Tema 3. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: AL ANDALUS CRONOLOGÍA Conquista. Valiato y Emirato Independiente Periodo de hegemonía S. VIII y máxima expansión de S. IX EMIRATO INDEPENDIENTE Al Andalus S. X CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031) S. XI Primeros Reinos de Taifas e Imperio almorávide S. XII Segundos Reinos de Taifas e Imperio almohade Periodo de hegemonía S. XIII Imperio almohade y Terceros Reinos de Taifas cristiana. S. XIV y XV Reino nazarita de Granada 3.1. La evolución política: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba La conquista (711-714) - Los musulmanes entran en la Península respondiendo a la petición de ayuda de uno de los bandos nobiliarios visigodos (los hijos de Witiza) contrario al rey Don Rodrigo. Un ejército bereber al mando de Táriq derrota a don Rodrigo en la batalla de Guadalete y avanza hacia Toledo. Otro ejército, el de Muza, formado por árabes se suma a los conquistadores. - La conquista fue rápida y fácil por la escasa resistencia. Gran parte de la nobleza visigoda pacta con los invasores y el resto de la población se muestra indiferente o los apoya –como hicieron los judíos-.. - Los conquistadores se repartieron las tierras expropiadas a la Iglesia y a los nobles visigodos que habían ofrecido resistencia. En los repartos se beneficia a los clanes árabes. Valiato o Emirato Dependiente (715-756) Terminada la conquista crearon un valiato o provincia, a la que denominaron Al Andalus, dependiente del Califato Omeya de Damasco. La provincia estaba dirigida por un walí (gobernador). - Algunos valíes intentaron penetrar en Francia pero Carlos Martel, rey de los francos, los derrota en Poitiers. El nuevo estado se limitó a la Península Ibérica –a excepción de las montañas del norte- . También realizaron razzias (incursiones en busca de botín) en los territorios del norte y, en una de ellas, fueron derrotados en Covadonga (Asturias) - Pronto surgieron las luchas internas (la diversidad étnica y religiosa y la desigualdad entre grupos fomenta el separatismo del poder central) y los valíes acudieron a la ayuda de mercenarios sirios para hacerles frente. - Los problemas internos facilitan la creación de un reino cristiano en Asturias. Emirato Independiente (756-929) En el 750, una revolución sustituye a la dinastía omeya de Damasco por la abbasíe de Bagdad. La nobleza omeya fue asesinada y Abd al Rahman I, el único superviviente a la matanza de su clan, huye a Al Andalus, se hace con el poder y se proclama emir. Al Andalus se convierte en el Emirato de Córdoba, estado políticamente independiente de los califas abasíes de Bagdad, pero respetando su autoridad religiosa. - Abd al Rahman I y II reforzaron el poder del estado y la autoridad del emir. Se creó una administración y un ejército de mercenarios traídos de lejos (eslavos en su mayoría). - Pero, cuando estos califas mueren, vuelven a resurgir los conflictos internos: independentismo de la nobleza sobre todo en las koras fronterizas (dirigidas por muladíes) y sublevaciones de mozárabes y bereberes. Muchos mozárabes huyen al norte cristiano donde repueblan las tierras del valle del Duero que han quedado vacías. - La principal sublevación fue la de Umar Ben Hafsún (882-928) que creó un reino independiente en la Serranía de Ronda. - Los reinos cristianos del norte aprovechan los conflictos en Al Andalus para extender y consolidar sus reinos. 2 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. Califato de Córdoba (929-1031) - Abd al Rahman III acaba con las sublevaciones internas imponiendo el control del poder central cordobés y frena a los cristianos a los que impone parias (tributos) a cambio de paz. Se proclama califa lo que significa la independencia total del Califato de Bagdad. Concentra todos los poderes (religioso, militar y político) y se apoya en la nobleza de servicio frente a la de sangre. Convierte a Al Andalus en un estado fuerte, que ejerce una hegemonía sobre toda la península y el norte de África donde se hace con el control de la salida de la ruta del oro del Sudán Los ingresos procedentes de las parias, del control de las rutas del oro, y de los impuestos permiten mantener un ejército poderoso, una administración eficaz y fomentar el desarrollo cultural y artístico de Córdoba (la ciudad más próspera de la Europa del momento). - Alhakam II convierte a Córdoba en el principal foco cultural de la época. - Hixem II deja el poder en manos de su primer ministro (hachib) Almanzor que impone una dictadura personal (dictadura amirí), apoyada en el ejército, y un integrismo religioso. La aparición del poder fatimí en el norte de África priva a Al Andalus del abastecimiento de oro, por lo que Almanzor deberá financiar los gastos del estado subiendo los impuestos ya que las constantes razzias contra los cristianos son insuficientes. A su muerte, el Califato se viene abajo. 