Madinat al-Zahra. 1. La Historia de la ciudad. Madinat al-Zahra tuvo una vida relativamente breve, de apenas setenta y cinco años. El comienzo de las obras, encomendadas al arquitecto Muslama ben Abd Allah, puede situarse, según distintos autores árabes, en el año 936 ó 940 de la era cristiana, continuando durante los veinticinco años siguientes, coincidiendo con el final del reinado de Abd al-Rahman III (912-961). Éste encargó desde el principio el control de la construcción de la ciudad palatina a su hijo y sucesor, al-Hakam II (961-976), que realizó importantes reformas para engrandecerla. Pero su muerte significó el fin de su esplendor y el inicio de su decadencia, que se acentuó cuando el primer ministro y “dictador” Almanzor, usurpando las funciones califales, fundó en el año 983 Madinat al-Zahira, que se convirtió en la sede del poder político quedando relegada Madinat al-Zahra al papel de residencia del califa Hisham II (976-1013). La historia del complejo va unida a la del convulso final del Estado califal en la Península Ibérica con capital en nuestra ciudad. Entre los años 1010 y 1013, Madinat alZahra fue saqueada y destruida, aunque los principales materiales de construcción (plomo de las tuberías, planchas de cobre de las puertas, capiteles, fustes y basas, maderas, bronces, etc.) fueron saqueados para su posterior utilización en otros edificios por almorávides (1090-1148) y almohades (1148-1236). Vista aérea del conjunto. Página Situada a 8 Km. al oeste de Córdoba, en la ladera de la sierra, Madinat al-Zahra fue concebida, más que como residencia palaciega del califa, como la capital del Estado islámico centralizado desde el que se dirigía la vida política y administrativa del califato. Su construcción llevó aparejada, como correspondía a su importancia, la creación de una serie de estructuras (vías de acceso, 1 2. Estructura. canalizaciones para abastecimiento de agua, canteras que proporcionaban los materiales de construcción) que hicieron de ella una ciudad independiente con entidad propia. Madinat al Zahra adopta una forma rectangular de dimensiones notables (1518 m. de lado en sentido Este-Oeste; 745 m de norte a sur; 112 ha. de superficie intramuros). Las distintas edificaciones del complejo se disponen en terrazas superpuestas, Los dos sectores de la ciudad: el público y el privado. adaptándose al relieve del lugar de emplazamiento. Las dos primeras terrazas corresponden al palacio, que están elevadas con respecto a la terraza inferior donde se sitúa el caserío urbano y la mezquita aljama. Actualmente se ha excavado sólo un 10 % del total de la superficie intramuros de la ciudad, correspondiendo al núcleo central del alcázar, donde se pueden distinguir, desde un punto de vista organizativo y funcional, dos sectores que muestran la separación existente entre espacios residenciales y de gobierno: uno público u oficial, al este, al que corresponden los grandes salones de recepción, y, al oeste otro privado o residencial, ocupado por espacios de trabajo y viviendas de personajes vinculados a la corte. La citada distinción en dos sectores, público y privado, del alcázar nos servirá de guía en el comentario de los principales aspectos artísticos que nos ha legado Madinat al-Zahra dado el estado actual de las excavaciones. Página Comenzando por el sector este, lo primero que nos encontramos, al norte, es la puerta de acceso al alcázar. La puerta norte era el lugar de abastecimiento del alcázar tanto de materiales para la construcción del palacio como de materias primas para su población. A dicha puerta se llega por el Camino de los Nogales, cuyo punto final está flanqueado por una torre que cuenta con letrina y escalera de acceso al camino de ronda de la muralla. Actualmente, quedan pocos restos originales de la puerta norte, debido al expolio de material de los paramentos, quedando la caja de cimentación de sus muros perimetrales, que fueron elevados en su altura, quedando a nivel del suelo otros restos cuya función es difícil de establecer. 