ultimo queremos hacer referencia que así como existen los pasivos ambientales y
los subsidios ecológicos también existe un subsidio de tipo social que muchas veces no es
tenido en cuenta. Este representa el costo que pagan las poblaciones locales por la instalación
de proyectos de esta envergadura. Hay al menos tres niveles en los que existe este subsidio
social el primero es que todo el pueblo argentino con los impuestos subvenciona tanto la
exportación como la exportación de las mineras. Por ejemplo hoy en día el pueblo Sanjuanino
le subsidia de su bolsillo la energía a todos los emprendimientos mineros asentados en la
cordillera mediante las facturas emitidas por Energía San Juan S.A. donde puede leerse hoy
en día un ítem donde dice: “fondo para la línea de interconexión a 500 Kw.”, una línea que
abastecerá a Veladero y Pascua - Lama de la energía que necesitan para triturar la roca y por la
12
Un ph 3 es extremadamente ácido y no permite que viva prácticamente organismo alguno, y que el agua que
desciende no sea apta para el riego ni para el consumo humano.
11
que no pagarán ni un centavo. El segundo nivel de subsidio es la competencia por el agua de
la que hablaremos más adelante, en donde los agricultores de los valles de San Juan y Jáchal
deben pagar para usar (Edicto 519-0280-11-99/ Departamento de Hidráulica de San Juan) y las
mineras simplemente utilizan con el aval del gobierno provincial sin pagar canon alguno. Por
último el tercer nivel de subsidio social son las enfermedades producidas tanto por el trabajo
en las minas como por la proximidad de las poblaciones a los yacimientos, en donde casos de
leucemia infantil, cáncer de pulmón, problemas respiratorios y alergias han crecido
exponencialmente afectando la salud y calidad de vida de las poblaciones implicadas
(Rodríguez Pardo, J 2009) (Aranda, D 2008).
Corrimiento del estado, soberanía hídrica y de los recursos estratégicos
¿De quien es el agua? ¿Por qué algunos pagan por ella y otros no? Este es un debate que
presenta una multiplicidad de aristas que merecen ser explicitadas. Quizás la primera y más
importante es la de pensar si los recursos como el agua que utilizan y los metales que se llevan
las mineras son realmente “recursos naturales”. Siguiendo a distintos ambientalistas y
expertos en derecho ambiental podríamos pensar que la noción de “recursos naturales” implica
una primera apropiación sobre la naturaleza ya que necesariamente este concepto promueve
que hay una privatización por parte de algunos sobre ciertos elementos que en principio la
naturaleza pone a disposición de todos. Al considerar la noción de “recursos naturales”
legitimamos sin darnos cuenta un paradigma en el cual hay una apropiación diferencial de la
naturaleza en donde los países más ricos tienen derecho a consumir una porción más grande de
lo que la naturaleza nos ofrece en cuanto a comunidad global. Para evitar esto actualmente
algunos proponen superar la vieja visión de “recursos naturales” para comenzar a llamarlos
“bienes comunes”. Esto en principio puede parecer solo una cuestión logomáquica sin
embargo desde la teoría es un giro que tiene un fuerte impacto a nivel de los derechos
humanos y en especial en la defensa del acceso de las poblaciones hasta ahora excluida de los
bienes naturales. De este modo considerar al agua como un bien común en vez de un recurso
natural intenta poner en jaque el actual modelo que postula un circuito diferencial de países
que consumen de más y depredan bienes comunes y otros países sumidos en la pobreza los
cuales no tiene acceso a estos por que les son expropiados. Esta distinción conceptual es clave
para empezar a dar algunas respuestas a las preguntas formuladas recientemente, sin embargo
no es suficiente ya que es necesario también tomar estos axiomas teóricos y convertirlos en
una política de Estado. ¿Pero que ocurre cuando el estado se ausenta de este deber e incluso
abre las puertas para que este circuito diferencial neocolonial se lleve a cabo?
Como hicimos referencia anteriormente el Estado argentino no protege su soberanía
hídrica como así tampoco la de los recursos metalíferos estratégicos y críticos. Este
corrimiento del estado en relación a la protección de los bienes comunes a sus ciudadanos trae
múltiples consecuencias que vulneran los derechos humanos de miles de argentinos tanto en la
actualidad como para las futuras generaciones. En este sentido el papel fundamental que
cumple en muchos países el derecho preventivo para proteger el ambiente y a las futuras
generaciones es en nuestro territorio casi inexistente, pero no solo que la prevención del
derecho no se aplica sino que con una visión cortoplacista se dinamitan bienes naturales que
no son renovables, reafirmando a las empresas mineras como un actor social total. Con esto
queremos decir que las mineras tienen un poder de acción casi total que el Estado delega con
sus legislaciones y que solo unas esporádicas resistencias sociales están conteniendo en varios
puntos del país de manera admirable. De este modo mientras en el mundo cada nueve
segundos muere una persona por falta de agua el Estado argentino se da el lujo de que
corporaciones extranjeras destruyan y degraden, ríos, vegas, lagos y humedales a menudo de
12
forma irreversible y que proyectos como Pascua – Lama13 pueda utilizar más de 3000 litros de
agua por segundo. Esta impunidad nos obliga nuevamente a repensar sobre la pregunta: ¿de
quien es el agua? y ¿Por qué algunos pueden consumir tantos bienes que son comunes?
Veamos, a partir de la reforma constitucional de 1994 se efectuaron algunos agregados
en la carta magna al título denominado "Gobiernos de provincia", siendo el mas significativo
el Art. 124, que además de establecer las facultades de crear regiones para desarrollo
económico y social y de celebración de convenios internacionales compatibles con la política
exterior nacional, reza en su último párrafo lo siguiente “Corresponde a las provincias el
dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. Esto que en principio
muchos celebraron como un acto de federalismo no hizo otra cosa que delegar la protección de
algo crucial como los bienes naturales, entre ellos el agua, sobre la multiplicidad de las
autoridades provinciales. De este modo el Estado abrió las puertas para la seducción del
capital trasnacional a los distintos gobernadores de las provincias como lo reflejan las
actuaciones, en contra incluso de su propio electorado, de algunos políticos como José Luis
Gioja (San Juan), Beder Herrera (La rioja), Lucia Corpacci (Catamarca) y recientemente
Carlos Soria (Río Negro). El problema de este dominio provincial sobre los recursos naturales
es que muchas cuencas hídricas atraviesan varias provincias al igual que los camiones que
transportan sustancias tóxicas, como así también los mineraloductos que tienen perdidas a lo
largo y ancho del país, en este sentido las decisiones que toma un provincia repercuten sobre
otras varias mientras que el estado avala con un halo de libertad este juego macabro.
