Nuestra lengua, el castellano o español, deriva del latín vulgar que se hablaba en el antiguo Imperio Romano, desde fines del siglo III antes de Cristo. Esta expresión latín vulgar, no indica vulgaridad, sino que era hablado por el vulgo o pueblo, es decir, por la masa de la población: obreros, magistrados, comerciantes, colonos, soldados, etc., y se diferencia del latín clásico o literario, que era la lengua escrita, cultivada por los escritores. Este latín vulgar, pues, estaba en boca de todos los romanos, y ellos lo implantaron en las tierras que abarcaba el extenso imperio. Había, pues, unidad política y unidad lingüística; un solo gobierno: el de Roma; una sola lengua, el latín vulgar. Así pues, mientras el Imperio Romano se mantuvo intacto y poder oso, a su unidad política correspondió la unidad lingüística. El latín vulgar era la única lengua que imperaba, pero en el siglo V de la E ra Cristiana, las tribus bárbaras de hombres del norte, que hasta ent onces habían ido penetrando pac íficamente, s e precipitan sobre el Imperio ya decadente, y lo invaden y quebrantan. Se rompe la unidad política, la barbarie y la incultura se enseñorean en las tierras conquistadas. Los caminos construidos por los romanos son abandonados y las provincias pierden el contacto entre sí. A eso se suman las diferencias entre los hombres que se derraman por el Imperio: francos, borgoñeses, alanos suevos, ostrogodos, visigodos, etc. Como la cultura de los conquistadores es inferior a la de los conquistados y sus lenguas son dive rsas, no logran, en general, imponer un idioma. No hay, pues, unidad lingüística, porque los nativos siguen hablando el lat ín vulgar en gran parte del Imperio; pero al ignorarse unos pueblos a otros, al no haber y a comunicaciones ni cont actos, las diferenc ias van haciéndose cada vez mayores y llega un momento que de una sola lengua madre, han nacido varias lenguas hermanas entre sí. Estas son las lenguas llamadas romances o neolatinas: el rumano, el italiano, el francés, el castellano, el portugués, el sardo (Cerdeña) y el catalán, que se habla en Cataluña, región de España. L E NG UA S R O MA NC ES O NE OL A T IN AS CASTELLANO FRANCÉS LENGUA MADRE: LATÍN VULGAR PORTUGUÉS RUMANO ITALIANO CATALÁN SARDO Hablando nos entendemos todos i bien la base de nuestra lengua es el latín vulgar, otras lenguas han contribuido también a aumentar su caudal de vocablos, en mayor o menor cantidad. Esto ha ocurrido en diferentes épocas: unas como el germano y el griego (en gran parte) entraron por la vía del latín y antes de la invasión de los bárbaros. Otras durante la evolución del latín. Español, como el árabe; otras, directamente al castellano ya más o menos fijado, como las lenguas indígenas o americanas. Y finalmente y con menor importancia, algunas lenguas tales como el francés, el italiano, el inglés, y otras aportaron vocablos. A manera de ejemplo damos algunos vocablos: S Prerrománico: páramo, vega, bahía, burro, manteca, labriego, izquierdo, pizarra, etc. Latín : pie, hierro, mancha, capital, hijo, madre, muerte, amor espejo, padre, amigo, hueso, agua, noche, cielo, luz, diente, oro, secreto, militar, puerta, oír, etc. Griego: gobernar, escuela, huérfano, yeso, guitarra, drama, mecánica, monarquía, etc. Germánico: yelmo, guante, robar, guiar, blanco, embajada, heraldo, feudo, etc. Árabe: atalayas, alcázares, alcalde, almacén, alfarero, albañil, álgebra, alcohol, etc. Aportes de otras lenguas modernas: Francés: jardín, cofre, sargento, jaula, hotel, restaurante, silueta, manjar, servilleta, pantalón, etc. Italiano: carroza, medalla, plano, escopeta, centinela, piloto, fragata, charlar, etc. Inglés: túnel, vagón, yate, turista, club, comité etc. Portugués: macho, arisco, gallina, chubasco, mermelada, caramelo, biombo, etc. Argentinismos: cancha homenajear, sesionar, achura, perrera, bagual, carnear, churrasco, mate, yuyo, tilingo, facón, gaucho, hacienda, etc. VARIED ADES LINGÜÍST ICAS Cuando conversamos, involuntariamente vamos dejando marcas, en el mensaje, que hablan de nosotros. Estas marcas se llaman lectos, y se clasifican en: Dialecto: indica el lugar de procedencia de los hablantes (diferencias geográficas). Cronolecto: permite deducir las edades, época en que viven los hablantes. Sociolecto: pone de manifiesto el sexo, el grado de escolarización de los hablantes, también nos permite deducir su profesión. El conjunto de lectos de una persona forma su idiolecto que es único. De acuerdo con estos conceptos podemos identificar los distintos niveles de lengua. DIALECTO Nivel general: todos los países de habla hispana. Nivel regional: diferencias entre distintos países. CRONOLECTO Nivel según la edad: (infantil, adolescente, adulto) SOCIOLECTO Nivel escolarizado: siguen las normas lingüísticas Nivel no escolarizado: con errores lingüísticos. Nivel profesional: lenguaje técnico de algunas actividades. Nivel lunfardo: jerga del mundo de la delincuencia. Nivel según el sexo: palabras propias de hombres y mujeres. REGISTRO: son los cambios en la situación comunicativa que imponen modificar la forma de hablarle a nuestro interlocutor, de acuerdo con esto tenemos: REGISTRO Formal- informal. Oral-escrito. El español es uno de los varios estados de transformación a que llegó el latín vulgar, hablado en algunas provincias del ex Imperio Romano.