2 3. La puerta norte. Por su disposición, se trataría de una puerta de acceso en recodo, seguida de una estancia con puertas afrontadas, donde se situaría un pequeño cuerpo de guardia que controlaba el paso desde el interior y garantizaba una mayor seguridad en el acceso al alcázar en caso de peligro. Desde la puerta norte se inicia, hacia la izquierda, una rampa descendente de forma quebrada, que conecta con cuatro puertas – Casa del Ejército o Edificio Basilical Superior. identificadas por sus quicialeras y mochetes– y que nos lleva, a su vez, a la siguiente estructura destacable del sector público del alcázar: el edificio basilical superior. Página Este edificio sería el lugar de espera de las personas que iban a ser recibidas por el califa, en el cual estarían ubicadas, según algunos escritos de la época, las oficinas de dos importantes personajes: Ziyah ibn Affah, caballerizo mayor, y el general Galib. Por ello, la identificación más probable de este salón es la “Casa del ejército” (Dar alYund), construida hacia los años 955-960. De planta basilical, cuenta con cinco naves longitudinales tres centrales que constituyen el núcleo y dos más exteriores que las flanquean orientadas Norte-Sur y una transversal que ocupa todo el ancho de las anteriores, rematando cada extremo por una saleta. La nave axial cuenta con un triple arco de herradura y el resto con uno doble, arcos que constituyen las fachadas de acceso desde la nave transversal. La arquería se sustenta sobre capiteles de piedra caliza donde alternan los de talla simple, con fustes de mármol rojizo (procedente de Cabra) con los de avispero o trépano, de talla profunda, con fustes de color gris azulado (mármol procedente de la sierra de Córdoba). En cuanto a su decoración, destaca la ausencia de placas de piedra, el revestimiento de los paramentos con mortero de cal y arena pintado de almagra y blanco, colores utilizados además en las dovelas de los arcos, y la pretensión de simular la utilización de ladrillo mediante un enlucido en rojo aplicado sobre las dovelas de piedra. A los pies del edificio se sitúa una amplia plaza, de la que no se preserva el pavimento original, pero sí unos restos de sillares en el centro del lado norte en el lugar donde se situaría un abrevadero para los caballos. En el costado occidental de la plaza se sitúa el acceso a las caballerizas, dispuestas en el espacio de forma alargada comprendido entre los sectores oficial y 3 4. La casa del Ejército (Edificio basilical superior). privado del palacio, dividido longitudinalmente en dos espacios por una galería de pilares, situándose los caballos en el lado oriental, con espacio máximo para veinticinco animales. 5. Gran Pórtico Oriental. Más allá del salón basilical y las estructuras próximas, hacia el Este parte una calle en rampa quebrada de dos tramos separados por puertas, con poyetes a ambos lados, puertas de las que se conservan jambas y quicialeras. En un principio, fue construido el pórtico como una batería de quince arcos – catorce escarzanos y el central de herradura– erigidos sobre pilares y alineados en dirección norte-sur a partir del amurallado norte, que ocupó el frente oriental de la citada terraza. La arquería fue decorada con sencillez: un enlucido blanco y la presencia alternada de dovelas de ladrillo y piedra. Delante de ella hay un amplio espacio, que sería utilizado como “Plaza de armas” en la que se efectuarían paradas militares presididas por el califa, con El Pórtico Oriental. una serie de habitaciones sitas al norte y al sur. La galería porticada sostuvo una terraza, de la que no quedan restos, pavimentada con mortero de cal pintado a la almagra. En su centro, sobre el arco axial, habría un pequeño templete, desde el que el califa pasaría revista a las caballerías, y que tampoco se ha conservado. Poco después de su construcción, efectuada a finales del reinado de Abd alRahmán III o comienzos del de al-Hakam II, el conjunto sufrió una importante remodelación, que supuso cambios en su aparente simetría. En la parte norte de la plaza de armas se levantó un terraplén para crear una rampa empedrada que comunicara con el camino norte de acceso al alcázar. Esta medida supuso el cierre de los tres primeros arcos de la galería porticada, que fue compartimentada en varias habitaciones individuales que se utilizarían como cuerpos de guardia. Página En la terraza situada al este del “jardín alto”, fue construida la mezquita aljama que, por su situación, contigua al palacio aunque exterior al mismo, permitió un uso compartido del edificio para los residentes de la ciudad y los habitantes del alcázar. 