Para que entendamos lo grave de la situación de la venta de la soberanía hídrica, el
mejor ejemplo es el riesgo que corren los glaciares, que representan el reservorio de agua del
que se nutren muchísimas de las cuencas que nacen en lo alto de la cordillera de los andes.
Como es de conocimiento público la ley de glaciares en la argentina se convirtió en una
polémica que resonó en muchos de los medios de comunicación. Esta ley (26.418) presentada
en principio por la ex diputa Marta Maffei, que contó con el asesoramiento del IANIGLA
(Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias del Ambiente) fue aprobada por
unanimidad el 22 de octubre de 2008. 19 días después fue vetada por la presidenta de la
Nación con el argumento de que atentaba contra los intereses de ciertas provincias
casualmente: San Juan, Catamarca, Santa Cruz y La Rioja todas provincias con lasos muy
turbios entre gobernadores y trasnacionales mineras. El 8 de julio de 2010 La Rioja y Jujuy
sancionan una ley provincial de protección de glaciares, menos protectora que la norma
nacional. A partir de ahí el debate técnico fue largo y sumado a la presión social finalmente la
nueva ley de glaciares (Bonasso – Filmus)14 fue promulgada el 30 de Septiembre de 2010
pero con la modificación de dos artículos que extienden la explotación en el área peri glaciar
lo que permitiría que unos de los proyectos más colosales presentados hasta el momento,
Pascua - Lama pueda llevarse a cabo. A esta situación se suma que el 8 de noviembre de
2010, el Juez Federal de San Juan, Miguel Ángel Gálvez, suspendió la aplicación de seis
artículos de la ley de glaciares para los emprendimientos mineros Pascua Lama y Veladero,
ante la presentación por parte de Barrick Gold de dos amparos judiciales. Luego, el mismo
juez, suspendió la aplicación de la norma en todo el territorio provincial, tras una presentación
judicial realizada por la Asociación Obrera Minera Argentina y su seccional San Juan, la
Cámara Minera de San Juan, la Confederación General del Trabajo Seccional San Juan, la
Cámara Argentina de Servicios Mineros de San Juan y la Cámara Argentina de la
Construcción. Así San Juan se consolidó como la primer provincia que hizo caso omiso a una
13
El proyecto minero Pascua Lama (San Juan) está en manos de la empresa Barrick Gold (entre cuyos accionistas
se encuentra George Bush padre) tiene carácter binacional (Tratado Minero Chileno-Argentino 2004). Su
objetivo es extraer oro, plata y cobre de la cordillera de los Andes. Se encuentra a 4500 metros de altura y está
ubicado a 300 Km. al noroeste de San Juan y a 150 Km. al este de la ciudad chilena de Vallenar.
14
Cuyo nombre viene de los dos congresistas principales que legislaron la ley de Protección del ambiente
Glaciar y peri glaciar: Daniel Filmus (Frente para la Vitoria) y Miguel Bonasso (Dialogo por Buenos Aires).
13
ley votada por unanimidad y con fuerte legitimación social en pos de los interese económicos
de una elite dominante con José Luis Gioja a la cabeza.
Si bien el caso de San Juan es lamentable hay que reconocer que con la nueva ley
ahora los glaciares cuentan con mayor protección15 que antes, sin embargo estos reservorios
de agua, ubicados en plena cordillera de los andes corren un nuevo peligro por la existencia de
un territorio en cuya jurisdicción esta ley no se aplica sin necesidad de amparo alguno.
El tratado binacional (Ley 24.228) crea prácticamente un “tercer país” entre Chile y
Argentina en el cual la ley de glaciares no tiene alcance, este territorio con jurisdicción propia
corre a lo largo de miles de kilómetros de la cordillera de los andes en donde yacen los
glaciares y donde nacen las agua que utilizan para el consumo y la economía las poblaciones
de muchísimas localidades. En este sentido el Estado argentino se ausenta de este territorio y
permite entre otras cosas la destrucción de glaciares como el Coconta o glaciar de Vallejos,
que Barrick Gold reconoce que intervino para ampliar la ruta16 a la planta. Los glaciólogos
tienen importantes denuncias de degradación entre otros el glaciólogo Pablo Milana que fue
uno de los técnicos que sostuvo que al subir encontró todo el ecosistema destruido. Otro caso
aun con mayor impacto mediático fue la adulteración del informe de impacto ambiental que
presentó hace un par de años la Barrick en donde directamente se negaba la existencia de tres
glaciares (Toro I, Toro II y Esperanza) y que rápidamente tuvo que ser cambiado frente a la
presión de un grupo de científicos que aseguraban que iban a destruir estos sistemas glaciares
de gran fragilidad. Frente a esto la empresa reconoció la existencias de estos glaciares, que ya
había reconocido en el informe para Chile y remarcando su impunidad propuso literalmente
trasladarlos17 con palas mecánicas hasta un cuarto glaciar más grande (Glaciar Guanaco)
mientras todavía sigue negado la existencia de glaciares de roca o permafrost18.