3.2. La crisis del siglo XI. Reinos de Taifas e imperios norteafricanos Al morir Almanzor le suceden sus hijos pero estalla una guerra civil que acaba con la dictadura amirí. - En el 1031, desaparece el Califato y Al Andalus se divide los Primeros Reinos de Taifas. Se trata de más 20 reinos o taifas (“banderias”) en manos de familias de distintos grupos étnicos (árabes, muladíes, bereberes y eslavos). Estos reinos mantienen un alto nivel cultural y científico, imitando a la Córdoba de Alhakam, pero a consta de una gran debilidad militar y política. En un primer momento pagaron a los reinos cristianos fuertes tributos en oro (las parias) a cambio de su independencia pero, al estar enfrentados entre sí, no pudieron hacer frente a la ofensiva cristiana que se mantuvo. - La conquista de Toledo por Alfonso VI (1085) llevó al rey taifa de Sevilla a pedir ayuda a los almorávides, bereberes integristas que acababan de crear un imperio en el norte de África. Incorporaron Al Andalus a su imperio pero su integrismo religioso y su incapacidad para detener el avance cristiano por el valle del Ebro y Tajo provocó gran descontento y sublevaciones. - El imperio almorávide se desmoronó desde el 1140 por el ataque de los almohades en el norte de África, y en Al Andalus, surgieron los Segundos Reinos de Taifas que, ante el avance cristiano, volvieron a pedir ayuda a los almohades que habían constituido en el norte de África un nuevo imperio. - Los almohades volvieron a unificar Al Andalus y consiguieron éxitos frente a los cristianos pero éstos terminaron uniéndose y derrotándoles en las Navas de Tolosa (1212). - Al hundirse el imperio almohade surgen los Terceros Reinos de Taifas que no pudieron resistir el incontenible avance cristiano. Sólo sobrevivió el reino nazarita de Granada que se mantendría en la Andalucía Penibética (Granada, Málaga y Almería) durante dos siglos siendo tributario del reino de Castilla. 3 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. 3.3. La organización económica y social de Al Andalus La economía de Al Andalus es comercial, monetaria y diversificada. La incorporación de Al Andalus a las grandes rutas de comercio mundiales –controlados por el Islam- favoreció un gran desarrollo económico. - La agricultura es la principal fuente de riqueza. Predominan los cultivos de secano (olivo, trigo y vid) pero destacan los grandes avances en la agricultura de regadío gracias a los nuevos cultivos (arroz, caña de azúcar, algodón, azafrán, cítricos,..) y nuevas técnicas (noria y qanat) traídas de Oriente. - La ganadería ovina, en manos de los bereberes, adquiere gran importancia (se inicia la transhumancia) y también la caballar. - La artesanía es variada y de calidad (textiles, armas, cerámica, vidrio, cuero, etc.) - Gran desarrollo del comercio interior (zoco con alhóndigas y bazares) y exterior (puertos y caravanas). La sociedad está muy diversificada desde el punto de vista étnico- religioso y según la riqueza. - Los conquistadores son: árabes (minoría dirigente que acapara las mejores tierras y los cargos administrativos), bereberes (ganaderos o soldados), sirios y eslavos (llegan en épocas posteriores a la conquista como mercenarios o funcionarios). - Los conquistados: muladíes (cristianos convertidos al Islam), mozárabes (cristianos con lengua y costumbres propias que, terminan –en su gran mayoría- emigrando a los reinos cristianos) y judíos (dedicados a diversas actividades destacando el comercio y el préstamo). Según la riqueza se distinguen tres clases: jassa o aristocracia (de origen árabe o muladí), al- Ayan o clase media urbana (funcionarios, comerciantes, juristas, etc.) y umma o masa popular (la mayoría son campesinos y artesanos muladíes o mozárabes). Las ciudades adquirieron gran importancia en Al Andalus. Están formadas por varias partes: la medina (con el alcázar, la aljama y el zoco) y los arrabales. Tienen un plano desordenado con calles laberínticas y ausencia de plazas públicas. 