4 6. La mezquita aljama. 5 Página La fecha de finalización de su construcción es variable: fuentes escritas señalan el año 941, mientras que los restos de una lápida conmemorativa principal la retrasan hasta el año 944 ó 945. Apenas quedan restos del edificio, que fue de los que más sufrió el saqueo de sus materiales. Bien orientada hacia La Meca (sureste), la planta de la mezquita es rectangular, y sus tres elementos principales –patio, sala de oración y alminar– responden al esquema “clásico” seguido en otras mezquitas del occidente islámico. El patio de abluciones (sahn) cuenta con galerías cubiertas en tres de sus lados, excepto en el sureste, ocupado por la fachada del oratorio, y fue pavimentado con losas de caliza violácea. La sala de oración es de planta basilical, con cinco naves perpendiculares al muro de la qibla –destacando este último por corregir las desviaciones existentes en la mezquita de Córdoba; dichas naves están separadas por arquerías de ocho arcos de herradura. El suelo terrizo de todo el oratorio (haram) se cubrió con esteras de esparto, salvo en la maqsura – plataforma elevada desde la que el califa o imán dirigía la oración– que está pavimentada con baldosas de barro. En cuanto al mirhab, hueco o nicho profundo que da al exterior, centro de toda mezquita y donde se concentra la decoración más rica y vistosa, apenas se conservan restos que nos indiquen su forma y motivos decorativos. Desde el “Salón Rico”, Los restos de la mezquita. el califa podía acceder al oratorio a través de un pasadizo cubierto (sabat) adosado al lado oriental del “jardín alto”; el desnivel de la calle era salvado mediante un puente de tres arcos, que se conserva excepto sus arranques que permitía el acceso al citado pasadizo, construido durante el final del reinado de Abd al-Rahmán III o comienzos del de su hijo al-Hakam II. En el lado noroeste, junto a la puerta principal, se erige el alminar o minarete, torre de planta cuadrada al exterior y octogonal al interior, donde se situaba la escalera de subida a la terraza desde la que el muezzin o almuédano llamaba a los fieles a la oración. Su emplazamiento en el interior del patio y desplazado del eje central para dejar enfilada la puerta de acceso con el mirhab, anticipa el alminar de la mezquita cordobesa. Con la mezquita, acaba el análisis de los principales edificios y restos situados en la parte este del alcázar, que hemos denominado sector “público”. A partir de ahora comenzamos el análisis de la parte oeste, el “sector privado”. Sin embargo, esta división por funcionalidad no se cumple en todos los casos, ya que, como veremos, el “Patio de los Pilares” tiene un carácter público u oficial. Página Desde los puntos de vista artístico y simbólico, el salón de recepciones políticas de Abd al-Rahmán III y el gran jardín aledaño son los espacios más significativos que se han conservado de Madinat al-Zahra. Tanto el salón como el jardín fueron concebidos de forma unitaria, para resaltar el simbolismo del poder político y religioso del califa y engrandecer su figura. En el “salón rico” se desarrollaron tanto las recepciones políticas como las principales fiestas religiosas anuales –sacrificios y ruptura del ayuno– hasta el fin del reinado de al-Hakam II en el año 976. Durante las recepciones, el califa se colocaba en la cabecera central del salón y, a sus lados, se situaban, según su importancia jerárquica, los altos dignatarios y funcionarios de la administración estatal. El salón de Abd alRahmán III fue construido entre los años 953 y 957, como demuestran las inscripciones epigráficas existentes en las basas y pilastras. Su planta sigue El Salón Rico de Abd al-Rahmán III. un esquema basilical, con un núcleo principal, integrado por dos baterías de arcos de herradura, separadas de las tres naves longitudinales. Las cabeceras de estas últimas naves están rematadas por arcos ciegos, en uno de los cuales, el arco central, estaría situado el estrado donde se colocaba el califa. A diferencia de lo establecido en el protocolo de los califatos orientales, el califa cordobés mostraba su presencia durante las ceremonias, no ocultándose tras un velo. Este salón recibe la denominación de “salón rico” por lo