El burdo manoseo de los glaciares y del agua afecta directamente la salud y las
economías locales de muchos pobladores, en este sentido es revelador el testimonio de
Graciela Álvarez, periodista y docente de Andalgalá, que relata el vaciamiento y degradación
que están sufriendo las economías locales como las de Tinogasta, Andalgalá, Chilecito,
Aimogasta, Belén y Santa María que hasta hace unos años contaban con una producción de
viñedos, olivares y producción de aguardiente y que hoy prácticamente es inexistente. Lo
mismo ocurre con la población del valle de Jáchal, Iglesia y San Juan que viven de la
producción de cebolla y olivos y que están viendo afectados sus rindes por los altos niveles de
metales pesados, en especial cadmio y cromo, en las aguas. Líderes indígenas de la zona de los
Cobres denuncian que no pueden cosechar el pimentón, base de su economía, por que el agua
y la lluvia ácida afectan las cosechas. Se ha detectado también contaminación en las termas de
Pismata lo que produjo una baja en el turismo que usualmente concurre a este paraíso. Un caso
de suma importancia son las denuncias en el valle de Uco , Tullum, Tupungato, Tunuyán, San
Rafael y Uspallata todas zonas vitivinícolas tanto de San Juan como Mendoza que expresan su
preocupación ya que algunos organismos internacionales quieren cancelar la categoría de
“orgánico” a sus productos a partir de la noticia del asentamiento de proyectos mineros (oro
[yacimiento San Jorge]19, plata cobre, molibdeno y un yacimiento de uranio en Cierra Pintada)
lo que afectaría considerablemente el pilar económico de dichas provincias. Los casos se
multiplican año a año en distintos rubros de las economías regionales y sería imposible
15
Esta ley incluso contando el ambiente peri glaciar cubre apenas más de un 1% del territorio nacional.
Estas rutas tienen hasta 38 metros de ancho por el gran porte de las maquinarias que se utilizan en la
explotación.
17
Hay un solo antecedente de esto ejecutado por la empresa Cameco, subsidiario de Barrick Gold, que terminó
destruyendo dos glaciares en la mina Kumtor en Kyrgistan a fines de los años 90.
18
El permafrost, o glaciar de capa activa, usualmente se deshiela y congela con las temporadas y funciona como
una especie de “esponja” que retiene y libera agua manteniendo el balance hídrico de muchas cuencas.
19
Este megaproyecto minero fue parcialmente detenido gracias a las luchas y denuncias de la organización
vitivinícola y la “asambleas popular por el agua limpia” cocreada junto con la UAC en Mendoza. En el
expediente se denuncia la utilización de sustancia toxicas como xantato y acrilamida.
16
14
enumerarlos a todos pero pocos alcanzan para dar cuenta de que ocurre cuando el Estado se
hace a un lado y no protege la soberanía de un bien común como el agua crucial para el resto
de las economías pero en especial indispensable para la vida.
Licencia social: Consentimiento de las comunidades involucradas
Además de ver su derecho a la salud afectado, las poblaciones locales ven
comprometidas sus actividades económicas, en particular la agricultura, por la falta de agua y
por la contaminación que aumenta drásticamente la mortandad de los animales de cría. A esto
se suma la vulneración de otros derechos por las empresas mineras: como el no
reconocimiento del derecho a la tierra de los pueblos originarios y su consiguiente violación a
sus derechos culturales, la represión de la protesta y ataques a la libertad de expresión
comprando el silencio de los pobladores. Todos estos factores hicieron que poco a poco en
distintos puntos del país comenzaran a evidenciarse los conflictos sociales por parte de los
pueblos que estaban en contra de este tipo de actividad que propone el actual modelo
económico y que por consiguiente quitaran la legitimidad social a estos emprendimientos. Es
precisamente en este sentido que sostenemos que las mineras al negar la autodeterminación de
los pueblos no cuentan con la licencia social de gran parte de la población del territorio
nacional.
El vaciamiento de las economías regionales y la escasez de empleo funcionan como
verdaderas armas de extorsión, situación que lleva muchas veces a aceptar los términos de las
empresas por las necesidades sociales que tiene gran parte de la población de las provincias.
Para las mineras y su clientelismo empresarial se trata solo de una cuestión de dinero y/o de la
coacción para lograr la licencia social y no de proponer un verdadero modelo de desarrollo
sustentable a largo plazo que mejore la calidad de vida de la población respetando los intereses
y necesidades de los ciudadanos. El derecho de las comunidades a elegir como quieren vivir,
es decir la autodeterminación de los pueblos, no es respetado cuestión que se evidencia en la
negativa por evitar a toda costa las consultas populares y los plebiscitos. Se busca sembrar la
idea de un voto calificado en donde la población “ignorante” no conoce los beneficios reales
de la minería y por eso no están capacitados para votar, sin embargo las asambleas populares
se están organizando, debatiendo e informando y por sobre todo definiendo que tipo de
modelo económico quieren y en que condiciones ambientales y de salubridad vivir.
En San Juan por ejemplo la consulta popular esta prohibida por el poder político, que
se vale por los dictámenes de una justicia sometida: “Un municipio puede llamar a plebiscito
por un asunto de cloacas pero no por contaminación minera”20 De este modo el gobernador
de San Juan combate las ideas que no responden a sus intereses, especialmente los de
Bentonita Santa Gema S.A.21, no con debate sino con censura ya que el además es dueño de
los principales medios de comunicación (Telesol Canal 5, Diario el Zonda, Andina S.A.,
Radio AM del Sur, Radio FM 10.20 entre otros). Otras consultas populares como las de
Tinogasta (Catamarca 2007), Calingasta (San Juan 2008) y Andalgalá (Catamarca 2009)
fueron frustradas con la complicidad del gobierno nacional bajo el argumento de que la
explotación de los recursos naturales es incumbencia de los gobiernos provinciales y no de los
municipales.
20
Declaración de la Comisión Directiva de Federación de Viñateros y Productores Agropecuarios de San Juan, 6
de junio de 2006.
21
Empresa de insumos mineros cuyo dueño es la asociación familiar de los Gioja y cuyo principal cliente es la
Barrick Gold.
15
Mientras algunas provincias siguen luchando para lograr la consulta popular otras
como Río Negro que ya habían logrado leyes como la 3981, que prohibía la lixiviación con
cianuro, hoy están nuevamente en peligro por la derogación de dicha ley evidenciando un
retroceso en la protección de un ambiente sano y los derechos humanos del conjunto de la
población. Esta situación de avance de las trasnacionales por sobre los derechos humanos de lo
pueblos de America Latina cobraron mayor virulencia a partir de los dos únicos casos de
plebiscitos populares: El de 2002 en Tambo Grande Perú22 con un 98.65 % de la población en
contra del proyecto minero y el caso de Esquel (Chubut 2003) donde el 81% le dijo no al
modelo extractivista depredador minero.