3.4. El legado cultural Al Andalus participó del desarrollo cultural y científico del mundo islámico que recogió la herencia de las culturas: clásica–a través del Imperio bizantino-, persa e india gracias a la recopilación de textos literarios, filosóficos y científicos que hicieron los estudiosos islámicos. - Las principales figuras intelectuales son los filósofos y científicos: Averroes, conocido ante todo por sus comentarios a la obra de Aristóteles, y el judío Maimónides. Los dos contribuyeron a que la obra aristotélica llegara a la cultura de Europa Occidental. También destacaron en otros campos científicos. Fueron perseguidos por los intransigentes almohades y terminaron su vida en el exilio. - La creación literaria alcanzó un gran desarrollo, sobre todo en el transcurso del siglo X, tanto en verso como en prosa. Ibn Hazem (994-1063) es uno de los poetas más conocidos de Al Andalus, especialmente por su obra El collar de la paloma, un tratado sobre el amor. Ibn Jaldun (1332-1406) fue un importante historiador, siendo especialmente conocida su Introducción a la Historia Universal. - La cultura andalusí destacó sobre todo en el terreno científico, contrastando con la pobreza científica del mundo cristiano en aquellas fechas. Un ejemplo, Al-Ándalus fue la vía a través de la cual se difundió hacia el resto de la cristiandad europea el sistema de numeración de origen indio que terminó sustituyendo a la numeración romana. En el ámbito de las disciplinas científicas sobresalieron las matemáticas y la medicina, donde alcanzó gran fama Abulcasis (936-1013), autor de una excepcional enciclopedia médica y quirúrgica que posteriormente sería traducida al latín. Al Andalus sirvió de puente para que la cultura oriental –que había conservado el legado del mundo clásico- entrase en Europa En el terreno artístico destaca la arquitectura religiosa, palaciega y militar. Obras principales: mezquita de Córdoba, Alfajería de Zaragoza, Giralda de Sevilla y Alhambra de Granada. El arte islámico destaca por su riqueza decorativa. 4 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. Tema 3. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: AL ANDALUS En el S. VII ha surgido en la península de Arabia una nueva civilización, el Islam, basada en la religión que predicó Mahoma desde el 622 (hégira). Los árabes musulmanes, alentados por la idea de “guerra santa” iniciaron una rápida expansión por el Oriente Medio y el norte de África. A comienzos del S. VIII conquistan la Península Ibérica. Como consecuencia de ello, durante los siglos medievales la península se dividirá en dos zonas con distinta civilización –aunque con influencias mutuas-: hasta el S. XI la hegemonía corresponde a Al-Andalus y desde el S. XI pasa a los cristianos. 3.1. EVOLUCIÓN POLÍTICA: CONQUISTA, EMIRATO Y EL CALIFATO DE CÓRDOBA. a) La conquista musulmana Los musulmanes entraron en la Península Ibérica en el 711 aprovechándose de los problemas internos del estado visigodo envuelto en una más de las constantes luchas entre bandos nobiliarios. En este momento, el rey don Rodrigo que había sido elegido por los nobles y clérigos, estaba enfrentado a los partidarios de Agila, el hijo del antiguo rey Witiza. El bando de los witizanos pidió ayuda a los musulmanes del norte de África1. En la conquista intervienen dos ejércitos: - - En el año 711, el de Táriq2, lugarteniente del gobernador del Norte de África, Musa ibn Nusayr, estaba formado por bereberes. Derrotaron en la batalla de Guadalete (711) al último rey visigodo, Don Rodrigo, que perdió la vida en el combate. Animados por este éxito, los invasores decidieron seguir el avance por tierras hispánicas, llegando rápidamente hasta Toledo. En el 712 desembarcó el ejército de Musa, formado por árabes yemeníes y qaysíes. Los dos ejércitos se encontraron en el centro de la península y completaron la conquista en apenas tres años, con sólo 30.000 soldados, y sin encontrar apenas resistencia. La conquista se realizó más por capitulación o pacto que por victoria militar. Los conquistadores se limitaron a ocupar puntos estratégicos desde donde controlar el territorio. Sólo las regiones montañosas de las zonas cantábrica y pirenaica escaparon a su control. La rapidez y facilidad de la conquista musulmana se explica por varios factores: - La debilidad del Estado visigodo (luchas nobiliarias). - La poca resistencia de la aristocracia visigoda que, mayoritariamente, pacta con los invasores (caso de Teodomiro en Murcia) firmando capitulaciones o acuerdos que les garantizan el mantenimiento de sus propiedades y costumbres. La violencia fue más la excepción que la regla. - La tolerancia religiosa y