4. TEXTO DE BERTRAND RUSSELL PARA COMENTAR I El lugar común de que la naturaleza no se puede cambiar es inexacto. Los caracteres de las personas están afectados en gran medida por las circunstancias. La misantropía es atribuible muchas veces a la dispepsia y probablemente con un régimen medicinal adecuado se pasa a una visión del mundo diferente. Y lo que es verdad para los individuos vale también para las naciones. El error es adoptar los castigos como medio para evitar la existencia de los impulsos que la colectividad desea desarraigar. II El objeto de la filosofía que profeso es hacer a las gentes capaces de actuar resueltamente incluso cuando no están absolutamente seguras de que su acción sea verdaderamente la buena. Dudar de todo: escepticismo; pero actuar con energía a pesar de la duda. Obrar según las probabilidades, actuar sin disponer de una certeza total. III La mayoría de las manifestaciones históricas de las religiones han sido negativas. Hay excepciones (el trabajo educativo de los budistas o de los benedictinos) pero en conjunto la religión ha hecho mucho mal: ha santificado el conservadurismo, la adhesión a los hábitos del pasado, la intolerancia y el odio. La necesidad de la religión en los hombres viene del miedo, de que el hombre se siente impotente: miedo ante la naturaleza, miedo ante lo que otros hombres pueden hacerle (la guerra), miedo ante lo que él mismo puede llegar a hacer dejándose llevar por las propias pasiones. Lo que predican los fundadores de religiones no tienen gran cosa que ver con lo que predican sus discípulos: del Sermón de la montaña a la justificación oficial de la Bomba H. Las religiones institucionalizadas en iglesias obstaculizan toda forma de pensamiento honesto y dan importancia a cosas que no las tienen, pierden el sentido de lo que es importante: se quedan en un aspecto y ocultan u olvidan los demás. Hay en ellas una falta del sentido de las proporciones y una pérdida de coraje ante los problemas de la vida actuando con los medios que esta ofrece. Las religiones implican laxitud y resignación. La fe en la bondad divina es inversamente proporcional a los testimonios que tenemos de ella: cuando no hay testimonios las gentes creen en ella; y cuando las cosas van mejor, cuando sería el momento de creer en ella, entonces dejan de creer. IV La aspiración de una ética laica y moderadamente racional es la conquista de la felicidad. Los 4 prerrequisitos de la felicidad humana, desde el punto de vista de la persona individual, son: la salud, la obtención de los medios adecuados para estar al abrigo de la necesidad (una cierta pobreza moderada); la existencia de relaciones satisfactorias con los otros (la amistad, el amor, las relaciones con los niños, la intimidad con otros); y el éxito en el trabajo. Hay que evitar atormentarse. Conocer los motivos por los que uno quiere, hace las cosas y llama ideal a eso. V Qué debemos hacer: 1º Ser claros en nuestras propias mentes en cuanto a la clase de vida que creemos buena y a la clase de cambio que deseamos en el mundo. 2ª Pero los que quieren ganar el mundo por el pensamiento deben resignarse a perderle como sostén en el presente. 3ª Lo que se necesita no es la invención de una utopía, sino el descubrimiento de la mejor dirección del movimiento. 4ª Dos principios generales para ello: a) el progreso y vitalidad de los individuos y las colectividades han de ser promovidos en toda la extensión posible; b) el progreso de un individuo o de una colectividad ha ser lo menos posible a expensas de otro individuo u otra colectividad (principio de reverencia, en el plano de las relaciones personales; y principio de la libertad en el plano de las relaciones políticas).