Cuando las consultas populares y el fervor de un pueblo por defenderse del atropello
no pueden frenarse mediante el aparato burocrático que el Estado monta para proteger los
intereses de las transnacionales la respuesta es la represión directa en ocasiones por la fuerza
publica y a veces con tercerización de la represión por parte de patotas de las empresas y los
gobiernos provinciales23. En diciembre de 2009 los pobladores de Andalgalá, Belén y Santa
María cortaron el camino de acceso al yacimiento de Agua Rica. El 15 de febrero de 2010
sufrieron una dura represión por parte de la policía provincial, niños, adolescentes, mujeres y
hombres recibieron balazos de goma, palos y prisión con el objetivo de que la maquinaria de
Yamana Gold pudiera avanzar. Luego de los incidentes el Poder Judicial frenó el proyecto.
Luego en enero de este año, en paralelo a la pueblada riojana contra la megaminería, las
asambleas catamarqueñas cortaron los caminos hacia Alumbrera. El 26 de enero fueron
detenidos cuatro asambleístas. Al día siguiente, 27 de enero, hubo 18 detenidos y más
represión. El 8 de febrero fue destruido el acampe de Belén y detenidas veinte personas entre
ellas un chico de 13 años. En Tucumán se desalojó el corte de Amaicha del Valle, donde
también se frenaba el avance de camiones de Alumbrera también con incidentes. La Unión de
Asambleas Ciudadanas (UAC, que reúne a asambleas de todo el país) hizo referencia a la
situación en los siguientes términos: “La respuesta de los gobiernos cómplices de las
transnacionales ha sido la represión (…) Las amenazas y los maltratos hacia las resistencias
populares a la brutal megaminería no finalizan (…) La brutalidad y las amenazas
provenientes del Estado nacional y los estados provinciales, no cesa. Las empresas mineras
pretenden avanzar sin más, imponiendo su política de ganancias y destrucción”.
Todas estas situaciones de violencia y coacción directa sobre los pueblos hacen
preguntarnos sobre el rol que cumple el Estado por preservar los derechos de sus ciudadanos o
si el derecho de algunos pocos empresarios esta por encima del conjunto de la sociedad. En
este sentido es también que deberíamos preguntarnos si la nueva ley “antiterrorista” (26.734),
orientada por el gobierno de George Bush, no representa una verdadera contradicción con la
protección de los derechos humanos y por el contrario busca legitimar la represión de la
protesta social. La ley 26.734 incrementará al doble las penas mínimas y máximas cuando
delitos previstos en el Código Penal se cometan para "aterrorizar a la población”, sin embargo
este instrumento legal no distingue los alcances del termino “terrorista” y es por eso que
diferentes organismos de derechos humanos muestran gran preocupación por esta situación.
En este sentido es muy pronto para hacer aseveraciones, sin embargo esta ley de ningún modo
puede utilizarse como estrategia para lograr a la fuerza imponer un modelo económico
aplastando las necesidades, salud y economías de los pobladores de nuestro país. En nombre
de la megaminería transnacional y de la libre empresa no es posible soslayar los pasivos
ambientales y sociales que genera. Y menos aún silenciar la violación a los derechos humanos
de quienes tratan de defender el ambiente natural y terminan, como viene siendo el caso de
22
También hay otras consultas populares como la de Piura y Cajamarca ambas en 2007 que no fueron
reconocidas por el Gobierno de Alan García y encontramos casos similares en Guatemala y Ecuador.
23
Existen denuncias por agresiones de patotas con integrantes contratados por José Luis Gioja en el Gran San
Juan.
16
Jáchal, Belén, Chilecito, Santa María, Calingasta, Famatina, Tinogasta, Andalgalá y ahora
también Bariloche acusados de 'terrorismo'.
Violación a los derechos sociales
A pesar de las promesas que suelen hacer las empresas mineras, esta actividad no
genera prácticamente trabajo local por tratarse de una economía con alto insumo de capital 24.
Los proyectos mineros generan una fuerte demanda de trabajo en las fases iniciales, lo que
crea la ilusión de trabajo permanente, además el trabajo presenta una alta jerarquización donde
la labores menos rentadas quedan para los vecinos del lugar y las mejores remuneradas para el
personal de la empresa que en su mayoría son técnicos y empresarios extranjeros. Estas
características convierten a la minería en una conpany town o economía de enclave es decir
una actividad que no activa otras ramas de la producción y por ende no genera estabilidad
económica a largo plazo y tampoco un proyecto de desarrollo sustentable. Por si esto fuera
poco la condiciones de trabajo también dejan mucho que desear, las condiciones de altura,
clima y presión abruman a los obreros que trabajan día y noche en plena cordillera de los
Andes. En este sentido además del frío y el mal de altura como condición inevitable de trabajo
han crecido exponencialmente los casos de cáncer de pulmón, fibrosis pulmonar,
hidrargirismo (intoxicación por mercurio) y en el caso de las minas de uranio las patologías
son aún más complejas (Rodriguez Pardo, J 2009) (Aranda, D 2008).. Sin embargo estos no
son impedimentos para que las empresas sigan con su proyecto de saqueo a pesar de las
múltiples denuncias no solo en Argentina sino en otros países recientemente afectados. Como
no podía ser de otro modo Barrick Gold Corporation se constituye como el principal ejemplo
que incurre en violaciones severas a los derechos laborales por la precariedad de la
condiciones de trabajo, por permitir continuos accidentes de trabajo, por exceder las jornadas
laborales más allá de los convenios internacionales y las leyes nacionales, por el pago de
salarios injustos, por despidos irregulares, y estrangulamiento a la libertad sindical cada vez
que los obreros salen a defender sus derechos utilizando además el aparato de represión del
estado como cómplice. Hay incluso denuncias que los pobladores del departamento de
Iglesias, Rodeo, Tudcum y Jáchal, pusieron a disposición de la UAC donde informaban de
unos quince trabajadores que habrían perdido la vida. Pero al momento de exigir datos más
concretos, nombres y circunstancias, comenzaban los inconvenientes para presentar las
denuncias: el silencio de la empresa ocultando información, el traslado de enfermos y víctimas
hacia establecimientos fuera de la provincia de San Juan o alejados de la zona minera, la
soledad de los trabajadores sin testigos familiares y sin control oficial alguno, son algunas de
las razones de la impunidad con que opera Barrick Gold.
