Historia Antigua. Civilización Minoica – Creta. La isla de Creta estuvo habitada desde los tiempos prehistóricos. Se han descubierto yacimientos arqueológicos del 6000 A.C. que consisten en asentamientos poblacionales neolíticos ubicados en cuevas en las laderas de las montañas. Hacia el 2500 A.C. se produjo un aumento de la población y un acelerado proceso de mejoras técnicas. La isla de Creta es montañosa, no posee ríos importantes ni abundantes lluvias. Su suelo permitió a los cretenses cultivar la vid, los olivos y frutales, pero la producción de cereales fue siempre insuficiente y dependieron de las compras que realizaron en otras regiones. También practicaron la pesca. Creta llegó a su apogeo entre el 2000 A.C. y el 1400 A.C. El esplendor aparece hacia el 2000 A.C. con la construcción de los palacios sin murallas de Cnossos, Faistos y Malia. Una catástrofe general, temblor de tierra o incursión enemiga, los destruyó hacia el año 1700 A.C. Se reedificaron, y el período que empieza entonces es el de mayor apogeo, en particular en Cnossos, cuyo palacio, el más importante, subsistió sólo en la isla a partir del año 1500 A.C. La influencia cretense –la de Minos, probablemente nombre dinástico individualizado por los griegos como un rey legendario- resplandeció entonces por todo el Mediterráneo oriental, haciéndose sentir particularmente en el Peloponeso, al sur de Grecia. En la península griega había hasta entonces una civilización pobre y atrasada. A partir del 2000 A.C. había recibido sucesivas invasiones de grupos indoeuropeos. Hacia el 1500 A.C. llegaron los aqueos (pueblo indoeuropeo) y se establecieron en la región de Argos, en el nordeste del Peloponeso. Los aqueos recibieron influencia de la cultura cretense, que tuvo en ese momento una plena preponderancia y quizás no sólo influjo sino también dominación política sobre los aqueos. La leyenda del Minotauro hace referencia a esta situación. La monarquía minoica, con su palacio en Cnossos, hizo un esfuerzo centralizador y obtuvo la preeminencia sobre los varios palacios de la isla. Sin embargo, esta preeminencia se logró de manera no violenta y los otros palacios fueron sede, más que de reyezuelos de simples gobernadores. El poder de la monarquía minoica residía en el mar. Ya los griegos del período clásico 400-300 A.C. llamaron “talasocracia”1 al gobierno de la monarquía minoica. La intensidad de intercambios prueba que este mar había sido limpiado de piratas. La fuerza militar terrestre, en cambio, era pequeña. La realeza tenía un carácter religioso. Son símbolos del rey la flor de lis y la doble hacha o bipenna. Este era un emblema religioso. Los griegos nos han transmitido su nombre: “labrys” y lo que ellos llamaron “laberinto” debió ser simplemente el palacio de Cnossos, el de la monarquía de la doble hacha o labrys. En el interior de la isla, uniendo los palacios abiertos y ciudades-mercado, existían caminos pavimentados. La impresión general es que la sociedad cretense poseía elegancia, vigor, alegría y bienestar material. La mujer ocupaba un lugar y gozaba de una libertad que no conocía en ninguna otra parte. La gran divinidad y numerosas divinidades menores eran femeninas y las sacerdotisas tenían un importante papel en las ceremonias. Las representaciones gráficas muestran con frecuencia a las mujeres fuera del hogar, en la plaza pública, en el teatro o en la arena del circo. Existía una moda femenina con faldas acampanadas, volantes, corpiños muy escotados y con las mangas muy anchas. La vestimenta de los hombres no tenía tanta complicación, aunque también lucían sus joyas. En la religión, el antropomorfismo se impuso para las divinidades, pero también eran representaciones de ellas el toro, la serpiente (Diosa serpiente) y el árbol. En Creta no existen templos, sólo algunas capillas o pequeños altares aislados. Ninguno lo suficientemente grande para sacrificar un toro. Los cretenses celebraban las fiestas religiosas de la siega y la recolección 1 Talasocracia. Supremacía marítima, o poderío naval, de un Estado sobre los restantes. Del griego “talasos” mar. de frutos organizando procesiones y danzas sagradas, a veces frenéticas, con acompañamiento de música. Realizaban juegos públicos con combates de boxeo y luchas, en especial corridas de toros, sin muerte de los animales y con el objeto de realizar ejercicios acrobáticos. El ideal físico del cretense parece identificarse con la figura del gimnasta. Este gusto por el deporte representa una concepción nueva del hombre, donde sus cualidades físicas las desarrolla con otra finalidad que la guerrera. El arte cretense no tiende nunca hacia la grandiosidad. Más bien se complace en el pequeño conjunto. Hay un agudo sentido de la vida y contemplación de la naturaleza, gusto por el color y la forma, capacidad inventiva, sentido de la belleza y abrumadora virtuosidad técnica. No existían templos ni grandes tumbas. Los palacios más importantes no fueron construidos según un plan meditado. Su construcción progresiva fue yuxtaponiendo unos a otros los múltiples elementos. Se forman así una complicada red de corredores, de propileos con columnas y terrazas para salvar las diferencias de nivel. También falta una puerta principal. La decoración es importante en los muros, donde se utiliza la técnica del fresco (estuco pintado). Tenían una gran facilidad para representar animales y escenas de la naturaleza en vivaz movimiento. No existe nunca una actitud estática. Hacia el 1400 A.C. Creta fue invadida por los aqueos. Cnossos fue saqueado y destruido y no se recuperó, pero su influencia cultural persistió en los mismos aqueos que lo destruyeron. Parte del pueblo cretense emigró hacia las costas de la actual Palestina.