— 325 — indulto que promulgaron los españoles, los insurrectos depusieron las armas, pero no se perdonó á los Jefes de la insurrección, los cuales fueron ahorcados y atenaceados en la plaza del Cuzco el 19 de Julio de 1783, y se declaró que tenían que morir en aras de la razón de Estado, á pesar del indulto ofrecido solemnemente. En'aquella revolución se calcula que perecieron, unos en los campos de batalla, asesinados alevosamente otros y en los patíbulos decretados por uno y otro bando, sobre cien mil personas. Veamos ahora lo que ocurría en el Virreinato neo-granadino á consecuencia de la insurrección de los peruanos. A pesar de que la mayor parte de los historiadores han pensado que la insurrección de los indígenas peruanos no tuvo ninguna influencia en la de los comuneros en el Virreinato neo-granadino, esto es ciertamente una equivocación, como lo prueban los documentos ' importantes que han sacado á luz los laboriosos y malogrados Sres. José María Quijano Otero, Manuel Briceño y Alberto Urdaneta, quienes recopilaron los que hasta en los últimos años del siglo pasado habían permanecido ignorados y ocultos, unos en la Biblioteca Nacional y otros en manos de particulares. Además, los Sres. Eduardo Posada y Pedro María Ibañez publicaron otros documentos en la Biblioteca de Historia Nacional, tomo IV. El Visitador que mandó á esta parte de América el Gobierno de España, para que procurase reunir todos los fondos posibles para enviar á la Metrópoli, se llamaba Francisco Gutiérrez de Piñeres, y era hombre orgulloso