sobre la renta es la ... facilidad con que el impuesto sobre la renta

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Año: 2, Abril 1960 No. 10
N. D.: El impuesto sobre la renta no es nada nuevo. Con otros
nombres y modalidades existió desde el tiempo de Rehoboam (hija
de Salomón. Viejo Testamento I Reyes, Cap. 12).Las graduaciones
progresivas son recientes únicamente para las últimas dos o tres
generaciones. Generaciones anteriores habían logrado después de
grandes luchas contra el poder arbitrario, quitarle la facultad al
estado de establecer leyes que no fueran Democráticas en el
original y buen sentido de la palabras. Muchas vidas fueran dada
en aras de principios tales como el de igualdad ante la ley. Un
impuesto PROPORCIONAL sobre la renta puede ser justificado
ampliamente por razones fiscales económicas y morales, pero la
progresividad de las tasas es de dudosa justificación fiscal
económica o moral. Nosotros los Guatemaltecos estamos
acostumbrados a copiar, y a justificar medidas de dos maneras
entre otras: porque otros países lo hacen. HA DE ESTAR bien
hecho y también porque lo considero justo a secas. La primera
pretención de justificarlo es pueril pues no justifica nada; la
segunda es generalmente un auto-nombrado árbitro de la justicia,
que, en vez de basarse en algún principio de derecho o justicia,
supone que porque lo cree él, así es. La progresividad de la tabla
tiene objeciones presentadas por estadistas y economistas serios,
que ponen en evidencia la hoy común falacia de atribuirle
únicamente ventajas de orden fiscal, económico y social a tal
medida. Hoy día, en 1960, cuando se tiene reciente experiencia da
la aplicación de la tasa progresiva en vez de proporcional (en una
igual relación directa a las entradas personales i.e. solamente un
porcentaje igual para todos), y cuando se está poniendo más y más
en duda su conveniencia, es una imprudencia no considerar los
argumentos de aquellos que han concluido que tal medida conduce
a redistribuir pobreza en vez de redistribuir riqueza; y por tanto,
está en contra de los mejores intereses de todos los ciudadanos,
principalmente contra aquellos a quienes por su pobreza no les será
aplicable directamente el impuesto, pero si sufrirán las
consecuencias. A continuación presentamos la traducción de un
corto editorial de Newsweek. 5 de Abril de 1954. donde se
presentan los puntos de vista del prestigiado economista Henry
Hazlitt.
UN IMPUESTO QUE
CASTIGA EL PROGRESO
Por : HENRY HAZLITT.
EI presente movimiento para elevar el
número de exenciones al impuesto sobre la
renta y así permitir que millones de votantes
eludan su obligación de pagar impuestos
sobre la renta es la última ilustración de la
facilidad con que el impuesto sobre la renta
progresivo, puede convertirse en un arma
demagógica y en una pelota política.
A la luz de la historia ideológica de este
impuesto, esta nueva tendencia no nos
debería sorprender mucho. En el Manifiesto
Comunista de 1848. un impuesto alto y
progresivo o gradual sobre los ingresos está
en segundo lugar del programa de diez
puntos que Marx y Engels demandaban para
sí lograr incursión despótica entre los
derechos de propiedad y como inevitable
como medio de revolucionar completamente
las modalidades de producción. En el curso
del tiempo, los economistas burgueses cada
día en mayor número. han llegado a
recomendar tal impuesto. Pero los excesos a
que se ha llevado (y que hubiesen deleitado
a Marx) han comenzado a producir en
aquellos economistas que tienen el valor de
decirlo, revulsión en su sentir y
pensamiento.
Hace unos años, como por ejemplo, Harley
L. Lutz de la Universidad de Princeton,
argumentando a favor de un impuesto sobre
la renta proporcional, sostenida que basado
en la prevaleciente teoría de la habilidad
para pagar, no existía limite lógico al
principio de progresividad que no fuese la
completa nivelación de rentas mediante la
confiscación de todas las rentas en exceso de
la menor recibida por el más pobre. Y más
reciente dos abogados de la Universidad de
Chicago. Walter J. Blum y Harry Kalven, Jr.
(en The Uneasy Case for Progressive
Taxation. University of Chicago Press) y el
economista F. A. Hayek 1 , han sometido el
principio del impuesto progresivo sobre la
renta a una crítica a fondo.
Tratemos de sentar
principales objeciones:
algunas
de
las
1.Descansa en un principio moral dudoso, es
un abuso de la democracia y una invasión a
los derechos de la minoría, el imponer a tal
minoría un impuesto más alto que el que
acepta para sí misma.
2.El requerimiento legal de salario a base de
tiempo y medio por horas extras está basado
en la presunción que son necesarios los
incentivos progresivos para lograr que las
personas trabajen más, y también en que
gratificaciones progresivas están justificadas
a medida que e! Trabajo aumente. Pero el
presente sistema de impuesto sobre la renta
está basado precisamente en el principio
opuesto. o sea disminución de remuneración
a cambio de mayor trabajo. Tomé como
ejemplo hipotético ilustrativo, un cirujano de
alta categoría quien promedia $ 500.00 por
operación y pueda efectuar 240 operaciones
pagadas al año. Esto elevaría su renta antes
de los impuestos a $ 120,000.00. Por la
primera operación en Enero él recibiría y
podría quedarse con $ 500.00. Entrando en
Febrero él estaría devengando neto (después
de impuestos) $ 310.00 por operación. Por
Junio él obtendrá (neto) únicamente $140.00
por operación. Ya entrado en Noviembre él
le estaría entregando al gobierno más de $
445.00 por cada $ 500.00, recibiendo para sí
únicamente $ 55.00. Bajo el presente
sistema de impuestos sobre la renta el
mismo principio se puede aplicar, quizá en
forma menos dramática, a la renta de todos
nosotros. Mientras más horas trabajamos.
menor es nuestra remuneración por hora.
1
[i] London School of Economics
3.Bajo este sistema las personas son
penalizadas a medida que se vuelven más
productivas, más y más cada vez.
Inevitablemente esto establece la tendencia
de matar los incentivos a la producción y
reduce la renta total y el nivel de vida
nacional.
4.El sistema progresivo de impuesto sobre la
renta RESTA precisamente de aquellos
fondos con mayor probabilidad de ser
destinados a nuevas inversiones, a instalar
nueva herramienta y equipo que aumentaría
la productividad del país y elevar el nivel de
vida de los propios trabajadores. Desacelera
el progreso económico.
5.Y por último, estas altas tarifas
confiscatorias ni siquiera aumentan las
entradas fiscales. Destruyen las fuentes de
entradas fiscales. La gran teoría ilusoria de
la edad presente es que a través de estos
impuestos confiscatorios nos ha sido posible
pasar la carga de un enorme programa de
gastos estatales cabalmente a los muy ricos.
Pero un análisis demuestra que únicamente
el 8% del impuesto sobre la renta personal
es pagado por aquellos que ganan más de $
100.000.00 al año, y nada más 16% por
aquellos que ganan más de $ 50.000.00 al
año. Viéndolo desde otro lado, el 74% del
total del impuesto sobre la renta es pagado
por aquellas personas ganando menos de $
25.000.00 al año, y el 59% pagado por
aquellas personas ganando menos de $
10,000.00 al año.
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