Juan Ignacio Ivanissevich E-Mail: juanivaniss@gmail.com DNI: 31930780 Monografía final: Sem. DDHH El doble estándar: Un abordaje sobre la vulneración de los derechos humanos por parte del modelo extractivista de la megaminería “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la Utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.” Art. 41. - Constitución Nacional de la República Argentina Introducción: Desde que me decidí a cursar el seminario de Derechos Humanos en la facultad de filosofía y letras tenía un especial interés por investigar una temática que relacionara a los derechos llamados de tercera generación1 con alguna problemática que fuera cercana la realidad Argentina del momento. Fue de este modo que paulatinamente fui incursionando en los problemas ambientales que estaban relacionados con la soberanía de los recursos, con el desarrollo de las economías localmente sustentables y posteriormente con la megaminería a cielo abierto. Con el trascurso del tiempo este último tópico fue tomando mayor protagonismo debido al carácter creciente de la protesta y el descontento social de los ciudadanos argentinos frente a la multiplicación de proyectos mineros. Así fue entonces que comencé a indagar específicamente acerca de episodios de violación a los derechos humanos y necesidades que estarían avasallando estos tan polémicos emprendimientos transnacionales. Con este objetivo me propuse sumergirme profundamente en el discurso ambientalista y confrontarlo con el discurso del Estado así como también con las voces de las empresas para ver cuales eran los aspectos que jerarquizaban cada uno con respecto a la concepción misma de estas actividades. Cuando empecé a formular la idea general del trabajo me encontraba de viaje en la Ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia de Río negro, en donde me encontré casualmente con otra población recientemente afectada por los proyectos de megaminería. Me vi frente una ciudad convulsionada no solo por las consecuencias de la erupción del volcán Puyehue unos meses antes y sus notorios impactos para la vida cotidiana y las economías locales sino evidentemente movilizada por la derogación de la ley 3981 promulgada en julio de 2005 y derogada entre sombras entre la navidad y el año nuevo de 2011 por el recientemente asesinado gobernador Carlos Soria. Esta situación de gran movilización social que viví en el lugar fue el catalizador que me llevo finalmente a indagar sobre la vulneración de los derechos humanos por parte de la megaminería a cielo abierto trasnacional no solo en el 1 Los derechos de tercera generación son aquellos de incidencia colectiva entre ellos el derecho a un ambiente sano que se funda sobre los valores de paz y solidaridad.. Han sido consagrados por el constitucionalismo argentino de 1994 en los artículos 41,42 y 43. 1 ámbito de esta querida provincia sino a nivel de toda la republica Argentina trayendo también a colación algunos ejemplos de America Latina. Siguiendo estas líneas de indagación el objetivo principal de este trabajo es poner en tapete algunas de las incongruencias entre un modelo económicamente extractivo no sustentable presente en gran parte de America Latina y la supuesta defensa de los derechos humanos que hacen los gobiernos que se hacen llamar progresistas. Advierto al lector que con esto no se quiere anular por supuesto los avances de los derechos humanos en cuanto a la revisión de la historia, el juicio a los genocidas y las políticas de memoria, verdad y justicia que son de gran valor sino que por el contrario se busca exigir a los gobiernos que enarbolan estas banderas a profundizar estas políticas siendo coherentes en todos los niveles del derecho incluyendo por supuesto el ambiental. Megaminería en la Argentina: En la última década la industria minera se desarrolló de modo exponencial en toda America Latina y Argentina no fue la excepción. Especialmente el crecimiento se dio en la denominada “gran minería”, aquella asentada en la explotación de minerales metalíferos tales como el oro, la plata, el cobre, molibdeno, minerales radiactivos como el uranio y las llamadas tierras raras2. Esta minería posee una nueva modalidad de explotación que permite extraer el material que se encuentra diseminado en la roca, mineral de baja ley, lo que hace que muchos yacimientos que se habían cerrado por falta de vetas en el pasado hoy vuelvan a reabrirse. El proceso extractivo se caracteriza por la voladura de grandes volúmenes de roca mediante ANFO (Nitrato de amonio + Fuel Oil) y por abarcar una extensión de hasta 950 hectáreas solo para el área de mina en donde se remueven por día 300.000 toneladas de roca, se utilizan 100 toneladas de explosivos, más de 100.000 litros de combustible, miles de litros de agua potable y decenas de toneladas de sustancias de alta toxicidad como el cianuro, acido sulfúrico, xantato y mercurio. Estos grandes volúmenes de roca luego son triturados utilizando importantes cantidades de energía en su mayoría termoeléctrica3 para posteriormente depositarlos en grandes “piletones” muchos asentados sobre zonas sísmicas hasta de nivel 4 como en el caso de San Juan. En los piletones la roca triturada se mezcla con compuestos químicos solubles en grandes volúmenes de agua para la separación de los minerales diseminados, debido a este proceso es que esta actividad también se define como “megaminería” metalífera hidro - química. Finalmente una vez separado el mineral de la roca la mayor parte se convierte en residuo. Los residuos provenientes del procesamiento de minerales se conocen como colas, relaves o jales (tailings) Si estos residuos son sólidos y en forma de ripio se acumulan en escombreras pero si las sobras del proceso son lodos o una mezcla líquida de materiales finos, son transportados a presas o depósitos mediante ductos, ya sea por gravedad o con ayuda de bombeo. Estas presas se denominan diques de cola y contienen escoria y roca con grandes cantidades de sustancias toxicas y dañinas tanto para el ambiente como para la salud. Cada año, esta industria presenta cifras colosales, récords en materia de inversiones, producción y exportación. A pesar de estos números impresionantes enarbolados por las empresas mineras y la misma secretaría nacional de minería al pueblo argentino no le queda prácticamente nada, solamente entre el 2 y 3% de regalías a boca de mina4. Es San Juan quizás 2 Otros 17 elementos que suelen ser escasos en la corteza terrestre. Esta energía se genera a partir de la quema de combustibles fósiles (gas y petróleo) emitiendo grandes cantidades de CO2, gases de efecto invernadero, lo que contribuye al calentamiento global. 4 Estas regalías se calculan sobre el promedio de las prospecciones hechas anteriormente sobre el territorio y no se modifica si el mineral aumenta su valor en el mercado como es el caso de la plata y el oro que multiplicaron varias veces su valor a lo largo de la última década. Se define el valor boca mina de los minerales y/o metales declarados por el productor minero, como el valor obtenido en la primera etapa de su comercialización, menos los 3 2 el caso más escandaloso en donde en todo el año 2009 la minera Veladero, la más grande de la provincia aportó poco más de un 1 % en conceptos de regalías, unos 39 millones de un total de 3800 millones de facturación. A cambio nos queda el impacto negativo de todos los daños y pasivos ambientales, sociales y económicos que provoca esta actividad a gran escala de marcado carácter extractivista mientras que se enriquecen las transnacionales gracias a los recursos no renovables, las poblaciones locales sufren de numerosas violaciones de sus derechos y ven su futuro seriamente comprometido. La gran mayoría de los recursos mineros metalíferos de Argentina se encuentran a lo largo de la Cordillera de los Andes, principalmente en las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, San Juan, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y ahora según nuevas prospecciones también en Río Negro. Para comenzar hay que tener en cuenta que la prospección, exploración y producción de minerales metalíferos hacen de esta actividad un rubro con alto insumo de capital es decir que demanda de millonarias inversiones en tecnología e infraestructura, es por esa razón que este sector está dominado por grandes empresas transnacionales, en gran mayoría de origen canadiense, esto no es casual ya que Canadá es el principal productor de insumos tecnológicos de ultima generación para la actividad minera por lo cual la mayoría de las inversiones no hace otra cosa que seguir fomentando la producción industrial del mismo país que importa sus propias maquinas para traerlas a la Argentina lo cual no genera nuevos puestos de trabajo en ninguna rama industrial nacional. Si bien las empresas transnacionales son los principales agentes del desastre social y ambiental, es el Estado argentino y el de otros países de America del sur que establecen las bases que posibilitan este saqueo, gracias a una legislación más que permisiva. Desde el gobierno de Carlos Saúl Menem, la presencia del Estado en la materia, ha quedado reducida al control y la auditoría de la inversión privada en el sector. En cuanto a la explotación, sólo hay dos compañías provinciales, Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD) y Fomento Minero de Santa Cruz (FOMICRUZ), que tienen participación minoritaria en proyectos de multinacionales. A esta situación además se le suma una multiplicidad de ventajas fiscales y el trafico de influencias con las que las que el poder económico puede cooptar los apoyos políticos y mediáticos necesarios para desarrollar sus proyectos con total impunidad. Siguiendo esta línea ya desde el retorno de la democracia Argentina, con una incalculable reserva de minerales, con recursos energéticos mayormente inexplorados, con una enorme extensión de tierras cultivables y que la presencia de “nuevas tecnologías” 5 volvían explotables se convertía en una extraordinaria oportunidad para el capital transnacional. Para concretar este proyecto durante toda la década del 90 se desarrollo una ingeniería legal que permitió sentar las bases de la estructura para que las empresas y el capital internacional pudiesen penetrar libremente para operar sobre el territorio nacional. Si bien las estructura legal fue desarrollada durante la década del 90 las inversiones en minería durante los gobiernos de Carlos Saúl Menem y Fernando de la Rua no fueron las esperadas y faltaría pasar al menos ocho años para que la coyuntura económica, política y tecnológica permitiera aumentar considerablemente las ganancias de la nueva minería para que fuera ahora si un negocio consolidado para las multinacionales. Montado sobre el plan IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana) impulsado por el primer gobierno de Néstor Kirchner ese capital transnacional lograría finalmente penetrar y multiplicarse rápidamente. Un reflejo de esto fue costos directos y/u operativos necesarios para llevar el mineral de boca mina a dicha etapa, sumado a esto se hace además una excepción de los gastos y/o costos directos o indirectos inherentes al proceso de extracción (Ley 25161). Esta ley por ende libera a la empresa de los costos de extracción y transporte del mineral dos de las etapas que más inversión requieren con el argumento de promocionar la actividad económica. 5 Cuando hacemos referencia a nuevas tecnologías no solo nos referimos a las que hacen posible a la megaminería sino también la implantación de la agricultura industrializada o agroindustrias con inversiones como las de Monsanto y Cargill. 