social practicada por los conquistadores que sólo exigieron el pago de tributos a los pueblos sometidos. - La indiferencia o la simpatía de las clases inferiores. El apoyo de los judíos –una minoría muy discriminada en la época visigoda-. Terminada la conquista, el territorio fue dividido en koras (provincias), se impusieron tributos a la población y se procedió a un reparto de tierras entre los conquistadores. Las tierras –expropiadas a la Iglesia y a 1 El conde Don Julián, gobernador de Ceuta, pactó con el walí (gobernador) del norte de África, Musa, la invasión de la península. Una leyenda dice que se vengó de don Rodrigo porque éste había deshonrado a su hija Florinda La Cava. 2 Táriq: general bereber al servicio del árabe Muza. El nombre de Gibraltar –lugar donde desembarcó- significa la roca de Táriq (Yabal Táriq). 5 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. los nobles visigodos que ofrecieron resistencia- fueron repartidas de forma injusta. Los mejores tierras de regadío del Ebro y Guadalquivir fueron para los árabes y las pobres y montañosas para los bereberes. La primera mitad del S. VIII fue un oscuro periodo de luchas internas, algo que se convertirá en habitual en la historia de Al Andalus debido a la complejidad étnica-religiosa de este estado y a los intereses tribales. - Los clanes o tribus árabes (qaysís, kalbíes) mantuvieron durante largo tiempo fuertes enemistades que se aparecieron ya desde el reparto de las tierras. - Los bereberes, tribus del norte de África recientemente islamizadas, protagonizaron sublevaciones por su resistencia a someterse al poder central y por su descontento con el reparto de tierras. b) Emirato Dependiente de Damasco (714-756) Tras la conquista, la mayor parte de la Península Ibérica se convirtió en una nueva provincia del imperio islámico (Califato Omeya de Damasco). Recibió el nombre de Al Andalus. Al frente del territorio se colocó a un walí que actuaba como delegado del Califa musulmán, por entonces perteneciente a la familia Omeya de Damasco. Los primeros walíes o gobernadores: - Estabilizaron las fronteras con el mundo cristiano. - Hicieron frente a los conflictos surgidos entre los grupos tribales conquistadores con la ayuda de los soldados sirios. - Realizaron algunas incursiones o razzias por el norte de la península y, en una de ellas, pero fueron derrotados por los astures en Covadonga (722). - Penetraron en territorio franco pero sufrieron un duro golpe ante el ejército de los francos, dirigido por Carlos Martel, en Poiters (732). Esta batalla supuso el fin de la expansión árabe musulmana en Europa. En el 750 su poder está consolidado. Sin embargo, los conflictos internos permitieron la formación de un reino cristiano en Asturias. c) Emirato Independiente de Bagdad (756-929) A mediados del S. VIII, la familia de los omeyas fue víctima de una revolución encabezada por la familia abasí que se apoderó del poder en el Califato y trasladó la capital a Bagdad. Todos los miembros de la familia omeya fueron asesinados, excepto Abd al Rahman I, que logró escapar y se refugió en Al Andalus donde, contando con muchos apoyos, se hizo con el poder y se proclamó emir (autoridad política y militar). Así se inicia el periodo conocido como Emirato Independiente, debido a que se acabó con la dependencia política de los califas abasíes de Bagdad pero se siguió reconociendo al Califa abasí como líder espiritual del mundo islámico. En este periodo, Al Andalus se fue afianzando como estado centralizado –con capital en Córdoba- con los emires, Abd al Rahman I y II. Éstos desarrollaron la administración y crearon un ejército profesional de mercenarios, generalmente traídos de lejos, de origen eslavo. Conseguían prestigio y recursos económicos con campañas de saqueo sobre las tierras cristianas del norte (aceifas). Al Andalus vivió momentos de esplendor económico y cultural a la vez que aumentaba la islamización de la población. A partir de 876, tras la muerte de estos emires, resurgen los conflictos internos que provocan una crisis de poder en el Emirato: - Independentismo de la nobleza muladí que gobierna las marcas o provincias fronterizas (ej. Los Banu Casi de Zaragoza. Revueltas de los bereberes y de los mozárabes de Toledo y Córdoba (éstas últimas muy radicales). Muchos mozárabes huyen al norte cristiano donde repueblan las tierras del valle del Duero que han quedado vacías. La principal sublevación fue la de Umar Ben Hafsún (882-928) en la Serranía de Ronda, que unió a muladíes, mozárabes y bereberes, resistiendo durante 40 años en la fortaleza inexpugnable de Bobastro y llegando a controlar en su momento de apogeo las provincias de Granada y Málaga. Los reinos cristianos, aprovechando los conflictos internos de Al Andalus, se fortalecen en el Norte: el reino astur-leonés durante el reinado de Alfonso III, llega hasta el Duero; surgen pequeños reinos pirenaicos, que inician una pequeña expansión hacia el sur, mientras que los francos dominan parte de Cataluña (Marca Hispánica). 