La CTA también denuncio el arbitrario despido por parte de la minera Barrick Gold del
secretario general de la Organización Sindical Mineros Argentinos (OSMA), José Leiva,
trabajador de la mina Veladero. Este había sido despedido por sus declaraciones en los medio
de comunicación en junio de 2009: “Barrick Gold dice que le paga los mejores sueldos a los
trabajadores de Veladero. Pero eso no es así. La Barrick paga los sueldos más bajos del
mundo a los mineros argentinos. Y además trabajamos en las peores condiciones: estamos
expuestos a enfermedades y nunca terminamos de adaptar nuestro cuerpo a los 4.600 metros
de altura”. En Veladero trabajan algo más de 1.500 personas de las cuales 850 figuran en
planta permanente en tanto que el resto padecen diferentes formas de fraude laboral a través de
la tercerización de servicios, cuestión que genera gran malestar entre los obreros a lo que se
24
Según datos de Minera la Alumbrera, Veladero y Potasio Río colorado por cada 1 millón de dólares invertido
se crea entre 0.5 y 2 puestos de trabajo.
17
suma que recientemente en un paro de actividades que hicieron los trabajadores en reclamo
por la muerte de dos obreros en la montaña fueron fuertemente reprimidos.
El 18 de octubre de 2009 medio centenar de trabajadores montaron un piquete en el
barrio 13 de diciembre, frente a la sede de la minera Santa Cruz. Entre el jueves y el viernes
denunciaron condiciones de trabajo “deplorables” y pidieron “dignidad”, la empresa les había
aplicado además sanciones después de las protestas realizadas días atrás en la mina de Perito
Moreno tratando de silenciarlos a toda costa.
Con respecto al yacimiento la Bajo la Alumbrera Andrea Mastrangelo , Antropóloga de
la Universidad de Buenos Aires en “Las niñas Gutiérrez y la mina Alumbrera” (2004), resume
las condiciones laborales de la explotación: “La cantidad de camas disponibles es la mitad del
total de los operarios del yacimiento. (…) Cada doce horas y durante 15 minutos, un turno de
trabajadores es reemplazado por el otro que pasa a ocupar el comedor, los espacios
recreativos y los dormitorios”. Durante la etapa de la obra civil (cuando se levantaron las
instalaciones necesarias para la producción) y también ahora que se extrae el mineral, los
trabajadores residen en “campamentos” en muy malas condiciones. En la actualidad, trabajan
siete días en el yacimiento y tienen siete de franco, con turnos de 12 horas por jornada. Para
las tareas de construcción, el gremio del sector estimó que el proyecto empleó 4.500 personas.
Hoy, la firma tiene 1.800 trabajadores (no todos en planta permanente) y paga por año 16
millones de dólares en sueldos. Esta variación probablemente explique el paso de la euforia a
la decepción que se dio en los habitantes de Belén respecto a la mina.
En el plano del empleo entonce podemos decir que por cada trabajador de empresas
mineras, con paupérrimas condiciones de trabajo, hay cientos de obreros que pierden sus
fuentes de trabajo en actividades sustentables de la zona de influencia de un proyecto de ese
tipo, lo cual también es un grave problema que abarca no solo los derechos laborales sino que
impacta sobre los modelos productivos regionales. Es precisamente en este sentido que queda
preguntarnos ¿Qué tiene para ofrecer estas empresas más que saqueo, trabajos transitorios y un
modelo cortoplacista depredador del ambiente? Muchos pobladores se están dando cuenta de
esto y se están organizando auque las zonas de influencias de las empresas trasnacionales sean
múltiples y promulguen la fragmentación social y la pelea entre vecinos.
Allí donde se instala la megaminería se multiplican lo conflictos sociales, aumenta la
migración y se producen divisiones al interior de las comunidades. Los motivos que
desencadenan dichos conflictos son varios: disputas por bienes públicos como agua, tierra,
energía hasta conflictos por corrupción, clientelismo, afectaciones a las economías locales,
violación a los derechos de los pueblos originarios, conflictos por las expectativas frustradas
de empleo y/u oportunidades económicas. Este conjunto de situaciones hace que los pueblos
afectados no vuelvan a ser nunca los mismos y se conviertan en iconos del conflicto y la
resistencia social por sus derechos y los de las generaciones futuras.
Las múltiples denuncias al sector minero por violación a los derechos humanos
Hoy en día la minería a cielo abierto frecuenta los tribunales de todo el mundo y
Argentina no es la excepción. Según un informe de la ONU promulgado en noviembre de
2010 de 320 casos de violación a los derechos humanos, el sector que cuenta con más
denuncias es el de las industrias extractivas con la megaminería a la cabeza llegando casi al 29
% de las menciones. Las industrias extractivas representan así el sector con más denuncias
abuso de poder e incluso causas por crímenes contra la humanidad por lo general provocados
por la fuerzas de seguridad publicas o privadas que protegen los bienes de las empresas.
Realizar una lista de las violaciones que se vienen sufriendo como producto directo del avance
sin reparos del capital transnacional en la Argentina resultaría engorroso. Nos limitaremos a
decir que se trata de una lista muy completa y extensa, que en general abarca desde la censura
18
en los medios de comunicación, las persecución de los disidentes, las represiones brutales, los
desalojos masivos, el envenenamiento de personas por contaminación, la intimidación, el
procesamiento, el secuestro y el asesinato solo por nombrar los impactos a nivel social.
