ENFERMEDADES NO INFECCIOSAS Carenciales: falta de determinados nutrientes. Si la falta es de todos los nutrientes en general se habla de desnutrición. Por falta de vitaminas podemos destacar el raquitismo (vit D) que consiste en deficiencias en la calcificación y desarrollo del esqueleto. También es conocido el escorbuto (vit C) que cursa con una degeneración en las encías y en los tejidos conectivos en general. Por falta de minerales tenemos el caso del bocio y el cretinismo ocasionados por la incapacidad de la glándula tiroides de producir tiroxina. En general, las enfermedades carenciales se solucionan administrando el nutriente en cuestión salvo si la carencia afectó al individuo durante su desarrollo, en cuyo caso las secuelas serán de por vida. Neoplásicas (cáncer): con este nombre se conoce el conjunto de una serie de enfermedades que tienen en común su origen: en todos los casos se produce que, en un determinado tejido, surgen células anómalas que proliferan sin control invadiendo y destruyendo el tejido sano. Si algunas de estas células alcanzan el torrente circulatorio pueden llegar a instalarse en lugares distantes del organismo dando origen a nuevos focos cancerosos llamados metástasis. Además del diagnóstico precoz, se lucha contra el cáncer con la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Todas estas medidas son económicamente muy costosas, así como la investigación que se lleva a cabo para encontrar soluciones definitivas. Los cánceres, en su conjunto, son la principal causa de mortalidad en los países desarrollados (junto con las cardiovasculares). En España, los tipos de cáncer que producen una mayor mortalidad son los de pulmón, mama, colon y próstata. Además podemos mencionar las leucemias, los linfomas y los melanomas, estos últimos los de peor pronóstico. Cardiovasculares: consideramos aquí todas las enfermedades propias del corazón y de los vasos sanguíneos, sobre todo derivadas de la obstrucción de los mismos. El infarto no se puede considerar propiamente una enfermedad sino una crisis debida, la mayoría de las veces, a una obstrucción en una de las arterias coronarias (las que riegan y nutren el músculo cardíaco). La consecuencia de esta obstrucción es el infarto, o sea, la muerte o necrosis del área tisular que ha quedado sin aporte de oxígeno. En realidad se puede infartar no solo el miocardio sino también el cerebro (enfermedades cerebrovasculares) y otros órganos… La situación de acumulación de una placa de materia grasa en la pared arterial se denomina arteriosclerosis y puede desembocar en una obstrucción paulatina o bien repentina [ver imágenes del pequeño documental]. Alrededor de un 35% de la mortalidad en España se debe a este tipo de enfermedades. Degenerativas: son las enfermedades que suponen un deterioro progresivo en algún tejido del organismo generalmente a partir de edades más o menos avanzadas. Pongamos como ejemplo las que se refieren al sistema nervioso y al aparato locomotor. El mal de Alzheimer afecta al tejido nervioso cerebral produciendo un progresivo deterioro de las facultades intelectuales que comienzan en una disminución de la memoria a corto plazo, una pérdida de vocabulario, sigue con lenguaje incoherente, demencia y afectación final de funciones vegetativas dando lugar, por ejemplo, a incontinencia urinaria y a situaciones de apatía total. En España hay unos 600000 afectados, aproximadamente 400000 mujeres y 200000 hombres. La enfermedad de Parkinson también afecta al tejido cerebral pero sus síntomas son más bien motores como temblor en reposo, rigidez muscular y lentitud en los movimientos. En España hay unos 100000 afectados. Entre las que afectan al aparato locomotor mencionaremos en primer lugar la artrosis, degeneración de los cartílagos articulares de cuello, cadera, cintura, rodillas y dedos que cursa con dolor y deterioro funcional. Afecta a un 16% de españoles a partir de los 20 años. La osteoporosis es una pérdida progresiva de masa ósea por descalcificación, por causas generalmente hormonales afectando sobre todo a mujeres a partir de la menopausia y ancianos en general. Supone un riesgo progresivo de fractura ósea. Afecta a un 20% de las mujeres mayores de 45 años y a un 40% de las mayores de 75. La esclerosis múltiple es una degeneración progresiva de las fibras nerviosas que va produciendo síntomas como fatiga, debilidad muscular, disfagia, disnea, espasmos musculares… Los primeros síntomas suelen aparecer entre los 20 y los 40 años. También la cirrosis hepática: es una degeneración del tejido hepático, muchas veces a consecuencia del consumo prolongado de bebidas alcohólicas. Mentales: consideramos enfermedades mentales a aquellas situaciones en que la conducta o la personalidad del individuo están afectadas patológicamente, viéndose alterados los procesos cognitivos o los afectivos. Patologías como fobias, manías, obsesiones, hipocondrías, pánico y estrés postraumático se consideran dentro de las llamadas neurosis, es decir, alteraciones del sistema nervioso con efectos sobre la conducta pero sin llegar a una verdadera alteración de la personalidad. Cuando hay un trastorno en la personalidad con alucinaciones, delirios y alteraciones afectivas y relacionales hablamos de psicosis, pudiendo éstas manifestarse como paranoias (el individuo cree en situaciones irreales a menudo con ilusión o manía persecutoria) maníaco-depresivos o trastorno bipolar (en los que el individuo oscila entre fases de euforia –incluso con alucinación- y fases depresivas) o esquizofrenia (perturbación del pensamiento y del sentido de realidad que produce una disociación entre la parte intelectual y la parte emocional de personalidad) Otras patologías, que afectan específicamente a las facultades intelectuales, son las llamadas demencias, como la demencia senil y también el mal de Alzheimer. También las oligofrenias podrían considerarse como enfermedades o patologías mentales. Genéticas: se deben a alteraciones en los genes (mutaciones) o en las dotaciones cromosómicas que causan inevitablemente una enfermedad en el individuo que las hereda y desde que nace. No nos referiremos aquí a las predisposiciones hereditarias a desarrollar determinadas enfermedades. Como ejemplos mencionaremos la hemofilia (incapacidad de coagulación sanguínea), la talasemia o anemia falciforme, que afecta especialmente y de forma endémica a determinadas poblaciones sobre todo en el Mediterráneo. También podemos mencionar el síndrome de Down debido a una trisomía en el par 21 de cromosomas. Autoinmunes: por actuación del sistema inmune contra tejidos propios. Hay enfermedades degenerativas que se pueden considerar como autoinmunes, como la esclerosis múltiple. También en muchos casos de diabetes, existe una destrucción parcial del páncreas que podría estar producida por una reacción inmune anómala. Especialmente conocido es el Lupus, con una acción autoinmune más indiscriminada sobre la piel, los músculos y las articulaciones.