6 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. d) Califato de Córdoba (929-1031). Es la época de mayor esplendor de Al Andalus. Abderramán III heredó el trono en 912. En los primeros años de su reinado sofocó las sublevaciones internas restaurando la unidad del Estado y contuvo las incursiones cristianas. Gracias a sus victorias, Abderramán III aumentó su autoridad y se atrevió a proclamarse califa (poder político y el religioso) o “Príncipe de los creyentes”. El califa residió en Córdoba hasta que ordenó construir, al oeste de la capital, la ciudad palacio de Madinat al-Zahara, convertida en residencia califal y sede del poder político de Al Andalus. Con este califa se inició una época de esplendor gracias al aumento de los ingresos del Estado mediante la recaudación de tributos a los súbditos, el cobro de parias a los cristianos que se convirtieron en vasallos de Califato a cambio de no sufrir las temibles aceifas y el control de la salida de la ruta del oro del Sudán en el norte. Esto le permitió: - Fortalecer el poder del Estado gracias a una eficaz administración central (dirigida por el hachib y los visires) y provincial (coras y marcas, dirigida por los walíes) y favoreciendo a la nobleza de servicio –más fiel al poder central- frente a la nobleza de sangre. - Mantener un ejército fiel de mercenarios de mayoría bereber o eslava que protege las fronteras, realiza operaciones de saqueo y mantiene el orden interno. - Estimular el desarrollo urbano y comercial gracias a la abundancia de metal monetario. - Promover un renacimiento cultural y artístico de Córdoba. Alhakem II, sin perder poder político, convierte a Córdoba en el principal centro cultural del mundo árabe y de la Europa del momento. Hishem II, tuvo un poder simbólico ya que, aprovechando su minoría de edad, el poder real pasó a manos de su primer ministro o hachib Almanzor (El Victorioso). Almanzor impuso una dictadura militar (dictadura amirí) y un integrismo religioso. Su poder se basó en el ejército, integrado sobretodo por soldados bereberes, con el que organizó terroríficas campañas de castigo o razzias (aceifas) contra los reinos cristianos del norte. En este periodo, Al Andalus pierde el control de la ruta del oro –debido a la presencia del poder fatimí en el norte de África- lo que produce una decadencia económica al impedir el abastecimiento de oro. Almanzor obtuvo un importante botín de los cristianos pero insuficiente para financiar los gastos militares por lo que tuvo que aumentar la presión fiscal. Esto unido al integrismo impuesto por los alfaquíes malekis provocó un fuerte descontento social. El final del Califato. A la muerte de Almanzor (1002) el Califato entró en un periodo de decadencia que llevó a su desaparición. En el año 1009, estalló una guerra civil cuando uno de los hijos de Almanzor pretendió ser nombrado sucesor del califa. Los amiríes (familiares de Almanzor) serían asesinados. El Califato siguió existiendo oficialmente hasta el 1031 cuando una asamblea de notables decretó su fin. 7 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. 3.2. La crisis del siglo XI. Reinos de Taifas e imperios norteafricanos A la muerte de Almanzor (1002) el Califato entró en un periodo de decadencia iniciada con una guerra civil en la que se liquidó a los amiríes (familiares de Almanzor). a) Primeros Reinos de Taifas (1031-1090) En el año 1031, desaparece el Califato y Al Andalus se divide en más de 20 reinos o taifas (“banderias” o facciones) en manos de familias de distintos grupos étnicos (árabes, muladíes, bereberes y eslavos). Las taifas más importantes fueron las fronterizas (Badajoz, Toledo, Zaragoza), las levantinas (Valencia, Denia y Murcia) y la de Sevilla, ciudad que sustituyó a Córdoba en importancia. Los primeros Reinos de Taifas mantuvieron un gran esplendor cultural, científico y artístico (poetas y monumentos como La Alfajería de Zaragoza) tratando de emular a la Córdoba de Alhakem (la pérdida de poder de los alfaquíes3 permitió una