espectacular de su decoración. En este sentido, debemos destacar dos características. La primera, el establecimiento definitivo de las características del arco de herradura califal. En segundo lugar, el uso de una nueva técnica: la decoración, se tallaba sobre una piedra distinta a la utilizada en los paramentos constructivos, recubriéndolos en toda su superficie. Por último, debemos hablar del conocido como “jardín alto”, que se extendía a los pies del “salón rico” y que culminaba la espectacularidad del conjunto. Dicho jardín se organizó en cuatro parterres, delimitados por sendos andenes perimetrales y mediales, y en su eje axial se construyó un edificio, el pabellón central, rodeado por cuatro albercas. Dichos parterres eran regados mediante un sistema de acequias. 6 7. Salón Rico de Alb al-Rahman III. 8. Viviendas superiores. El conjunto conocido con el nombre de “viviendas superiores” está integrado por dos edificios semejantes caracterizados por la distribución de sus estancias en torno a grandes patios cuadrados –con pavimento de sillares y andén perimetral elevado– que se constituyen en los espacios más importantes de las viviendas. Se accedía a estas viviendas desde la calle en rampa –en el parte este del alcázar–, que comunicaba desde el escalón sur con el “espacio trapezoidal” (que comentaremos a continuación). Esta vía de entrada se cerró en la vivienda occidental al colocar a la entrada de ella una letrina junto a la puerta. En el centro de los patios se colocaron pilas de mármol rectangulares que servían para abastecer de agua a dichas viviendas. Además, cada una contaba con letrinas, cuya limpieza se efectuaba mediante pequeñas pilas, de las que se conserva la de la vivienda oriental. En principio, las viviendas, que formaban parte del diseño original del alcázar estaban organizadas en base a amplias habitaciones –algunas de las cuales tuvieron una planta alta o un altillo–, con cubiertas de tejas y a una sola agua que vertía al patio. La habitación más importante de la vivienda occidental, situada en el centro de su lado norte, contó con alcobas en los extremos y una letrina, lo que indica que fue ocupada por un personaje importante en la Corte. Por el contrario, la vivienda oriental era el punto de llegada de alimentos al palacio, lo que demuestra su carácter doméstico (zona de servicio de la vivienda occidental), confirmado por el hallazgo en sus desagües de esta vivienda de abundante material cerámico. 9. Espacio trapezoidal. Por debajo y al sur de la “viviendas superiores”, se halla el llamado “espacio trapezoidal”, que fue concebido por sus constructores con esa forma para así resolver las diferencias de orientación existentes entre las viviendas del escalón alto y el resto del alcázar. Por su posición y emplazamiento, se convirtió en nudo de comunicaciones internas del alcázar y de control de paso a las grandes residencias que vienen a continuación. La mitad occidental fue ocupada por una vivienda, con puerta de acceso en recodo, que conecta con las estancias del conjunto superior a través de una gran escalera, de la que actualmente se conservan sólo tres peldaños y las cajas abiertas de la misma. El hallazgo en la casa de un horno de cocina permite deducir que sirvió para proveer a la alimentación de una parte de la guardia del palacio. Por su parte, la mitad oriental de la antigua calzada confirma la función estratégica del “espacio trapezoidal”, antes indicada, como nudo de comunicaciones. Su uso por la guardia de palacio parece indiscutible. De las dos residencias emplazadas al sur de las “viviendas de servicio”, la oriental es la “Casa de Ya'far”. Recibe su nombre por Ya'far ibn Abd al-Rahmán, designado primer ministro (hayib) en el año 961 y fallecido diez años después. Este personaje cobra especial relevancia en el terreno artístico, pues, en el tiempo en el que desempeñó el cargo de primer ministro, dirigió las obras del pabellón central de Madinat al-Zahra y la ampliación de la mezquita de Córdoba ordenada por el califa alHakam II, tal como se indica en la inscripción del mirhab. La coincidencia entre el ascenso al trono del citado califa y la designación como primer ministro de Ya'far ibn 7 Casa de Ya’far. Página 10. Abd al-Rahmán permite situar el inicio de la construcción de la “Casa de Ya'far” en la primera fecha indicada, el año 961, a falta de otros testimonios documentales o epigráficos. La vivienda fue concebida como residencia de uso personal del alto personaje de la corte califal del que hemos hablado. En su estructura se articulan tres ámbitos espaciales, organizados en torno a sus correspondientes patios: uno público, uno íntimo y uno de servicio. El “espacio” oficial lo constituye una edificación de planta asimilable a la basilical, con tres naves longitudinales que comunican entre sí mediante puertas con arcos de herradura, y una nave transversal abierta al patio, donde se interrumpe la correspondencia existente entre las naves longitudinales y la fachada, con el objeto de adaptar Fachada de la Casa de Ya’far. esta última al espacio creado por la construcción de un baño contiguo. La fachada se organiza mediante un triple arco de herradura soportado con columnas. En cuanto a la decoración del edificio, éste se pavimentó con gruesas losas de mármol blanco, excepto en el patio, donde se emplearon piedras de caliza violácea; además, destaca la decoración de ataurique de la fachada –de temática vegetal y geométrica–, que también está presente en el vano de comunicación de la nave transversal y la central, que ostenta sendos tableros en los frentes y las jambas del vano. En el lado oriental de este ámbito aparecen una letrina y un corredor, escalonado en profundidad, que permite el paso hacia el ámbito “espacio” íntimo de la casa. Este segundo espacio cuenta con una serie de estancias culminadas en la alcoba, a la que antecede un patio con pila de mármol (situada en el centro) y surtidor. En el lado occidental, las dependencias anexas –que debieron construirse antes de la edificación de la propia “Casa de Ya'far”– comunicaron con el ámbito “íntimo” y quedaron incorporadas a la vivienda constituyendo su “espacio” de servicio. Situada al oeste de la “Casa de Ya´far”, la “Vivienda de la alberca” ofrece como primer rasgo destacable que se trata de la única edificación, de las hasta ahora excavadas en Madinat al-Zahra que organiza su estructura alrededor de un espacio central ocupado con un jardín. Se desconoce la cronología del edificio, aunque se supone que se construyó en fecha temprana basándose en criterios de índole artística y arqueológica, criterios que también sirven para apoyar su identificación como la residencia del califa al-Hakam II –hoy generalmente aceptada–, aunque esta hipótesis 8 Vivienda de la Alberca. Página 11. no haya sido confirmada mediante la confrontación con restos epigráficos o fuentes documentales. Los parterres del jardín abrazan en su extremo occidental una pequeña alberca, provista de agua mediante un surtidor (un animalillo de bronce), y conectada con una acequia de riego por medio de dos rebosaderos. Las habitaciones de la “vivienda de la alberca” se disponen en bloques El patio de los Pilares. de dos y se abren a los lados menores del jardín a través de sus correspondientes arquerías, decoradas con atauriques, levantadas en su parte central sobre columnas y en los extremos sobre pilastras. Se puede observar la similitud existente entre el baño anejo a la vivienda de la alberca y el baño anejo al “Salón Rico”, tanto en su estructura arquitectónica como en su organización decorativa, aunque también se perciben diferencias en la morfología de las saletas de la estancia caliente y en la habitación del vestuario. En cualquier caso, ambos baños tuvieron como modelos los existentes en el Oriente islámico. El espacio conocido con este nombre se sitúa al norte de la “vivienda de la alberca”. Se organiza en función de galerías abiertas adinteladas y sustentadas sobre sus correspondientes pilares cuadrados que se disponen alrededor de dicho patio. Las letrinas como ocurre en las “Viviendas superiores”, se ubicaron en el ángulo oriental del lado norte precedidas de un patio. Cada conjunto de habitaciones comunican con sus respectivas galerías mediante los correspondientes vanos de acceso, protegidos por arcos de herradura apoyados sobre pilares. Las estancias de los lados norte y este están dispuestas como estancias centrales alargadas y extendidas en anchura, que son rematadas en los extremos por pequeñas alcobas cuadradas. La organización del patio de los pilares