Como dijimos anteriormente con el corrimiento del Estado y la consiguiente pérdida
de la soberanía de los bienes comunes y seguridad de los derechos de los ciudadanos fue que
estos atropellos de las transnacionales pudieran materializarse. En los últimos años hemos
presenciado un fenómeno más escandaloso como es el caso de la utilización de algunas
instituciones relacionadas con los derechos humanos a favor del capital transnacional. La
Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de La Rioja cumple un importante rol de
protección de un estado provincial claramente vinculado con hechos de represión y
persecución a los disidentes del modelo megaminero que se busca imponer. La secretaría
brinda institucionalidad, evita denunciar a los implicados, ocupa los canales de comunicación
de las instituciones relacionadas con los derechos humanos, todos recursos a favor de las a
mineras y haciendo caso omiso a las reivindicaciones populares de las distintas asambleas
conformadas en estos últimos años de resistencia social.
En el mismo sentido, en la provincia de Santa Cruz, el INAI (Instituto Nacional de
Asuntos Indígenas) viene siendo denunciado por operar dentro de las comunidades indígenas
en favor de las empresas mineras interesadas en catear o explotar sus territorios. En palabras
de la familia Limonao: “Llegó el INAI para convencernos de que el uranio no es malo”. Estos
son sólo dos ejemplos pero sirven para desnudar el poder de mutación del capital transnacional
y su renovada capacidad de penetración, asimilando la coyuntura nacional, proclive al discurso
de los derechos humanos, como palanca para potenciarse y avanzar”.
Así, conforme a la lucha social va avanzando, el debate de la megaminería se instala y
los pueblos se capacitan e informan sobre la materia, de este modo la legislación vigente de
entrega y saqueo ya no alcanza así como tampoco los modos “tradicionales” de represión. Esta
situación hace que se produzca una modificación sustancial en los modos de represión que
viene desarrollando el Estado. Como lo indica el informe de Correpi 2010 (Coordinadora
Contra la Represión Policial e Institucional), a la represión policial convencional viene a
sumarse la tercerización de la represión, la utilización de inteligencia ilegal 25, patotas
sindicales y grupos paramilitares que complementan la capacidad punitiva del Estado allí
donde la nueva coyuntura impide la utilización directa de las fuerzas policiales.
Estos incidentes crecen de forma alarmante no solo en Argentina sino en todos
los países que sufren lo que (Eduardo Galeano, 2004) llama “La maldición de la abundancia”
haciendo referencia a los países ricos en recursos naturales pero que sin embargo poseen
grandes déficit alimentarios, de salubridad, educación además de ser poseedoras de deudas
externas colosales a pesar de que son saqueados día a día por las potencias económicas
centrales. Tal es el caso de Zaire que a pesar de ser el principal exportador mundial de cobalto,
el segundo en diamantes y no menor en oro, cobre, baritina, estaño, boro y zinc contrajo una
deuda externa que no puede pagar y que sumergió a millones de sus habitantes en la más cruel
pobreza. Poco tiempo pasó luego para que Ruanda y Uganda invadieran Zaire y
posteriormente acaeciera un brutal genocidio situación capitalizada por Río Tinto Zinc, Anglo
American Corporation y Barrick Gold Corporation para repartirse los despojos de los enclaves
mineros.
Otros casos similares son los ocurridos en Filipinas donde la empresa minera Placer
Dome fue demandada por daños ambientales en la isla de Maridinduque. Esta misma empresa
luego fue demandada por Indonesia por violar los derechos del pueblo Davak y destruir una
gran área de bosque nativo; además Placer Dome reprimió crudamente al pueblo Wiradjuri por
25
Mientras escribía estas líneas se produjo un escándalo por un controvertido proyecto de inteligencia que llevaba
a cabo Gendarmería Nacional bajo el nombre de Proyecto X y que según organismos de derechos humanos
pueden llegar a atentar contra la libre expresión, buscar la criminalización de la protesta e incluso violar la Ley
24.776 de protección de datos.
19
impedir la instalación de una mina a cielo abierto a orillas del lago Cowal en Australia. Chile y
Perú tampoco son la excepción con casos de contaminación de distinto tipo en Atacama,
Antofagasta, Calama, Lasana (Dirección general de Aguas de Chile, 2009) y Trujillo,
Cajamarca, Santiago de Chuco, Piura y Puno donde se denunció a minera Milagrosa S.A, a
Minera Aurífera Santa Rosa S.A y a Barrick Gold Corporation.
A continuación solo algunos ejemplos más de desastres y denuncias ambientales pero
ahora también en países centrales que luego de esto cambiaron sus legislaciones y decidieron
buscar nuevos enclaves sin restricciones mientras en su propio territorio tratan de frenar las
múltiples denuncias de ciudadanos afectados.
DESASTRES RECIENTES
CIANURO Y MINERIA DE ORO
2000
Mina de Aurul,Bai
Mare, Rumania
Mina de
2000 Tolukuma,Papua
Nueva Guinea
1998
Mina de
Kumtor,Kyrgyzstan
Cien mil metros cuadrados de agua contaminada con
cianuro y metales pesados se fugaron al Río Tizsa, el
segundo más grande del país, cuando se agrietó una
represa diseñada para contener los deshechos mineros.
Después del accidente, se encontraron niveles de
cianuro 700 veces más alto que la norma. Ochenta
kilómetros del río fueron contaminados y hasta 40% de
la vida biológica se murió. El agua potable de 2.5
millones de personas resultó contaminada. Casi 100
toneladas de peces muertos se han pescado del río. La
represa fue diseñada por una inundación del nivel que
pasa solamente cada 100 años, pero se falló debajo
una inundación que pasa aproximadamente cada 50
años. La Organización Mundial de Salud (OMS), está
preocupada por los altos niveles de metales pesados
como plomo y cadmio que pueden ocasionar graves
problemas de largo plazo. El costo de limpieza se
estima en hasta $250 millones.
Un helicóptero hizo caer una tonelada de cianuro de
sodio mientras que volaba a la mina en marzo. Hasta
150 kilogramos de cianuro fueron perdidos y
presuntamente se disolvió en un bosque tropical.
