entonces habían permanecido unidas en tetraspora se separan y caen por los movimientos de las valvas y también por los de los elaterios o seudoelaterios, cuya masa se esponja y se disgrega; queda entre las dos valvas la columela reducida a un tenue filamento negruzco y quebradizo (fig. 384 b). Mientras la zona meristemática inferior está en actividad, el crecimiento de la cápsula por abajo compensa la destrucción que se efectúa en la parte superior; pero llega un tiempo más o menos largo en el que la zona meristemática ya no produce nuevas células y la zona de dehiscencia va descendiendo hasta detenerse a uno o dos milímetros por encima del involucro. Fig. 387. —Cortes transversales del esporogonio de Anthoceros crispulus a diferentes alturas : A, por encima de la base del involucro; B, en la zona ya madura; C, en donde comienza la dehiscencia; a, columela; 6, arquésporo; o, pared del esporogonio; d, invòlucro. X 100. Las esporas en las especies indígenas son marcadamente tetraédricas, con una cara convexa que muestra papilas, aguijones o una red poco perceptible con aguijones o espinas en los ángulos de las mallas. En la madurez son amarillas o negras. Los seudoelaterios (en las especies indígenas no hay verdaderos elaterios), excepto en una especie, son cortos, irregulares, compuestos de 1 — 3 células poco alargadas y con un principio de ramificación. También son de color amarillo o negruzco, correspondiendo