en grandes estancias indicaría su uso como lugar de celebración de reuniones y consejos más que para residencia privada. Por el contrario, en el lado oeste, las dos habitaciones existentes se ubicaron en paralelo y, para resaltar su importancia con respecto a las demás, estas últimas se pavimentaron con mármol blanco, mientras en las restantes se utilizó caliza de color violáceo. El espacio libre que quedó al norte de las estancias más importantes del patio –las del lado oeste, como se ha dicho– no fue aprovechado para construir más habitaciones, sino que en él se levantó una escalera –del tipo de las de alminar–, que giraba a la derecha sobre un muro central. A través de la escalera se accedía a un cuerpo elevado sobre las habitaciones citadas anteriormente o a la terraza superior y, por debajo de su tramo norte, discurría un pasadizo que comunicaba con la más occidental de las 9 Patio de los pilares. Página 12. dos estancias mencionadas y que llegaba al pie de las habitaciones de uso privado del califa Abd alRahman III. La construcción del “patio de los pilares” supuso una de las reestructuraciones más importantes que sufrió Madinat al-Zahra a lo largo de su historia, porque, originalmente, en esta parte de la ciudad palatina había dos grandes viviendas, dispuestas de norte a sur; de ellas, sólo quedan restos de la vivienda situada al sur, en concreto, la pequeña alberca hallada en el centro de su lado norte. Desde el punto de vista artístico, conviene señalar la presencia de un sarcófago de época romana, situado en el centro del patio y que daba frente a las habitaciones del lado oeste. El sarcófago fue utilizado como pila de agua y destaca su decoración mitológica (representación de la Caza de Meleagro). 13. Casa Real (Dar al-Mulk). Página Extraído y modificado a partir de http://www.artencordoba.com/MEDINAAZAHARA/Medina-Azahara-Cordoba-yacimiento-introduccion.html 10 En el punto más elevado del Alcázar se sitúa la que se ha identificado como residencia íntima del califa Abd al-Rahman III –la “Casa Real” (Dar al-Mulk), que estaba orientada al sur, como los salones de planta basilical ya comentados (“edificio basilical superior”, “salón rico”, etc.). Situado en ella, el soberano podía contemplar en todo su esplendor y sin obstáculos, hasta muchos kilómetros de distancia, el resto del complejo de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra, el valle del Guadalquivir y la campiña cordobesa. Por tanto, la cronología del edificio es temprana y éste debió formar parte del diseño original del alcázar, encargado por el primer califa omeya de Córdoba y dirigido por su hijo y sucesor, al-Hakam II. La vivienda se organizó sobre una plataforma cortada en la roca donde se ubicaron una terraza delantera –no conservada actualmente– y tres crujías paralelas de habitaciones extendidas a lo ancho, rematadas en los extremos con alcobas y decoradas con atauriques. En su extremo este de esta unidad residencial debió disponerse un pequeño baño. La “Casa Real”, como ocurre con otros edificios del alcázar, no se adosó sobre el macizo de sillares de la plataforma superior, sino que se separó del mismo a través de un largo corredor de servicio que atraviesa el conjunto. Esta vivienda es uno de los lugares donde mejor se aprecian cambios posteriores que sufrió el plan constructivo original de Madinat al-Zahra. Estas transformaciones consistieron en eliminar el baño y construir nuevas estancias, y se realizaron por orden del califa al-Hakam II (en el año 972) con el objeto de adecuar el edificio como lugar donde el príncipe heredero, Hisham II, recibiera la educación y formación propias de las tareas de gobierno. Además de la preeminencia con respecto al resto del alcázar por su situación en altura, otros rasgos sobresalientes de la Dar alMulk son su abundante decoración en piedra y la aplicación en el pavimento de las habitaciones –consistente en baldosas de barro cocido– de una decoración a base de incrustaciones de piedra caliza, que forman distintos motivos geométricos organizados en cenefas que recuadran la planta de esas estancias. Actualmente, no podemos hacernos una imagen completa de la espectacularidad de este edificio, orientado al sur, por la no conservación de su fachada exterior y al saqueo sufrido en sus muros.