Un camión se cayó de una puente derramando 1,762
kilogramos de cianuro de sodio en el Río Barskoon. Los
informes indican que dos personas se murieron
envenenadas por cianuro, casi cien personas fueron
hospitalizados y mil habitantes buscaban ayuda
médica.
El
gobierno
busca
$8.4
millón
en
compensación por daños al medio ambiente.
Mina de
1998 Homestake,South
Dakota, USA
Muchos peces se murieron envenenados con cianuro
cuando seis o siete toneladas de deshechos se cayeron
en la Quebrada Whitewood.
Mina de Zinc Los
1998
Frailes,España
Una represa se cayó e hizo derramar aproximadamente
1.3 billones de galones de deshechos ácidos hacia un
río importante y sobre miles de hectáreas de tierras de
cultivo. Hubo una matanza masiva de peces.
1997
Mina Cantera de
Oro,Nevada, USA
Un fallo en la cancha donde se riega con cianuro sobre
la roca provocó la fuga de un millón de litros de
20
deshechos conteniendo
quebradas.
1995
Mina de Oro
Omai,Guyana
cianuro,
contaminado
dos
Se descargaron más de 3.2 billones de litros de
desperdicios contaminados con cianuro hacia el Río
Essequibo cuando se desplomó una represa. Un estudio
por la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
mostró que se murió toda la vida acuática en la
quebrada de 4 kilómetros que corre entre la mina y el
Río Essequibo.
Mina de
1994 Harmony,South
Africa
Una represa minera abandonada se fracturó y un
complejo de apartamentos se inundó con lodo
contaminado con cianuro. Diez mineros murieron.
Mina de Oro
1992 Summitville,
Colorado, USA
Descargas planificadas y fugas accidentales de cianuro
y de metales pesados mataron toda la vida acuática
por 27 kilómetros del Río Alamosa. Hasta ahora se ha
gastado $150 millón para limpiar la zona.
1990
Mina de Echo
Bay,Nevada, USA
Novecientos (900) aves se murieron cuando bebieron
agua de un dique de cola que contenía cianuro.
Mina de Oro
1990 Brewer,South
Carolina, USA
Un derrame accidental de cianuro contaminó 80
kilómetros del Río Lynches y mató más de 11,000
peces. Es probable que la presencia de peligrosos
metales pesados, frecuentemente encontrados con el
cianuro, contribuyera a la matanza.
Mina de
1989 Richmond,South
Dakota, USA
Residuos contaminados con cianuro mata 10,000
truchas en un río de los Cerros Negros de South
Dakota.
Fuente: Svampa, M., y Antonelli, M. (eds.), Minería transnacional, narrativas del
desarrollo y resistencias sociales. Biblos: Buenos Aires, 2009
En Argentina no hace falta decir que todos los delitos antes enumerados vulneran los
derechos de la mayoría de las localidades del Noroeste Argentino, gran parte de la región de
Cuyo, y recientemente también la Patagonia en especial las provincias de Neuquén, Santa
Cruz y Río negro como bien lo grafica el esquema que muestra todos lo emprendimientos a lo
largo y ancho del país.
21
22
Reflexiones finales
Cómo transitar de la Argentina extractiva primaria a la Argentina alimentaria orgánica,
tecnológica y con valor agregado. No es menor el punto que la primera requiere de un
esquema de concentración de poder, y el segundo de la difusión del poder en relaciones de
mayor democracia real, del minifundio, de la educación, la información, la capacitación y el
incentivo.
Ya hemos escuchado en reiteradas ocasiones a varios gobiernos latinoamericanos que
se autodefinen como “progresistas” enarbolar la idea de un Estado fuerte para diferenciarse de
las antiguas recetas del Banco Mundial y el neoliberalismo de la década del 90, sin embargo
creemos necesario hacer una verdadera revisión de estos postulados. Existe una incoherencia
insoslayable entre un verdadero “progresismo” y el fomento de las actividades extractivas.
Hoy en día como sostiene (Alberto Acosta 2008) el progresismo viene de la mano de lo
sustentable y de la planificación a largo plazo en pos del bienestar de una población en donde
se incentivan las economías regionales, el consumo interno, las ramas económicas de
desarrollo sostenible, las energías limpias, la búsqueda de recursos renovables y sobre todo la
autodeterminación del los pueblos. Todas estas características no son compatibles con el
modelo extractivo que lleva hoy en día el Estado Nacional en especial en dos áreas
económicas principales: la Agroindustria transgénica y la megaminería metalífera a cielo
abierto.
No importa el paisaje ni el clima. Sea trópico, frío bosque o agobiante desierto, allí
donde se desarrollan grandes proyectos mineros o plantaciones transgénicas, o existe alguna
intención de hacerlo, hay hoy en día resistencia y desconfianza de la población.
Contaminación de aire, suelos y fuentes de agua, abuso de poder, falta de información y en
algunos casos violaciones abiertas a los derechos humanos son parte de los costos y pasivos de
muchos de estos emprendimientos que sin embargo estos gobiernos progresistas no quieren
escuchar ni ver. Los actuales gobiernos Latinoamericanos están desperdiciando una
oportunidad política probablemente única en donde el contexto internacional nos demuestra
que las viejas recetas de consumo irresponsable, especulación financiera y depredación de los
recursos ya no son viables.
En este sentido es que este trabajo se consolida como un humilde aporte para interpelar
a los Estados Latinoamericanos en especial al argentino para defender los derechos humanos
aplicando políticas activas para preservar nuestros recursos hídricos (considerándolos como
bienes comunes) , construir un modelo económico alternativo al modelo extractivo que nos
permita una genuina distribución de la riqueza para finalmente terminar con la idea que
supone que para que algunas sociedades progresen, otras deben ser contaminadas y saqueadas.
Mientras esto no sea tenido en cuenta el despojo humano, la contaminación de los suelos, el
aire y las aguas, los insumos exportados sin valor agregado y legislación para el saqueo es la
única oferta que tendrán las transnacionales que aceptan los gobernantes de países eternamente
en vías de desarrollo y que nos proponen las potencias mundiales concebidas para la rapiña
globalizada con o sin el ALCA.