3 el reciente comunicado de la Secretaría de Minería de Nación que hacía referencia a la “Histórica inversión minera”. El comunicado hacia alusión a un aumento exponencial de la exploración en más de un 840 por ciento en los últimos ocho años. El comunicado su vez remarcaba que el récord histórico posicionaba a la Argentina como uno de los países con mayor dinámica en esta actividad y sostenía que el fuerte aumento de la actividad exploratoria se había generado con la aparición de nuevos emprendimientos donde el país ya contaba con más de seiscientos. Finalmente el informe detallaba que las principales provincias con proyectos mineros eran, San Juan, Salta, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Santa Cruz e incluía el proyecto Calcatreu6 en la provincia de Río Negro. De este modo podemos observar como progresivamente la actividad fue incrementada año a año como lo reflejan los datos oficiales de la secretaría de minería de la nación, en 2003 había tan sólo cuarenta proyectos mineros. En 2009 ya eran 336, lo que equivale a un incremento aproximado del 840 por ciento y en la actualidad de 2012 llegan a 600 casi un 1500 por ciento más que en 2003. Estas cifras más que contundentes sobre el colosal crecimiento de los proyectos de megaminería a cielo abierto y con el antecedente de “Bajo la Alumbrera” como estandarte de la “minería responsable” son parte de un modelo netamente extractivo que parece haber llegado para quedarse y consolidarse como piedra angular de las promesas de desarrollo de los gobiernos provinciales y las transnacionales como la Barrick Gold, Silver Standard Resources, Global Copper, Meridian Gold solo por nombrar algunas. En síntesis como dijimos anteriormente mientras la ingeniería legal data de los 90, el exponencial avance territorial data de esta última década, en las que el capital transnacional nunca había penetrado ni avanzado tanto por sobre los recursos, las economías regionales y por sobre todo el derecho de los ciudadanos a elegir como, donde y en qué condiciones vivir. Neocolonialismo y modelo extractivista Algunos especialistas como (Javier Rodríguez Pardo, 2009) y (Darío Aranda, 2008) sostienen que los proyectos de megaminería que acosan durante la última década a toda Latinoamérica no pueden entenderse sin un análisis geopolítico profundo. En este sentido es precisamente que utilizan para su exegesis los términos de neocolonialismo y modelo extractivista como dos características inherentes a la actividad minera. Estos conceptos nos permiten comprender la rápida proliferación de proyectos mineros metalíferos, en especial los de plata y oro, como una consecuencia del estado actual del sistema capitalista. Actualmente el neoliberalismo agresivo y extremo que rige las relaciones económicas y políticas de los países de todo el mundo, se ha extendido por el globo como único sistema imperante. Su bandera es la máxima ganancia económica, pasando por encima de cualquier consideración que se desvíe de este lema. Sobre los derechos humanos de las poblaciones que sufren los embates de las superpotencias se encuentra la economía y la ley del mercado. La “globalización” como un aparente concepto neutral responde a estas ansias de la libre circulación del capital internacional y el abaratamiento de costos de mano de obra e insumos estratégicos en otros países. De este modo hay que entender la expansión megaminera en Latinoamérica y en especial en Argentina como un esfuerzo de los países centrales para extender este actual sistema de saqueo; reduciendo el costo de las materias primas y elevando el de las manufacturas resultantes, lo cual lleva a la total aniquilación a los países “subdesarrollados”. Así nuestros países basan sus precarias economías en la exportación de dichas materias primas, sin valor agregado, commodities, a los países “desarrollados” para que 6 Yacimiento de oro y plata dentro del departamento de 25 de Mayo (cercano al límite con la Prov. de Chubut). Iniciado en 1998 por la trasnacional Aquiline Resources Inc, paralizada por la ley 3981 promulgada en julio de 2005 y reiniciada tras la derogación de la misma a finales de 2011. Las localidades más cercanas: Ing. Jacobacci, Quetrequile, Ojos de Agua, Kilómetro 39, Futa Ruin, Los Juncos podrían verse seriamente afectadas. 4 las empleen en producir bienes de consumo que a su vez son vueltos a vender a mayor costo a los países del “Tercer Mundo” o como en el caso de metales como el oro y la plata para hacer especulaciones financieras en las bolsas de acciones internacionales. Para abaratar el costo de esas materias tan necesarias, las multinacionales y grandes corporaciones económicas, a través de sus estrategias políticas, gobiernos y sistemas de influencias, promueven guerras, golpes de Estado, y financian las dictaduras de turno para mantener el orden que garantice esa situación favorable a la economía “mundial”. Sin embargo en el último tiempo en Latinoamérica lo que más han intentado es hacer lobby con las elites y gobiernos de turno construyendo un falso discurso de progresismo y desarrollo que a fin de cuentas casi nunca es llevado a la práctica real. Incentivos, privatizaciones, devaluaciones, refinanciación de préstamos, empréstitos, boicots, todo vale para lograr una maximización de las ganancias y la superación continúa de beneficios mientras se hace oídos sordos a los reclamos y necesidades de las poblaciones afectadas. Así como analizamos la gran minería a la luz del concepto de neocolonialismo es necesario también hacerlo teniendo en cuenta que la megaminería tanto por su escala como por extraer recursos no renovables debe ser entendida dentro de un modelo de economía extractivista. Pero ¿de que hablamos exactamente cuando hacemos referencia a la minería a cielo abierto como una actividad netamente extractivista? y de ser así ¿por que esta característica se constituye como la principal en la vulneración los derechos humanos? Hablamos de extractivismo cuando una actividad se dedica a la obtención de recursos no renovables sin un plan estratégico de obtención de materias primas alternativas más sustentables (Moore, J 2009). Este es el caso de la megaminería a cielo abierto, sin embargo el concepto de extractivismo se vuelve incluso más radical en esta actividad ya que no solo se llevan minerales que no son renovables y que escasean en la corteza terrestre sino que en el proceso de separación del mineral, denominado proceso de lixiviación, utilizan grandes cantidades de energía de origen termoeléctrico y por ende también no renovables. Por si no bastara con esto el otro insumo indispensable para esta actividad de lixiviación es el agua un recurso que posee un ciclo extremadamente frágil e indispensable para la vida. Teniendo esto en cuenta podríamos referirnos a la megaminería como una actividad netamente extractivista que depreda distintos niveles de la cadena de hábitats, nichos ecológicos, recursos no renovables y recursos indispensables para la vida y desarrollo de los seres humanos (Delgado Ramos 2010). Además de estas consecuencias la noción de extractivismo tiene otras implicancias de carácter geopolítico y de avasallamiento de los derechos de los ciudadanos de los países denominados en vías de desarrollo por parte de las grandes potencias económicas. A este fenómeno podemos llamarlo “actividad extractiva desplazada” (Rodríguez Pardo 2009) y se relaciona íntimamente con el concepto de neocolonialismo que desarrollamos anteriormente. Este concepto no hace más que describir el proceso por el cual las potencias económicas dueñas de las empresas mineras se dedican a buscar nuevos territorios con abundancia en recursos metalíferos, energías baratas, mano de obra desesperada y por sobre todo legislaciones laxas y permisivas a la hora gestionar la explotación y depredación de los recursos naturales. Con esto queremos decir que los países que son dueños de las mineras en especial Canadá si bien explotan grandes yacimientos en sus países se están volcando desde la década del 90, a la movilidad de sus capitales para la explotación desplazada en países que tienen leyes y jurisdicciones que desprotegen bienes vitales como el agua y el derecho a un ambiente sano para sus habitantes y de este modo aumentar sus tasas de rentabilidad. De este modo podríamos argumentar que es falso que en países como Canadá, Estados unidos, Alemania, Reino Unido o Suiza no hay recursos metalíferos, ya que de hecho son explotados y su propio pueblo ya ha experimentado parte de los pasivos ambiéntales que trae aparejados esta actividad. Estos países por ende ya vivieron algunos de los riesgos de esta actividad y por ende sus legislaciones restringieron esta actividad, como lo evidencia la resolución dictada por el parlamento de la unión Europea del 5 de mayo de 2010, volviendo indispensable la 5 necesidad de buscar desesperadamente nuevos enclaves de saqueo para satisfacer su infrenable consumismo pero sin pagar los pasivos ambientales correspondientes. Esta situación se evidencia en las cifras, mientras que los yacimientos explotados en el primer mundo se mantuvieron estables e incluso algunos fueron cerrados por legislaciones nuevas con mayor grado de protección del derecho ambiental, en gran parte de los países de la periferia el crecimiento en exploración y explotación a cielo abierto creció exponencialmente (Ortiz 2007) y (Makartz 2011). Esta es una estrategia que debería al menos interpelar a los sectores de gobierno de Latinoamérica ya que trae aparejado consecuencias geopolíticas considerables y una sentencia de muerte para las economías locales y modos de vida de los habitantes de los países periféricos. Esta actividad extractiva desplazada tiene como principal objetivo abaratar costos contaminando más. Como sostiene (Daniel Goleman 2009) hoy en día el negocio para generar mayor rentabilidad ya no es exclusivamente el plusvalor que se obtiene de la explotación del trabajo asalariado, como sostenía el paradigma marxista tradicional, sino la posibilidad de hacer explotaciones sin los saneamientos o tecnologías adecuadas para amortiguar el impacto ambiental y así poder generar mayores ganancias reduciendo los costos de la empresa y aumentando los riesgos del ambiente y la población del enclave. De este modo la rentabilidad de estas actividades viene dada por conseguir territorios cuyas leyes le permitan explotar contaminado más, dejando pasivos ambientales y utilizando recursos como agua en grandes cantidades y energía subvencionada para convertirlo en un negocio con una de las tasas de ganancia más altas del mercado. Como sostiene Goleman los costos de saneamiento ambiental hoy en día ya no son un calculo marginal en los balances de las empresas sino por el contrario uno de los principales puntos a tener en cuenta a la hora de calcular la rentabilidad de una inversión por lo que no resulta sospechoso que se convierta en una de las principales variables de ajuste para obtener rentas extraordinarias siempre y cuando se encuentre legislaciones que permitan evadir estos saneamientos y controles de calidad ambiental de la actividad en cuestión. De este modo podemos encontrar una continuidad en donde la burguesía triunfante en Europa, Estados Unidos, Japón y posteriormente China no ha tenido la menor intención ni la posibilidad económica de separarse de la política colonialista de sus predecesores, pues aquella clase social no puede subsistir sin el sistema colonialista que le proporciona las riquezas para su desarrollo y de este colonialismo ha nacido precisamente el monopolio capitalista. Así el imperialismo no es una modalidad del capitalismo, ni es una etapa típica a un país determinado; es una fase ineludible al desarrollo del capitalismo como sostenía Lenin. Durante más de un siglo los principales países capitalistas, impulsados por sus burguesías monopolistas transnacionales, se han enfrentado en los campos de batalla; han empujado a los pueblos a asesinar a sus hermanos en innumerables guerras; han comprado países mediante tratados, todo para reducir el número de capitalistas que se adueñan del planeta. Los Estados imperialistas controlan una larga lista de Estados Nacionales en situación colonial; cuentan con colonias propiamente dichas; están los Estados y Naciones que resisten la guerra de dominación; los que viven bajo la dominación directa del imperialismo como el estado Libre Asociado de Puerto Rico, los Estado de Irak y Afganistán entre