mayor libertad) pero a consta de una gran debilidad militar y política. Los Reinos de Taifas, enfrentados constantemente entre sí, no pudieron hacer frente a la ofensiva cristiana. Tuvieron que pagar fuertes tributos en oro (las parias) a los cristianos para poder mantener su independencia, lo que provocó una decadencia económica y una subida de impuestos. Pero la ofensiva cristiana no se detuvo. La conquista de Toledo (1085) por Alfonso VI fue un duro golpe para los musulmanes que vieron en peligro la supervivencia de sus reinos. Los reyezuelos taifas pidieron ayuda a los almorávides del norte de África. b) Imperio almorávide (1090-1145) Los almorávides son una secta de monjes de soldados bereberes, seguidores de la doctrina integrista del alfaquí Ibn Yasin, que propugna una estricta interpretación del Corán y la guerra santa. Acaban de crear un imperio en el norte de África con capital en Marrakech. Ante la llamada del rey taifa de Sevilla, acudieron a la península y derrotaron a Alfonso VI en Sagrajas (Badajoz) en 1086. Regresan al norte de África pero vuelven poco después para incorporar los reinos de Taifas a su imperio. Los almorávides no consiguieron detener el avance cristiano por el valle del Ebro y Tajo. Su integrismo religioso limitó la libertad de expresión, siendo perseguidos tanto mozárabes como musulmanes, y frenó el desarrollo. Esto provocó un fuerte descontento popular y de las aristocracias locales que dio lugar a una sublevación contra el poder almorávide. La sublevación coincidió con el ataque almohade en el norte de África que llevaría a la caída del imperio almorávide en el 1140. 3 Alfaquíes: sabio o doctores en legislación islámica. 8 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. c) Los segundos reinos de Taifas y el Imperio almohade (11451212) Al desmoronarse el imperio almorávide en el norte de África por el ataque de los almohades, en Al Andalus surgieron los segundos Reinos de Taifas. Los almohades habían constituido en el norte de África un nuevo imperio. Eran también ortodoxos e intransigentes y propugnaban la guerra santa contra los cristianos. Llegaron a la península en el 1147, volvieron a unificar Al Andalus e hicieron frente a los cristianos logrando algunos éxitos notables como el obtenido en Alarcos (1195) contra Alfonso VIII de Castilla. El peligro almohade llevó al rey castellano Alfonso VIII a proponer una cruzada que unió todos reyes cristianos. La batalla de las Navas de Tolosa (1212) fue una derrota aplastante que puso fin del poder almohade, que también fue atacado en el norte de África por los benimerines El imperio almohade, al igual que el almorávide, trajo una recuperación económica ya que facilitaron el comercio entre las dos orillas del Mediterráneo; pero la cultura decayó por la falta de libertad. Los mozárabes y judíos vuelven a ser perseguidos por lo que muchos emigraron a Toledo. El arte se volvió más pobre y austero. Sevilla fue la capital de los almohades, centro del comercio entre Europa y África, donde construyeron la gran mezquita de Se villa, que sería derribada por los cristianos en el S. XIV para construir la catedral gótica, pero se conserva el alminar, La Giralda, hoy campanario de la catedral. También construyeron la Torre del Oro hacia 120, torre albarrana de la muralla. d) Los Terceros Reinos de Taifas (1212-1266) Al hundirse el imperio almohade surgen los terceros Reinos de Taifas que no pudieron resistir el incontenible avance cristiano que redujo Al Andalus al reino nazarita de Granada, cuyo territorio comprendía la Andalucía Penibética (Málaga, Granada y Almería). Fue un reino de gran prosperidad económica (seda y caña de azúcar) y alto nivel intelectual y artístico pero vasallo del reino de Castilla al que debía pagar cuantiosos tributos (parias). La crisis económica que afectó a los reinos cristianos en el S. XIV paralizó la Reconquista desde 1266 hasta 1484. La última invasión norteafricana, de menor importancia que las anteriores, fue la de los benimerines (bereberes como los anteriores). Llegaron a entrar en la Península pero los cristianos les derrotaron en la Batalla del río Salado (1340) cerca de Tarifa (Cádiz). Este éxito permitió al reino de Castilla el control del Estrecho de Gibraltar. 