Estamos así frente a una coyuntura en la que ya nadie puede mirar para otro lado y
donde es indispensable aunar esfuerzos entre el Estado las diferentes fuerzas políticas, los
ambientalistas y cualquiera persona que crea todavía en la defensa férrea de los derechos
humanos. Hemos sido convocados así para defender la libertad del agua; porque si las aguas
no son libres tampoco lo seremos nosotros, cuando las aguas son saqueadas los ríos agonizan
como así también mueren los pueblos. En este sentido es que necesitamos meditar y
reflexionar críticamente acerca de la historia del agua que en relación con la minería se
consolidan como la historia del sufrimiento de las culturas de America Latina. Cuando
contamos nuestra historia nos damos cuenta de que durante la explotación colonial y
neocolonial no sólo nos expropiaron burdamente el oro, la plata, el bosque y los animales y
23
esclavizaron la cultura; sino que algo que siempre olvidamos es que nos han robado,
perseguido, torturado, encarcelado y asesinado por el agua. Porque para extraer y transportar
minerales, en el pasado y en el presente se ha requerido de este líquido y donde no hay agua
no hay minería. Miles de mujeres, niñas y niños han sido objeto de explotación por el acarreo,
manipulación y contaminación del agua con el subsiguiente daño por utilizar aguas
contaminadas al lavar la ropa, cultivar y preparar los alimentos.
Cuando el sistema capitalista depredador contamina el agua y el ambiente comete un
crimen común a toda la humanidad. Sin embargo este crimen ha permanecido impune durante
siglos convirtiéndose en una deuda ecológica, moral y económica que tienen los países ricos
con toda América Latina. Esto también es parte de la violación a la soberanía alimentaria, a
la dignidad y a la autodeterminación de nuestros pueblos ya que sin el agua no solo no hay
vida sino que no existe actividad agrícola o ganadera posible para los habitantes del país.
Los campesinos y los pueblos originarios saben que la vida está ligada a la tierra y al
agua y al despojarlos de estos elementos también se asesina a su cultura. El agua nos une
históricamente en la opresión y en la liberación. Los enclaves agroindustriales y mineros no se
habrían enriquecido si no fuera a expensas de la contaminación del agua y de los pueblos
generando circuitos diferenciales de consumo y sumisión. La acumulación histórica del capital
es también una acumulación de humillación, miseria, racismo, genocidio, guerras, hambre,
pobreza y enfermedad. La codicia por el agua y los metales ha persistido por siglos y ahora
llega a su etapa final con la globalización capitalista que privatiza el agua como un bien para
pocos a costa de las economías regionales para obtener ínfimas cantidades de mineral para uso
suntuario y/o especulativo. Hoy más que nunca cada uno sabe que el agua ha dejado de ser
nuestra; se compra como una mercancía que no es accesible para los pobres y los dueños del
agua son las multinacionales. Ahora las empresas de los países ricos han puesto los ojos en el
agua dulce de America Latina y Argentina no escapa a la norma; porque ellos o bien no tienen
la biodiversidad y la riqueza ecológica que presentan nuestros territorios o simplemente
aprendieron que los costos de los pasivos ambientales son tan altos que ningún dinero o acción
de la bolsa puede pagarlos.
Para evitar este saqueo del agua, los minerales, las economías regionales y sobre todo
el saqueo a los derechos indispensables de un pueblo es necesario un verdadero cambio en las
políticas de estado, las legislaciones nacionales y también un esfuerzo conjunto para
reflexionar sobre los patrones de consumo del mundo entero. La transparencia radical,
termino acuñado por (Daniel Goleman 2009) parece ser una propuesta prometedora en donde
el Estado tenga la obligación de informar de forma clara cuales son los acuerdos con las
empresas extrajeras y en donde la legislación siempre priorice las necesidades de la población
afectada, cuestión que la legislación actual no favorece en absoluto. Esto sumado a la
concientización sobre la disponibilidad de recursos y el consiguiente cambio en los patrones
de consumo parecen ser el comienzo del ovillo para desandar tantos años de saqueo y
vulneración de los derechos de millones de personas que se ven afectadas para mantener los
estándares de vida de los países centrales.
Finalmente y luego de la extensa exposición algunos escépticos todavía se pregunten si
hay algún tipo de minería posible. La respuesta no es simple pero pareciera que en principio
es si. Existen otras alternativas de minería pero nunca con los dividendos lucrativos que exigen
las empresas transnacionales. En este sentido entonces deberá formularse una política nacional
donde la rentabilidad minera no sea el motivo de la extracción sino la prioridad de obtener el
insumo. Como muchos defensores de la minería sostienen necesitamos de los minerales para
vivir, esto es cierto en principio sin embargo ¿Cuánta cantidad es realmente lo que
necesitamos? es el problema. Para esto es necesario formular cual es la prioridad de los
habitantes generando conciencia en que vivimos en un ambiente global donde los recursos son
limitados y donde todos tienen derecho a vivir y transmitir a las generaciones futuras un
ambiente digno de ser vivido. De este modo debería quedarnos claro que no queremos ser un
país saqueado así como tampoco debemos permitirnos ser un país de derroche y consumista
24
que buscando el espejismo del Primer Mundo, donde a cada habitante le corresponde más de
15 toneladas de minerales al año, expone a millones de habitantes a la miseria humana. Un
cambio imperativo es necesario los Estados no pueden seguir indiferentes frente a la historia
latinoamericana y deben hacerse cargo de medir todos los derechos con la misma vara ya que
el doble estándar que muchos evidencian en sus políticas se convierte en el principal obstáculo
para un verdadero cambio de modelo de desarrollo. Estas son algunas de las ideas que
defienden día a día miles de personas que salen a las calles a partir de que las mineras
invadieron sus territorios y que el mismo Estado que debería defenderlo reprime en
complicidad con las trasnacionales. Es hora de que Andalgalá, Chilecito, Famatina, Tinogasta,
Belén, Santa María, Bariloche dejen de ser solo pequeños epicentros de los conflictos y que
este debate por fin se instale a nivel global antes de que se nos acabe el tiempo.
Juan Ignacio Ivanissevich 05 de Marzo de 2012
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