otros. Eso sucede porque la burguesía transnacional y sus corporaciones monopólicas globales son el núcleo del imperialismo y son las que según Goleman vuelven a dar vida a la economía de enclave bajo nuevas modalidades más tecnificas como un resabio del pasado pero con consecuencias incluso más peligrosas en la actualidad. La evolución económica de esta burguesía transnacional les ha llevado a elaborar su base conceptual independiente de la sostenida por Estados tradicionales7; han desarrollado una compleja, especializada, extensa y altamente tecnificada organización para la administración de colosales medios de producción y los 7 Teniendo en cuenta que la megaminería y la agroindustria también generaron múltiples problemas ambientales en países como Estados Unidos, Canadá, Alemania y otros países de Europa del este. 6 millones de trabajadores que les hacen funcionar y producir; así como para el manejo de millones de dólares involucrados en la circulación de bienes, servicios y capitales. Siguiendo con nuestro análisis tenemos que tener en cuenta que la megaminería como actividad extractiva desplazada genera circuitos diferenciales entre países de extracción y países de consumo muy similar a la época de la colonia hace 500 años atrás. De este modo se genera un reparto del mundo en donde las economías locales y regionales de los países que son penetrados por las trasnacionales son devastadas para imponer un modelo que satisface las necesidades de consumo y especulación de países que se encuentran a miles de kilómetros de distancia y que poco les importa las consecuencias que dejan con sus patrones de consumo compulsivo. Según (Moussa, 1999) Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental, Japón y Australia concentraban el 75 % del consumo de cobre refinado a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, en tanto que casi un 47% del mineral de cobre durante ese periodo se extrajo de America Latina y África. Otro ejemplo reciente de esto lo representa la creciente demanda de minerales como el Litio y el Coltán8 para uso fundamentalmente tecnológico (Baterías, electrónica, centrales nucleares y misiles balísticos) que amenaza a la población y economía ganadera de la puna Argentina – Boliviana en el caso del litio y que devastó al pueblo del Congo en África con el Coltán. Otras de las características que relacionan a la minería con el extractivismo y el neocolonialismo es que las empresas mineras imponen su propio marco legal mediante la presión política, el lobby con los sectores dominantes y el tráfico de influencias intentando a toda costa reforzar un marco legal que les permita hacer siempre más redituable la explotación metalífera. Ejemplo de esto son la ley Argentina de estabilidad fiscal y de inversiones mineras Ley Nº 24.196 que otorga más de treinta años de estabilidad fiscal para los emprendimientos, más seguridad que ninguna otra actividad económica en toda la republica teniendo en cuenta además la oscilación económica de tipo cíclica que suele presentar nuestro país periódicamente, como también la ley 25.161 (Ley de inversiones mineras) que otorga beneficios fiscales y de regalías para las trasnacionales. La combinación de estas dos leyes no solo promueve el saqueo de bienes no renovables sino que vulnera los derechos del resto de la población que no tiene siquiera la mitad de estos beneficios para el desarrollo de sus economías regionales. Bajo esta modalidad el modelo extractivo que promueve el estado nacional con leyes dictadas en los 90 sigue priorizando a la actividad minera por sobre las economías locales permitiéndole entre otras cosas deducir los siguientes costos: a) Costos de transporte, flete y seguros hasta la entrega del producto logrado, menos los correspondientes al proceso de extracción del mineral hasta la boca mina. b) Costos de trituración, molienda, beneficio y todo proceso de tratamiento que posibilite la venta del producto final, a que arribe la operación minera. c) Costos de comercialización hasta la venta del producto logrado. d) Costos de administración hasta la entrega del producto logrado, menos los correspondientes a la extracción. e) Costos de fundición y refinación. Además gracias a Ley Nº 25.429 el estado Argentino le hace la devolución del IVA a la exploración en concepto de devolución de créditos fiscales de IVA (a los 12 meses). Esta deducción de costos no se termina de enumerar aquí ya que además muchas de las empresas mineras suelen exportar los minerales por puertos que se encuentran al sur de Comodoro Rivadavia como por ejemplo lo son el Puerto San Julián y el Puerto de Ushuaia 8 El coltán es una mezcla de los minerales columbita y tantalita. Se trata de un recurso estratégico imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados. El principal productor de coltán es la República Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas, si bien existen mayores reservas probadas o en explotación en Brasil con el 10% de las reservas, Sierra Leona con el 5% de las reservas, y un 5% alrededor del mundo. Según informes de agencias internacionales de prensa, la exportación de coltán ha ayudado a financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo, un conflicto que ha resultado con un balance aproximado de más de 5 millones de muertos, como también ha servido a algunas mafias colombianas. Ruanda y Uganda están actualmente exportando coltán robado violentamente del Congo a occidente, principalmente a los Estados Unidos. 7 con lo que el porcentaje de devolución que les reintegra el estado a las mineras es aun mayor por la resolución del articulo 32 de reembolsos por puerto Patagónico que establece un reembolso a las exportaciones realizadas por Com. Rivadavia del 5% y que llega a casi el 20% cuanto más austral es la ubicación geográfica del puerto (Ley 23.018 y su modificatoria Ley 24.490). Otros incentivos son la exención de retenciones a las exportaciones (otras actividades aportan entre un 10% y un 20%), la exención del impuesto al cheque (decreto Nº 613/2001) que para el resto de las actividades tiene una tasa del 6 por mil. Deducción del 100% del impuesto a los combustibles líquidos. Transferencia al exterior de capital y ganancias en cualquier momento y sin pagar cargas o impuestos sobre dichas transferencias. Y por ultimo las empresas mineras no deben liquidar divisas, es decir que están autorizados a no ingresar al país el 100% de lo producido por sus exportaciones. Siguiendo lo explicitado anteriormente podríamos sostener que el Estado argentino prácticamente les paga a las mineras para que se lleven el mineral y dejen detrás de ellas el pasivo ambiental y la desintegración de las economías locales que no pueden competir de ninguna manera ni por poseer menos incentivos ni por competir con recursos tan estratégicos y escasos como el agua para la pequeña y medina agricultura y ganadería. Además de las leyes anteriores hay otras que representan una gran preocupación, tenemos que tener en cuenta que el código minero (Ley 1919) es un régimen que de no ser modificado también atenta contra el derecho a un ambiente sano y la autodeterminación de los pueblos ya que junto con la ley de reordenamiento minero (24.224) no contemplan en ninguno de sus artículos las necesidades de las comunidades afectadas o la consulta franca con los habitantes de los lugares donde se realizan las operaciones de extracción. De este modo ambas leyes utilizando la figura de la “concesión” avanzan sobre las comunidades a paso acelerado, se dice entonces de concesionar el subsuelo, porque pertenece al Estado, pero, ¿Qué ocurre cuando en su superficie vive una comunidad? La respuesta inmediata es la servidumbre, la desintegración del tejido social y el éxodo ¿Y si la comunidad se opone a salir de su lugar de origen? Esto tampoco es tenido en cuenta por la legislación en especial en lo referido a la autodeterminación de los pueblos originarios muchos de los cuales viven a pocos kilómetros e incluso sobre los emprendimientos mineros. Finalmente para concluir con el marco legal que las mineras transnacionales imponen queremos traer a colación al Acuerdo Federal y Binacional minero (Ley 24.228), el ejemplo más representativo de la entrega que la legislación Argentina hace de sus recursos y soberanía nacional. El ámbito de aplicación del tratado entre Argentina y Chile sobre Integración y Complementación Minera, firmado por los gobiernos de Carlos Saúl Menem y Eduardo Frei, contiene varios de los parques nacionales sin cláusula alguna que preserve su integridad, atentando directamente a los artículos 41 y 42 teniendo en cuenta que la creación de parques nacionales busca promover el derecho a vivir en un ambiente saludable y sin contaminación. El tratado de minería fue firmado el 29 de diciembre de 1997 y su protocolo complementario el 20 de agosto de 1999, sin apartado alguno que preserve la biodiversidad de los parques y reservas, tanto provinciales como nacionales, y de otras áreas turísticas que se hallan en su ámbito de aplicación. De este modo el acuerdo binacional permite a los inversionistas la exploración y explotación de los recursos mineros existentes y el uso de los recursos naturales para ello, en el ámbito de aplicación sin ningún tipo de restricción, aplicando el principio de trato nacional y otorgando facilidades fronterizas que pueden ser ampliadas mediante protocolos adicionales específicos. Con esto queremos decir que el tránsito entre Argentina y Chile será para las potencias económicas sin restricciones, con el peligro del posible desarrollo de actividades ilegales a su amparo teniendo además en cuenta el dudoso origen de los capitales de Peter Munk y Adnan Khasshoggi ambos inversionistas de la principal empresa minera e implicados en trafico de armas y drogas e imputados en el caso Iran-Contras y la quiebra del BCCI (Banco de Crédito y Comercio Internacional) (Bonasso, M 2011). Este tratado binacional atenta contra la integridad de los Parques Nacionales y otras zonas turísticas, también por la existencia del protocolo de aplicación de 1993 que se refiere a la 8 facilitación de actividades de trabajo aéreo, es decir, explotación a cielo abierto que deja un enorme cráter e inmensas nubes de partículas en suspensión9 como resultado final, soslayando completamente la cantidad de glaciares tanto de hielo como de roca que se encuentran en toda la cordillera de los Andes. Este acuerdo no es el primero sobre el tema que se suscribe con Chile. El mismo se inscribe en el marco del Acuerdo de Complementación Económica, donde se conviene esta actividad en varios y sucesivos protocolos hasta 1993, complementados con el tratado de promoción y protección recíproca de inversiones de 1991. Las bases y fundamentos de un tratado de integración y complementación minera de 1996, el memorando de integración física y facilitación fronteriza. El ámbito de aplicación del tratado abarca toda la zona occidental de nuestro país, próxima al límite con Chile la cual se caracteriza por un gran desarrollo turístico y de norte a sur afecta las siguientes reservas nacionales, parques provinciales y parques nacionales: Parque Provincial y Reserva Nacional de Ischigualasto (San Juan) y de Talampaya (La Rioja). Reserva de Biosfera San Guillermo (San Juan). Parques Nacionales: Laguna Blanca (Neuquén), Lanín (Neuquén), Nahuel Huapi (Río Negro), Lago Puelo (Chubut), Los Alerces (Chubut), Perito Moreno (Norte de Santa Cruz), Termas: Fiambalá (Catamarca), Pismanta (San Juan), El Sosneado (Mendoza), Copahue y Caviavue (Neuquén). Embalses: los Nihuiles I, II y III y Valle Grande sobre el río Atuel, Los Reyunos sobre el río Diamante, Agua del Toro, todos en Mendoza. Según palabras de la (Dra. Teresa Ana Maknis 2007) “Los ríos sobre los que se construyeron las represas, embalses y diques de cola, nacen y transcurren en el área de aplicación, con peligro inminente de contaminación de la cuenca y del embalse por la actividad minera si no existen cláusulas específicas que excluyan estas áreas.” La formulación de cláusulas