3.3. La organización económica y social La incorporación de la Península al imperio islámico supuso un cambio radical desde el punto de vista económico y social. a) Economía Al Andalus conoció una gran prosperidad económica, si lo comparamos con la Europa feudal. La autosuficiencia de la época visigoda va dejando paso a una economía comercial y monetaria, destinada al abastecimiento urbano. El impulso vino dado por el Estado –demanda de funcionarios y soldados- y por la incorporación de Al Andalus a las grandes rutas de comercio mundial controladas por el Islam. La economía era diversificada, aunque se siguió basando fundamentalmente en la agricultura. Agricultura. Los cultivos tradicionales de secano –trigo, olivo y vid- siguieron predominando, pero es de destacar el impulso dado a la agricultura de regadío en la que introducen importantes novedades: - Nuevas técnicas agrarias: la noria y el qanat (canalizaciones subterráneas) traídas de Oriente. - Desarrollo de técnicas de regadío, ya conocidas desde la época romana, como las acequias. - Nuevos cultivos de origen oriental: arroz, cítricos (limón y naranja), otros frutales (albaricoque, granada), caña de azúcar, azafrán, algodón, morera (gusano de seda), palmera datilera y algunas hortalizas 9 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. (berenjena, alcachofa, zanahoria). Gracias a ello, los cultivos hortofrutícolas e industriales (seda, esparto, algodón) adquieren un gran desarrollo. Las huertas de regadío estaban cerca de los núcleos urbanos desde los que se dirigían las labores agrarias. Su alta productividad permitió las altas densidades de población de áreas como el valle del Guadalquivir, Ebro, Murcia, Valencia o Granada. La noria –técnica de regadío que permite elevar el agua de los pozos- fue introducida por los árabes. Ganadería. Destacó la cría de ganado ovino destinada más a la producción alimenticia que lanera ya que el cordero era la carne más consumida. Los bereberes son los que inician en la península la transhumancia - práctica que va adquirir gran importancia en el futuro-. También fue importante la apicultura y cría de caballos. Artesanía. Alcanzó gran perfección destacando la producción textil, en la que destacaron los brocados cordobeses o los tejidos de Zaragoza; la cerámica, las armas, la fabricación de papel y de vidrio, y el trabajo de las pieles y los metales preciosos. La producción se hacía principalmente en pequeños talleres y parte de la producción se exportaba. Minería. Se revitalizó la explotación minera destacando la extracción de hierro, plomo, cobre, oro (obtenido del lavado de diversos cursos fluviales); además del mercurio de Almadén. Comercio. Se vio favorecido por la acuñación de dos tipos de monedas, el dinar de oro y el dirhem de plata; por una importante red de puertos (Tortosa, Valencia, Denia, Almería, Málaga, Sevilla) y por la densa red de calzadas heredada de tiempos romanos. El comercio interior se efectuaba en el zoco de las ciudades, donde ocupaban un puesto privilegiado los bazares, centros en los que se vendían productos de gran calidad. En los zocos también había alhóndigas, centros que servían para almacenar mercancías, así como para alojar a los comerciantes que venían de fuera. Al-Ándalus mantuvo también un intenso comercio exterior, tanto con los restantes países islámicos como con la Europa cristiana. Exportaba, ante todo, productos agrícolas (aceite, azúcar, higos, uvas), minerales y tejidos, e importaba especias y productos de lujo del Próximo Oriente; pieles, metales, armas y esclavos de la Europa cristiana; y oro y esclavos negros procedentes del territorio africano de Sudán. b) Sociedad Aunque la mayor parte de la población de Al-Andalus vivía en el medio rural, las ciudades tuvieron una gran importancia, algo que contrastaba fuertemente con el panorama de la España cristiana durante los siglos VIII al XI. Las ciudades tenían funciones político-administrativas, económicas y culturales. Las ciudades andalusíes se desarrollaron en su gran mayoría a partir de las existentes en los tiempos romano-visigodos. Pero los musulmanes también crearon ciudades nuevas, como Almería, Madrid o Calatayud. Córdoba, en la época califal, llegó a contar con más de 100.000 habitantes; Sevilla superaba los 50.000 y otras pasaban de los 15.000 (Toledo, Badajoz, Zaragoza,..). Estas cifras eran muy considerables comparadas con el mundo cristiano donde ninguna ciudad superaba los 5000 habitantes en el S. XI. Las ciudades tenían varías partes diferenciadas: - La Medina, o recinto central amurallado donde se encontraba la mezquita principal o aljama, el zoco o mercado y la fortaleza o alcazaba (alcázar) construida en un lugar elevado junto a la muralla. 