‘Los indignados’ no logran frenar el desahucio de una familia de Alcossebre LAURA PUIG La familia Ibáñez-Escoda de Alcossebre vivió uno de los peores días de su día, ya que finalmente una comisión judicial del Juzgado de Instrucción de Vinaròs procedió a la ejecución hipotecaria que pesaba sobre su vivienda, ubicada en la zona de Cap i Corb de esta localidad. Más de 130 personas pertenecientes a las Plataformas de Afectados por la Hipoteca de Valencia, Morvedre y Castellón, así como vecinos y familiares de los Ibáñez, intentaron frenar el desahucio. De hecho, unas 7 personas pasaron la noche junto a ellos para tratar de evitar que fueron sacados de su vivienda. “A primera hora de la mañana hemos visto como iban llegando furgones policiales y cuando hemos intentado avisar a los compañeros de que iban a cerrar los caminos de acceso a la finca, nos han obligado a salir de la casa, nos han dicho que sí o sí, teníamos que irnos”, explica Daniel Marty, de la PHA de Castellón. En este sentido, la Guardia Civil estableció un amplio dispositivo con “más de 70 agentes repartidos por los caminos, la casa y los diferentes furgones”, lamentaba Marty. El momento de mayor tensión se produjo con la llegada del coche que llevaba a los representantes de la comisión judicial, fue entonces cuando miembros del colectivo de ‘indignados’ increparon a los funcionarios y a los agentes de la Guardia Civil, que no dejaron acceder a la finca al colectivo, aunque si a varios representantes de ellos, que querían dialogar con la comisión judicial para manifestarles su más enérgica repulsa a este desahucio, puesto que consideran que “hay razones humanitarias y legales. Hay una mujer de 87 años, que sufre de artrosis y que ha tenido una crisis de ansiedad y pretenden hacerle abandonar la casa”, criticaba José Luis González de la PAH de Valencia. Teresa Escoda, madre de Israel Ibáñez, titular de la hipoteca, tras desalojar algunas de sus pertenencias, pedía un “poco de justicia y de humanidad, mi suegra está inmovilizada en casa, ha tenido que venir la SAMUR y sólo pedimos 15 días para que nos dejen trasladarla en condiciones”. Así, tras varias gestiones por parte del secretario del juzgado, según ha explicado Ramón Ibáñez, padre de Israel, “la jueza nos ha dicho que eso no es competencia de ellos y que debía preguntarlo a Caja Madrid, que es quién se queda la casa, y obviamente no nos han dado esos 15 días”. Y es que para Ramón, “la justicia queda claro que está en manos de los bancos y me atrevo incluso a hablar de prevaricación”. Se da la circunstancia que este caso está inmerso en una auténtica batalla judicial puesto que, según afirma Teresa Escoda, “nos han estafado”, ya que, Caja Madrid, entidad con la que firmaron la hipoteca, “en ningún momento nos dijo que la hipoteca era a dos años, ya que nosotros la habíamos pedido de 20, como es lógico en cualquier familia trabajadora”. De hecho los afectados han denunciado penalmente a la entidad, por lo que ellos consideran una “estafa” y por eso Teresa solicita que “se suspenda cautelarmente el desahucio ya que primero deberemos saber si nos han estafado o no”. De momento, y tras el desahucio la familia Ibáñez asegura que “no tenemos dónde ir y haremos caso de la buena voluntad de nuestros amigos”. De hecho, Ramón Ibáñez confirmaba a Mediterráneo que “mi madre la hemos tenido que trasladar a casa de unos amigos y nosotros ya veremos”. MÁS EN EL PARTENÓN.