específicas si bien pueden significar un avance en la protección de estas reservas de biodiversidad antes nombradas no representa una solución definitiva ya que la extensión de las cuencas sigue permitiendo la superposición de contaminación a lo largo y ancho de los cursos de ríos, lagos, lagunas y humedales. De modo que las cláusulas específicas representarían solo una medida paliativa, es decir permiten liberar ciertas áreas de contaminación y por ende impide una toma de decisión definitiva en la protección integral de la totalidad de las cuencas como un conjunto sistémico de relaciones geográficas, tróficas y biológicas. Con todo esto podemos argumentar que este modelo, con sus facetas de neocolonialismo y extractivismo, se consolida como un proyecto económico centrado en el desarrollo de actividades como la megaminería y la agroindustria tecnificada10, aún a costa de severos impactos ambientales y sociales. Para no despertar malestares, se los “catalogan” como mínimos bajo la figura de concesión, es decir, sin mayor trascendencia. Sin embargo, su incidencia en el transcurso de la vida de los habitantes de toda a America Latina demuestra una y otra vez que el riesgo es grande. Trabajos recientes (Svampa, M., y Antonelli, M 2009), (Rodríguez Pardo, J 2009) y (Chaparro Ávila, E2010), ponen en evidencia a los proyectos mineros como violatorios de los derechos humanos, los derechos colectivos, de aquellos vinculados con las decisiones comunales sobre qué va pasar con sus comunidades y los bienes necesarios para sus economías, los derechos a vivir en un ambiente sano, los derechos al trabajo y, principalmente, los derechos a la vida. Subsidio ecológico y pasivo ambiental 9 Cuando los glaciares se cubren de polvo pierden su capacidad de refracción contribuyendo con el cambio climático y la aceleración del derretimiento de los hielos. 10 Especialmente el modelo de monocultivo de soja transgénica que impuso Monsanto hace aproximadamente una década y media. 9 Como hicimos referencia anteriormente la legislación argentina prácticamente funda la bases para que el Estado no solo entregue los recursos sino que prácticamente le pague a las empresas por nuestro saqueo. Como sostiene (J. Moore 2009) las compañías además de evitar el fisco y el riesgo judicial tienen la capacidad de contaminar más que en sus lugares de origen11 situación que es definida por el autor como “subsidio ecológico”. Bajo este nombre el autor sostiene que los países con legislaciones poco protectoras como la nuestra están fuertemente expuestos al abandono del ambiente y a la carencia de saneamiento posterior a la explotación de las mineras. Los problemas para el ambiente y los habitantes comienzan desde el anuncio mismo de estas explotaciones mineras. Los problemas se evidencian desde la presentación de los proyectos por la baja calidad e incluso adulteración de los informes de impacto ambiental que presentan las empresas en donde se producen falencias en el diseño del muestreo, omisiones, muestreo insuficiente o simplemente métodos inapropiados. A esto se le suma la connivencia de profesionales públicos que muchas veces forman parte de consultoras privadas que realizan los estudios para las mineras, situación muy poco transparente y que ya cuenta con varias denuncias. Si esto resultara insuficiente, además en la Argentina mediante la disposición de la ley 24.585 se le exige a toda la actividad minera solamente un informe de impacto ambiental (IIA) y no una evaluación de impacto ambiental (EIA) como lo prevé el resto de la legislación nacional y los acuerdos internacionales, en donde la diferencia de informar de un impacto ambiental y evaluarlo rigurosamente puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de miles de personas. Una vez que las empresas consiguen la aprobación del informe de impacto ambiental y pueden empezar con los emprendimientos el siguiente problema es el de la pobre regulación sobre el cierre de las minas. Las compañías una vez que se acaba el mineral dejan la zona sin ningún tipo de saneamiento, dejando maquinas, insumos contaminantes, desechos cloacales de los campamentos, combustibles, escombreras con el peligro del drenaje acido, diques de cola repletos de oxidaciones, soluciones cianuradas y partículas minerales como las del uranio que con el tiempo decaen a otros minerales más radiactivos como el torio. A este conjunto de desechos de la producción y con el riego que implica para los ecosistemas los denominamos “pasivos ambientales”. Estos pasivos ambientales no solo se producen durante el periodo de explotación de la mina sino que incluso 20 años posteriores al cierre se siguen registrando casos de contaminación de napas por oxidación, drenaje acido, cambios en el ph de las aguas y solubilización de metales pesados. Un caso emblemático de estos pasivos ambientales es el caso del yacimiento Bajo la Alumbrera una explotación de oro y cobre que operan en conjunto la empresa suiza Xstrata y las canadienses Goldcorp y Yamana Gold. Bajo la Alumbrera se encuentra entre los diez grandes emprendimientos de cobre del mundo y entre los quince de oro. Por cada tonelada de roca se obtienen seis gramos de oro y seis kilogramos de cobre (Informe de explotación y prospección de la minera). Los especialistas advierten que la remoción de las montañas acelera la producción de sulfuros, que con el aire y el agua producen drenajes y lluvias ácidas, además de enormes montículos de roca estéril que contiene altos niveles de arsénico y mercurio naturalmente presentes en gran parte de la cordillera pero que con las explosiones son liberados al exterior. A quince años del comienzo de la fase de producción de la minera existe una decena de acusaciones: las familias de Juana Flores y de Manuel Casas vivían a dos kilómetros del dique de colas, a la vera del río Vis Vis. Tuvieron que abandonar sus tierras por la contaminación del agua y están en juicio con Alumbrera. El defensor del pueblo de Santiago del Estero y la justicia de Tucumán acusan a la empresa de contaminar con metales pesados el río Salí-Dulce, 11 Hacemos aquí una salvedad ya que si bien nuestra legislación es más laxa que la de los países centrales en cuanto a la protección del ambiente esto no quiere decir que los países de “primer” mundo no hayan experimentado o experimenten en la actualidad grandes impactos sobre el ambiente en sus propios territorio debido a la utilización de sustancias como el cianuro en la megaminería. (ver cuadro desastres por el cianuro) 10 que comparten ambas provincias y que la empresa sigue desmintiendo a pesar de tener instaladas dos estaciones de retrobombeo para remediar la grave situación . La justicia de Rosario investiga el presunto tráfico documental y exportación ilegal de metales a través del puerto San Lorenzo donde la minera tiene su propia base de operaciones. Pobladores de Villa Vil, en Catamarca, denunciaron a la empresa por reiterados derrames tóxicos del mineraloducuto. El fiscal general de Cámara de Tucumán, Antonio Gómez, denunció una cantidad considerable de excesos por parte de la empresa: valores de arsénico hasta veinte mil veces por sobre los permitidos por la ley nacional, hasta cinco mil veces en cadmio, veinte veces en cobre, diez mil en mercurio, sesenta en plomo y mil en selenio. Esta situación se suma además a que están constatados con muestras científicas que hubo por lo menos cuatro derrames del mineraloducto: el 17 de septiembre de 2004. El 10 de junio de 2006 luego dos días después, el 12 de junio. Los tres en Villa Vil. El cuarto y último: en diciembre de 2008 en el paraje de Ampujaco, límite entre Andalgalá y el departamento de Belén ambos pueblos afectados no solo por la contaminación sino también por la represión por parte del estado y patotas de la empresa frente a cada denuncia. Como ya hicimos referencia, la cuestión de los pasivos ambientales no es solo una problemática actual de las mineras que operaron recientemente, los pasivos ambientales y los subsidios ecológicos fueron la clave del colonialismo para la expropiación y saqueo en toda America Latina. El drenaje ácido de minas, que constituye el principal agente de solubilización de metales pesados en áreas mineras, es un problema desde las primeras colonias asentadas en America. Este proceso contamina aguas y suelos y se prolonga durante décadas o siglos. La explotación de sulfuros primarios en el noroeste argentino que data de la época de la colonia española ha sido desde comienzos del siglo XX la actividad económica tradicional y ha catalogado de “mineras” a estas provincias tratando de convencer de que no existe otro desarrollo posible. Cuando en la década de los '80 los precios internacionales de los metales cayeron estrepitosamente generaron el abandono de varios proyectos mineros en la Puna de Argentina, estos cierres se realizaron sin un adecuado procedimiento lo que plagó la zona de pasivos ambientales. Este es el ejemplo de la mina la Mejicana un emprendimiento situado en el cerro Famatina, La Rioja, a más de 4600 metros de altura y con una de las mayores producciones de oro y plata que existían pero que fue rápidamente desguasada cuando se retiraron los capitales ingleses ya desde 1926 y cuyas consecuencias todavía están presentes en la contaminación de el Río Amarillo uno de los pocos cursos de agua de esta zona semiárida que hoy cuenta con un ph de casi 3.12 Las empresas no dan cuenta de estos pasivos ambientales creando la falsa noción de que la minería se instala en territorios vacíos o en zonas postergadas creando un círculo virtuoso que genera desarrollo. Esta representación de las regiones como “desérticas” es una construcción ideológica que como sostiene (Harvey, 2004) generalmente oculta historias de explotación económica en donde los territorios son presentados como espacios disponibles o socialmente vaciables para su valoración por parte del capital. Por ultimo queremos hacer referencia que así como existen los pasivos ambientales y los subsidios ecológicos también existe un subsidio de tipo social que muchas veces no es tenido en cuenta. Este representa el costo que pagan las poblaciones locales por la instalación de proyectos de esta envergadura. Hay al menos tres niveles en los que existe este subsidio social el primero es que todo el pueblo argentino con los impuestos subvenciona tanto la exportación como la exportación de las mineras. Por ejemplo hoy en día el pueblo Sanjuanino le subsidia de su bolsillo la energía a todos los emprendimientos mineros asentados en la cordillera mediante las facturas emitidas por Energía San Juan S.A. donde puede leerse hoy en día un ítem donde dice: “fondo para la línea de interconexión a 500 Kw.”, una línea que abastecerá a Veladero y Pascua - Lama de la energía que necesitan para triturar la roca y por la 12 Un ph 3 es extremadamente ácido y no permite que viva prácticamente organismo alguno, y que el agua que desciende no sea apta para el riego ni para el consumo humano. 11 que no pagarán ni un centavo. El segundo nivel de subsidio es la competencia por el agua de la que hablaremos más adelante, en donde los agricultores de los valles de San Juan y Jáchal deben pagar para usar (Edicto 519-0280-11-99/ Departamento de Hidráulica de San Juan) y las mineras simplemente utilizan con el aval del gobierno provincial sin pagar canon alguno. Por último el tercer nivel de subsidio social son las enfermedades producidas tanto por el trabajo en las minas como por la proximidad de las poblaciones a los yacimientos, en donde casos de leucemia infantil, cáncer de pulmón, problemas respiratorios y alergias han crecido exponencialmente afectando la salud y calidad de vida de las poblaciones implicadas (Rodríguez Pardo, J 2009) (Aranda, D 2008). Corrimiento del estado, soberanía hídrica y de los recursos estratégicos ¿De quien es el agua? ¿Por qué algunos pagan por ella y otros no? Este es un debate que presenta una multiplicidad de aristas que merecen ser explicitadas. Quizás la primera y más importante es la de pensar si los recursos como el agua que utilizan y los metales que se llevan las mineras son realmente “recursos naturales”. Siguiendo a distintos ambientalistas y expertos en derecho ambiental podríamos pensar que la noción de “recursos naturales” implica una primera apropiación sobre la naturaleza ya que necesariamente este concepto promueve que hay una privatización por parte de algunos sobre ciertos elementos que en principio la naturaleza pone a disposición de todos. Al considerar la noción de “recursos naturales” legitimamos sin darnos cuenta un paradigma en el cual hay una apropiación diferencial de la naturaleza en donde los países más ricos tienen derecho a consumir una porción más grande de lo que la naturaleza nos ofrece en cuanto a comunidad global. Para evitar esto actualmente algunos proponen superar la vieja visión de “recursos naturales” para comenzar a llamarlos “bienes comunes”. Esto en principio puede parecer solo una cuestión logomáquica sin embargo desde la teoría es un giro que tiene un fuerte impacto a nivel de los derechos humanos y en especial en la defensa del acceso de las poblaciones hasta ahora excluida de los bienes naturales. De este modo considerar al agua como un bien común en vez de un recurso natural intenta poner en jaque el actual modelo que postula un circuito diferencial de países que consumen de más y depredan bienes comunes y otros países sumidos en la pobreza los cuales no tiene acceso a estos por que les son expropiados. Esta distinción conceptual es clave para empezar a dar algunas respuestas a las preguntas formuladas recientemente, sin embargo no es suficiente ya que es necesario también tomar estos axiomas teóricos y convertirlos en una política de Estado. ¿Pero que ocurre cuando el estado se ausenta de este deber e incluso abre las puertas para que este circuito diferencial neocolonial se lleve a cabo? Como hicimos referencia anteriormente el Estado argentino no protege su soberanía hídrica como así tampoco la de los recursos metalíferos estratégicos y críticos. Este corrimiento del estado en relación a la protección de los bienes comunes a sus ciudadanos trae múltiples consecuencias que vulneran los derechos humanos de miles de argentinos tanto en la actualidad como para las futuras generaciones. En este sentido el papel fundamental que cumple en muchos países el derecho preventivo para proteger el ambiente y a las futuras generaciones es en nuestro territorio casi inexistente, pero no solo que la prevención del derecho no se aplica sino que con una visión cortoplacista se dinamitan bienes naturales que no son renovables, reafirmando a las empresas mineras como un actor social total. Con esto queremos decir que las mineras tienen un poder de acción casi total que el Estado delega con sus legislaciones y que solo unas esporádicas resistencias sociales están conteniendo en varios puntos del país de manera admirable. De este modo mientras en el mundo cada nueve segundos muere una persona por falta de agua el Estado argentino se da el lujo de que corporaciones extranjeras destruyan y degraden, ríos, vegas, lagos y humedales a menudo de 12 forma irreversible y que proyectos como Pascua – Lama13 pueda utilizar más de 3000 litros de agua por segundo. Esta impunidad nos obliga nuevamente a repensar sobre la pregunta: ¿de quien es el agua? y ¿Por qué algunos pueden consumir tantos bienes que son comunes? Veamos, a partir de la reforma constitucional de 1994 se efectuaron algunos agregados en la carta magna al título denominado "Gobiernos de provincia", siendo el mas significativo el Art. 124, que además de establecer las facultades de crear regiones para desarrollo económico y social y de celebración de convenios internacionales compatibles con la política exterior nacional, reza en su último párrafo lo siguiente “Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. Esto que en principio muchos celebraron como un acto de federalismo no hizo otra cosa que delegar la protección de algo crucial como los bienes naturales, entre ellos el agua, sobre la multiplicidad de las autoridades provinciales. De este modo el Estado abrió las puertas para la seducción del capital trasnacional a los distintos gobernadores de las provincias como lo reflejan las actuaciones, en contra incluso de su propio electorado, de algunos políticos como José Luis Gioja (San Juan), Beder Herrera (La rioja), Lucia Corpacci (Catamarca) y recientemente Carlos Soria (Río Negro). El problema de este dominio provincial sobre los recursos naturales es que muchas cuencas hídricas atraviesan varias provincias al igual que los camiones que transportan sustancias tóxicas, como así también los mineraloductos que tienen perdidas a lo largo y ancho del país, en este sentido las decisiones que toma un provincia repercuten sobre otras varias mientras que el estado avala con un halo de libertad este juego macabro. Para que entendamos lo grave de la situación de la venta de la soberanía hídrica, el mejor ejemplo es el riesgo que corren los glaciares, que representan el reservorio de agua del que se nutren muchísimas de las cuencas que nacen en lo alto de la cordillera de los andes. Como es de conocimiento público la ley de glaciares en la argentina se convirtió en una polémica que resonó en muchos de los medios de comunicación. Esta ley (26.418) presentada en principio por la ex diputa Marta Maffei, que contó con el asesoramiento del IANIGLA (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias del Ambiente) fue aprobada por unanimidad el 22 de octubre de 2008. 19 días después fue vetada por la presidenta de la Nación con el argumento de que atentaba contra los intereses de ciertas provincias casualmente: San Juan, Catamarca, Santa Cruz y La Rioja todas provincias con lasos muy turbios entre gobernadores y trasnacionales mineras. El 8 de julio de 2010 La Rioja y Jujuy sancionan una ley provincial de protección de glaciares, menos protectora que la norma nacional. A partir de ahí el debate técnico fue largo y sumado a la presión social finalmente la nueva ley de glaciares (Bonasso – Filmus)14 fue promulgada el 30 de Septiembre de 2010 pero con la modificación de dos artículos que extienden la explotación en el área peri glaciar lo que permitiría que unos de los proyectos más colosales presentados hasta el momento, Pascua - Lama pueda llevarse a cabo. A esta situación se suma que el 8 de noviembre de 2010, el Juez Federal de San Juan, Miguel Ángel Gálvez, suspendió la aplicación de seis artículos de la ley de glaciares para los emprendimientos mineros Pascua Lama y Veladero, ante la presentación por parte de Barrick Gold de dos amparos judiciales. Luego, el mismo juez, suspendió la aplicación de la norma en todo el territorio provincial, tras una presentación judicial realizada por la Asociación Obrera Minera Argentina y su seccional San Juan, la Cámara Minera de San Juan, la Confederación General del Trabajo Seccional San Juan, la Cámara Argentina de Servicios Mineros de San Juan y la Cámara Argentina de la Construcción. Así San Juan se consolidó como la primer provincia que hizo caso omiso a una 13 El proyecto minero Pascua Lama (San Juan) está en manos de la empresa Barrick Gold (entre cuyos accionistas se encuentra George Bush padre) tiene carácter binacional (Tratado Minero Chileno-Argentino 2004). Su objetivo es extraer oro, plata y cobre de la cordillera de los Andes. Se encuentra a 4500 metros de altura y está ubicado a 300 Km. al noroeste de San Juan y a 150 Km. al este de la ciudad chilena de Vallenar. 14 Cuyo nombre viene de los dos congresistas principales que legislaron la ley de Protección del ambiente Glaciar y peri glaciar: Daniel Filmus (Frente para la Vitoria) y Miguel Bonasso (Dialogo por Buenos Aires). 13 ley votada por unanimidad y con fuerte legitimación social en pos de los interese económicos de una elite dominante con José Luis Gioja a la cabeza. Si bien el caso de San Juan es lamentable hay que reconocer que con la nueva ley ahora los glaciares cuentan con mayor protección15 que antes, sin embargo estos reservorios de agua, ubicados en plena cordillera de los andes corren un nuevo peligro por la existencia de un territorio en cuya jurisdicción esta ley no se aplica sin necesidad de amparo alguno. El tratado binacional (Ley 24.228) crea prácticamente un “tercer país” entre Chile y Argentina en el cual la ley de glaciares no tiene alcance, este territorio con jurisdicción propia corre a lo largo de miles de kilómetros de la cordillera de los andes en donde yacen los glaciares y donde nacen las agua que utilizan para el consumo y la economía las poblaciones de muchísimas localidades. En este sentido el Estado argentino se ausenta de este territorio y permite entre otras cosas la destrucción de glaciares como el Coconta o glaciar de Vallejos, que Barrick Gold reconoce que intervino para ampliar la ruta16 a la planta. Los glaciólogos tienen importantes denuncias de degradación entre otros el glaciólogo Pablo Milana que fue uno de los técnicos que sostuvo que al subir encontró todo el ecosistema destruido. Otro caso aun con mayor impacto mediático fue la adulteración del informe de impacto ambiental que presentó hace un par de años la Barrick en donde directamente se negaba la existencia de tres glaciares (Toro I, Toro II y Esperanza) y que rápidamente tuvo que ser cambiado frente a la presión de un grupo de científicos que aseguraban que iban a destruir estos sistemas glaciares de gran fragilidad. Frente a esto la empresa reconoció la existencias de estos glaciares, que ya había reconocido en el informe para Chile y remarcando su impunidad propuso literalmente trasladarlos17 con palas mecánicas hasta un cuarto glaciar más grande (Glaciar Guanaco) mientras todavía sigue negado la existencia de glaciares de roca o permafrost18. El burdo manoseo de los glaciares y del agua afecta directamente la salud y las economías locales de muchos pobladores, en este sentido es revelador el testimonio de Graciela Álvarez, periodista y docente de Andalgalá, que relata el vaciamiento y degradación que están sufriendo las economías locales como las de Tinogasta, Andalgalá, Chilecito, Aimogasta, Belén y Santa María que hasta hace unos años contaban con una producción de viñedos, olivares y producción de aguardiente y que hoy prácticamente es inexistente. Lo mismo ocurre con la población del valle de Jáchal, Iglesia y San Juan que viven de la producción de cebolla y olivos y que están viendo afectados sus rindes por los altos niveles de metales pesados, en especial cadmio y cromo, en las aguas. Líderes indígenas de la zona de los Cobres denuncian que no pueden cosechar el pimentón, base de su economía, por que el agua y la lluvia ácida afectan las cosechas. Se ha detectado también contaminación en las termas de Pismata lo que produjo una baja en el turismo que usualmente concurre a este paraíso. Un caso de suma importancia son las denuncias en el valle de Uco , Tullum, Tupungato, Tunuyán, San Rafael y Uspallata todas zonas vitivinícolas tanto de San Juan como Mendoza que expresan su preocupación ya que algunos organismos internacionales quieren cancelar la categoría de “orgánico” a sus productos a partir de la noticia del asentamiento de proyectos mineros (oro [yacimiento San Jorge]19, plata cobre, molibdeno y un yacimiento de uranio en Cierra Pintada) lo que afectaría considerablemente el pilar económico de dichas provincias. Los casos se multiplican año a año en distintos rubros de las economías regionales y sería imposible 15 Esta ley incluso contando el ambiente peri glaciar cubre apenas más de un 1% del territorio nacional. Estas rutas tienen hasta 38 metros de ancho por el gran porte de las maquinarias que se utilizan en la explotación. 17 Hay un solo antecedente de esto ejecutado por la empresa Cameco, subsidiario de Barrick Gold, que terminó destruyendo dos glaciares en la mina Kumtor en Kyrgistan a fines de los años 90. 18 El permafrost, o glaciar de capa activa, usualmente se deshiela y congela con las temporadas y funciona como una especie de “esponja” que retiene y libera agua manteniendo el balance hídrico de muchas cuencas. 19 Este megaproyecto minero fue parcialmente detenido gracias a las luchas y denuncias de la organización vitivinícola y la “asambleas popular por el agua limpia” cocreada junto con la UAC en Mendoza. En el expediente se denuncia la utilización de sustancia toxicas como xantato y acrilamida. 16 14 enumerarlos a todos pero pocos alcanzan para dar cuenta de que ocurre cuando el Estado se hace a un lado y no protege la soberanía de un bien común como el agua crucial para el resto de las economías pero en especial indispensable para la vida. Licencia social: Consentimiento de las comunidades involucradas Además de ver su derecho a la salud afectado, las poblaciones locales ven comprometidas sus actividades económicas, en particular la agricultura, por la falta de agua y por la contaminación que aumenta drásticamente la mortandad de los animales de cría. A esto se suma la vulneración de otros derechos por las empresas mineras: como el no reconocimiento del derecho a la tierra de los pueblos originarios y su consiguiente violación a sus derechos culturales, la represión de la protesta y ataques a la libertad de expresión comprando el silencio de los pobladores. Todos estos factores hicieron que poco a poco en distintos puntos del país comenzaran a evidenciarse los conflictos sociales por parte de los pueblos que estaban en contra de este tipo de actividad que propone el actual modelo económico y que por consiguiente quitaran la legitimidad social a estos emprendimientos. Es precisamente en este sentido que sostenemos que las mineras al negar la autodeterminación de los pueblos no cuentan con la licencia social de gran parte de la población del territorio nacional. El vaciamiento de las economías regionales y la escasez de empleo funcionan como verdaderas armas de extorsión, situación que lleva muchas veces a aceptar los términos de las empresas por las necesidades sociales que tiene gran parte de la población de las provincias. Para las mineras y su clientelismo empresarial se trata solo de una cuestión de dinero y/o de la coacción para lograr la licencia social y no de proponer un verdadero modelo de desarrollo sustentable a largo plazo que mejore la calidad de vida de la población respetando los intereses y necesidades de los ciudadanos. El derecho de las comunidades a elegir como quieren vivir, es decir la autodeterminación de los pueblos, no es respetado cuestión que se evidencia en la negativa por evitar a toda costa las consultas populares y los plebiscitos. Se busca sembrar la idea de un voto calificado en donde la población “ignorante” no conoce los beneficios reales de la minería y por eso no están capacitados para votar, sin embargo las asambleas populares se están organizando, debatiendo e informando y por sobre todo definiendo que tipo de modelo económico quieren y en que condiciones ambientales y de salubridad vivir. En San Juan por ejemplo la consulta popular esta prohibida por el poder político, que se vale por los dictámenes de una justicia sometida: “Un municipio puede llamar a plebiscito por un asunto de cloacas pero no por contaminación minera”20 De este modo el gobernador de San Juan combate las ideas que no responden a sus intereses, especialmente los de Bentonita Santa Gema S.A.21, no con debate sino con censura ya que el además es dueño de los principales medios de comunicación (Telesol Canal 5, Diario el Zonda, Andina S.A., Radio AM del Sur, Radio FM 10.20 entre otros). Otras consultas populares como las de Tinogasta (Catamarca 2007), Calingasta (San Juan 2008) y Andalgalá (Catamarca 2009) fueron frustradas con la complicidad del gobierno nacional bajo el argumento de que la explotación de los recursos naturales es incumbencia de los gobiernos provinciales y no de los municipales. 20 Declaración de la Comisión Directiva de Federación de Viñateros y Productores Agropecuarios de San Juan, 6 de junio de 2006. 21 Empresa de insumos mineros cuyo dueño es la asociación familiar de los Gioja y cuyo principal cliente es la Barrick Gold. 15 Mientras algunas provincias siguen luchando para lograr la consulta popular otras como Río Negro que ya habían logrado leyes como la 3981, que prohibía la lixiviación con cianuro, hoy están nuevamente en peligro por la derogación de dicha ley evidenciando un retroceso en la protección de un ambiente sano y los derechos humanos del conjunto de la población. Esta situación de avance de las trasnacionales por sobre los derechos humanos de lo pueblos de America Latina cobraron mayor virulencia a partir de los dos únicos casos de plebiscitos populares: El de 2002 en Tambo Grande Perú22 con un 98.65 % de la población en contra del proyecto minero y el caso de Esquel (Chubut 2003) donde el 81% le dijo no al modelo extractivista depredador minero. Cuando las consultas populares y el fervor de un pueblo por defenderse del atropello no pueden frenarse mediante el aparato burocrático que el Estado monta para proteger los intereses de las transnacionales la respuesta es la represión directa en ocasiones por la fuerza publica y a veces con tercerización de la represión por parte de patotas de las empresas y los gobiernos provinciales23. En diciembre de 2009 los pobladores de Andalgalá, Belén y Santa María cortaron el camino de acceso al yacimiento de Agua Rica. El 15 de febrero de 2010 sufrieron una dura represión por parte de la policía provincial, niños, adolescentes, mujeres y hombres recibieron balazos de goma, palos y prisión con el objetivo de que la maquinaria de Yamana Gold pudiera avanzar. Luego de los incidentes el Poder Judicial frenó el proyecto. Luego en enero de este año, en paralelo a la pueblada riojana contra la megaminería, las asambleas catamarqueñas cortaron los caminos hacia Alumbrera. El 26 de enero fueron detenidos cuatro asambleístas. Al día siguiente, 27 de enero, hubo 18 detenidos y más represión. El 8 de febrero fue destruido el acampe de Belén y detenidas veinte personas entre ellas un chico de 13 años. En Tucumán se desalojó el corte de Amaicha del Valle, donde también se frenaba el avance de camiones de Alumbrera también con incidentes. La Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC, que reúne a asambleas de todo el país) hizo referencia a la situación en los siguientes términos: “La respuesta de los gobiernos cómplices de las transnacionales ha sido la represión (…) Las amenazas y los maltratos hacia las resistencias populares a la brutal megaminería no finalizan (…) La brutalidad y las amenazas provenientes del Estado nacional y los estados provinciales, no cesa. Las empresas mineras pretenden avanzar sin más, imponiendo su política de ganancias y destrucción”. Todas estas situaciones de violencia y coacción directa sobre los pueblos hacen preguntarnos sobre el rol que cumple el Estado por preservar los derechos de sus ciudadanos o si el derecho de algunos pocos empresarios esta por encima del conjunto de la sociedad. En este sentido es también que deberíamos preguntarnos si la nueva ley “antiterrorista” (26.734), orientada por el gobierno de George Bush, no representa una verdadera contradicción con la protección de los derechos humanos y por el contrario busca legitimar la represión de la protesta social. La ley 26.734 incrementará al doble las penas mínimas y máximas cuando delitos previstos en el Código Penal se cometan para "aterrorizar a la población”, sin embargo este instrumento legal no distingue los alcances del termino “terrorista” y es por eso que diferentes organismos de derechos humanos muestran gran preocupación por esta situación. En este sentido es muy pronto para hacer aseveraciones, sin embargo esta ley de ningún modo puede utilizarse como estrategia para lograr a la fuerza imponer un modelo económico aplastando las necesidades, salud y economías de los pobladores de nuestro país. En nombre de la megaminería transnacional y de la libre empresa no es posible soslayar los pasivos ambientales y sociales que genera. Y menos aún silenciar la violación a los derechos humanos de quienes tratan de defender el ambiente natural y terminan, como viene siendo el caso de 22 También hay otras consultas populares como la de Piura y Cajamarca ambas en 2007 que no fueron reconocidas por el Gobierno de Alan García y encontramos casos similares en Guatemala y Ecuador. 23 Existen denuncias por agresiones de patotas con integrantes contratados por José Luis Gioja en el Gran San Juan. 16 Jáchal, Belén, Chilecito, Santa María, Calingasta, Famatina, Tinogasta, Andalgalá y ahora también Bariloche acusados de 'terrorismo'. Violación a los derechos sociales A pesar de las promesas que suelen hacer las empresas mineras, esta actividad no genera prácticamente trabajo local por tratarse de una economía con alto insumo de capital 24. Los proyectos mineros generan una fuerte demanda de trabajo en las fases iniciales, lo que crea la ilusión de trabajo permanente, además el trabajo presenta una alta jerarquización donde la labores menos rentadas quedan para los vecinos del lugar y las mejores remuneradas para el personal de la empresa que en su mayoría son técnicos y empresarios extranjeros. Estas características convierten a la minería en una conpany town o economía de enclave es decir una actividad que no activa otras ramas de la producción y por ende no genera estabilidad económica a largo plazo y tampoco un proyecto de desarrollo sustentable. Por si esto fuera poco la condiciones de trabajo también dejan mucho que desear, las condiciones de altura, clima y presión abruman a los obreros que trabajan día y noche en plena cordillera de los Andes. En este sentido además del frío y el mal de altura como condición inevitable de trabajo han crecido exponencialmente los casos de cáncer de pulmón, fibrosis pulmonar, hidrargirismo (intoxicación por mercurio) y en el caso de las minas de uranio las patologías son aún más complejas (Rodriguez Pardo, J 2009) (Aranda, D 2008).. Sin embargo estos no son impedimentos para que las empresas sigan con su proyecto de saqueo a pesar de las múltiples denuncias no solo en Argentina sino en otros países recientemente afectados. Como no podía ser de otro modo Barrick Gold Corporation se constituye como el principal ejemplo que incurre en violaciones severas a los derechos laborales por la precariedad de la condiciones de trabajo, por permitir continuos accidentes de trabajo, por exceder las jornadas laborales más allá de los convenios internacionales y las leyes nacionales, por el pago de salarios injustos, por despidos irregulares, y estrangulamiento a la libertad sindical cada vez que los obreros salen a defender sus derechos utilizando además el aparato de represión del estado como cómplice. Hay incluso denuncias que los pobladores del departamento de Iglesias, Rodeo, Tudcum y Jáchal, pusieron a disposición de la UAC donde informaban de unos quince trabajadores que habrían perdido la vida. Pero al momento de exigir datos más concretos, nombres y circunstancias, comenzaban los inconvenientes para presentar las denuncias: el silencio de la empresa ocultando información, el traslado de enfermos y víctimas hacia establecimientos fuera de la provincia de San Juan o alejados de la zona minera, la soledad de los trabajadores sin testigos familiares y sin control oficial alguno, son algunas de las razones de la impunidad con que opera Barrick Gold. La CTA también denuncio el arbitrario despido por parte de la minera Barrick Gold del secretario general de la Organización Sindical Mineros Argentinos (OSMA), José Leiva, trabajador de la mina Veladero. Este había sido despedido por sus declaraciones en los medio de comunicación en junio de 2009: “Barrick Gold dice que le paga los mejores sueldos a los trabajadores de Veladero. Pero eso no es así. La Barrick paga los sueldos más bajos del mundo a los mineros argentinos. Y además trabajamos en las peores condiciones: estamos expuestos a enfermedades y nunca terminamos de adaptar nuestro cuerpo a los 4.600 metros de altura”. En Veladero trabajan algo más de 1.500 personas de las cuales 850 figuran en planta permanente en tanto que el resto padecen diferentes formas de fraude laboral a través de la tercerización de servicios, cuestión que genera gran malestar entre los obreros a lo que se 24 Según datos de Minera la Alumbrera, Veladero y Potasio Río colorado por cada 1 millón de dólares invertido se crea entre 0.5 y 2 puestos de trabajo. 17 suma que recientemente en un paro de actividades que hicieron los trabajadores en reclamo por la muerte de dos obreros en la montaña fueron fuertemente reprimidos. El 18 de octubre de 2009 medio centenar de trabajadores montaron un piquete en el barrio 13 de diciembre, frente a la sede de la minera Santa Cruz. Entre el jueves y el viernes denunciaron condiciones de trabajo “deplorables” y pidieron “dignidad”, la empresa les había aplicado además sanciones después de las protestas realizadas días atrás en la mina de Perito Moreno tratando de silenciarlos a toda costa. Con respecto al yacimiento la Bajo la Alumbrera Andrea Mastrangelo , Antropóloga de la Universidad de Buenos Aires en “Las niñas Gutiérrez y la mina Alumbrera” (2004), resume las condiciones laborales de la explotación: “La cantidad de camas disponibles es la mitad del total de los operarios del yacimiento. (…) Cada doce horas y durante 15 minutos, un turno de trabajadores es reemplazado por el otro que pasa a ocupar el comedor, los espacios recreativos y los dormitorios”. Durante la etapa de la obra civil (cuando se levantaron las instalaciones necesarias para la producción) y también ahora que se extrae el mineral, los trabajadores residen en “campamentos” en muy malas condiciones. En la actualidad, trabajan siete días en el yacimiento y tienen siete de franco, con turnos de 12 horas por jornada. Para las tareas de construcción, el gremio del sector estimó que el proyecto empleó 4.500 personas. Hoy, la firma tiene 1.800 trabajadores (no todos en planta permanente) y paga por año 16 millones de dólares en sueldos. Esta variación probablemente explique el paso de la euforia a la decepción que se dio en los habitantes de Belén respecto a la mina. En el plano del empleo entonce podemos decir que por cada trabajador de empresas mineras, con paupérrimas condiciones de trabajo, hay cientos de obreros que pierden sus fuentes de trabajo en actividades sustentables de la zona de influencia de un proyecto de ese tipo, lo cual también es un grave problema que abarca no solo los derechos laborales sino que impacta sobre los modelos productivos regionales. Es precisamente en este sentido que queda preguntarnos ¿Qué tiene para ofrecer estas empresas más que saqueo, trabajos transitorios y un modelo cortoplacista depredador del ambiente? Muchos pobladores se están dando cuenta de esto y se están organizando auque las zonas de influencias de las empresas trasnacionales sean múltiples y promulguen la fragmentación social y la pelea entre vecinos. Allí donde se instala la megaminería se multiplican lo conflictos sociales, aumenta la migración y se producen divisiones al interior de las comunidades. Los motivos que desencadenan dichos conflictos son varios: disputas por bienes públicos como agua, tierra, energía hasta conflictos por corrupción, clientelismo, afectaciones a las economías locales, violación a los derechos de los pueblos originarios, conflictos por las expectativas frustradas de empleo y/u oportunidades económicas. Este conjunto de situaciones hace que los pueblos afectados no vuelvan a ser nunca los mismos y se conviertan en iconos del conflicto y la resistencia social por sus derechos y los de las generaciones futuras. Las múltiples denuncias al sector minero por violación a los derechos humanos Hoy en día la minería a cielo abierto frecuenta los tribunales de todo el mundo y Argentina no es la excepción. Según un informe de la ONU promulgado en noviembre de 2010 de 320 casos de violación a los derechos humanos, el sector que cuenta con más denuncias es el de las industrias extractivas con la megaminería a la cabeza llegando casi al 29 % de las menciones. Las industrias extractivas representan así el sector con más denuncias abuso de poder e incluso causas por crímenes contra la humanidad por lo general provocados por la fuerzas de seguridad publicas o privadas que protegen los bienes de las empresas. Realizar una lista de las violaciones que se vienen sufriendo como producto directo del avance sin reparos del capital transnacional en la Argentina resultaría engorroso. Nos limitaremos a decir que se trata de una lista muy completa y extensa, que en general abarca desde la censura 18 en los medios de comunicación, las persecución de los disidentes, las represiones brutales, los desalojos masivos, el envenenamiento de personas por contaminación, la intimidación, el procesamiento, el secuestro y el asesinato solo por nombrar los impactos a nivel social. Como dijimos anteriormente con el corrimiento del Estado y la consiguiente pérdida de la soberanía de los bienes comunes y seguridad de los derechos de los ciudadanos fue que estos atropellos de las transnacionales pudieran materializarse. En los últimos años hemos presenciado un fenómeno más escandaloso como es el caso de la utilización de algunas instituciones relacionadas con los derechos humanos a favor del capital transnacional. La Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de La Rioja cumple un importante rol de protección de un estado provincial claramente vinculado con hechos de represión y persecución a los disidentes del modelo megaminero que se busca imponer. La secretaría brinda institucionalidad, evita denunciar a los implicados, ocupa los canales de comunicación de las instituciones relacionadas con los derechos humanos, todos recursos a favor de las a mineras y haciendo caso omiso a las reivindicaciones populares de las distintas asambleas conformadas en estos últimos años de resistencia social. En el mismo sentido, en la provincia de Santa Cruz, el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) viene siendo denunciado por operar dentro de las comunidades indígenas en favor de las empresas mineras interesadas en catear o explotar sus territorios. En palabras de la familia Limonao: “Llegó el INAI para convencernos de que el uranio no es malo”. Estos son sólo dos ejemplos pero sirven para desnudar el poder de mutación del capital transnacional y su renovada capacidad de penetración, asimilando la coyuntura nacional, proclive al discurso de los derechos humanos, como palanca para potenciarse y avanzar”. Así, conforme a la lucha social va avanzando, el debate de la megaminería se instala y los pueblos se capacitan e informan sobre la materia, de este modo la legislación vigente de entrega y saqueo ya no alcanza así como tampoco los modos “tradicionales” de represión. Esta situación hace que se produzca una modificación sustancial en los modos de represión que viene desarrollando el Estado. Como lo indica el informe de Correpi 2010 (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional), a la represión policial convencional viene a sumarse la tercerización de la represión, la utilización de inteligencia ilegal 25, patotas sindicales y grupos paramilitares que complementan la capacidad punitiva del Estado allí donde la nueva coyuntura impide la utilización directa de las fuerzas policiales. Estos incidentes crecen de forma alarmante no solo en Argentina sino en todos los países que sufren lo que (Eduardo Galeano, 2004) llama “La maldición de la abundancia” haciendo referencia a los países ricos en recursos naturales pero que sin embargo poseen grandes déficit alimentarios, de salubridad, educación además de ser poseedoras de deudas externas colosales a pesar de que son saqueados día a día por las potencias económicas centrales. Tal es el caso de Zaire que a pesar de ser el principal exportador mundial de cobalto, el segundo en diamantes y no menor en oro, cobre, baritina, estaño, boro y zinc contrajo una deuda externa que no puede pagar y que sumergió a millones de sus habitantes en la más cruel pobreza. Poco tiempo pasó luego para que Ruanda y Uganda invadieran Zaire y posteriormente acaeciera un brutal genocidio situación capitalizada por Río Tinto Zinc, Anglo American Corporation y Barrick Gold Corporation para repartirse los despojos de los enclaves mineros. Otros casos similares son los ocurridos en Filipinas donde la empresa minera Placer Dome fue demandada por daños ambientales en la isla de Maridinduque. Esta misma empresa luego fue demandada por Indonesia por violar los derechos del pueblo Davak y destruir una gran área de bosque nativo; además Placer Dome reprimió crudamente al pueblo Wiradjuri por 25 Mientras escribía estas líneas se produjo un escándalo por un controvertido proyecto de inteligencia que llevaba a cabo Gendarmería Nacional bajo el nombre de Proyecto X y que según organismos de derechos humanos pueden llegar a atentar contra la libre expresión, buscar la criminalización de la protesta e incluso violar la Ley 24.776 de protección de datos. 19 impedir la instalación de una mina a cielo abierto a orillas del lago Cowal en Australia. Chile y Perú tampoco son la excepción con casos de contaminación de distinto tipo en Atacama, Antofagasta, Calama, Lasana (Dirección general de Aguas de Chile, 2009) y Trujillo, Cajamarca, Santiago de Chuco, Piura y Puno donde se denunció a minera Milagrosa S.A, a Minera Aurífera Santa Rosa S.A y a Barrick Gold Corporation. A continuación solo algunos ejemplos más de desastres y denuncias ambientales pero ahora también en países centrales que luego de esto cambiaron sus legislaciones y decidieron buscar nuevos enclaves sin restricciones mientras en su propio territorio tratan de frenar las múltiples denuncias de ciudadanos afectados. DESASTRES RECIENTES CIANURO Y MINERIA DE ORO 2000 Mina de Aurul,Bai Mare, Rumania Mina de 2000 Tolukuma,Papua Nueva Guinea 1998 Mina de Kumtor,Kyrgyzstan Cien mil metros cuadrados de agua contaminada con cianuro y metales pesados se fugaron al Río Tizsa, el segundo más grande del país, cuando se agrietó una represa diseñada para contener los deshechos mineros. Después del accidente, se encontraron niveles de cianuro 700 veces más alto que la norma. Ochenta kilómetros del río fueron contaminados y hasta 40% de la vida biológica se murió. El agua potable de 2.5 millones de personas resultó contaminada. Casi 100 toneladas de peces muertos se han pescado del río. La represa fue diseñada por una inundación del nivel que pasa solamente cada 100 años, pero se falló debajo una inundación que pasa aproximadamente cada 50 años. La Organización Mundial de Salud (OMS), está preocupada por los altos niveles de metales pesados como plomo y cadmio que pueden ocasionar graves problemas de largo plazo. El costo de limpieza se estima en hasta $250 millones. Un helicóptero hizo caer una tonelada de cianuro de sodio mientras que volaba a la mina en marzo. Hasta 150 kilogramos de cianuro fueron perdidos y presuntamente se disolvió en un bosque tropical. Un camión se cayó de una puente derramando 1,762 kilogramos de cianuro de sodio en el Río Barskoon. Los informes indican que dos personas se murieron envenenadas por cianuro, casi cien personas fueron hospitalizados y mil habitantes buscaban ayuda médica. El gobierno busca $8.4 millón en compensación por daños al medio ambiente. Mina de 1998 Homestake,South Dakota, USA Muchos peces se murieron envenenados con cianuro cuando seis o siete toneladas de deshechos se cayeron en la Quebrada Whitewood. Mina de Zinc Los 1998 Frailes,España Una represa se cayó e hizo derramar aproximadamente 1.3 billones de galones de deshechos ácidos hacia un río importante y sobre miles de hectáreas de tierras de cultivo. Hubo una matanza masiva de peces. 1997 Mina Cantera de Oro,Nevada, USA Un fallo en la cancha donde se riega con cianuro sobre la roca provocó la fuga de un millón de litros de 20 deshechos conteniendo quebradas. 1995 Mina de Oro Omai,Guyana cianuro, contaminado dos Se descargaron más de 3.2 billones de litros de desperdicios contaminados con cianuro hacia el Río Essequibo cuando se desplomó una represa. Un estudio por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), mostró que se murió toda la vida acuática en la quebrada de 4 kilómetros que corre entre la mina y el Río Essequibo. Mina de 1994 Harmony,South Africa Una represa minera abandonada se fracturó y un complejo de apartamentos se inundó con lodo contaminado con cianuro. Diez mineros murieron. Mina de Oro 1992 Summitville, Colorado, USA Descargas planificadas y fugas accidentales de cianuro y de metales pesados mataron toda la vida acuática por 27 kilómetros del Río Alamosa. Hasta ahora se ha gastado $150 millón para limpiar la zona. 1990 Mina de Echo Bay,Nevada, USA Novecientos (900) aves se murieron cuando bebieron agua de un dique de cola que contenía cianuro. Mina de Oro 1990 Brewer,South Carolina, USA Un derrame accidental de cianuro contaminó 80 kilómetros del Río Lynches y mató más de 11,000 peces. Es probable que la presencia de peligrosos metales pesados, frecuentemente encontrados con el cianuro, contribuyera a la matanza. Mina de 1989 Richmond,South Dakota, USA Residuos contaminados con cianuro mata 10,000 truchas en un río de los Cerros Negros de South Dakota. Fuente: Svampa, M., y Antonelli, M. (eds.), Minería transnacional, narrativas del desarrollo y resistencias sociales. Biblos: Buenos Aires, 2009 En Argentina no hace falta decir que todos los delitos antes enumerados vulneran los derechos de la mayoría de las localidades del Noroeste Argentino, gran parte de la región de Cuyo, y recientemente también la Patagonia en especial las provincias de Neuquén, Santa Cruz y Río negro como bien lo grafica el esquema que muestra todos lo emprendimientos a lo largo y ancho del país. 21 22 Reflexiones finales Cómo transitar de la Argentina extractiva primaria a la Argentina alimentaria orgánica, tecnológica y con valor agregado. No es menor el punto que la primera requiere de un esquema de concentración de poder, y el segundo de la difusión del poder en relaciones de mayor democracia real, del minifundio, de la educación, la información, la capacitación y el incentivo. Ya hemos escuchado en reiteradas ocasiones a varios gobiernos latinoamericanos que se autodefinen como “progresistas” enarbolar la idea de un Estado fuerte para diferenciarse de las antiguas recetas del Banco Mundial y el neoliberalismo de la década del 90, sin embargo creemos necesario hacer una verdadera revisión de estos postulados. Existe una incoherencia insoslayable entre un verdadero “progresismo” y el fomento de las actividades extractivas. Hoy en día como sostiene (Alberto Acosta 2008) el progresismo viene de la mano de lo sustentable y de la planificación a largo plazo en pos del bienestar de una población en donde se incentivan las economías regionales, el consumo interno, las ramas económicas de desarrollo sostenible, las energías limpias, la búsqueda de recursos renovables y sobre todo la autodeterminación del los pueblos. Todas estas características no son compatibles con el modelo extractivo que lleva hoy en día el Estado Nacional en especial en dos áreas económicas principales: la Agroindustria transgénica y la megaminería metalífera a cielo abierto. No importa el paisaje ni el clima. Sea trópico, frío bosque o agobiante desierto, allí donde se desarrollan grandes proyectos mineros o plantaciones transgénicas, o existe alguna intención de hacerlo, hay hoy en día resistencia y desconfianza de la población. Contaminación de aire, suelos y fuentes de agua, abuso de poder, falta de información y en algunos casos violaciones abiertas a los derechos humanos son parte de los costos y pasivos de muchos de estos emprendimientos que sin embargo estos gobiernos progresistas no quieren escuchar ni ver. Los actuales gobiernos Latinoamericanos están desperdiciando una oportunidad política probablemente única en donde el contexto internacional nos demuestra que las viejas recetas de consumo irresponsable, especulación financiera y depredación de los recursos ya no son viables. En este sentido es que este trabajo se consolida como un humilde aporte para interpelar a los Estados Latinoamericanos en especial al argentino para defender los derechos humanos aplicando políticas activas para preservar nuestros recursos hídricos (considerándolos como bienes comunes) , construir un modelo económico alternativo al modelo extractivo que nos permita una genuina distribución de la riqueza para finalmente terminar con la idea que supone que para que algunas sociedades progresen, otras deben ser contaminadas y saqueadas. Mientras esto no sea tenido en cuenta el despojo humano, la contaminación de los suelos, el aire y las aguas, los insumos exportados sin valor agregado y legislación para el saqueo es la única oferta que tendrán las transnacionales que aceptan los gobernantes de países eternamente en vías de desarrollo y que nos proponen las potencias mundiales concebidas para la rapiña globalizada con o sin el ALCA. Estamos así frente a una coyuntura en la que ya nadie puede mirar para otro lado y donde es indispensable aunar esfuerzos entre el Estado las diferentes fuerzas políticas, los ambientalistas y cualquiera persona que crea todavía en la defensa férrea de los derechos humanos. Hemos sido convocados así para defender la libertad del agua; porque si las aguas no son libres tampoco lo seremos nosotros, cuando las aguas son saqueadas los ríos agonizan como así también mueren los pueblos. En este sentido es que necesitamos meditar y reflexionar críticamente acerca de la historia del agua que en relación con la minería se consolidan como la historia del sufrimiento de las culturas de America Latina. Cuando contamos nuestra historia nos damos cuenta de que durante la explotación colonial y neocolonial no sólo nos expropiaron burdamente el oro, la plata, el bosque y los animales y 23 esclavizaron la cultura; sino que algo que siempre olvidamos es que nos han robado, perseguido, torturado, encarcelado y asesinado por el agua. Porque para extraer y transportar minerales, en el pasado y en el presente se ha requerido de este líquido y donde no hay agua no hay minería. Miles de mujeres, niñas y niños han sido objeto de explotación por el acarreo, manipulación y contaminación del agua con el subsiguiente daño por utilizar aguas contaminadas al lavar la ropa, cultivar y preparar los alimentos. Cuando el sistema capitalista depredador contamina el agua y el ambiente comete un crimen común a toda la humanidad. Sin embargo este crimen ha permanecido impune durante siglos convirtiéndose en una deuda ecológica, moral y económica que tienen los países ricos con toda América Latina. Esto también es parte de la violación a la soberanía alimentaria, a la dignidad y a la autodeterminación de nuestros pueblos ya que sin el agua no solo no hay vida sino que no existe actividad agrícola o ganadera posible para los habitantes del país. Los campesinos y los pueblos originarios saben que la vida está ligada a la tierra y al agua y al despojarlos de estos elementos también se asesina a su cultura. El agua nos une históricamente en la opresión y en la liberación. Los enclaves agroindustriales y mineros no se habrían enriquecido si no fuera a expensas de la contaminación del agua y de los pueblos generando circuitos diferenciales de consumo y sumisión. La acumulación histórica del capital es también una acumulación de humillación, miseria, racismo, genocidio, guerras, hambre, pobreza y enfermedad. La codicia por el agua y los metales ha persistido por siglos y ahora llega a su etapa final con la globalización capitalista que privatiza el agua como un bien para pocos a costa de las economías regionales para obtener ínfimas cantidades de mineral para uso suntuario y/o especulativo. Hoy más que nunca cada uno sabe que el agua ha dejado de ser nuestra; se compra como una mercancía que no es accesible para los pobres y los dueños del agua son las multinacionales. Ahora las empresas de los países ricos han puesto los ojos en el agua dulce de America Latina y Argentina no escapa a la norma; porque ellos o bien no tienen la biodiversidad y la riqueza ecológica que presentan nuestros territorios o simplemente aprendieron que los costos de los pasivos ambientales son tan altos que ningún dinero o acción de la bolsa puede pagarlos. Para evitar este saqueo del agua, los minerales, las economías regionales y sobre todo el saqueo a los derechos indispensables de un pueblo es necesario un verdadero cambio en las políticas de estado, las legislaciones nacionales y también un esfuerzo conjunto para reflexionar sobre los patrones de consumo del mundo entero. La transparencia radical, termino acuñado por (Daniel Goleman 2009) parece ser una propuesta prometedora en donde el Estado tenga la obligación de informar de forma clara cuales son los acuerdos con las empresas extrajeras y en donde la legislación siempre priorice las necesidades de la población afectada, cuestión que la legislación actual no favorece en absoluto. Esto sumado a la concientización sobre la disponibilidad de recursos y el consiguiente cambio en los patrones de consumo parecen ser el comienzo del ovillo para desandar tantos años de saqueo y vulneración de los derechos de millones de personas que se ven afectadas para mantener los estándares de vida de los países centrales. Finalmente y luego de la extensa exposición algunos escépticos todavía se pregunten si hay algún tipo de minería posible. La respuesta no es simple pero pareciera que en principio es si. Existen otras alternativas de minería pero nunca con los dividendos lucrativos que exigen las empresas transnacionales. En este sentido entonces deberá formularse una política nacional donde la rentabilidad minera no sea el motivo de la extracción sino la prioridad de obtener el insumo. Como muchos defensores de la minería sostienen necesitamos de los minerales para vivir, esto es cierto en principio sin embargo ¿Cuánta cantidad es realmente lo que necesitamos? es el problema. Para esto es necesario formular cual es la prioridad de los habitantes generando conciencia en que vivimos en un ambiente global donde los recursos son limitados y donde todos tienen derecho a vivir y transmitir a las generaciones futuras un ambiente digno de ser vivido. De este modo debería quedarnos claro que no queremos ser un país saqueado así como tampoco debemos permitirnos ser un país de derroche y consumista 24 que buscando el espejismo del Primer Mundo, donde a cada habitante le corresponde más de 15 toneladas de minerales al año, expone a millones de habitantes a la miseria humana. Un cambio imperativo es necesario los Estados no pueden seguir indiferentes frente a la historia latinoamericana y deben hacerse cargo de medir todos los derechos con la misma vara ya que el doble estándar que muchos evidencian en sus políticas se convierte en el principal obstáculo para un verdadero cambio de modelo de desarrollo. Estas son algunas de las ideas que defienden día a día miles de personas que salen a las calles a partir de que las mineras invadieron sus territorios y que el mismo Estado que debería defenderlo reprime en complicidad con las trasnacionales. Es hora de que Andalgalá, Chilecito, Famatina, Tinogasta, Belén, Santa María, Bariloche dejen de ser solo pequeños epicentros de los conflictos y que este debate por fin se instale a nivel global antes de que se nos acabe el tiempo. Juan Ignacio Ivanissevich 05 de Marzo de 2012 Bibliografía de Referencia AA.VV, “15 mitos de la megaminería transacional. Kronopios. Buenos Aires. 2011. Antonelli, Mirta, “La gestión del paradigma hegemónico de la ‘minería responsable’y el ‘desarrollo sustentable’”. En: Svampa, Maristella. Antonelli, Mirta (editoras), Minería Transnacional, Narrativas del desarrollo y resistencias sociales. Biblos: Buenos Aires, 2009 Aranda, D., y Claps, L., “Negocios mineros, pesares indígenas”. 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