10 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus. - Los arrabales o barrios periféricos como las juderías. Estaban delimitados por vallas y puertas. A extramuros estaban los cementerios, paseos públicos, jardines y lugares de oración. La sociedad de Al Andalus está muy diversificada desde el punto de vista étnico-religioso y económico. Los conquistadores son: árabes (minoría dirigente), bereberes (ganaderos o soldados), sirios y eslavos (llegan en épocas posteriores a la conquista como mercenarios o funcionarios). Los conquistados: muladíes (antiguos cristianos convertidos al Islam), mozárabes (cristianos con lengua y costumbres propias que, terminan –en su gran mayoría- emigrando a los reinos cristianos) y judíos (dedicados a diversas actividades destacando el comercio y el préstamo). El grupo más numeroso son los muladíes. Cristianos y judíos tenían sus propios barrios y autoridades pero debían pagar ciertos impuestos de los que estaban exentos lo musulmanes, no podían acceder a cargos de responsabilidad ni tener esclavos musulmanes. La pertenencia a un grupo étnica determinaba- en parte- la situación económica. Según la situación económica se distinguen: jassa (aristocracia) es el grupo superior, en su mayor parte integrados por familias de origen árabe, aunque también figuraban en ella algunos linajes de ascendencia visigoda (nobleza muladí). Este grupo social poseía grandes dominios territoriales y ocupaba los altos puestos en la administración. En el otro extremo de la sociedad se hallaba la amma (clases populares), formadas por artesanos modestos y campesinos. También existió lo que podríamos denominar una clase media, al- Ayan, formada esencialmente por los mercaderes. También había esclavos procedentes de Europa oriental y del centro de África. Hay que destacar, por último, la evidente situación de inferioridad que padecían las mujeres en con respecto a los hombres. 3.4. El legado cultural 3.5. La mezquita y el palacio en el arte hispano-musulmán. La arquitectura es el aspecto más destacado del arte islámico: mezquitas y palacios. El culto islámico no permitía la representación de imágenes humanas en las ceremonias religiosas lo que limitó el desarrollo de las artes plásticas. Por el contrario, las artes decorativas (cerámica, orfebrería, marfil...) se desarrollaron mucho. La arquitectura es de formas simples y materiales pobres pero de gran riqueza decorativa. Las paredes, techos, suelos y sobretodo las cúpulas se recubren con una rica ornamentación de motivos geométricos, epigráficos y vegetales. La obra religiosa más emblemática es la gran mezquita del Córdoba. Su construcción comenzó a mediados del siglo VIII, en tiempos del emir Abd-al-Rahman I, y más tarde sería objeto de sucesivas ampliaciones. Las partes más brillantes datan del siglo X, sobre todo de tiempos del califa al-Hakam II, en cuya época se construyó el espectacular mihrab, caracterizado por la riqueza de los materiales empleados (en particular, los mármoles), por la original solución constructiva de las originales bóvedas de nervios y, finalmente, por la impresionante fantasía decorativa que lo acompaña. Muy importante fue, asimismo, la impresionante ciudad-palacio de Madinat al-Zahra, edificada en tiempos de Abd-al-Rahman III. Para su construcción se trajeron materiales de diversos lugares, como el norte de África, de donde procedía el mármol. Madinat al-Zahra albergaba, en su parte superior, una serie de palacios; en la zona media, jardines y vergeles, y en la parte inferior, la mezquita mayor y las viviendas de los servidores de palacio. Desafortunadamente, durante la guerra civil que precedió a la desaparición del califato, Madinat al-Zahra fue destruida. También hay buenos ejemplos del arte musulmán fuera de Córdoba, como la mezquita toledana de Bib alMardom, posteriormente convertida en la iglesia del Cristo de la Luz o la mezquita de Sevilla de la que se conserva el Patio de los naranjos y La Giralda, el antiguo minarete convertido en campanario cristiano Ejemplos de la arquitectura civil con el Palacio de la Alfajería de Zaragoza, la Torre del Oro de Sevilla y, sobretodo, el palacio granadino de la Alhambra, la obra cumbre de los nazaríes. Es un recinto fortificado que reúne en un mismo conjunto, un palacio oficial con funciones administrativas, un palacio privado, la residencia del monarca y amplias zonas de ocio. La Alhambra sobresale por su fantasía ornamental así como la conjunción entre arquitectura y entorno natural. 11 3. La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus.