OBSERVADOR 14 NEGOCIOS | ELSÁBADO 21 DE NOVIEMBRE DE 2009 El día después: aprender a sumar uy pronto habremos llegado al “próximo día después”. Es el momento de reflexionar acerca de la necesidad de convencernos, primero en las dirigencias, luego en los seguidores, de la importancia de aprender a trabajar con personas que piensan diferente. No es sencillo, más bien es tremendamente difícil. Pero es sabido que una de las características de las sociedades maduras es la enorme capacidad de coordinación entre personas que piensan diferente. A continuación algunos breves apuntes que confiamos sirvan de disparador para la reflexión personal.(1) M • Ciertamente no hay países ni comunidades sin conflictos y pensar otra cosa supondría no ver la realidad; pero quizás la política podría tener el principio clave de no incitar al odio ni a la insatisfacción. La historia se puede escribir tomando como punto de referencia las guerras y disputas, pero así se contribuye a ahondar la separación entre los hombres; las palabras se lanzan, van haciendo su obra y acaban por envenenar los ambientes y, sin embargo, la tarea de los políticos públicos parecería que es solucionar problemas, mejorar la convivencia y colaborar con las personas para cubrir las necesidades concretas. En lugar de idealizar a algunos líderes del siglo pasado –y algunos aún vigentes– que utilizaron sus enormes capacidades en destruir y separar, se debería conocer más a individuos como Schumam, Adenauer, De Gasperi y tantos otros constructores que con ideas, métodos y acción propusieron crear ámbitos de convivencia de nivel me- dio sin ensoñaciones. • Sería ridículo pretender ignorar las diferentes ideologías o las distintas disposiciones personales, pero se debe intentar que los individuos salgan de las trincheras y que se maticen las posiciones guerracivilistas; el desafío es la gobernabilidad, y muchas veces hablando de las soluciones las personas no se quedan encalladas en los análisis ni en los diagnósticos. Los mejores siempre han conseguido hablar entre ellos sin aplausos ni bullas por parte de sus colegas o de sus adversarios; es decir, han podido comunicarse e, incluso, sintonizar. • Lo propio de un político es go- bernar una institución, haciendo que esta consiga los objetivos para los que fue creada y para los que sigue existiendo. Los procesos de gobierno podrán ser fáciles o complejos, las condiciones serán más o menos favorables, pero gobernar consiste en lograr los objetivos de los implicados, que en el caso de las instituciones públicas son los ciudadanos; es decir, no de los dirigentes en sí ni de las instancias que los nombran. Por eso hay que estar siempre tratando de ver las necesidades reales de aquéllos, que no siempre coinciden con las expresiones de los que hablan más y más fuerte. El gobierno no puede ser simplista ni exagerado, pues Claves para la comunicación Javier Fernández Aguado, en Formar directivos y otros ensayos, plantea que al hablar de comunicación se cae a veces en “la triste falsificación” de que a los empleados hay que comunicarles mensajes que los mantengan “subyugados o que sin importar lo que digan, piensen o quieran, les lleven a cumplir con su deber sin inútiles entretenimientos”. Así suele confundirse la comunicación con “sofisticados medios de manipulación”. Asevera que hoy día en las empresas “casi todo es comunicación”. Y para lograr buenos resultados la comunicación empresarial posee unas reglas que se muestran sumamente eficaces: - Atender al que habla. Aunque se dedica mucho tiempo a oír, es menos el tiempo empleado a escuchar. “Hay empresarios –o, en general, personas que trabajan en organizaciones empresariales– que solo dan consejos (pero no se los aplican)”. Consideran que por su experiencia y su preparación no necesitan atender lo que otros les proponen. - Prever las necesidades de los demás. “Para una buena comunicación es imprescindible una buena dosis de psicología”. La comunicación verbal va precedida, acompañada y seguida de una comunicación no verbal, que es más relevante que la primera. “No se comunica bien si no se adivina lo que el otro necesita”, indepen- ello suele llevar a la desorientación y al enfrentamiento; lo relevante de gobernar es no crear problemas que no existen y lanzar proyectos serios para que la ciudadanía tenga un campo de juego amplio para desarrollarse. • Frente a las posiciones de los sembradores de pesimismo, ha de afirmarse que la sociedad, para mejorar, exige el esfuerzo de muchos y que el Estado de derecho es la manera de que la sociedad sea más justa y eficaz; no hay café para todos ni instituciones que se sobrepongan a las demás, sino que es la proliferación de iniciativas la que ayuda al desarrollo social e individual, dentro de un marco de dientemente de si al final se pueda o no dar aquello que el otro precisa. - Apertura al otro. “Comunicar es más escuchar que hablar”. Quien se queda solamente en su entorno, no captará las necesidades del otro, o –cuando lo haga– no pondrá los medios para comunicarse y resolverlas, ya que estará sumido en sus intereses. Le verdadera comunicación supone hacerse creíble y “no lo es quien responde que sí, como a los locos, o que no, como los cerriles”. Sin verdad no hay comunicación ya que “exige poner la pro- respeto a las leyes pensadas para el fomento de la sociedad civil. • Conviene trabajar sobre situaciones concretas promoviendo el diálogo constructivo. Para ello la condición básica es la no utilización de etiquetas. Si la etiqueta es la lógica, se pone en marcha el proceso de utilizar las palabras como obuses para destruir o ridiculizar a los otros; sí a la imagen ingeniosa, si ayuda a ver mejor la realidad o a relajar el ambiente, no si es para personalizar la agresión. El respeto y la buena educación ayudan mucho a convivir. • Al abordar asuntos de gobierno hay que tratar de huir de la improvisación y las ocurrencias más o menos imaginativas; por ello es conveniente siempre distinguir dos fases: el diagnóstico y la terapia. Los gobiernos pueden aportar algo si parten de diagnósticos certeros y si aplican soluciones ajustadas. Es impresionante el enorme salto que suelen dar las instituciones cuando se acierta en ambos aspectos, pues lo que parecía roto se pega y lo que era derrotismo se convierte en misión; las personas y las instituciones suelen tener una enorme capacidad de reacción, por lo que se trata de encontrar la medicina adecuada y seguir el tratamiento al pie de la letra, sin cansarse ni dar bandazos de última hora. ● (1) El texto ha sido extraído de documentos de trabajo y conferencias de los profesores José Luis Lucas y Luis Manuel Calleja. El Departamento de Investigación y Análisis del IEEM es el responsable del texto aquí publicado, dejando exentos de compromiso a los profesores mencionados. pia personalidad en diálogo”. Y para una comunicación fluida es importante que los directivos conozcan en detalle las funciones de los subordinados, de ese modo “ofrecerán soluciones en vez de echar broncas”, que ha sido siempre el sistema de quien tiene el poder pero carece de razones o virtudes para liderar”. ● Formar directivos y otros ensayos. Javier Fernández Aguado. Instituto Internacional Bravo Murillo. Islas Canarias. 2007. Págs. 104-106. negocios@observador.com.uy